«Confidencial»: los militares españoles que Franco envió a la Guerra de Vietnam
Día 10/11/2013 - 03.56h
Con la edición de un libro, el Ministerio de Defensa recupera la historia de los más de 50 médicos y sanitarios militares que se desplegaron en el conflicto entre 1966 y 1971
El general retirado Antonio Velázquez reconoce haber visto todas las películas de la Guerra de Vietnam. Y tiene claro cuál es la que más se asemeja a lo que el vivió como miembro de la primera misión exterior de la sanidad militar española. Porque antes que los Balcanes, que Afganistán, que Malí y tantos otros escenarios donde se han desplegado las Fuerzas Armadas... también estuvo Vietnam.
Doce fueron los militares del primer contingente que se desplegó en septiembre de 1966 con una misión «confidencial»: prestar ayuda a los civiles -a la postre también militares, survietnamitas y guerrilleros comunistas del Vietcong, sin hacer distinción, y también estadounidenses- en un viejo hospital de Gò-Công, pequeña ciudad del delta del Mekong, de unos 30.000 habitantes y situada a 45 kilómetros de Saigón, la actual capital Ho Chi Minh.
En total más de cincuenta médicos y sanitarios pasaron por Vietnam como parte del dispositivo internacional desplegado por EE.UU.. En el caso español hasta octubre de 1971. Ahora, el Ministerio de Defensa ha recuperado la historia de aquellos pioneros militares médicos con la edición del libro «Salvando vidas en el delta del Mekong», del historiador José Luis Rodríguez Jiménez, profesor de la Universidad Rey Juan Carlos.
Con los acuerdos militares firmados en 1953 entre los EE.UU. de Eisenhower y la España de Franco, era lógica una aportación española a la llamada que realizó el Gobierno de Johnson. «Washington cursó la solicitud a través de la Free World Military Assistance Office. Una vez recibida en Madrid, en abril de 1966 el Estado Mayor Central envió escritos confidenciales a las Capitanías Generales. En Madrid no se pensó en médicos civiles como en otros países, sino en el Cuerpo de Sanidad Militar del Ejército de Tierra», explica Rodríguez Jiménez.
Fue una misión tan secreta que los militares desplegados, extrañados de que de su trabajo no se hablase casi nunca, llegaron a enviar una nota a ABC que apareció publicada la Nochevieja de 1966: «Llevaba por título Españoles en Gò-Công», y en el texto se omitía que eran militares. Parte de la nota decía así: la faena es dura, y los enfermos y heridos muchos, los medios no son muy abundantes. ¡Vietnam está en guerra, Señor! [...] En Gò Công, un pequeño pueblo de Vietnam del Sur, es donde están estos doce españoles haciendo algún bien».
A las consultas acudían tuberculosos, mutilados, heridos por la explosión de minas, por bombardeos de napalm, por accidentes de circulación, muchas madres con niños enfermos de difteria, fiebres tifoideas, paludismo, parasitosis intestinales, disentería y diarrea. Un trabajo exigente para un personal sanitario militar que, como reconoce el entonces teniente Velázquez, «no se había recibido una preparación especial. Simplemente, nuestros conocimientos médicos ya adquiridos. Bueno, nos dieron un decálogo del buen oficial médico, sobre usos y costumbres en la zona».
El ahora general retirado recuerda perfectamente cómo a los 26 años emprendió la aventura de su vida: «Madrid-Roma-Karachi-Bangkok-Saigón. Esa fue la ruta aérea que seguimos, por supuesto, vestidos de paisano. Íbamos como delincuentes y regresábamos como delincuentes. Como si aquello no se tuviese que conocer [...] En la sala de pediatría los niños se morían como moscas».
Estos militares vestían el uniforme estadounidense durante la jornada laboral, con los distintivos y divisas españolas, y podían vestir el uniforme español durante el tiempo de descanso. Los españoles vivieron situaciones de guerra, por supuesto. «Sobre todo en febrero de 1968, durante la ofensiva del Tet, cuando el Vietcong realizó ataques en toda la zona sur, llegando a entrar en Saigón e incluso a asediar la embajada de EE.UU.», explica el autor del libro editado por Defensa sobre estos 50 militares sanitarios españoles olvidados en España a la hora de abordar el conflicto vietnamita o las misiones en el exterior.
«Los guerrilleros del Vietcong nunca atacaron al personal español, pero otros equipos médicos sufrieron bajas y este tipo de noticias corrían como la pólvora. A esto debe añadirse que, si bien los militares enemigos debían apreciar la ayuda prestada a los civiles y también a los guerrilleros comunistas heridos, los desplazamientos tenían el riesgo añadido de las minas en los caminos de tierra». Entre múltiples lecciones aprendidas que adquirieron los militares españoles se encuentra, por ejemplo, la evacuación en helicópteros de heridos en combate. Los denominados «Medevac», tan utilizados ahora en Afganistán.
«Platoon. Esa es la película que mejor refleja el Vietnam que los españoles vivimos. Aquella era la época en la que los norteamericanos patrullaban los poblados en grupos de 15 y 20 militares. La de Apocalypse Now me pareció muy fantasiosa», recuerda el general retirado Velázquez, uno de los pioneros de la sanidad militar española en el exterior. En una misión «confidencial».
No hay comentarios:
Publicar un comentario