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jueves, 25 de agosto de 2011

GAGOMILITARIA NOTICIAS.-LIBIA, "SE BUSCA A GADAFI" UN MILLÓN VIVO, O MUERTO







Más de un millón por Gadafi vio o muerto

La cabeza de Gadafi ya tiene precio. Un empresario de Bengasi ha necesitado 48 horas para ofrecer una recompensa de 1,3 millones de dólares —unos 900.000 euros al cambio— por la captura del líder libio, que sigue en paradero desconocido. Así lo reveló el presidente del Consejo Nacional de Transición (CNT), Mustafá Abdul Jalil, para quien «todo acabará cuando Gadafi sea capturado».

Hasta entonces, la lucha sigue abierta y, para intentar terminar con ella cuanto antes, el dirigente opositor adelantó también que «a cualquier persona de su círculo próximo que mate a Gadafi o le capture la sociedad le dará una amnistía o perdón por cualquier crimen que haya cometido». Una oferta que para algunos miembros de la cúpula del régimen puede resultar incluso más apetitosa que los dólares.

Las calles de la capital vivieron una nueva jornada de enfrentamientos y las fuerzas de Gadafi volvieron a bombardear zonas como Bab al-Aziziya, el barrio de Al Mansoura y otra zona próxima al hotel Rixos, lugar donde el régimen recluía hasta ayer a los periodistas internacionales que acudieron a trabajar al país. Los combates más violentos se registraron al sur de la capital, en Al-Hadhba al-Jadra, lo que llevó a declarar a algunos rebeldes que Gadafi todavía podría encontrarse «en algún lugar de Trípoli, probablemente en esta zona sur».

Último mensaje
Abdel Salam Jalloud, un aliado cercano de Gadafi que cambió de bando la semana pasada, contó a la televisión qatarí Al Yasira que el tirano tenía un plan para desaparecer un tiempo y liderar una campaña de guerrilla una vez que las fuerzas aéreas de la OTAN se hayan retirado.

«Si los rebeldes abren las carreteras, puede que lo capturen vestido de mujer, intentando cruzar la frontera de Argelia o la de Chad», añadió Jalloud, que definió a Gadafi como «un enfermo de poder».

La última aparición del líder libio fue a través de un nuevo mensaje de radio en la madrugada del miércoles, en el que ofreció su particular visión de los hechos y llamó a los ciudadanos de la capital a «purgar las calles de ratas», en referencia a los milicianos. En este mensaje calificó de «movimiento táctico» el abandono de Bab al-Aziziya después de los 64 bombardeos de la OTAN que allanaron el camino para el asalto final de los rebeldes, que lograron llegar al corazón del régimen. Así, los desvelos de los cientos de hombres que en las últimas jornadas se esfuerzan por encontrar a Gadafi en los túneles de su fortaleza podrían resultar estériles.

Perdido el símbolo de sus cuatro décadas en el poder, a Gadafi sólo le queda Sirte como plaza fuerte. Hacia allí se están dirigiendo las unidades rebeldes del frente este, que esperan poder liberar la localidad natal del dictador, una de las fronteras que no han podido superar en los siete meses de revolución. El avance se está realizando sin demasiada oposición, por lo que ya se ha recuperado el control sobre los enclaves petroleros de Brega y Ras Lanuf. Paralelamente, los milicianos de Misrata también avanzan sobre Sirte para cercar la ciudad por dos flancos y acelerar así su rendición.

Transición en marcha
Aunque la guerra aún no haya terminado —el avance de la oposición eleva a 400 los muertos y dos mil los heridos en la batalla de Trípoli—, los dirigentes rebeldes quieren poner en marcha cuanto antes el proceso de transición que culminará con la celebración de elecciones en el plazo de ocho meses a partir de la caída del régimen.

El respaldo de la comunidad internacional a los rebeldes —y de ya prácticamente la totalidad de legaciones diplomáticas libias repartidas por el mundo— está asentado. Incluso China, uno de los países que se mostraron más reacios a la intervención de la OTAN, ha pedido una transición en el poder y ayer aseguró, mediante el portavoz de su Ministerio de Exteriores, que su Gobierno ya mantiene contactos con el CNT, lo que en la práctica se entiende como un reconocimiento por parte de Pekín del nuevo Gobierno de transición.

Además, ese respaldo internacional puede dar un paso más y cristalizarse en el descongelamiento de 1,5 billones de dólares libios para que el país pueda hacer frente a las necesidades humanitarias más urgentes a las que se enfrenta, según una propuesta que Estados Unidos elevó ayer a la ONU. Mientras, Reino Unido y Francia trabajan para elaborar la resolución de Naciones Unidas que descongele el resto de los fondos libios y levante todas las sanciones.

Por su parte, el CNT promete reanudar cuanto antes las exportaciones de crudo. Y Ahmed Jehani, un representante de los rebeldes, lanzó un mensaje tranquilizador al garantizar que se respetarán todos los contratos firmados con empresas petrolíferas durante el mandato de Gadafi, incluyendo las compañías chinas.

Siete meses de revolución castigan severamente a unos civiles que se están animando a regresar a sus casas tras los últimos avances de la revolución. El triunfo en la batalla por Trípoli y la toma de Bab al-Aziziya han supuesto el espaldarazo definitivo para una revuelta que parece cerca de lograr lo mismo que antes obtuvieron tunecinos y egipcios.

Fuente Diario "ABC"


Los rebeldes buscan a Gadafi vivo o muerto

Los sublevados combaten para afianzar su control de Trípoli mientras ofrecen una recompensa o inmunidad para quien entregue o asesine al dictador libio

Convertido en fugitivo, con una recompensa sobre su cabeza de 1,7 millones de dólares y con la promesa de amnistía para cualquiera de sus colaboradores que ponga fin a su vida, Muamar el Gadafi, tal como había prometido, no se rinde. A poco más de un mes del 42º aniversario del golpe de Estado que le aupó al poder, el dictador aseguró que su huida anteayer de Bab el Azizia, su fortaleza en la caótica Trípoli, es solo un movimiento "táctico" e hizo un llamamiento a sus fieles en la capital a combatir por la victoria o el martirio.

Le persiguen con empeño los rebeldes, convencidos de que se esconde en Trípoli, donde el tableteo de las ametralladoras, el zumbido de cohetes y lanzagranadas y algún bombardeo de la OTAN se escucharon durante todo el día. Las columnas de humo ennegrecieron el cielo. En Bengasi, capital de los sublevados, crece la consigna de que hay que conquistar Sirte, ciudad natal del dictador, para evitar la contraofensiva, según informa Álvaro de Cózar.

Los insurrectos deben combatir en varios frentes, aunque contra un enemigo que progresivamente se debilita. Los alzados en Misrata, experimentados en la guerrilla urbana tras sufrir meses de asedio, encabezaron el asalto a Bab el Azizia; los de Yefren, originarios de las montañas del oeste, defienden algún barrio de la capital; la base gadafista en Zuara, cerca de la frontera tunecina, cayó ayer por la tarde en manos insurrectas, y también avanzan en el este del país sin prisa pero sin pausa, camino de Sirte, la ciudad donde Gadafi nació y donde cuenta con muchos partidarios de su tribu. Pero la clave es Trípoli. Y aunque Abdulhamid Taleb dice ser uno de los comandantes guerrilleros en esta ciudad de dos millones de habitantes, se observan escenas similares a las que se vivían en Cirenaica en el mes de marzo. Pocos obedecen órdenes y las camionetas dotadas de ametralladoras, o no, parten a la lucha cuando creen conveniente. Uno de esos grupos se ha trasladado durante la madrugada al hotel Corinthia, en el centro de la ciudad, al sospechar que allí podría estar alojado Saadi, el hijo futbolista de Gadafi, informa Reuters.

Sin experiencia en la batalla

Muchos vecinos de Trípoli carecen totalmente de adiestramiento para empuñar armas y marchan al cercano frente con más coraje que capacidad de hacer daño. Entre ellos, chavales que apenas rozan la mayoría de edad. Seguramente por ello, los curtidos rebeldes procedentes de otras ciudades libias han llevado la voz cantante en importantes misiones en Trípoli. Taleb afirmaba ayer lo que se observaba desde las terrazas tripolitanas mirando en dirección sur. "Quedan focos de leales a Gadafi", decía, "en los barrios de Abu Salim, Al Hadba Al Jadra [el barrio en el que los dirigentes insurrectos creen que se esconde el autócrata] y Yala Furyan, y también en la carretera del aeropuerto, donde están apostados francotiradores". Pero aunque por la mañana también hubo escaramuzas en la plaza Verde (ahora de los Mártires), los insurgentes se esfuerzan por despreciar la presencia de francotiradores y cualquier ciudadano piensa que es solo cuestión de tiempo para celebrar la captura de Gadafi.

El martes se vivieron en Bab el Azizia -donde ayer los rebeldes permitían acceder o no según la intensidad de la lucha- instantes que

rememoraban otro episodio histórico: la caída de la estatua de Sadam Husein en la plaza Ferdus de Bagdad, en abril de 2003. La mayoría de los libios esperan no tener que aguardar ocho meses, los que logró permanecer en su madriguera de Tikrit el tirano iraquí, para cantar victoria. Su homólogo libio insistía ayer a través de una emisora de radio local: "Las bandas que quieren destruir Trípoli son la encarnación del mal", dijo, tras prometer la "victoria o el martirio". Su hija también hizo un llamamiento a los libios para sumarse a la guerra contra estas bandas, que en realidad son los ciudadanos corrientes de Libia.

El nivel de resistencia que ofrezcan sus fieles será un buen termómetro para medir hasta qué punto goza de apoyo el sátrapa. Pero evidente es que después de cuatro décadas, la camarilla en el poder, seguramente extensa, tiene mucho que perder en un país inmensamente rico en yacimientos petrolíferos como escaso (alrededor de seis millones, excluyendo los dos millones de inmigrantes, huidos en su gran mayoría) de población. "¿Por qué no somos como Dubái?", es una pregunta que se escucha desde marzo en Bengasi y Trípoli.

Carencias sanitarias

Como se preguntaban hasta ayer qué sería de los 35 periodistas y un congresista de Estados Unidos, del que no se conoce su identidad, que pudieron por fin, tras cinco días secuestrados por partidarios de Gadafi en el hotel Rixos, cerca de Bab el Azizia, escapar. Su situación era desesperada, y no ocultaban su temor. Para ellos acabó el drama. Para muchos otros no ha hecho más que empezar. La capital libia padece una catástrofe en el aspecto sanitario. Falta personal, equipos médicos y sangre, precisamente cuando los heridos de bala -dos periodistas franceses, entre ellos- se cuentan por centenares. También en distritos que los rebeldes dicen tener bajo su total dominio, aunque los innumerables controles de milicianos y las calles cortadas por barricadas salpican todo Trípoli. Quizá peque de optimismo también el portavoz militar que ayer aseguraba que el 95% de Libia está bajo control de los insurgentes.

Cercado militarmente, en el campo diplomático -más de 40 países, varios de ellos árabes, ya han reconocido al Consejo Nacional, el Gobierno de los rebeldes, como legítimo representante de Libia- la actividad es también incesante. Los líderes de la rebelión se reunirán la semana próxima con representantes de Estados Unidos, Reino Unido y Francia, los países que han encabezado la misión de la OTAN. Lo harán probablemente en Catar, el emirato que se mostró desde el primer momento como un enfervorecido partidario de los rebeldes de Bengasi. Justamente ayer en Doha, la capital catarí, los miembros del futuro Gobierno libio ofrecieron un claro mensaje: no queremos que Libia sea Irak. E hicieron un llamamiento a la reconciliación -ante la oleada de venganzas y represalias contra los partidarios del régimen capturados- y pidieron la descongelación de los fondos que fueron en su momento embargados al régimen por las potencias occidentales. De hecho, el Consejo de Seguridad de la ONU tiene previsto votar hoy una resolución de EE UU para desbloquear 1.500 millones de dólares de fondo libios para entregárselos a los rebeldes.

El Consejo Nacional tiene previsto trasladarse desde Bengasi a Trípoli el sábado, aunque establecer y acertar con los plazos no sea el fuerte de los insurgentes. En todo caso, será otro capítulo cargado de simbolismo.

Seguramente se desplazará Mustafá Abdel Yalil, el jefe del Consejo, junto a Abdelhafiz Ghoga, su segundo. Este destacó ayer que Gadafi debe ser juzgado en Libia. "Gadafi está todavía en Libia. Si no en Trípoli se habrá escurrido hacia algún punto del centro [Sirte, su ciudad natal] o el sur del país. Preferimos juzgar a Gadafi en Libia antes de que sea enjuiciado por el Tribunal penal Internacional", comentó Ghoga en El Cairo.

Fuente Diario "EL PAÍS"


Los rebeldes piden 5.000 millones de dólares para afrontar la transición libia

Con la revuelta de Libia en su momento más decisivo, los revolucionarios se enfrentan a un largo proceso de transición con el que dejar atrás los más de 40 años sometidos al régimen de Muamar Gadafi.

Ante esta aventura, el Consejo Nacional de Transición (CNT) ha pedido una ayuda de urgencia que permita desbloquear 5.000 millones de dólares de los fondos congelados al Gobierno de Gadafi, según ha asegurado Aref Ali Nayed, embajador del CNT en los Emiratos Árabes Unidos tras una reunión en Doha con los países del Grupo de Contacto para Libia, entre los que se encuentran Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Alemania Turquía, la ONU, la UE o la Liga Árabe.

En un primer momento, los rebeldes había solicitado 2.500 millones "para poder pagar los salarios de los libios antes de que finalice el mes de agosto" y para responder a las necesidades humanitarias urgentes en el país, declaró el martes el 'número dos' de los revolucionarios, Mahmoud Jibril.

Naciones Unidas se reunirá este jueves para estudiar una propuesta de Estados Unidos para que se liberen hasta 1.500 millones de dólares que permanecían bloqueados para recursos humanitarios.

Una medida similar adoptará Emiratos Árabes Unidos, que prevé desbloquear entre 500 y 700 millones del régimen de Gadafi, con los que el CNT también tiene previsto hacer frente a la rehabilitación de instalaciones hospitalarias y escolares.

Nuevos desafíos
Mientras preparan el asalto a Sirte -cuna del dictador y uno de sus principales bastiones-, los rebeldes planean los pasos a dar para iniciar la era post gadafista. El acceso del Gobierno provisional a los fondos congelados en el exterior y la restauración de las exportaciones de petróleo son dos pilares fundamentales en esta misión.

El rápido avance rebelde en Trípoli, respaldado por los ataques aéreos de la OTAN, ha cogido por sorpresa a muchos de los actores que participarán en esta nueva etapa. El CNT, los Gobiernos extranjeros, firmas petroleras y grupos de ayuda deben ponerse a punto para afrontar los nuevos desafíos.

Frente a la evolución de Túnez y Egipto, la reconstrucción libia se presenta como un proceso más radical en el que no está claro cuánto del Gobierno y la estructura de seguridad montada por Gadafi se mantendrá en pie.

Con los recuerdos de Irak frescos en la mente de muchos de los que planean la transición de posguerra, la mayor prioridad es la restauración de la seguridad. Pero ni los libios ni los Estados que han intervenido en el conflicto están interesados en desplegar fuerzas extranjeras en terreno, con la excepción quizás de unos pocos países árabes.

El CNT con sede en Bengasi ha trabajado con asesores occidentales durante meses para planear la transición, pero aún hay muchas preguntas que no tienen respuesta.

Mirando al pasado
Teniendo en cuenta los problemas que se produjeron cuando las fuerzas militares occidentales intervinieron en otros conflictos, no son pocos los que ven con buenos ojos que los libios encuentren la forma de salir del problema a su manera. Pero la solución no es tan sencilla.

"No se pueden dejar atrás todas las viejas estructuras y hay que permitir que aparezca un nuevo liderazgo", dijo Graeme Lamb, director de las fuerzas especiales que trabajaron junto a los comandantes de Estados Unidos en Irak y Afganistán.

Los rebeldes dicen que han entrenado a miles de agentes de seguridad en Bengasi para que puedan trasladarse a Trípoli con la misión de restaurar el orden, pero los analistas cuestionan la preparación e incluso la existencia de esas fuerzas.

Los rebeldes del oeste de Libia que tomaron Trípoli han criticado a sus compañeros del este por lo que perciben como un avance lento. Su lealtad al CNT está en duda.

A pesar de que no se desplegaron tropas extranjeras, Daniel Korski, ex funcionario del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, dijo que algún tipo de misión de monitoreo sin armas -tal vez conformada principalmente por miembros de la Liga Arabe o la Unión Africana- podría ser útil.

Petróleo e infraestructuras
También se necesitarán reparaciones de infraestructura, y no sólo para subsanar los daños provocados por los ataques aéreos. Aunque Gadafi gastó millones en carreteras, hoteles y otros proyectos, gran parte de Libia sigue sin urbanización.

Restaurar rápidamente las exportaciones de crudo ayudaría a financiar la reconstrucción y a tener en movimiento la economía, algo crucial si el liderazgo rebelde pretende mantener legitimidad y evitar nuevos disturbios.

El CNT tiene la intención de proyectar una imagen de continuidad con sus líderes a cargo de la reconstrucción al asegurar que el nuevo gobierno respetaría todos los contratos petroleros de la era Gadafi, incluso aquellos con empresas chinas y rusas.

"Los contratos en los campos de petróleo son absolutamente intocables", declaró el martes Ahmed Jehani a Reuters Insider TV.

El oficial estimó que llevaría al menos nueve meses restaurar a un nivel normal la infraestructura vinculada al petróleo y otras industrias.

Observadores han sugerido que las empresas de las naciones que ayudaron militarmente a los rebeldes podrían beneficiarse una vez que alcancen el poder, mientras que otras como Rusia y China -mucho más indiferentes a la intervención- sufrirían.

Fuente Diario "EL MUNDO"


Los rebeldes prosiguen la caza del dictador, que podría esconderse en Sirte, su localidad natal

Un millón de euros por la cabeza de Gadafi, vivo o muertoA pesar de que los rebeldes hayan tomado Trípoli y de que su Gobierno esté ya preparando la era post Gadafi, la guerra aún no ha terminado. Sobre el terreno todavía hay frentes abiertos y, además, Muamar Gadafi sigue en paradero desconocido. Ni los servicios secretos internacionales ni los revolucionarios saben dónde se encuentra escondido él, su familia y sus colaboradores más cercanos.

El presidente del Consejo Nacional Transitorio, Mustafa Abdel Yalil, anunció ayer en Bengasi que un hombre de negocios de la ciudad ofrecía dos millones de dinares libios (un millón de euros aproximadamente) por el coronel, vivo o muerto. Éste es ahora el principal objetivo de los insurgentes y lo único que puede poner fin al conflicto. El CNT lo sabe y por ello ha prometido incluso inmunidad a cualquier persona del círculo íntimo de Gadafi, hasta sus ayudantes o familiares, que lo entregue o lo mate.

Los dirigentes rebeldes no esconden su ansia por acabar con el tirano sea como sea. Hasta entonces, se espera «cualquier barbaridad» por su parte, tal y como admitió ayer Abdel Yalil, que expresó su temor a que Gadafi pueda provocar una «catástrofe», en el momento que todavía tiene bajo su control algunas zonas del país y batallones.

La batalla de Sirte
En estos momentos, los rebeldes y el Ejército libio se disputan algunas zonas en el oeste del país, pero los dos principales bastiones del régimen son Sirte y Sabha, ambos controlados por la tribu de Gadafi y sus aliados.

Poco o nada se sabe de la situación en ambas localidades, ubicadas justo en medio de Libia. Sirte en la costa mediterránea y Sabha, en el desierto, en el sur del país. Ayer, el portavoz militar del Ejército revolucionario, Omar Ahmed Bany, insinuaba que el coronel podría esconderse en algún lugar entre estas dos ciudades, en las que no ha habido ningún conato de rebelión que se haya conocido. Se sospecha que los pocos hombres y armas de los cuales todavía dispone Gadafi se estarían concentrando en estas localidades, desde las que aún podrían lanzar un último contraataque desesperado.

Por su parte, los rebeldes se encuentran a las puertas de Sirte adónde no quieren aún entrar para evitar un enfrentamiento: los responsables políticos y militares de Bengasi aseguran que quieren tomar la ciudad de forma pacífica.

Ahmed Bany explicaba que hay negociaciones en curso con los jefes tribales de la ciudad, mientras que el presidente del CNT hizo ayer un llamamiento a los habitantes de Sirte para que se unan finalmente a la revolución, cooperen con los rebeldes y no teman su llegada, ya que sólo quieren «liberarles». En Sabha, la situación es diferente, ya que no hay fuerzas rebeldes presentes en la ciudad o dirigiéndose hacia ella, sino que tendrán que ser los propios opositores los que se rebelen desde dentro, tal y como explicó Bany en rueda de prensa, asegurando que los libios serán los que liberen todo el país definitivamente.

El presidente del CNT aseguró que sigue habiendo grupos gadafistas resistiendo y que lo harán hasta que su líder no abandone el poder y lo anuncie públicamente. Pero el dictador no parece tener ninguna intención de hacerlo: en la madrugada de ayer, reaparecía en una grabación de audio, de muy mala calidad y en la que su voz era irreconocible, asegurando que su retirada de Bab al Aziziya había sido estratégica después de que la OTAN le haya bombardeado 64 veces, según el dictador, que una vez más se mostraba desafiante y aseguraba que lucharía hasta el final.

Alerta en los hospitales
El supuesto Gadafi también dijo en la grabación emitida por un canal de TV libio que la situación está bajo control en Trípoli. Allí las batallas continuaban ayer. Aunque los rebeldes controlan ya casi toda la ciudad todavía hay elementos del régimen en algunos barrios, incluso en el complejo residencial de Bab al Aziziya, que están empleando armamento pesado para defender lo poco que queda en sus manos.

La situación es de guerra, con los suministros que empiezan a escasear y los civiles atrapados en sus casas por miedo a los morteros que caen de forma indiscriminada y, sobre todo, a los francotiradores, que siguen desplegados en muchos puntos de la ciudad.

El presidente rebelde aseguró que se vive una emergencia humanitaria en los hospitales de la ciudad y pidió suministros y personal médico para ayudar a los heridos, civiles y combatientes de ambos bandos. La TV árabe Al Yazira ofrecía la cifra de 400 muertos y unos 2.000 heridos en la batalla por Trípoli. Aun así, para los libios estos días son de celebración, las últimas horas agonizantes de una dictadura de más de 40 años. Tarek, un hombre de mediana edad con tres hijos, aseguraba a LA RAZÓN que estos son los días más felices de su vida: «La libertad es preciosa», decía mientras planea ir a Trípoli a pasar el «Aid el Fitr», fiesta que culmina el mes sagrado del Ramadán, la semana que viene. Para entonces, el CNT prevé que la capital esté bajo su control y sea segura para su traslado definitivo allí.


Secuestran a cuatro periodistas
Cuatro periodistas italianos –entre ellos los corresponsales de «La Stampa» y el «Corriere della Sera»– fueron secuestrados ayer en Libia cuando se dirigían en coche a Trípoli desde la localidad occidental de Zawiya. Se sabe que todos se encuentran bien, puesto que los secuestradores permitieron a uno de ellos hacer una llamada.

Claves para evitar otro Irak
Los rebeldes, con la comunidad internacional, tienen que convocar elecciones cuanto antes (en Iraq se tardó 18 meses) y descongelar fondos en el extranjero para evitar el colapso de la economía. EE UU pagó caro en Iraq el desmantelamiento del Ejército y del partido oficialista Baaz. Muchos iraquíes vivían de ello.

Fuente Diario "LA RAZÓN"

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