6 DE JUNIO DE HACE 68 AÑOS.-Las primeras luces de la mañana del día 6 de Junio de 1944 inundan las playas de Omaha, en la costa francesa.
Por esta fecha, la Segunda Guerra Mundial hacía estragos en todo el planeta, la lucha había alcanzado niveles hasta el momento jamás imaginados y los acontecimientos en ambos contingentes se precipitaban hacia un incierto destino teñido del color de la guerra.
Ya desde 1942, Gran Bretaña se alza como centro de operaciones y desde allí el frente aliado empieza a planear y madurar la idea de poner en marcha una operación capaz de invadir Europa y romper con la hegemonía que los alemanes nazis poseen sobre el continente. La opinión generalizada de los estrategas es que la invasión debería llevarse a cabo desde el oeste; exactamente, desde Inglaterra a la región de Normandía en la Francia ocupada y mediante desembarcos anfibios sobre un 95% de playa; una vez en territorio francés, se llevaría uno de los ataques más sonados de la Historia. Es bien sabido que los preparativos fueron harto tediosos debido a que en el periodo de dos años no se dudó en reclutar un gran número de hombres y de reunir un material suficiente para llevar a cabo con éxito la operación; el resultado fue digno de sus prolegómenos ya que casi 3 millones de soldados llegaron a cruzar el Canal de la Mancha. El hecho de que se llevasen todas las operaciones con el más absoluto secretismo no hizo más que revestir, aún más, de leyenda el desenlace del plan.
La Mayor Operación Militar de la Historia
Nunca antes del 6 de junio de 1944, a pesar de las múltiples guerras habidas, había realizado la especie humana una operación militar de la envergadura del desembarco aliado en Normandía. 6939 navíos atravesaron el canal de la Mancha la noche del 5 al 6 de junio, de los cuales 1213 buques de guerra, 4126 barcos de desembarco, 736 de servicios y 864 de mercancías. Por encima de semejante armada, 11 590 aparatos cruzaron los cielos: 5050 cazas, 5110 bombarderos, 2310 aviones de transporte, 2600 planeadores y 700 aviones de reconocimiento. En cuanto a los efectivos, fueron 132 715 hombres los que desembarcaron el “Día D”, además de los 15 000 norteamericanos y 7000 británicos lanzados en paracaídas la víspera tras las líneas enemigas desde 2395 aviones.
A pesar de su magnitud, esas cifras distan mucho, sin embargo, de dar su pleno significado a la amplitud de la operación militar. Antes ya del desembarco, los dragaminas habían limpiado cinco inmensos pasillos para permitir el paso de la armada aliada. El desembarco, por sí mismo, para lo único que debía servir era para establecer una cabeza de puente que permitiera desembarcar tropas y medios materiales en cantidades mucho más importantes. Y fue así como en menos de un mes, un millón y medio de soldados aliados fueron desembarcados con todo su equipo, especialmente decenas de miles de vehículos blindados (solo del tanque Sherman se construyeron 150 000 unidades).
Para todo ello, se movilizaron medios materiales y humanos descomunales. Para que los buques pudieran descargar la carga y los pasajeros, los aliados necesitaban un puerto en aguas profundas como el de Cherburgo o Le Havre. Pero como estas dos ciudades no han sido tomadas de inmediato, fabrican pieza a pieza frente a las dos pequeñas poblaciones de Arromanches y Saint-Laurent, dos puertos artificiales trayendo desde Inglaterra cientos de encofrados flotantes de hormigón que después serían sumergidos para que sirvieran de diques y de muelles (operación “Mulberry”). Durante algunas semanas, Arromanches fue el mayor puerto del mundo antes de pasar el relevo a Cherburgo, ciudad tomada por los Aliados un mes después del desembarco y cuyo tráfico duplicó entonces el del puerto de Nueva York en 1939. En fin, a partir del 12 de agosto, los Aliados podrán empezar a usar PLUTO (Pipe Line Under The Ocean), un oleoducto submarino para el aprovisionamiento en carburante entre la isla de Wight y Cherburgo.
Esos medios materiales y humanos descomunales son ya de por sí un símbolo patente de lo que se ha convertido el sistema capitalista, un sistema que engulle para la destrucción cantidades fenomenales de medios tecnológicos y de trabajo humano. Pero además de lo desmesurado hay que recordar, sobre todo, que la operación “Neptuno” (nombre secreto del desembarco en Normandía), era en realidad la preparación de una de las mayores matanzas de la historia: la operación “Overlord”, conjunto de planes militares en Europa occidental a mediados de 1944. A lo largo de las costas de Normandía pueden verse esas interminables filas de cruces blancas testigos del cruel tributo que pagó toda una generación de jóvenes norteamericanos, ingleses, canadienses, alemanes, etc. con apenas 16 años algunos de ellos. Y esos cementerios militares no cuentan los civiles, mujeres, niños y ancianos muertos durante las batallas que, en algunos casos, son casi tantos como la de los soldados caídos en combate.. La batalla de Normandía, durante la cual las tropas alemanas intentaron impedir a las tropas aliadas pisar Francia y luego penetrar tierra adentro, terminó con cientos de miles de muertos en total.
Desembarco de Normandia
Sería bajo la batuta de Marshall y Eisenhower, con el pseudónimo “operación Overlord” y con una duración de más de dos meses (desde el 6 de junio, con el Día D, hasta el 25 de agosto, la liberación de París), cuando se llevase a cabo una de las campañas más brillantes de la Historia. 1944 es un año que hace propicia su ejecución ya que a la altura de este año Alemania parecía tener las fuerzas dispersas y la guerra ya empezaba a hacer estragos en algunos frentes de importancia como eran los del este, África o Italia. La clave aliada era la desorientación; es decir, el hecho de hacer previsible algún ataque pero proporcionando datos erróneos como es el ejemplo del lugar elegido para poner en marcha la operación, resultarían decisivas a la hora de restar poder al imperio alemán.
Una de las consecuencias más célebre de esta táctica de desorientación fue el sonado lanzamiento de hojas de papel por parte de los aviones aliados al este de donde se iba a realizar, su objetivo no era otro que confundir a los radares alemanes, confusión que llegaría a tal nivel de engaño que el 24 de Julio de 1944, el mismísimo Hitler seguía convenciendo a sus generales de que el desembarco de Normandía no era otra cosa que una maniobra de distracción aliada ya que estaba profundamente convencido de que éste se produciría en la costa de Calais, es por ello por lo que centró toda su atención en crear el conocido muro del atlántico.
El desembarco dividió el ataque aliado sobre la costa normanda en zonas de influencia; cinco playas que fueron bautizadas con los nombres de Utha, Omaha (la playa más difícil de tomar y en donde murieron 6.000 estadounidenses y 15.000 fueron heridos), Gold, Juno y Sword.
En cada una de estos escenarios los soldados aliados se enfrentaban a sencillas fortificaciones excavadas en las laderas y dotadas con ametralladoras y artillería de medio alcance con la que hacer frente a estas tropas que, tras el desembarco, dieron su vida por avanzar a través de la playa. Más allá de la costa, la artillería pesada (unida telefónicamente con puestos de observación instalados en lo alto de los cerros sobre la playa) era la encargada de abatir a los soldados aliados más audaces que habían logrado sortear el fuego inicial. La escena era den lo más sangrienta y muchos fueron los que perdieron sus vidas en esas blancas arenas pero lo cierto es que poco a poco el fuego alemán dejó de tener densidad ni continuidad tras el buen hacer de la infantería y de la efectiva labor de los barcos de combate que apoyaban el desembarco a partir de una constante ráfaga de tiros contra los objetivos terrestres.
La confianza puesta por los aliados en estas campañas y los excelentes resultados obtenidos en cada uno de los frentes evidenciaron un deterioro alemán con tendencia a una situación marcada por la más absoluta vulnerabilidad en la zona más al oeste del mapa bélico. La figura del general estadounidense Patton tiene un especial protagonismo en este capítulo histórico debido a su faceta de gran estratega y a sus aún mejores resultados haciendo frente a los alemanes en el frente sur (Falaise) y compaginando con las fuerzas canadienses la tarea que denominaron “el cerramiento de la bolsa” (20 de agosto de 1944) cuyo resultado no fue en ningún momento decepcionante a pesar de que una parte de las fuerzas alemanas había conseguido escapar antes.
Una vez hecho trizas una importante parte del ejército del Reich los ánimos estaban bastante altos y todas las divisiones implicadas se sintieron fuertes para dirigirse hacia el siguiente objetivo: París, la capital europea había estado, hasta la fecha, bajo mando alemán.
La liberación de París se llevaría a través del Sena los días 23 y 25 de agosto y contando con tropas de la Francia libre apostadas en Normandía como fue la 2ª División Blindada del general Leclerc, cuya 9ª compañía estaba compuesta en su totalidad por republicanos españoles.
A pesar de este importante debilitamiento y retroceso de las fuerzas alemanas los ataques no eran inofensivos, en estas fechas tan avanzadas aún se constatan varios contraataques con artillería panzer y un austero aguante beneficiados por cierta torpeza manifestada por las tropas británicas en la toma de la ciudad de Caen. Finalmente, París fue liberado al tiempo que se realizaba otro desembarco aliado en el mediterráneo como refuerzo a esta victoria, ahora la línea física que separaba los dos contingentes era el Rin y los aliados se sentían más invencibles que nunca. La guerra parecía haber llegado a su fin, muy pocos eran los frentes europeos que ofrecerían una resistencia tan rígida como el descrito, Alemanía sería sólo un recuerdo.
Hoy, Se cumplen los 68 años del Desembarco de Normandía y su relato continúa sindo estremecedor ya que se cobró las importantes cifras de 240.000 muertos/heridos, 200.000 prisioneros/desaparecidos, 37.000 muertos y 172.000 heridos/desaparecidos.
La Cruda Verdad del ‘Día D’, Según Beevor
Un total de 240.000 bajas en las filas alemanas, 200.000 en los aliados y 70.000 civiles muertos en Francia por la acción de los aliados. Estas son las crudas cifras que dejó el Desembarco de Normandía, una batalla “mitificada” por los vencedores y convertida en “propaganda comercial” gracias al cine y la televisión. Una imagen que el historiador Antony Beevor intenta desmontar en su último libro, El Día D.
Cartas privadas, diarios de soldados y antiguas entrevistas han permitido al historiador reconstruir, con un realismo estremecedor, el horror que vivieron soldados y civiles durante el El Día D. “Hollywood deja vender sus películas con el subtítulo de ‘basadas en hechos reales’ como una estrategia de markerting que empezó hace 15 o 20 años”, explicó el historiador, para quien el peligro de esta estrategia es que la mayoría de las personas ya no distinguen entre “hechos y ficción”. “No fueron héroes todos los que participaron en el desembarco de Normandía”, admitió.
“El peligro es que el conocimiento histórico de la mayoría de la gente procede de películas y series de televisión, más que de los libros. Vivimos en una sociedad post literaria donde la imagen es más importante y poderosa que la palabra”, explicó el autor, que ha convertido sus libros Stalingrado, Berlin. La caída: 1945 y la Guerra Civil española en best sellers, traducidos a más de treinta idiomas.
Enfrentamiento Terrible
Con una prosa ágil, y sin ahondar en tácticas de guerra o detalles geopolíticos, Beevor describe en El Día D los preparativos de la invasión de Normandía por las fuerzas aliadas; la disciplina y resistencia de los soldados alemanes; el enfrentamiento terrible en las playas y el calvario de los civiles franceses masacrados por ambos bandos.
En este sentido, Beevor denunció que en el dia D murieron muchos más civiles franceses que soldados británicos y aseguró que uno de los “máximos errores” de esta guerra fue el bombardeo de Caen, ocurrido semanas después del desembarco, el 7 de julio de 1944 por el “número de víctimas que causó entre los civiles”. “Algunas veces los bombardeos son innecesarios e inútiles”, reconoció este autor, que fue oficial regular del ejército británico durante cinco años, profesión que abandonó para escribir su primera novela. “No sé cómo van a reaccionar los lectores estadounidenses ante este libro, pero la críticas previas son mejores de las que esperaba”, confesó el autor en referencia a la publicación del libro en Estados Unidos en las próximas semanas.
En la mayoría de las páginas de El Día D el protagonismo lo tienen los individuos en un intento de “integrar los hechos de la historia desde arriba y desde abajo”, explicó Beevor, para quien el éxito de sus libros, responde en parte al interés de la gente, desde la década de los 80, en conocer la “actitud del individuo” y no los hechos colectivos. En este sentido, alegó que en sus libros la gente puede ver cómo una decisión de Hitler o Stalin “afectaba directamente a las vidas de los soldados y civiles implicados” en la contienda. “He tenido mucha suerte de que la gente esté interesada en los aspectos personales de las guerras”, añadió.
“La Guerra No Puede Ser Moral”
“La guerra no puede ser moral”, advirtió este autor, para quien Los Aliados respondieron a los ataques de los alemanas con una “tecnología superior” que provocó muchas más víctimas. “Ahora los bombardeos son muchos más precisos”, señaló este historiador en referencia a la guerra de Irak, donde las bajas entre civiles fueron menores.
Preguntado por el caso de Afganistan, donde la población civil sufre bajas continuas, Beevor señaló que no se pueden comparar ambas guerras, ya que lo que ocurre en Afganistán es una “guerra de guerrillas” donde los combatientes “se esconden detrás de los civiles”, afirmó. Beevor quien en su libro describe el “cruel martirio” que vivieron los habitantes de Caen o Saint Lô durante el desembarco, también menciona gestos nobles de los vencidos y explica las diferencias que había entre Churchill, De Gaulle, Roosevelt o Eisenhower.
Para este historiador, quien considera que el desembarco ha sido mitificado por cintas como El día más largo o Salvar al Soldado Ryan, hay muy “pocas películas buenas sobre la II Guerra mundial” y explicó que los americanos “tienen que sentirse bien fuera de su país, porque, dentro, no se siente bien con ellos mismos”.
Anecdotas y Curiosidades
*Para la batalla, se movilizaron medios materiales y humanos descomunales. Para que los buques pudieran descargar la carga y los pasajeros, los aliados necesitaban un puerto en aguas profundas como el de Cherburgo o Le Havre. Pero como estas dos ciudades no iban a ser tomadas de inmediato, se construyen pieza a pieza frente a las dos pequeñas poblaciones de Arromanches y Saint-Laurent, dos puertos artificiales trayendo desde Gran Bretaña cientos de encofrados prefabricados flotantes de hormigón que después serían sumergidos para que sirvieran de diques y muelles.
Los medios de desembarco se dividían en dos grandes tipos, Landing Ship y Landing Craft. En general un Landing Craft debía ser transportado y remolcado hasta la proximidad de la orilla, mientras que un Landing Ship era capaz de hacer travesías marítimas por sus propios medios.
La misión fue dirigida por el Comandante Supremo Aliado Dwight David Eisenhower, y el mando de las fuerzas terrestres lo ostentó Bernard Law Montgomery. Antes de invadir Europa, Eisenhower mandó entregar una carta a cada soldado aliado que participaría en la batalla. Esta carta probablemente sea el comunicado escrito más conocido e importante que se recuerda.
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*Tras el desembarco de Normandía, al internarse los Aliados en el interior de Francia, se establecieron combates en una zona pantanosa. La niebla era persistente y la orientación difícil. El principal problema era coordinar la artillería con la infantería, pues cuando la infantería pedía bombardear una posición, descubría que las balas caían lejos, pues ellos mismos estaban perdidos. En al menos una ocasión, un capitán de pelotón pidió que bombardearan lo que él creía que era su propia posición. Al ver caer los obuses en otro lado, supo orientarse y corrigió el tiro. No se aceptó como método válido, pues la posibilidad del suicidio era no despreciable
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“ El amigo Rommel estuvo a punto de ganar esa batalla.Como bien se sabe, muchas divisiones Panzer estaban situadas en Francia, entre París y la zona del desembarco exactamente, y Rommel solicitó que esas divisiones se acercaran mas a la Muralla del Atlántico (así se llamaba la fortificación alemana) para que le pudieran servir en caso de que se las necesitara, pero el encargado de defender París solicitó que se quedaran mas cerca de París para poder defenderla mejor. El caso es que Hitler decidió poner las divisiones a una distancia intermedia, pero lo suficientemente alejada como para que a Rommel no le sirvieran en caso de necesitarlas. Y se puede pensar que ni que los panzer hubieran cambiado la batalla, pero asi fue, una sola división panzer de las SS (la única que participó) provocó estragos allí donde atacó... Haceos a la idea de lo bueno que era Rommel como general.
Es asombroso lo que podía haber hecho Rommel si Hitler le hubiera dejado, pero a Rommel aún asi un avión aliado alcanzó al coche en el que viajaba Rommel de un fuerte a otro y casi muere por ese ataque (le faltó poco y tuvieron que reconstruirle la cara de lo mal que había acabado). Los otros tripulantes murieron en el lugar del ataque. Mas tarde tuvo lugar el famoso ataque contra Hitler, a raiz del cual se acusó a varios generales de estar involucrados, incluido el propio Rommel Tuvo que suicidarse para salvar a su familia... Le enterraron como héroe nacional poco después, con Hitler aún vivo.
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