“No dejen morir este monumento”
Miembros de la Quinta del Biberón conmemora el 75 aniversario de la Batalla del Ebro en Pàndols
Mercè Pérez Pons Tarragona26 JUL 2013 - 00:01 CET8
Una quincena de excombatientes de la Quinta del Biberón volvieron a reunirse ayer para conmemorar el 75 aniversario del inicio de la Batalla del Ebro, la más cruenta de la Guerra Civil. La ceremonia se celebró en la cota 705 de la Sierra del Pàndols, en Pinell de Brai (Terra Alta), escenario de feroces combates. Los supervivientes de esta agrupación, que ya han cumplido los 92 años, tenían 17 años cuando fueron a la guerra en las filas del Ejército de la República. Ayer se concentraron alrededor del monolito por la paz alzado en Pàndols en recuerdo a los 30.000 soldados de ambos bandos muertos en la Batalla del Ebro.
“Ver morir a compañeros muy de cerca sin que pudieran recibir asistencia médica” fue uno de los aspectos más dolorosos de la contienda, recordaba Joan Guasch. Algunos de los supervivientes de los biberones cada año siguen subiendo al la cota 705 para que nadie olvide lo ocurrido. “Aunque nosotros ya no estemos, no dejen morir este monumento, es eterno”, sentenció Guasch. Otro excombatiente, Joan Sanahuja, explicó que todavía hoy da las gracias por haber sobrevivido a “aquella masacre”.
La madrugada del 25 de julio de 1938, en una noche sin luna, 100.000 soldados del Ejército del Ebro cruzaron el río y penetraron 25 kilómetros en las líneas franquistas para aliviar la presión que el Ejército Nacional ejercía sobre Valencia y tomar la iniciativa en la guerra. La batalla se prolongó durante 115 días y acabó con las tropas republicanas repasando el río.
Una llama encendida ayer el lo que fuera campo de aviación en La Sènia (Montsià), desde donde operaba la aviación de la Lergión Cóndor, recorrerá hasta el 16 de noviembre Amposta, Tortosa, Mòra d'Ebre, Corbera d'Ebre y Gandesa en recuerdo de las víctimas. Ese día del próximo noviembre se celebrará un homenaje institucional a los combatientes en Corbera.
La Universidad Rovira i Virgili, además, ha creado un grupo de investigación interdisciplinar sobre la Batalla del Ebro coincidiendo con el 75 aniversario.
“Ver morir a compañeros muy de cerca sin que pudieran recibir asistencia médica” fue uno de los aspectos más dolorosos de la contienda, recordaba Joan Guasch. Algunos de los supervivientes de los biberones cada año siguen subiendo al la cota 705 para que nadie olvide lo ocurrido. “Aunque nosotros ya no estemos, no dejen morir este monumento, es eterno”, sentenció Guasch. Otro excombatiente, Joan Sanahuja, explicó que todavía hoy da las gracias por haber sobrevivido a “aquella masacre”.
La madrugada del 25 de julio de 1938, en una noche sin luna, 100.000 soldados del Ejército del Ebro cruzaron el río y penetraron 25 kilómetros en las líneas franquistas para aliviar la presión que el Ejército Nacional ejercía sobre Valencia y tomar la iniciativa en la guerra. La batalla se prolongó durante 115 días y acabó con las tropas republicanas repasando el río.
Una llama encendida ayer el lo que fuera campo de aviación en La Sènia (Montsià), desde donde operaba la aviación de la Lergión Cóndor, recorrerá hasta el 16 de noviembre Amposta, Tortosa, Mòra d'Ebre, Corbera d'Ebre y Gandesa en recuerdo de las víctimas. Ese día del próximo noviembre se celebrará un homenaje institucional a los combatientes en Corbera.
La Universidad Rovira i Virgili, además, ha creado un grupo de investigación interdisciplinar sobre la Batalla del Ebro coincidiendo con el 75 aniversario.
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