Muere a los 97 años José Falcó, uno de los ases de la aviación republicana
 
El teniente José Falcó Sanmartín en 1938
El teniente José Falcó Sanmartín en 1938
 
El teniente José Falcó Sanmartín, uno de los ases de la aviación republicana española, ha fallecido a los 97 años en Francia, país que le acogió y donde recibió el unánime reconocimiento de aviadores e investigadores.

Según ha informado hoy la Asociación de Aviadores de la República, Falcó, que falleció el pasado sábado en Toulouse, no solo fue un gran piloto de caza nocturna, sino también el continuador del legado de la Liga de Antiguos Aviadores de la República y su Boletín Alas Plegadas.

Falcó, que había nacido en Barcelona el 27 de septiembre de 1916, fue un ejemplo de piloto de caza formado íntegramente en España durante la Guerra Civil. Tras pasar los exámenes para ingresar como piloto en diciembre de 1936, ingresó en Aviación en marzo de 1937 y el 17 de junio de ese mismo año accedió como alumno del curso de piloto de aviación que realizó en Alcantarilla (Murcia).

Falcó comenzó a volar en el Palmar, aeródromo dependiente de Alcantarilla, y obtuvo el título de piloto el 31 de octubre, según recoge en su página web la Sociedad Benéfica de Historiadores Aficionados y Creadores.

Realizó sus mayores proezas aéreas a partir de noviembre de 1938, cuando tomó el mando de la Escuadrilla de Vuelo Nocturno con I-15, en sustitución del teniente Walter Katz, que había sido derribado el 11 de noviembre de 1938.

En la 3ª Escuadrilla completó 366 horas de vuelo, participó en 20 combates y derribó tres Fiat confirmados y uno probable, un He-59 y otro probable y un Me-109 seguro y otro probable, según la Sociedad Benéfica de Historiadores Aficionados y Creadores.

Exilió a Francia

Combatió hasta el final en Cataluña y en su última acción el 6 de febrero de 1939, derribó sobre el mismo campo de Vilajuiga (Girona), dos Me-109. Eran los 6-96 de Hans Nirminger y el 6-98 de Windemuth Heinrich, antes de exiliarse a Francia el día 10 de Febrero de 1939.

Inicialmente estuvo en el campo de concentración de Boulou, Argelès-sur-mer, hasta que gracias a la intervención de un familiar de Argelia, pudo abandonarlo e instalarse en la entonces colonia francesa, donde rehizo su vida y obtuvo la nacionalidad francesa.

Falcó consiguió trabajo en Toulouse, como ingeniero civil en el grupo regional de gendarmería, responsabilidad que mantuvo hasta su jubilación en 1976. Tras la muerte de Franco, fue restituido, como sus compañeros aviadores, y nombrado coronel en la reserva en 1980.

Fiel al pacto de caballeros que había entre los aviadores ya desde la Primera Guerra Mundial, Falcó depositaba flores y limpiaba la tumba de Hans Nirminger que franquistas y alemanes habían erigido en Vilajuiga, como un acto de reconocimiento y respeto al adversario.

El olvido en el que cayó Falcó en España contrasta con el reconocimiento que tuvo en Francia, donde el periodista galo Pierre Challier publicó su biografía, y David Méchin incluyó el artículo "Un as republicano de la guerra de España: José Falcó Sanmartín" en el número 154 de la revista 'Avions'.