Montaban grandes torpedos o lanchas para atacar a los barcos fondeados en puerto. Dañaron al acorazado «Queen Elisabeth» y hundieron tres buques de guerra y nueve mercantes
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La «Regia Marina» italiana empleó con éxito lanchas torpederas (en italiano «Motoscafo Armato Silurante», MAS) y lanchas de asalto contra la marina austro-húngaraen la Primera Guerra Mundial. Durante la siguiente contienda, intentaría repetir sus triunfos. Así, en 1935 creó un grupo de especialistas destinados a estudiar, desarrollar y entrenarse en el uso de medios específicos para atacar buques fondeados. Incorporados inicialmente a la 1ª Flotilla de Submarinos, se trasladaron a la 1ª Flotilla MAS, donde constituyeron la «Sezioni Armi Speciali», transformada, en marzo de 1941, en la 10ª Flotilla MAS con base en La Spezia (Liguria).
Para ataques en inmersión, desarrollaron el «Siluro Lenta Corsa» (SLC), apodado «maiale» (cerdo). Era un torpedo estándar modificado de 6,7 metros de eslora, con tanques de lastre y mandos de control, sobre el que se sentaban a horcajadas sus dos tripulantes. Éstos estaban equipados con trajes engomados modelo Belloni y respiradores de circuito cerrado con una autonomía de 6 horas. El motor eléctrico, que movía una gran hélice protegida para evitar que se enganchase en las redes antitorpedos, le proporcionaba una velocidad de entre 2 y 3 nudos y una autonomía de 15 millas, pudiendo sumergirse hasta 30 metros. Una vez alcanzado el blanco, los tripulantes sacaban la carga explosiva de 250 kg que contenía la cabeza del torpedo (dos de 125 kg en el último modelo) y la fijaban al casco con un temporizador que les permitiera alejarse con el resto del torpedo antes de que se produjera la explosión.
También disponían de buceadores «Gamma», equipados igual que los tripulantes de los «maiale», que podían portar nadando hasta el objetivo pequeñas cargas explosivas.
En su labor, usaban diversas lanchas motoras apodadas «barchini» (barquitos), con esloras que oscilaban entre los 5 y los 9 metros, para ataques en superficie. Su velocidad máxima rondaba los 30 nudos y su autonomía variaba entre las 100 y las 250 millas según el modelo. Podían ir armadas con uno o dos pequeños torpedos o bien con una carga explosiva de unos 300 kg situada en la proa, que detonaba al embestir contra el objetivo. Previamente, el piloto, había dejado la lancha orientada al blanco bloqueando el timón antes de saltar.
Dada la escasa autonomía de los distintos medios de ataque, era necesario trasladarlos hasta las inmediaciones del objetivo. Los italianos utilizaron para este fin destructores, lanchas torpederas e incluso cargueros y pesqueros adaptados, pero los submarinos resultaron el medio más práctico. Se les instalaron soportes o cilindros en cubierta donde cabían los SLC y las «barchini» más pequeñas.
Los principales objetivos fueron los puertos de Gibraltar y Alejandría, aunque la primera victoria la lograron en la Bahía de Suda (Creta) seis lanchas motoras que embistieron al crucero «HMS York» y al petrolero «Pericles». El primero encalló y debió ser abandonado, el segundo se hundió mientras era remolcado.
El 20 de septiembre de 1941, el submarino «Sciré» ―mandado por el príncipe Valerio Borghese, El Principe Negro, que sería el último comandante de la flotilla― lanzó a la entrada del puerto de Gibraltar tres «maiale», que hundieron un mercante y dañaron dos sin sufrir bajas. Los tripulantes de los «maiale» procedían del «Fulgor», un petrolero italiano internado en el puerto de Cádiz para ser usado en operaciones clandestinas. Lo mismo se hizo con el «Olterra» en Algeciras, desde el cual torpedos tripulados y buceadores llevaron a cabo con éxito varias misiones contra buques fondeados en Gibraltar.
La misión más espectacular tuvo lugar la noche del 18 al 19 de diciembre de 1941. Tres «maiale», transportados de nuevo por el «Sciré», entraron en el puerto de Alejandría, donde averiaron al petrolero «Sagona» y a los acorazados «HMS Valiant» y «HMS Queen Elisabeth», siendo hechos prisioneros sus seis tripulantes. Con estos buques de guerra fuera de servicio durante más de un año, la Royal Navy quedó gravemente debilitada en el Mediterráneo.
Para cuando Italia se rindió, el 8 de septiembre de 1943, la 10ª Flotilla MAS había hundido tres buques de guerra y nueve mercantes, un total de 60.000 toneladas (el 25 por ciento de todo el tonelaje hundido por la «Regia Marina» en el Mediterráneo). De los 238 hombres que tomaron parte en las operaciones, 20 murieron y 53 fueron hechos prisioneros. El resto, incluido Borghese, se incorporaría a la RSI («Reppublica Sociale Italia»), el estado títere creado por Mussolini tras su liberación por los alemanes.
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