La NSA rastreó 60 millones de llamadas en España en un mes
El bloguero Glenn Greenwald confirma el espionaje masivo de Estados Unidos
La Agencia Nacional de Seguridad (NSA) estadounidense espió 60 millones de llamadas en España entre el 10 de diciembre de 2012 y el 8 de enero de este año. La información recabada no incluyó el contenido de las llamadas pero sí el número de teléfono del receptor y del emisor, sus ubicaciones, la duración y el número de serie de los teléfonos, según la información hecha pública por el bloguero estadounidense Glenn Greenwald, que ha tenido acceso a los documentos secretos filtrados por el exanalista de la NSA Edward Snowden.
La publicación de estos datos coincide con la convocatoria al embajador de Estados Unidos en Madrid, James Costos, por orden del presidente Mariano Rajoy para que dé explicaciones por las informaciones publicadas en los últimos días por EL PAÍS, que adelantó que la agencia estadounidense rastreó millones de llamadas telefónicas, de SMS, y correos electrónicos de ciudadanos españoles. La agencia también tuvo entre sus objetivos a políticos españoles y miembros del Gobierno, según avanzó este periódico.
Costos está citado este lunes a las 10.30. Como el ministro de Exteriores, José Manuel García.-Margallo, se encuentra de viaje oficial en Polonia, el jefe de la legación estadounidense será recibido por el secretario de Estado para la UE, Íñigo Mendez de Vigo. El Gobierno ha decidido dar una respuesta de bajo perfil ante las revelaciones de espionaje. Su objetivo es no deteriorar la estrecha colaboración entre los servicios secretos de ambos países.
De hecho, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), principal servicio secreto español, daba por descontado desde que empezó el goteo de informaciones sobre el espionaje electrónico masivo perpetrado por Estados Unidos que la NSA había interceptado masivamente comunicaciones privadas en España, pero descartaba que hubiera tomado como objetivos selectivos a políticos españoles.
Pero al hilo de las revelaciones de que el correo electrónico de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y el móvil de la canciller alemana, Angela Merkel, fueron interceptados esa confianza se fue resquebrajando. Los documentos difundidos por el diario británico The Guardian indican que no solo ellas, sino un total de 35 líderes mundiales fueron espiados por la NSA.
En España la interceptación de comunicaciones y el acceso a datos (las identidades del emisor y el receptor de la llamada, el SMS, o el correo electrónico, fecha, hora y duración) sin el requerido control judicial, constituye un delito. Los datos revelados Greenwald, y que publica El Mundo, confirman el alcance de este espionaje masivo.
Madrid es una de las 80 ciudades del mundo desde donde la NSA, en colaboración con la CIA, espía al mundo. España y EE UU estrecharon su cooperación contra el terrorismo de ETA y el yihadista en 2001. El entonces presidente José María Aznar dio vía libre a los servicios secretos estadounidenses para operar en territorio español durante una reunión con el presidente George W. Bush en Washington solo dos meses después del 11-S. A cambio, Aznar pidió a Bush que facilitara al CNI equipos avanzados de interceptación de comunicaciones.
Las noticias de que EE UU espió el móvil de Merkel, rastreó masivamente en España e interceptó unos 70 millones de llamadas en Francia derivaron en que el caso se convirtiera la semana pasada en protagonista absoluto de la cumbre de la UE, de la que salió una tímida iniciativa franco-alemana para fijar un marco de actuación de los servicios secretos. Rajoy dijo entonces que no planeaba sumarse a la propuesta de los dos grandes socios. Tampoco tenía previsto el presidente del Gobierno encargar una investigación al CNI.
La publicación de estos datos coincide con la convocatoria al embajador de Estados Unidos en Madrid, James Costos, por orden del presidente Mariano Rajoy para que dé explicaciones por las informaciones publicadas en los últimos días por EL PAÍS, que adelantó que la agencia estadounidense rastreó millones de llamadas telefónicas, de SMS, y correos electrónicos de ciudadanos españoles. La agencia también tuvo entre sus objetivos a políticos españoles y miembros del Gobierno, según avanzó este periódico.
Costos está citado este lunes a las 10.30. Como el ministro de Exteriores, José Manuel García.-Margallo, se encuentra de viaje oficial en Polonia, el jefe de la legación estadounidense será recibido por el secretario de Estado para la UE, Íñigo Mendez de Vigo. El Gobierno ha decidido dar una respuesta de bajo perfil ante las revelaciones de espionaje. Su objetivo es no deteriorar la estrecha colaboración entre los servicios secretos de ambos países.
De hecho, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), principal servicio secreto español, daba por descontado desde que empezó el goteo de informaciones sobre el espionaje electrónico masivo perpetrado por Estados Unidos que la NSA había interceptado masivamente comunicaciones privadas en España, pero descartaba que hubiera tomado como objetivos selectivos a políticos españoles.
Pero al hilo de las revelaciones de que el correo electrónico de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y el móvil de la canciller alemana, Angela Merkel, fueron interceptados esa confianza se fue resquebrajando. Los documentos difundidos por el diario británico The Guardian indican que no solo ellas, sino un total de 35 líderes mundiales fueron espiados por la NSA.
En España la interceptación de comunicaciones y el acceso a datos (las identidades del emisor y el receptor de la llamada, el SMS, o el correo electrónico, fecha, hora y duración) sin el requerido control judicial, constituye un delito. Los datos revelados Greenwald, y que publica El Mundo, confirman el alcance de este espionaje masivo.
Madrid es una de las 80 ciudades del mundo desde donde la NSA, en colaboración con la CIA, espía al mundo. España y EE UU estrecharon su cooperación contra el terrorismo de ETA y el yihadista en 2001. El entonces presidente José María Aznar dio vía libre a los servicios secretos estadounidenses para operar en territorio español durante una reunión con el presidente George W. Bush en Washington solo dos meses después del 11-S. A cambio, Aznar pidió a Bush que facilitara al CNI equipos avanzados de interceptación de comunicaciones.
Las noticias de que EE UU espió el móvil de Merkel, rastreó masivamente en España e interceptó unos 70 millones de llamadas en Francia derivaron en que el caso se convirtiera la semana pasada en protagonista absoluto de la cumbre de la UE, de la que salió una tímida iniciativa franco-alemana para fijar un marco de actuación de los servicios secretos. Rajoy dijo entonces que no planeaba sumarse a la propuesta de los dos grandes socios. Tampoco tenía previsto el presidente del Gobierno encargar una investigación al CNI.
Berlín asevera: «El espionaje entre amigos y aliados no es procedente»
Día 27/10/2013 - 16.06h
Guido Westerwelle, ministro de Asuntos Exteriores alemán, advierte al Gobierno de Obama de que las embajadas también están sujetas a ley de Alemania
El Gobierno de Angela Merkel advirtió hoy a Estados Unidos de que «en suelo alemán rige la ley alemana» y dejó claro que esa máxima es válida para todos: «para alemanes y extranjeros, para ciudadanos y empresas, y también para diplomáticos y embajadas».
En un comunicado difundido hoy tras publicarse que EE.UU. espió el móvil de la Canciller durante más de una década desde las instalaciones de su embajada en Berlín, el ministro de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, confió en que Washington comparta ese punto de vista. «El espionaje entre amigos y aliados no es procedente», recalca el ministro antes de añadir que, como se está comprobando, esas prácticas además «son políticamente muy perjudiciales».
«Es espionaje mina lazos entre países»
El espionaje, apunta, «amenaza con minar los lazos» que unen a los dos países y que «son cada vez más necesarios para gestionar juntos el futuro de un mundo globalizado en el siglo XXI». «No todo lo que es posible es también políticamente razonable», concluye el jefe de la diplomacia alemana, que el jueves convocó al embajador estadounidense en Berlín para exigir explicaciones de las actividades de sus servicios de espionaje.
El comunicado oficial del Ministerio recordando a EE.UU. la aplicación de la ley alemana en suelo alemán se ha hecho público después de unas duras declaraciones del ministro de Interior alemán, Hans-Peter Friedrich, quien subrayó que «espiar es un delito y los responsables deben responder de ello».
En una entrevista al periódico «Bild am Sonntag», Friedrich dejó claro que «si los estadounidenses han pinchado teléfonos en Alemania, han infringido la ley alemana en territorio alemán». El espionaje supone «violar nuestra soberanía y resulta inaceptable», destacó.
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Obama dio luz verde al espionaje de Merkel
- La tensión entre Berlín y Washington crece al revelar la Prensa que el presidente ordenó un informe de la canciller. La NSA lo desmiente
Lo negó hasta en tres ocasiones. «No he espiado a Angela Merkel», insistió Barack Obama en público y también en privado durante la conversación que mantuvieron ambos líderes tras filtrarse las primeras informaciones al respecto. Incluso el presidente de EE UU aseguró que si hubiera tenido conocimiento de que sus servicios de Inteligencia vigilaban a la canciller alemana habría dado la orden para que dejaran de hacerlo. Sin embargo, ayer, un nuevo jarro de agua fría cayó sobre el presidente tras hacerse público que fue él quien en 2010, tras ser informado de que existía un operativo especial para vigilar a la canciller, no sólo no pidió suspenderlo, sino que solicitó un informe más completo para saber «quién era Angela Merkel». Así lo aseguró el dominical «Bild am Sonntag», donde se aportaron más detalles al respecto. Fue el director de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), Keith Alexander, el encargado de poner al día al presidente sobre esta misión y no sólo se pinchó el teléfono de la presidenta de la CDU, sino que también se interceptaron sus llamadas emitidas y recibidas desde el nuevo terminal que empezó a utilizar Merkel este verano, tras la visita de Obama a Berlín. Un dato que va más allá de lo publicado el sábado por «Der Spiegel», que apuntaba a que los servicios de Inteligencia estadounidenses habían controlado el terminal de la canciller desde 2002, tres años antes de llegar a la jefatura del Gobierno. Además, Merkel tenía a los espías en casa, pues era desde la cuarta planta de la Embajada de EE UU, situada a 800 metros de la Cancillería, desde donde 18 agentes de la NSA recopilaban los datos y los enviaban directamente a la Casa Blanca. Un procedimiento poco habitual dentro del protocolo que suele seguir la Inteligencia estadounidense, que concentra todas las informaciones obtenidas por sus equipos repartidos por todo el mundo (16 equipos en países europeos como España, Italia y República Checa) en la central de la agencia en Fort Meade, en Meryland. Según apunta «Bild», este programa especial desarrollado en Alemania se activó durante el mandato de George W. Bush (2001-2009), cuando el entonces canciller alemán, Gerhard Schröder, decidió no sumarse a la guerra de Irak.
Tras esta nueva bofetada a las relaciones entre Berlín y Washington, el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Guido Westerwelle, recordó que «en suelo alemán rige la ley alemana» y que «estas prácticas amenazan con minar los lazos» que unen estos dos países y que «son imprescindibles para gestionar un mundo globalizado». «Espiar es un delito y los responsables deben responder por ello», aseveró el ministro del Interior, Hans-Peter Friedrich, quien compartió la opinión del jefe de la diplomacia de que «si se han pinchado teléfonos en Alemania se ha infringido la ley de nuestro país».
Por su parte, Obama siguió haciendo oídos sordos a las críticas que lleva recibiendo en las últimos meses por el espionaje masivo en capitales europeas y a sus líderes. Ayer, se limitó a despachar a la Prensa con un «venga hombre, voy a misa» ante las preguntas de un reportero que le esperaba a la salida de la Casa Blanca. Horas más tarde, la NSA se vio obligada a emitir un comunicado firmado por su portavoz, Vanee Vines, en el que aseguró que el presidente nunca fue informado sobre ningún tipo de operativo de investigación sobre Merkel. Una reacción de la agencia provocada por la repercusión de la nueva información. Quienes sí hablaron más detenidamente del asunto fueron dos congresistas republicanos que en un programa de televisión defendieron los programas de Washington en el exterior.
«Sólo ven tres o cuatro piezas de un puzzle de mil. Y con eso sacan una conclusión», explicó el presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Mike Rogers. «Los franceses sólo hablan, pero también espían a EE UU, al Gobierno y la industria americana. En Alemania, fue donde empezó el complot de Hamburgo que llevó al 11-S. Tienen tratos con Irán, Irak, Corea del Norte», recordó Peter King, presidente del Comité de Antiterrorismo en el Congreso.
El manual del «gran hermano»
PRISMA
Recoge las comunicaciones de internet almacenadas en las bases de datos de compañías como Google, Facebook o Microsoft. Entran por las determinadas «puertas traseras» a sabiendas de las empresas.
XKEYSCORE
Selecciona información sobre una persona recopilada en las bases de datos. De los 500 millones de datos de Alemania al mes, 180 millones se recaban con este programa.
TEMPORA
Intercepta los cables de fibra óptica que forman la columna vertebral de internet para tener acceso a grandes cantidades de datos personales de los usuarios.
FAIRVIEW Y BLARNEY
Tras esta nueva bofetada a las relaciones entre Berlín y Washington, el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Guido Westerwelle, recordó que «en suelo alemán rige la ley alemana» y que «estas prácticas amenazan con minar los lazos» que unen estos dos países y que «son imprescindibles para gestionar un mundo globalizado». «Espiar es un delito y los responsables deben responder por ello», aseveró el ministro del Interior, Hans-Peter Friedrich, quien compartió la opinión del jefe de la diplomacia de que «si se han pinchado teléfonos en Alemania se ha infringido la ley de nuestro país».
Por su parte, Obama siguió haciendo oídos sordos a las críticas que lleva recibiendo en las últimos meses por el espionaje masivo en capitales europeas y a sus líderes. Ayer, se limitó a despachar a la Prensa con un «venga hombre, voy a misa» ante las preguntas de un reportero que le esperaba a la salida de la Casa Blanca. Horas más tarde, la NSA se vio obligada a emitir un comunicado firmado por su portavoz, Vanee Vines, en el que aseguró que el presidente nunca fue informado sobre ningún tipo de operativo de investigación sobre Merkel. Una reacción de la agencia provocada por la repercusión de la nueva información. Quienes sí hablaron más detenidamente del asunto fueron dos congresistas republicanos que en un programa de televisión defendieron los programas de Washington en el exterior.
«Sólo ven tres o cuatro piezas de un puzzle de mil. Y con eso sacan una conclusión», explicó el presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Mike Rogers. «Los franceses sólo hablan, pero también espían a EE UU, al Gobierno y la industria americana. En Alemania, fue donde empezó el complot de Hamburgo que llevó al 11-S. Tienen tratos con Irán, Irak, Corea del Norte», recordó Peter King, presidente del Comité de Antiterrorismo en el Congreso.
El manual del «gran hermano»
PRISMA
Recoge las comunicaciones de internet almacenadas en las bases de datos de compañías como Google, Facebook o Microsoft. Entran por las determinadas «puertas traseras» a sabiendas de las empresas.
XKEYSCORE
Selecciona información sobre una persona recopilada en las bases de datos. De los 500 millones de datos de Alemania al mes, 180 millones se recaban con este programa.
TEMPORA
Intercepta los cables de fibra óptica que forman la columna vertebral de internet para tener acceso a grandes cantidades de datos personales de los usuarios.
FAIRVIEW Y BLARNEY
Son la evolución de PRISMA y se utilizan para extraer datos internacionales de manera masiva directamente del flujo que manejan las operadoras en red.
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