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jueves, 10 de marzo de 2011

GAGOMILITARIA NOTICIAS.-LIBIA, LA ZONA DE EXCLUSION AÉREA, NO EVITO EN IRAK NI EN BOSNIA, EL BOMBARDEO DE CIVILES





La prudencia marca la línea de la acciones de la Unión Europea sobre Libia

La Unión Europea mantendrá en los próximos días la prudencia sobre posibles acciones en Libia sin un apoyo político claro de los países árabes, según han informado fuentes diplomáticas.

Los ministros comunitarios de Exteriores sobre Libia, que preparará la cumbre extraordinaria de jefes de Estado y Gobierno del viernes en la que se discutirá la oleada de protestas y revueltas en países del Norte de África y Oriente Medio.

La UE admite que la revuelta libia ha devenido en una guerra civil que puede ser larga. "Nadie espera que el régimen de Gadafi se desmorone en unos pocos días", reconoció hoy al respecto una fuente diplomática.

Otra de las cuestiones que se tratarán será las reuniones que mantengan los enviados del líder libio, Muamar el Gadafi, en El Cairo y Lisboa, adonde viajaron tras una consulta de las autoridades portuguesas con la alta representante de la UE, Catherine Ashton, según indicó una fuente europea.

De momento, Bruselas quiere discutir posibilidades de actuación que sean aceptables a escala internacional, y que incluyen concluir la evacuación de ciudadanos europeos, ayudar a la de otras personas y el envío de ayuda humanitaria a la población civil.
Consenso internacional

En la propia Unión se reconoce que las ideas de una zona de exclusión aérea sobre el cielo libio para evitar que Gadafi use la aviación militar en los combates, o un bloqueo naval para impedir la llegada de armas o mercenarios necesitan el consenso internacional y, sobre todo, el árabe.

Los europeos, y los occidentales en general, quieren evitar que una posible implicación militar pueda ser esgrimida por los radicales islámicos como una nueva agresión de los "cruzados" contra un país árabe, igual que hicieron con la invasión de Irak de 2003.

"Muchos países no árabes creen que no es posible una operación (militar) sin apoyo político de los países de la Liga Árabe", recalcó otra destacada fuente europea. La clave reside, además de en la Liga Árabe y la Unión Africana, en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, donde tampoco hay por ahora indicios de que se pueda lograr la unanimidad necesaria para una acción de este tipo.

A pesar de ello, esta última fuente consideró que "si los enfrentamientos siguen siendo tan fuertes" como en los últimos días "aumentará la presión sobre la comunidad internacional para actuar". En un debate en el Parlamento Europeo en Estrasburgo (Francia) el pasado miércoles, Ashton se mostró cautelosa sobre una ofensiva contra las defensas aéreas de Gadafi y ha apostado por que se deje "a los libios hacer su propia revolución".

Asthon también señaló sus reticencias sobre al reconocimiento del Consejo Nacional de Transición como interlocutor del pueblo libio. "Reconocemos a Estados, no a Gobiernos", afirmó hoy al respecto la fuente comunitaria de Bruselas.
Ampliar las sanciones económicas a Libia

También hoy, poco antes de la reunión ministerial, está previsto que concluya el procedimiento escrito puesto en marcha por la UE para ampliar las sanciones económicas europeas a Libia a entidades financieras del régimen de Gadafi.

El proceso concluye en la mañana del jueves, y entre las instituciones sancionadas -se habla de unas cinco- estarán el Banco Central y la Autoridad Libia de Inversión (LIA, en inglés), un fondo soberano con participaciones en importantes empresas internacionales y cuyos activos ya han sido bloqueados en EEUU al considerarse que está controlada por Gadafi y su familia.

Los ministros y los líderes discutirán también las ideas que la Comisión Europea aprobó el martes para impulsar los procesos de transformación democrática en el norte de África y Oriente Medio.

Ese documento apuesta por replantear la política europea hacia esos países para apoyar los procesos de transición democrática, tras décadas de relaciones con regímenes depuestos como los de Egipto y Túnez, o en graves apuros como el de Libia. Entre las ventajas que Europa estaría dispuesta a conceder figuran apoyo económico, facilidades comerciales y un régimen más beneficioso para el movimiento de personas, incluyendo la facilitación de visados y de emigración legal.

Funete Diario "EL MUNDO"

Un emisario de Zapatero se reunió con la cúpula insurgente en Libia

El Consejo Nacional pidió a Pablo Yuste el reconocimiento diplomático español

Un emisario del presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, se reunió el pasado sábado en Bengasi -capital de la zona de Libia controlada por los rebeldes al régimen de Gadafi- con el Consejo Nacional de Transición, encabezado por su presidente, el ex ministro de Justicia Mustafá Abdel Jalil, según han confirmado a EL PAÍS fuentes gubernamentales. Zapatero dio instrucciones la semana pasada, durante su gira por el golfo Pérsico, de que se estableciera contacto directo con los dirigentes de la insurgencia libia.

España no es el único país que ha mantenido contactos con el nuevo poder revolucionario libio pero sí el primero, que se sepa, que lo ha hecho en su propio territorio. El Departamento de Estado de EE UU anunció ayer que su embajador en Libia se había entrevistado con representantes de la oposición a Gadafi en El Cairo (Egipto) y Roma (Italia); y la Alta Representante de la UE, Catherine Ashton, se reunió el martes en Estrasburgo (Francia) con dos enviados del Consejo Nacional de Transición, que hoy serán recibidos por el presidente francés, Nicolas Sarkozy.

El encargado de mantener este primer contacto por parte española fue el jefe de la Oficina Humanitaria de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el desarrollo (AECID), Pablo Yuste, con rango de director general. Yuste recorrió por carretera los más de 1.000 kilómetros que separan El Cairo (Egipto) de Bengasi con un cargamento de tres toneladas de medicinas que entregó a la Media Luna Roja. Sin embargo, bajo la cobertura de esta misión humanitaria, Yuste llevaba también el encargo de mantener contactos políticos y se reunió, en el Palacio de Justicia de la ciudad, con Mustafá Addel Jalil y sus ministros.

Para evitar que se repitiera el fiasco de la misión diplomática británica, que concluyó con la detención de un comando de las fuerzas especiales, el viaje de Yuste fue cuidadosamente preparado y contó con la autorización de los insurgentes.

A su regreso a España, Yuste informó al Ministerio de Asuntos Exteriores y a La Moncloa de sus gestiones. El alto cargo explicó que, entre los líderes de la oposición a Gadafi, hay personas de alta cualificación técnica y profesional; es decir, no se trata de una guerrilla desorganizada sino de un embrión de Administración estatal. En cada ciudad en poder de la insurgencia se ha creado un consejo municipal y el Consejo Nacional los coordina a todos. No hay desabastecimiento en esa zona del país y las demandas que recibió Yuste se refieren a productos especializados: medicamentos para enfermos crónicos y de cáncer.

Pero la principal petición que recibió Yuste fue política: el reconocimiento del Consejo Nacional de Transición como Gobierno legítimo de Libia. Fuentes diplomáticas descartan que España vaya a dar ese paso a corto plazo, al menos mientras no lo decidan así los 27 países de la Unión Europea. Las mismas fuentes recordaron que España no reconoce Gobiernos sino Estados y, en la práctica, los Ejecutivos son reconocidos en la medida en que se les acepta como interlocutores. En ese sentido, España tiene intención de proseguir los contactos con las autoridades de Bengasi y elevar incluso el nivel de su enviado.

En contraposición, Zapatero se negó ayer a atender una llamada del propio Muamar el Gadafi. Fuentes gubernamentales explicaron que Gadafi telefoneó al presidente español como parte de una amplia ofensiva diplomática dirigida a frenar una posible intervención militar internacional, lo que incluyó el envío de emisarios a Portugal, Bruselas o Malta. Pero Zapatero, como otros mandatarios europeos, optó por no atender su llamada, por considerar que Gadafi -a quien el Consejo de Seguridad de la ONU ha llevado ante la Corte Penal Internacional por crímenes contra la humanidad- ya no es un interlocutor válido.

La semana pasada, la Embajada libia en Madrid entregó una nota verbal a Exteriores en la que repetía las tesis de Gadafi -que la situación en el país no es como la cuentan los medios de comunicación, que la revuelta está alentada por Al Qaeda- y anunciaba su intención de abrir un "diálogo nacional". España cree que ese diálogo ya no es posible con Gadafi en el poder.

Libia mantiene abierta su embajada en Madrid pero el embajador, Ajeli Breni, que no fue invitado al almuerzo que ofreció el jueves la ministra Trinidad Jiménez a los embajadores árabes, se ha marchado a su país.

Los rebeldes imploran ayuda exterior

La oposición a Gadafi pide a la comunidad internacional que imponga ya una zona de exclusión aérea - Las tropas del dictador intensifican los bombardeos

Los libios se sienten abandonados por el mundo, frustrados y desesperados. Mientras el régimen de Muamar el Gadafi, más desafiante que nunca, bombardea poblaciones civiles, depósitos de gas y petróleo en el este del país, y amenaza con la hecatombe, los vecinos de Bengasi, capital de la revolución contra el tirano, observan cómo la comunidad internacional se demora en eternas negociaciones para establecer una zona de exclusión aérea, única escapatoria de los sublevados para romper el estancamiento en el frente de batalla y para que cese la carnicería.

Es un asunto extremadamente delicado. La prohibición de vuelos sobre Libia sería una operación militar plena de riesgos porque toda intervención extranjera en un país árabe suscita inmenso recelo. La sombra de la invasión de Irak oscurece ahora el Magreb. Aunque entre los libios que detestan al dictador, la inmensa mayoría, la unanimidad es total: liberales, nacionalistas, islamistas, y el Consejo Nacional -el Gobierno de los rebeldes con sede en Bengasi- ya no piden la zona de exclusión. Ruegan que se implante inmediatamente.

Si se establece, "el pueblo tomará las armas", declaró Gadafi a la televisión estatal turca.

"Centramos nuestros esfuerzos diplomáticos en la imposición de la zona de exclusión, pero como siempre son reticentes. Es increíble. Cientos de personas mueren cada día y no pasan a la acción. No comprendo esta doble vara de medir", lamentó Iman Bugeigis, una de las portavoces del Consejo Nacional, en alusión a los países occidentales. "Cuando se establezca, y además se detenga el reclutamiento de mercenarios para Gadafi, su final llegará en horas", añadió Abdelhafiz Ghoga, vicepresidente del organismo.

Emisarios del Consejo Nacional viajan a capitales europeas en busca de apoyo a esta medida que ha recabado el beneplácito -sin tapujos aunque aún no formal- de los países del golfo Pérsico y de la Conferencia de la Organización Islámica. Pero falta vencer la reticencia de China y Rusia en el Consejo de Seguridad de la ONU, y de las capitales árabes que no se han pronunciado, a la espera de la reunión de la Liga Árabe, el sábado. Sobre este organismo también llovían los reproches.

A estos Estados se refería una pancarta que portaba una de las miles de mujeres que recorrieron el centro de Bengasi, seguidas por una procesión de conductores que hacían atronar las bocinas, como si quisieran ser escuchados en Washington, Londres, París, El Cairo, Damasco... "¿Dónde están los árabes?", se leía en el cartón. "No sean humanitarios, actúen", rezaba otro lema. Desde el campo de batalla, en Ras Lanuf, a 350 kilómetros de Bengasi, un miliciano citado por Reuters se dirigía a Barack Obama, y se preguntaba: "se impuso la zona de exclusión en Irak. ¿Por qué es Gadafi tan querido para ellos y no lo era Sadam Husein?".

La prohibición de despegar a los aviones de Gadafi entraña una operación militar de envergadura que exige destruir las defensas antiaéreas. Y eso puede acarrear muchas víctimas y desatar indignación en el orbe musulmán. No es de extrañar que los promotores de la iniciativa -Reino Unido y Francia- y también Estados Unidos traten de recabar el aval de la Liga Árabe para dilucidar este dilema. La exclusión debería incluir también el despegue de helicópteros, aparatos que están provocando enormes daños a rebeldes y civiles por igual.

Entre los propios libios, sin embargo, no hay debate. En Darna, 300 kilómetros al este de Bengasi, una ciudad con notoria tradición islamista, todos los consultados coincidían ayer: la zona de exclusión debe aplicarse ya. No faltaban quienes abogaban también por bombardeos de la OTAN contra determinadas bases militares del Ejército de Gadafi. Rechazaban tajantemente, no obstante, la presencia de un solo soldado extranjero en suelo libio. El pasado colonial ha impreso una huella indeleble en la mentalidad libia, y las guerras de Irak y Afganistán pasan factura. La cifra de muertos -algunos miles desde que el 15 de febrero comenzara la revolución- crece sin pausa.

Las fuerzas del dictador -reclutadas entre las tribus más leales al régimen y dirigidas por Jamis, uno de sus hijos- perpetran desde comienzos de semana una carnicería en Zauiya, a 50 kilómetros al oeste de Trípoli. Los relatos de los testigos hablan de decenas de edificios en ruinas, con cadáveres diseminados entre los escombros. Nadie puede salir de sus casas porque los francotiradores disparan contra todo lo que se mueve. Es un enclave crucial. La caída de la ciudad en manos de los sublevados colocaría al dictador en una situación muy complicada, porque perdería el acceso a la frontera con Túnez y el control de una importante refinería de crudo de la que se abastece su Ejército. Por ello la asedia día y noche con tanques, aviones, helicópteros. Anoche había sido tomada por los soldados del sátrapa. En Libia oriental, la escalada bélica fue asimismo imparable.

Se cumplieron los peores presagios que temía el Consejo Nacional. Instalaciones petroleras en Ras Lanuf y en Sidra -el puerto también fue severamente alcanzado, según declaró a la cadena Al Yazira un ingeniero- fueron bombardeadas por la aviación del dictador, lo que hizo subir ayer el precio del crudo más de un 2%, hasta los 115 dólares.

El frente se ha empantanado en Ras Lanuf y sus inmediaciones, pero los alzados contra Gadafi parecían comportarse ayer más disciplinadamente. Ghoga aseguró que el Consejo Militar ha enviado a exmilitares del Ejército que se pasaron desde el primer día a las filas rebeldes para asesorar a los entusiastas milicianos, que parecen haber asimilado que de nada vale lanzarse a pecho descubierto invocando a Alá contra los blindados de Gadafi. Solo conseguían llenar los cementerios.


El bloqueo aéreo no evitó el ataque a civiles en Irak y Bosnia


Sadam utilizó los helicópteros para reprimir a los chiíes

Los dos precedentes del establecimiento de zonas de exclusión aérea se remontan a los noventa, durante los conflictos de Irak y Bosnia, cuando la comunidad internacional recurrió a esta medida para detener las masacres de los regímenes de Sadam Husein y Slobodan Milosevic contra la población civil. En el caso de Irak, la decisión no se fundamentó en una resolución de la ONU, sino que lo acordaron EE UU, Reino Unido y Francia para proteger a las poblaciones kurda y chií que se sublevaron contra el régimen de Sadam Husein después de la guerra del Golfo.

En abril de 1991 estalló la protesta de los kurdos en el norte del país, y el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó una resolución de condena contra Irak que sirvió para legitimar la "injerencia humanitaria" de fuerzas internacionales en la región. Pero esta resolución no autorizaba explícitamente una zona de exclusión aérea, y EE UU la impuso, no obstante, al norte del paralelo 36 para la fuerza aérea iraquí. El entonces secretario general de la ONU, Butros Butros-Ghali, consideró esta medida militar "ilegal".

En 1992 los mismos aliados establecieron una nueva zona de exclusión al sur del paralelo 32 para proteger a la población chií de los bombardeos de la aviación iraquí. Además de su legalidad internacional, se cuestionó también la eficacia de la medida, ya que no impidió que las fuerzas de Sadam Husein utilizaran helicópteros para reprimir con violencia las protestas de los chiíes. Los expertos reconocen que la prohibición aérea tiene poco impacto sobre la interceptación de los helicópteros, porque vuelan más bajo y a menos velocidad. Y estos aparatos están actualmente a disposición exclusiva del régimen de Gadafi.

En 1996, EE UU extendió la zona de exclusión hasta el paralelo 33, pero continuaron las masacres contra los civiles y el régimen de Sadam Husein acabó aplastando la revuelta chií. Además la legitimidad se vio crecientemente cuestionada tras la retirada de Francia de esas misiones en 1998. La prohibición aérea al norte del paralelo 36 finalizó en 1996, mientras la del paralelo 33 se mantuvo hasta 2003.

En el caso de Bosnia, la zona de exclusión aérea se apoyaba en una resolución de la ONU de 1993 que prohibía cualquier vuelo, civil y militar, en todo el territorio del país, para frenar los ataques indiscriminados del régimen de Slobodan Milosevic contra la población civil. La operación se amplió hasta llegar a una campaña de bombardeos de la OTAN contra posiciones serbias. La zona de exclusión aérea se mantuvo hasta diciembre de 1995, pero no evitó las peores tragedias del conflicto, como el asedio de Sarajevo y la masacre de Srebrenica en julio de 1995.

Fuente Diario "EL PAÍS"

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