La Liga Árabe pide a la ONU una fuerza de paz conjunta para Siria
La Liga aumenta las sanciones comerciales, suspende la colaboración diplomática con Damasco y abre canales de comunicación con la oposición. También ofrece a los opositores apoyo político y financiero
La Liga Árabe ha retomado hoy la iniciativa diplomática en la crisis siria, y ha aprobado una resolución en la que insta al Consejo de Seguridad de la ONU a crear una fuerza de paz conjunta que ponga freno a la violencia que desangra Siria. En una reunión extraordinaria celebrada en El Cairo, los ministros de Exteriores de la Liga han acordado también poner fin a su misión de observadores en Siria, aumentar las sanciones económicas al régimen de Damasco y suspender la colaboración diplomática.
De acuerdo con el comunicado oficial del encuentro, la fuerza de paz tendría como objetivo “verificar la implementación de un alto al fuego”, que deberá alcanzarse previamente entre el Gobierno sirio y la oposición. “Ha llegado la hora de tomar acciones decisivas para frenar el baño de sangre que sufre el pueblo sirio desde principios del año pasado”, ha dicho en la reunión Nabil Elaraby, secretario general de la Liga, y uno de los principales impulsores de la medida. “Debemos movernos en todas direcciones (...) para parar el ciclo de violencia en Siria”.
El envío de cascos azules deberá ser sometido a consideración del Consejo de Seguridad, por lo que no existe ninguna garantía de su ejecución. Rusia y China podrían vetar la resolución, tal y como ya hicieron la semana pasada con una propuesta que instaba al presidente sirio, Bachar el Asad, a dimitir y entregar el poder al vicepresidente del país como salida a la crisis.
La acción de la Liga Árabe supone un cambio de estrategia respecto a la sugerida durante los últimos días en los foros diplomáticos, y que pasaba por implicar a la Asamblea General de la ONU en el conflicto. A diferencia del Consejo, en este órgano ningún país tiene derecho a veto, pero sus resoluciones no son vinculantes.
De acuerdo con el comunicado oficial del encuentro, la fuerza de paz tendría como objetivo “verificar la implementación de un alto al fuego”, que deberá alcanzarse previamente entre el Gobierno sirio y la oposición. “Ha llegado la hora de tomar acciones decisivas para frenar el baño de sangre que sufre el pueblo sirio desde principios del año pasado”, ha dicho en la reunión Nabil Elaraby, secretario general de la Liga, y uno de los principales impulsores de la medida. “Debemos movernos en todas direcciones (...) para parar el ciclo de violencia en Siria”.
El envío de cascos azules deberá ser sometido a consideración del Consejo de Seguridad, por lo que no existe ninguna garantía de su ejecución. Rusia y China podrían vetar la resolución, tal y como ya hicieron la semana pasada con una propuesta que instaba al presidente sirio, Bachar el Asad, a dimitir y entregar el poder al vicepresidente del país como salida a la crisis.
La acción de la Liga Árabe supone un cambio de estrategia respecto a la sugerida durante los últimos días en los foros diplomáticos, y que pasaba por implicar a la Asamblea General de la ONU en el conflicto. A diferencia del Consejo, en este órgano ningún país tiene derecho a veto, pero sus resoluciones no son vinculantes.
La Liga ha optado también por cancelar de forma definitiva su misión de observadores en Siria, cuya labor había sido congelada el pasado 28 de enero a causa del incremento de la violencia. Mientras los jefes de la diplomacia árabe aún se encontraban reunidos discutiendo el futuro de la misión, su máximo responsable, el general sudanés Mohamed el Dabi, ha anunciado su dimisión alegando un supuesto sesgo de la organización panárabe.
“No trabajaré ni una sola vez más en el marco de la Liga Árabe. Desempeñé mi trabajo con una integridad plena, pero no lo haré otra vez porque aquí la situación es sesgada”, ha declarado a la agencia Reuters. El Dabi ha señalado que había recibido numerosas críticas a su labor por parte de la oposición siria, así como de organizaciones de derechos humanos por su papel en la represión en Darfur.
Encima de la mesa de los ministros de Exteriores árabes también se encontraba el reconocimiento del opositor Consejo Nacional Sirio como interlocutor oficial. Opción que finalmente han declinado aunque se han comprometido a “abrir canales de comunicación con la oposición siria y facilitar todas las formas de apoyo político y financiero a la misma”.
Los renovados esfuerzos diplomáticos de la Liga Árabe ocurren en paralelo a los del Consejo de Cooperación del Golfo, cuyas monarquías expulsaron de forma coordinada a los embajadores sirios de sus legaciones durante la semana pasada. Libia y Túnez siguieron sus pasos, y Damasco reaccionó ayer dando un plazo de 72 horas a estos dos países para que cierren sus embajadas.
Por otro lado, Túnez anunció su disposición a albergar el próximo 24 de febrero la primera reunión del grupo de contacto Amigos de Siria, formado a instancias de Francia y Estados Unidos después del veto de Rusia y China a la resolución de condena al régimen sirio.
La reunión de la organización panárabe coincidió con la difusión de un vídeo del líder de Al Qaeda Ayman al Zawahiri en el que muestra su apoyo a la revuelta siria y advierte al pueblo sirio que no confíe en Occidente ni en los Gobiernos árabes. “Ya sabéis que ellos están haciendo planes contra vosotros. Pueblo sirio, no dependas de la Liga Árabe ni los Gobiernos corruptos que la apoyan”, afirma Al Zawahiri, que califica de “carnicero” al presidente El Asad.
Fuente Diario "EL PAIS"
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La Asamblea General de la ONU estudia de nuevo la situación en Siria
La Asamblea General de la ONU se reúne este lunes para tratar sobre la grave situación que atraviesa Siria, después de que la Liga Árabe haya pedido al organismo internacional enviar a ese país árabe una misión de paz conjunta.
El organismo internacional convocó esa reunión a instancias de su presidente, el diplomático catarí Abdulaziz Al Naser y en ella está previsto que la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos (ACDH), Navi Pillay, informe a los 193 estados miembros de los últimos acontecimiento ocurridos en ese país.
Mientras la violencia y la represión ejercida por el régimen del presidente Bachar Al Asad se sigue cobrando víctimas en el país árabe, pues este domingo murieron otras 39 personas en la ciudad rebelde Homs, según indicó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
En los once meses que duran los enfrentamientos entre el régimen de Damasco y los opositores han muerto, según dijo la ONU a mediados de enero, más de 5.400 personas, entre ellos 400 niños, aunque desde entonces y según la oposición siria, las víctimas civiles superan las 6.000.
Tras varios semanas de infructuosas negociaciones, la Liga Árabe acordó este domingo pedir al Consejo de Seguridad de la ONU formar una fuerza de paz conjunta para Siria, al tiempo que decidieron retirar a sus embajadores y aumentar las sanciones económicas contra Damasco.
Los ministros de Exteriores árabes convinieron en solicitar una resolución del Consejo de Seguridad para crear una misión integrada por 'cascos azules' de la Liga Árabe y de Naciones Unidas que compruebe sobre el terreno el alto el fuego en Siria. Esa organización, que ya ha puesto fin a la anterior misión de observadores árabes, decidió también contactar con la oposición siria y ofrecerle ayuda política y económica, y pedirle que "unifique sus filas".
Igualmente quieren mantener con la oposición un diálogo serio previo a la conferencia internacional sobre Siria, que determinaron celebrar el próximo día 24 de febrero en Túnez. En Naciones Unidas, varios países árabes han trabajado en los últimos días sobre una propuesta de resolución sobre Siria que se llevará a votación en la Asamblea y que condena la violencia.
'Proceso político sin exclusiones'
Ese documento muestra su "total apoyo" al plan de la Liga Árabe, y es similar al vetado hace una semana por Rusia y China en el Consejo de Seguridad. El proyecto de resolución, al que tuvo acceso Efe, condena las violaciones "sistemáticas" de derechos humanos en Siria, exige al régimen de Damasco detener "de forma inmediata" los ataques contra la población civil y pide a los grupos armados que se abstengan de recurrir a la violencia.
El texto, patrocinado por Arabia Saudí, llama a un "proceso político sin exclusiones" liderado por los sirios, desarrollado en un ambiente "libre de violencia, intimidación y extremismo", y que permita al pueblo sirio afrontar sus "legitimas aspiraciones".
Aunque no pide de forma expresa la salida del poder de Al Asad, sí muestra su "total apoyo" a la propuesta de la Liga Árabe de "facilitar" una transición política a partir de un diálogo "serio" entre el régimen y "todo el espectro de la oposición", que termine en un sistema "democrático y plural".
El documento que votará la Asamblea General invita también al secretario general del organismo, Ban Ki-moon, a designar a un enviado especial para Siria que ayude a promover una "solución pacífica" a la crisis, y a informar sobre la implementación de la resolución una vez que pasen quince días desde su aprobación.
La Asamblea General de la ONU ya adoptó en diciembre pasado y por una amplia mayoría una resolución de condena de la situación de los derechos humanos en Siria y pidió el fin de la represión contra los manifestantes. Esa resolución fue aprobada entonces por 133 países, mientras que 41 se abstuvieron (Rusia y China entre ellos) y trece votaron en contra, entre los que estuvieron Cuba, Ecuador, Nicaragua y Venezuela, así como Corea del Norte e Irán, entre otros.
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