Corea del Norte, donde los niños hacen la mili viendo «dibus»
Alejandro Cao de Benós, tarraconense y «relaciones públicas» de la dictadura comunista, explica a ABC.es el particular punto de vista del régimen de Kim Jong-un sobre este televisivo servicio militar para infantes
Día 21/07/2012 - 14.30h
Un niño norcoreano se queda dormido mientras estudia geometría. En su sueño, los Estados Unidos atacan la patria. El compás con el que estaba haciendo ejercicios se transforma en una lanzadera de misiles, y su transportador de ángulos, en el medidor de la inclinación que ésta debe tomar. Los destructores yanquis y sus misiles no tienen rostro humano, y los buenos de la «peli» forman un pelotón de infantes. Como el pequeño se ha distraído en sus estudios, no sabe utilizar correctamente el transportador y sus proyectiles no alcanzan a los barcos del Tío Sam. El niño despierta y se da cuenta de la importancia de saber utilizar bien el transportador de ángulos. Para matar yanquis.
«Los niños ven a EE.UU. como un imperio que subyuga a otras naciones y culturas»
Alejandro Cao de Benós, tarraconense nacionalizado coreano -del norte- y algo así como el relaciones públicas de Kim Jong-un, nos explica el porqué del odio del régimen a los yanquis: «Es lógico que el malo y principal enemigo sean los Estados Unidos, porque hasta día de hoy no han querido firmar el acuerdo de paz, y por ello seguimos oficialmente en guerra con ellos. Además, nos someten a un bloqueo exhaustivo con el fin de destruir nuestro sistema político y económico».
El portavoz de la dictadura comunista explica que en Corea del Norte «los niños ven a Estados Unidos como un imperio que subyuga a otras naciones y culturas, como en Afganistán, Irak, Libia... Aprenden lo que vivieron sus abuelos cuando los estadounidenses ocuparon Corea bajo la falsa bandera de la ONU». Pero matiza: «En Corea del Norte, la gente no alberga rencor a los ciudadanos norteamericanos, porque sabe que muchos están en contra de las políticas abusivas de su Gobierno».
Para el régimen que lidera Kim Jong-un es una prioridad que todos los norcoreanos -incluidos los niños- estén militarmente bien instruidos. «Es lo que se denomina “songun”. Si la población no está unida y preparada, el país sufrirá la dominación del pasado: 40 años de ocupación y colonialismo japonés y tres años de guerra tras la invasión de Estados Unidos en 1950», explica Cao de Benós. El «songun» al que se refiere el tarraconense es la política del Gobierno norcoreano que prioriza, por encima de todo, las necesidades del Ejército Popular de Corea.
Según Cao de Benós, en lo que a la educación de los niños norcoreanos se refiere, la llegada al poder del nuevo «Gran Hermano» traerá pocos cambiós. «Desde el fallecimiento del Gran Líder Kim Jong-il existe una continuidad total. El general Kim Jong-un [ahora mariscal], así como toda la cúpula política, sigue sus pasos», asegura, por si hay algún tipo de duda al respecto. Por otra parte, el «embajador» norcoreano quiere dejar claro que, aunque lo bélico está muy presente en la formación escolar de los niños del país, «se trata sólo de una parte de la educación, también se estudia historia, música o biología». Y se juega al fútbol, «el deporte estrella», afirma Cao de Benós.
Estrellas secuestradas
El corresponsal de ABC en Asia, Pablo M. Díez, es una de las pocas personas occidentales que han entrado en el casi hermético país. Fue en 2007, y allí pudo comprobar la importancia que el lavado de cerebro catódico tiene en la «educación» de niños y mayores. «La programación de la televisión, por supuesto sin anuncios, se basaba exclusivamente en noticias donde el líder aparecía por todos sitios, películas de guerra en las que los americanos son siempre los malos, canciones patrióticas con letras militares y alguna que otra actuación circense», recuerda Díez desde Pekín.
«En la televisión norcoreana el líder aparece por todos sitios»
Por otra parte, el régimen norcoreano y el celuloide han mantenido durante mucho tiempo una muy especial relación de amor. Díez cuenta en El coleccionista de estrellas de cine que «a Kim Jong-il le gustaba tanto el cine que incluso llegó a secuestrar a una actriz surcoreana y a su marido, un famoso director, para rodar una especie de Godzilla comunista».
Aunque nada cambie, el tiempo también corre en Corea del Norte. Los viejos líderes pasan a mejor vida, y llegan otros nuevos. Ahora el joven Kim Jong-un está al mando de la nave, y puede que un nuevo estilo de entretenimiento educativo haya llegado al «Reino Eremita». Quizás Cao de Benós se equivoque y el régimen sí esté aprobando algunos cambios en lo referente a la educación-instrucción militar de los más pequeños. «Están entrando de China ropas con figuras de Mickey y Minnie Mouse, que se están volviendo populares entre los niños, y vídeos de contrabando con culebrones surcoreanos», nos cuenta Pablo M. Díez. Que tiemblen los populares ratones de «la fábrica de los sueños», puede que uno de estos días alguien se los lleve de Disneyland.
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