Francia asegura que ETA actuó de forma 'pensada y asumida' en Capbreton
- Para el capitán David Cruiziat los tres etarras actuaron voluntariamente
- Tuvieron ocho minutos para decidir qué hacer con Trapero y Centeno
Efe | Madrid
Actualizado miércoles 03/04/2013 21:03 horas
El asesinato en 2007 de los guardias civiles Fernando Trapero y Raúl Centeno en la localidad francesa de Capbreton fue un acto "pensado, llevado a término y asumido" por ETA, según ha testificado en París uno de los policías antiterroristas que dirigió la investigación.
Los tres etarras que están siendo juzgados como autores del crimen, Mikel Carrera Sarobe, 'Ata', Saioa Sánchez Iturregi, 'Hintza', y Asier Bengoa López de Armentia, actuaron voluntariamente, ha insistido el capitán David Cruiziat en su declaración ante el Tribunal de lo Criminal de París, que desde ayer juzga a estos tres etarras junto a otros cuatro miembros de la banda terrorista implicados de forma indirecta en el proceso.
Ha relatado que 'Ata', 'Hintza' y Bengoa seguramente identificaron como guardias civiles a Centeno y Trapero cuando coincidieron con ellos en una cafetería de Capbreton, poco antes de las nueve de la mañana del 1 de diciembre de 2007. Y que tuvieron casi ocho minutos para decidir qué hacer desde la salida de los agentes del local y su asesinato.
El policía ha añadido que, aunque hubieran podido evitarlo, "decidieron acudir" donde los guardias tenían aparcado el coche y, "una vez que se aseguraron" de la función de éstos, "decidieron actuar y apretar el gatillo" e incluso rematar a una de las dos víctimas.
Los minutos que permanecieron en la cafetería después de que Centeno y Trapero ya la hubieran abandonado "es un lapso de tiempo compatible con una reflexión (...) y una decisión", ha subrayado.
Cruiziat, que se ocupó de parte de la investigación como oficial de la Subdirección Antiterrorista (SDAT), ha precisado que encargó la misma tarde del asesinato que se tomaran muestras de olor de la mesa de la cafetería ocupada por los etarras. Cuando éstos fueron arrestados, esas muestras permitieron determinar que Carrera Sarobe, 'Ata', estuvo sentado de cara a la mesa que ocuparon los agentes de la Benemérita, y que los dos de espaldas eran Sánchez Iturregi, 'Hintza', y Bengoa.
"Es un método tan fiable como el de las huellas dactilares o el de las muestras de ADN", ha destacado el capitán de policía, poco antes de que Bengoa interviniera para negar su presencia en la escena del crimen.
Cruiziat ha recordado que el crimen fue reivindicado por ETA con un comunicado publicado el 15 de diciembre de 2007 en el que la banda hablaba de "un enfrentamiento armado" con los agentes, que el capitán niega por completo. Cruiziat argumenta que Trapero y Centeno no llevaban sus pistolas, como tampoco las llevaban ninguno de los otros guardias civiles españoles que trabajaban en misiones contra ETA en Francia.
Desde entonces, los miembros de las fuerzas del orden españolas que realizan misiones como estas trabajan armados para poder defenderse en caso de ataques como este, que fue el primer atentado mortal en Francia contra agentes españoles.
Los familiares de los guardias civiles, constituidos como acusación particular en el proceso, insisten en pedir la cadena perpetúa para los acusados. "Confío en la justicia francesa y espero que terminen sus vidas en las cárceles francesas", ha declarado José Centeno, el también guardia civil y padre de Raúl, ante las siete juezas que componen el Tribunal.
Sánchez Iturregi, 'Hintza', ha apoyado la versión de Bengoa, alegando que "no estaba en Capbreton" pero se ha negado a responder a las preguntas que requerían que aclarase si ella o su otro compañero Carrera Sarobe, 'Ata', se encontraban en el lugar del asesinato.
Carrera Sarobe, 'Ata', se ha escudado con un "no tengo nada qué decir".
Los tres etarras que están siendo juzgados como autores del crimen, Mikel Carrera Sarobe, 'Ata', Saioa Sánchez Iturregi, 'Hintza', y Asier Bengoa López de Armentia, actuaron voluntariamente, ha insistido el capitán David Cruiziat en su declaración ante el Tribunal de lo Criminal de París, que desde ayer juzga a estos tres etarras junto a otros cuatro miembros de la banda terrorista implicados de forma indirecta en el proceso.
Ha relatado que 'Ata', 'Hintza' y Bengoa seguramente identificaron como guardias civiles a Centeno y Trapero cuando coincidieron con ellos en una cafetería de Capbreton, poco antes de las nueve de la mañana del 1 de diciembre de 2007. Y que tuvieron casi ocho minutos para decidir qué hacer desde la salida de los agentes del local y su asesinato.
El policía ha añadido que, aunque hubieran podido evitarlo, "decidieron acudir" donde los guardias tenían aparcado el coche y, "una vez que se aseguraron" de la función de éstos, "decidieron actuar y apretar el gatillo" e incluso rematar a una de las dos víctimas.
Los minutos que permanecieron en la cafetería después de que Centeno y Trapero ya la hubieran abandonado "es un lapso de tiempo compatible con una reflexión (...) y una decisión", ha subrayado.
Cruiziat, que se ocupó de parte de la investigación como oficial de la Subdirección Antiterrorista (SDAT), ha precisado que encargó la misma tarde del asesinato que se tomaran muestras de olor de la mesa de la cafetería ocupada por los etarras. Cuando éstos fueron arrestados, esas muestras permitieron determinar que Carrera Sarobe, 'Ata', estuvo sentado de cara a la mesa que ocuparon los agentes de la Benemérita, y que los dos de espaldas eran Sánchez Iturregi, 'Hintza', y Bengoa.
"Es un método tan fiable como el de las huellas dactilares o el de las muestras de ADN", ha destacado el capitán de policía, poco antes de que Bengoa interviniera para negar su presencia en la escena del crimen.
Cruiziat ha recordado que el crimen fue reivindicado por ETA con un comunicado publicado el 15 de diciembre de 2007 en el que la banda hablaba de "un enfrentamiento armado" con los agentes, que el capitán niega por completo. Cruiziat argumenta que Trapero y Centeno no llevaban sus pistolas, como tampoco las llevaban ninguno de los otros guardias civiles españoles que trabajaban en misiones contra ETA en Francia.
Desde entonces, los miembros de las fuerzas del orden españolas que realizan misiones como estas trabajan armados para poder defenderse en caso de ataques como este, que fue el primer atentado mortal en Francia contra agentes españoles.
Los familiares de los guardias civiles, constituidos como acusación particular en el proceso, insisten en pedir la cadena perpetúa para los acusados. "Confío en la justicia francesa y espero que terminen sus vidas en las cárceles francesas", ha declarado José Centeno, el también guardia civil y padre de Raúl, ante las siete juezas que componen el Tribunal.
Bengoa: 'No estuve'
Bengoa ha negado rotundamente su participación en los hechos: "Yo no he estado nunca en Capbreton y por tanto es imposible que tomara parte". Sin embargo, su defensa no coincide ni con las trazas de ADN recogidas en el coche del primer intento de huida, ni con lo sucedido tras el crimen, cuando el etarra fue capturado junto a su compañero 'Hintza' cuatro días después del doble crimen a unos 300 kilómetros del lugar del suceso intentando escapar. Bengoa tiene en su favor que, a diferencia de lo que ocurre con los otros dos imputados por este asesinato premeditado, ninguno de los testigos de esa mañana lo ha identificado formalmente.Sánchez Iturregi, 'Hintza', ha apoyado la versión de Bengoa, alegando que "no estaba en Capbreton" pero se ha negado a responder a las preguntas que requerían que aclarase si ella o su otro compañero Carrera Sarobe, 'Ata', se encontraban en el lugar del asesinato.
Carrera Sarobe, 'Ata', se ha escudado con un "no tengo nada qué decir".
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