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domingo, 23 de septiembre de 2012

GAGOMILITARIA NOTICIAS.-EL PRESIDENTE TURCO Y SU LUCHA CONTRA EL "EJÉRCITO GOLPISTA"


La guerra de Erdogán contra el «ejército golpista»

Más de trescientos oficiales turcos, condenados a penas de entre 20 y 13 años de cárcel. Uno de cada cinco generales en activo está en prisión

Día 22/09/2012 - 04.58h

Un total de 331 oficiales del ejército turco, entre ellos tres antiguos generales, fueron sentenciados ayer a diversas penas de prisión por su participación en el llamado plan «Mazo», una presunta trama golpista destinada a derrocar al gobierno de Recep Tayyip Erdogán durante la década pasada. El general retirado Çetin Dogan (antiguo comandante del Primer Ejército), el general Halil Ibrahim Firtina (antiguo comandante de la Fuerza Aérea) y el almirante Özden Örnek (antiguo comandante de la Armada) fueron condenados a 20 años por el delito de «tratar de hacer caer al gobierno por la fuerza» por un tribunal de Estambul. El resto de condenados recibieron sentencias de entre 18 y 13 años, mientras que treinta y cuatro acusados fueron absueltos.

El tribunal ha determinado que el plan «Mazo» pretendía provocar una serie de incidentes (incluyendo atentados con bomba contra las mezquitas de Fatih y Beyazit, ataques contra objetivos militares para culpar a islamistas radicales, y el derribo de un caza griego sobre el mar Egeo) que permitiesen justificar un golpe de Estado. «Mazo» no es sino una de las diversas operaciones golpistas presuntamente orquestadas durante la pasada década, y cuya investigación judicial ha sido agrupada bajo el nombre genérico de «caso Ergenekón».

A medida que el gobernante Partido Justicia y Desarrollo (AKP) ha ido afianzando su poder, ha sido notoria la enconada lucha que tanto el poder ejecutivo como el judicial han mantenido con un ejército eternamente sospechoso de golpismo, que ha provocado cuatro asonadas en el último medio siglo. La reforma constitucional elaborada por el AKP en 2010, aprobada en referéndum, abrió la puerta para que se juzgase a los responsables del golpe de estado de 1980, el más sangriento de todos. El pasado enero, un tribunal de Ankara aceptó imputar a dicha junta militar, la arquitecta de gran parte del sistema legal aún vigente en Turquía.

Poco después se anunció que se juzgaría también a los artífices del golpe de 1960, tras el que la cúpula militar juzgó y ejecutó al primer ministro depuesto, Adnan Menderes. En abril, el primer ministro, Erdogán, anunció solemnente que la era de los golpes había acabado. «Turquía ya no es un país donde cualquiera se levanta por la mañana y puede llevar a cabo un golpe de Estado», declaró. Un mes después, los tribunales especiales encargados de estos casos ordenaron el arresto de once generales, seis de ellos en activo, por su participación en el «golpe posmoderno» de 1997, que hizo caer al gobierno de Necmettin Erbakan.

El gobierno del AKP no oculta su determinación de someter a las fuerzas armadas a la autoridad civil. Sin embargo, muchos en Turquía creen que existe también un intento de debilitar las capacidades del ejército, una institución cuyo marcado secularismo la enfrenta a las políticas gubernamentales de islamización de la sociedad. Los juicios, así, servirían para neutralizar a los oficiales críticos, como, en opinión de muchos, es el caso del proceso contra el general Ilker Basbug, último jefe del estado mayor hasta su retiro en agosto de 2010, y también imputado por golpismo a principios de este año.

En mayo se hizo pública una estadística que indica que sesenta y nueve generales en servicio activo en Turquía -uno de cada cinco- están en la cárcel. Si se incluyen los altos comandantes retirados que están en prisión, el número se acerca a los ciento cincuenta.


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