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martes, 8 de marzo de 2011

GAGOMILITARIA NOTICIAS.- LIBIA, GADAFI CONTRATACA CON PUÑO DE HIERRO ANTE UN EJERCITO INEXPERTO Y MAL EQUIPADO






El desabastecimiento de petróleo, una amenaza para la revolución libia

La zona Este de Libia, controlada por los rebeldes, se enfrenta al riesgo de desabastecimienro de petróleo tras el descenso de actividad que se ha producido en sus refinerías.

Los lugares para repostar gasolina han disminuido en Bengasi tras el levantamiento, según fuentes del Gobierno provisional en Bengasi, y las reservas podrían agotarse en el plazo de una semana, según han declarado a Gulf News.

Un portavoz de los rebeldes, Tarek Bu Zaqiya, ha manifestado que hay un riesgo real de cortes de suministro de petróleo en breve. Aunque que el crudo sigue fluyendo en Libia del este, las refinerías regionales habrían suprimido su proceso, según esta misma fuente.

Ante esta situación, los opositores estarían estudiando la posibilidad de enviar el crudo a Europa, posiblemente a las refinerías italianas, para que les sea devuelto refinado.

El control del petróleo es una baza fundamental en el conflicto. Los rebeldes, que controlan ya vastas áreas del territorio libio, precisan un abastecimiento constante de combustible, para seguir combatiendo contra las fuerzas leales al coronel Muammar Gadafi y lograr derribar su régimen.
La OPEP subirá su producción

Por su parte, miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) se sumarán a Arabia Saudita y elevarán su producción para enfriar el repunte de los precios y reducir los temores de una escasez de crudo en Occidente, reportó el martes el diario Financial Times.

Kuwait, los Emiratos Arabes Unidos y Nigeria aumentarán su producción en hasta 300.000 barriles por día en las próximas semanas.

El incremento en la producción, previsto para comienzos de abril, casi compensaría -junto con un aumento anterior de Arabia Saudita- la caída en el suministro por la reducción de las exportaciones de crudo de Libia, agregó el reporte.

Los países productores de la OPEP han dicho que no hay una escasez de suministro de crudo para el mercado.

'No sigáis avanzando, quedaos aquí, debemos proteger el petróleo'

El avance rebelde hacia la ciudad de Sirte (centro) parece haberse atascado hoy en el enclave petrolero de Ras Lanuf (este), de donde han salido decenas de familias con destino a Bengasi, segunda ciudad libia y principal bastión de la oposición rebelde.

"No sigáis avanzando, quedaos aquí, debemos proteger el petróleo", repetían hoy los altavoces de un coche en el puesto de control de los milicianos en las puertas de Ras Lanuf, donde la aviación fiel a Gadafi bombardeó en varias ocasiones para amedrentar a los milicianos.

Al menos en tres ocasiones las baterías antiaéreas de esta posición rebelde intentaron sin éxito derribar a los aviones que atacaron primero a varios kilómetros de la posición, después a cinco y finalmente a menos de mil metros de donde se concentraban unos dos centenares de jóvenes milicianos.

Con cada explosión el mismo ritual: gritos, disparos de las baterías antiaéreas, huidas despavoridas hacia el desierto y el retumbar de la polvorienta explosión.

Después, los inexpertos rebeldes vuelven a unirse y comienzan a celebrar que la explosión no ha caído sobre ellos disparando al aire sus pistolas y metralletas y cantando canciones patrióticas y contra el líder libio, Muamar el Gadafi.
'Soldados' inexpertos

"Son como niños con ropa nueva en un día de fiesta", confiesa Ibrahim al Jodeiri, un ex militar de 50 años que abandonó el Ejército hace tres años tras sufrir una trombosis una vez cumplidos 21 años de servicio.

"Nadie dirige a nadie, cada grupo hace lo que quiere, avanza o retrocede, dispara o no, tienen armas, son suyas y hacen con ellas lo que quieren", asegura Ahmed Fathi, que también ha estado cuatro años en el servicio militar y que asegura que ahora se ha unido a las filas rebeldes.

No obstante, insiste en que hay que reconocer que la necesidad ha hecho que muchos hayan aprendido en sólo 24 horas a manejar las armas.

Tanto Fathi como Jodeiri, que se encuentra en el puesto fronterizo de Brega, a 120 kilómetros al este de Ras Lanuf, creen que la intención de las brigadas de Gadafi no es otra que asustar a los rebeldes.

"No quiere una matanza de civiles, además hay periodistas. Lo que quiere es que no avancen, que retrocedan", comenta Fathi.

Sólo el domingo, siete rebeldes murieron y otros 55 resultaron heridos en los combates entre Ras Lanuf y Ben Yauad, localidad esta última tomada por los rebeldes ayer y recuperada esta madrugada por las fuerzas de Gadafi, después de que los rebeldes se hubieran retirado.

Además, los enfrentamientos y el temor a que la situación se atasque en este enclave petrolero, ha empujado a decenas de familias a abandonar la localidad en dirección a Bengasi, la segunda ciudad del país y en manos de los rebeldes.
Huida civil hacia Bengasi

En el control rebelde de Ras Lanuf las familias levantaban los dedos en señal de victoria entre los disparos al aire de los milicianos que no hacían caso a las llamadas de los micrófonos para ahorrar munición.

No obstante, ninguna de las dos familias reconoció que huía de los combates. "Tenemos unos días libres y nos vamos de vacaciones a Bengasi, pero después volvemos", dijo un padre de familia con su mujer y sus dos hijos montados en un coche cargado de pertenencias personales.

Ya a unos kilómetros del frente de combate, algunas familias lejos del fervor de los combatientes que se van uniendo a la ofensiva en un goteo continuo, reconocían que la situación en Ras Lanuf era preocupante.

Los rebeldes se muestran convencidos de que recuperarán Ben Yauad, a pesar de que, según indica Gadafi ha colocado francotiradores en las azoteas.

Después se lanzarán sobre Sirte, la ciudad natal de Gadafi, lo que muchos consideran que será la batalla definitiva.

"Sirte es un cuartel, tiene todo tipo de armas ligeras y pesadas, aviones, misiles, mucha gente va morir allí", opina Jodeiri que asegura que sirvió dos años en esta localidad.

Mientras en el frente oriental continúa lo que algunos denominan el juego del "gato y el ratón" entre las brigadas de Gadafi y milicianos, en el occidente, la ciudad de Misrata, en manos de la oposición y situada entre Sirte y Trípoli, continúa asediada por la fuerzas del régimen.

En Al Zauiya, a 92 kilómetros al suroeste de Trípoli, se vive el mismo escenario que en Misrata. Hoy por cuarto día consecutivo las denominados "revolucionarios" han resistido un nuevo ataque de artillería de las fuerzas gadafistas, que insisten en recuperar la ciudad.

Fuente Diario "EL MUNDO"

Gadafi retoma los bombardeos en el este de Libia

Los cazas libios reanundan el castigo aéreo sobre la ciudad petrolífera de Ras Lanuf, en poder de los rebeldes.- La falta de suministros es notoria en las ciudades sublevadas.-Los rebeldes rechazan el diálogo que aseguran que les ha ofrecido Gadafi

El Ejército libio a las órdenes de Muamar el Gadafi ha retomado hoy a primera hora los bombardeos sobre la ciudad petrolífera de Ras Lanuf, en el este del país y bajo precario control de los rebeldes. Los cazabombarderos del dictador han bombardeado por tercer día consecutivo las inmediaciones del puerto, según informa un periodista de AFP. Sus terminales petroleras fueron ayer cerradas, al igual que las de la cercana Brega. El acoso del dictador ha hecho que muchas familias hayan abandonado en las últimas horas esta ciudad para buscar refugio en Bengasi, la capital de los rebeldes en el extremo occidental del país. El castigo aéreo se extendió ayer a Ajdabiya, más cerca de Bengasi, donde la aviación atacó varios puestos de control de los sublevados.

Para intentar romper el cerco de Gadafi, los rebeldes están reforzando el frente de Ras Lanuf con el envío en las últimas horas de más milicianos y sobre todo artillería pesada, según informa la cadena catarí Al Yazira. Mientras, las brigadas de Gadafi movilizan más efectivos para contener el avance revolucionario sobre Sirte, feudo natal del dirigente libio, de vital importancia por la acumulación de armamento y por constituir el bastión de las redes tribales gadafistas. Pese a los últimos contratiempos, el objetivo de la insurgencia sigue siendo alcanzar Sirte como paso para liberar Misrata, aislada al este por Trípoli y al este por Sirte.

Zauiya cambia de bando

Las malas noticias para los sublevados llegan hoy del frente oeste del conflicto, donde han sufrido un duro revés al perder el control de la ciudad de Zauiya, muy próxima a Trípoli. Siempre según Al Yazira, las tropas leales al líder libio se han hecho con el control del enclave tras mantenerlo sitiado durante cinco días, en un cerco que ha causado decenas de muertos. La ciudad, situada a 92 kilómetros al suroeste de la capital y que cuenta con una de las más importantes refinerías del país, fue sometida a un durísimo castigo con fuego de artillería y morteros, así como por las incursiones de los carros de combate que fueron rechazados durante al menos tres días. Las comunicaciones se perdieron el domingo por la noche, después de que fuese cortada la telefonía móvil e interrumpido el suministro eléctrico en una urbe ya sin aprovisionamiento de municiones, armas y alimentos.

Mientras se intensifican los ataques aéreos, los buques petroleros apenas pueden atracar para cargar sus depósitos; los alimentos llegan a Libia oriental por la frontera con Egipto, pero cierta escasez de productos es notoria porque el país ha paralizado casi toda actividad económica; los bancos apenas funcionan y las colas para extraer dinero son cotidianas. Aunque la zona dominada por los insurrectos y el Consejo Nacional cuenta con tres grandes puertos (Bengasi, Tobruk y Darna), los cargueros no arriban a sus muelles. Inquieta sobremanera a los dirigentes políticos de la insurgencia que el dictador ordene el bombardeo de instalaciones petroleras de un país que exportaba 1,7 millones de barriles de crudo al día y que vive sumido en el caos.

Los rebeldes se niegan a dialogar

Un portavoz del Consejo Nacional, una especie de Gobierno de transición y máximo órgano político de la Libia liberada, ha asegurado esta mañana que un enviado de Gadafi les ha ofrecido diálogo, que ha sido rechazado de plano por los sublevados. "Puedo confirmar que nos ha contactado un representante de Gadafi para buscar una salida negociada. La hemos rechazado. No negociamos con alguien que derrama la sangre libia y pretende seguir haciéndolo. Además, ¿por qué tenemos que creerle ahora?", ha asegurado Mustafa Gheriani, portavoz del Gobierno interino. Informaciones del canal catarí Al Yazira aseguran que el Consejo rebelde habría garantizado al dictador inmunidad judicial a cambio de que abandonara el poder de manera unilateral.

Yadallah Azous al Talhi -ex primer ministro en los años ochenta y una personalidad que goza de respeto en el Consejo Nacional- ya ofreció ayer abrir un diálogo nacional para poner fin a la guerra civil . ¿Se puede interpretar esta iniciativa como una señal de debilidad o desesperación? Con el dictador libio es de ilusos aventurar respuestas. Pero tenía que saber Gadafi que la respuesta iba a ser la que fue. Solo se negociará, afirmó el Consejo Nacional, sobre la base de que el tirano abandona el poder. De momento, se niega a arrojar la toalla. El déspota tunecino Zine el Abidine Ben Ali aguantó 29 días tras iniciarse las protestas. Mubarak soportó la presión 18 días desde la manifestación del 25 de enero. Gadafi ya resiste tres semanas. Aunque su aislamiento -incluso la Liga Árabe respaldó ayer la zona de exclusión aérea- es creciente en todos los planos.

Anoche, Al Yazira y dos periódicos árabes informaron de algunos de los acuerdos a los que Gadafi habría intentado llegar con los revolucionarios, algo que el Consejo Nacional rechazó de plano por considerar que sería una salida que ofendería a las víctimas de la represión desatada por el dirigente, según han señalado fuentes del bloque opositor. Según estos medios, en la negociación Gadafi pretendía negociar su salida a cambio de que se le garantizara la seguridad a él y a su familia así como también que no sería juzgado -una medida solicitada por el Consejo General de la ONU a la Corte Penal Internacional de La Haya-.

Incertidumbre en Bengasi

En Bengasi la situación es de incertidumbre. La euforia por una victoria temprana se ha evaporado. El Consejo Nacional que dirige la ciudad desde la estampida de los militares se encuentra en una encrucijada. No sabe si reforzar el frente rebelde con el envío de más hombres o atrincherarse en la ciudad ante los rumores crecientes de que Gadafi prepara un golpe.

En Misrata, situada a 200 kilómetros al este de Trípoli, el mando rebelde mantiene a duras penas su control, pero el castigo de las brigadas que dirige Jamis Gadafi, hijo del sátrapa, ha dejado mella. Un médico del hospital de esa ciudad ha asegurado a EL PAÍS que los combates han dejado 23 muertos. La población vive con angustia la ofensiva de Gadafi, que al igual que en Zauiya, ha empleado artillería, cohetes y fuego de mortero. Más al oeste, en la ciudad petrolífera de Ras Lanuf, los habitantes también tienen miedo porque consideran que el Ejército libio no ha dicho aún su última palabra.

Inmigrantes africanos citados por Reuters aseguran que son perseguidos por los uniformados de Gadafi para obligarlos a combatir. Son recompensados con cientos de dólares. Si este reclutamiento forzoso es cierto, puede deducirse que el dictador afronta un problema: su capacidad de fuego es infinitamente mayor, pero carece de los suficientes soldados y mercenarios para luchar en todos los frentes en un país tan enorme -1,8 millones de kilómetros cuadrados- como despoblado: poco más de seis millones de habitantes, de los que dos eran trabajadores extranjeros. La situación de los insurrectos es la opuesta: sobran hombres, pero su armamento es escuálido.

Gheriani trató de quitar hierro a la volátil coyuntura. "Hemos extraído lecciones de la revolución egipcia. También ellos lograron ciertas reivindicaciones, y después se tomaron un respiro. Gadafi desplaza sus tropas de una ciudad a otra. Tiene tanques y aviones, pero no suficientes soldados en tierra. Nuestra gente está preocupada porque los milicianos apenas tienen entrenamiento".

El fiasco de las SAS abochorna a Cameron

La fallida operación de comandos en Libia golpea a la política exterior británica

La detención en las afueras de Bengasi el viernes pasado de un comando de las fuerzas especiales británicas (SAS) a manos de los rebeldes no solo ha puesto en jaque al jefe del Foreign Office, William Hague, sino que ha puesto aún más en evidencia hasta qué punto la crisis en Libia y los levantamientos en otros países árabes han revelado las carencias de la política exterior puesta en marcha por el primer ministro conservador, David Cameron.

Cameron ha querido basar su diplomacia en los intereses comerciales y las relaciones bilaterales. Cuando aún no se ha cumplido un año de su llegada al poder, los levantamientos árabes han demostrado la importancia de las relaciones multilaterales, han puesto en tela de juicio algunos intereses comerciales británicos e incluso pueden llegar a cuestionar la voluntad inicial de Cameron de evitar las costosas intervenciones militares en el exterior. Lo que a su vez pone en evidencia hasta qué punto el ajuste fiscal en marcha puede impedir poner en práctica eventuales operaciones militares.

William Hague tuvo que presentarse ayer en los Comunes para dar explicaciones del fiasco vivido por el país este fin de semana. La detención de un comando armado de las SAS que escoltaba a una minúscula delegación diplomática que intentaba contactar con los rebeldes no solo pone en cuestión a quienes planearon el operativo puramente militar o logístico. También cuestiona el buen juicio del jefe del Foreign Office al autorizar una operación políticamente muy arriesgada porque, al fracasar, ha jugado a favor del aparato de propaganda de Muamar el Gadafi, que puede denunciar la presencia de tropas extranjeras en territorio libio ayudando a los rebeldes que quieren derrocarle.

Hague se justificó ayer en los Comunes con el argumento de que esas operaciones son relativamente corrientes, pero no dejó claro por qué sus diplomáticos no viajaron de forma abierta a Bengasi y tuvo que oír cómo la oposición le pedía que dimitiera. Aunque Hague, carismático y antiguo líder, es un peso pesado del partido con enorme predicamento en los sectores más derechistas y antieuropeos, la de este fin de semana no es su primera metedura de pata: días atrás se declaró convencido de que Gadafi estaba volando camino del exilio en Venezuela, algo que nunca se confirmó.

Pero las carencias de la política exterior no solo apuntan a Hague: también se dirigen contra Cameron. El primer ministro maquilló con una improvisada escala en El Cairo un viaje de promoción comercial por Oriente Próximo que a muchos les pareció inoportuno y que puso de relieve las flaquezas de su estrategia exterior.

A juicio de Claire York, experta en seguridad internacional de Chatham House, "lo que ha revelado el levantamiento libio es que cualquier política exterior tiene que ser adaptable para responder a acontecimientos que a menudo no han sido previstos, para que cuando ocurren esos acontecimientos pueda haber una respuesta rápida, con mecanismos que permitan a los países responder con rapidez con los recursos que tienen a su disposición". "Ha habido énfasis en comercio y en bilateralismo, pero eso es algo muy típico de la forma en que los gobiernos conservadores abordan la política exterior", matiza.

Clara O'Donnell, investigadora del Centre for European Reform, opina que el Gobierno británico "merece la misma crítica que sus socios de la UE: no es un asunto solo británico: Francia, España y otros han hecho lo mismo". A su juicio, lo que se pone de relieve estos días es que los países de la UE "han dado prioridad a sus intereses a corto plazo, a la estabilidad, a todo lo que gira en torno a cuestiones como el comercio, la inmigración y los intereses energéticos", en detrimento de su prioridad a largo plazo de intentar promover la democracia y los derechos humanos.

"Lo que ocurre es que esas dos agendas son a menudo bastante incompatibles: promover la democracia no garantiza estabilidad a corto plazo y es también bastante difícil manejar cuestiones como la inmigración; mientras que era bastante fácil llegar a acuerdos con líderes autoritarios, va a ser más difícil conseguirlo con gobiernos más democráticos. Algunos de los acuerdos se han hecho en términos no siempre muy favorables para los países del sur, pero eran posibles porque los líderes semi-autoritarios conseguían dinero a cambio. No está claro que eso pueda seguir siendo así con gobiernos más representativos", argumenta O'Donnell.


La OTAN se prepara para poder intervenir en Libia


El secretario general advierte de que la Alianza solo actuará si cuenta con mandato del Consejo de Seguridad de la ONU

La OTAN está preparándose para cualquier contingencia en Libia y para responder a cualquier demanda de actuación que le plantee la comunidad internacional, pero ahora mismo "no tiene intención de intervenir en Libia", asegura solemnemente el secretario general de la Alianza, Anders Fogh Rasmussen. "Trabajamos con la hipótesis de que un papel operativo lo será de acuerdo y en atención a un mandato del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas". En no menos de cinco ocasiones repitió ayer Rasmussen que la OTAN solo intervendrá en Libia a instancias del Consejo de Seguridad. Si en la vertiente militar prima el esperar y ver, la UE se propone ampliar de inmediato la lista de sanciones al régimen del coronel Muamar el Gadafi para incluir a la Autoridad Libia de Inversiones, un fondo soberano con unos 70.000 millones de euros muy activo en Europa.

Rasmussen recurrió ayer a fuertes calificativos para describir la situación en Libia, pero supeditó todo el potencial militar aliado a la voluntad de la comunidad internacional, de la ONU en primer lugar, pero también en coordinación con la UE, la Liga Árabe y la Unión Africana.

"No me puedo imaginar que la comunidad internacional vaya a asistir pasivamente si Gadafi sigue atacando a su pueblo", declaró Rasmussen para humanizar su frío discurso de estricta observancia del derecho internacional. Y habló del "dilema" en que se encuentra la comunidad internacional: "Mucha gente parece pedir que se haga algo, pero somos muy sensibles ante lo que podría ser percibido como una intervención militar extranjera".

Fuentes aliadas notan la fractura en la Alianza entre los partidarios de actuar, aunque solo sea para imponer una zona de exclusión aérea, encabezados por Estados Unidos y Reino Unido, y quienes recelan o se oponen, como Alemania o Turquía.

Rasmussen considera que imponer "una zona de exclusión aérea sería claramente una operación militar, muy compleja y que implicaría un amplio abanico de recursos". Además, "no creemos que los sucesos constituyan una amenaza directa para la OTAN".

La Alianza se mueve con pies de plomo en esta crisis, para no hacer saltar por los aires la trabajosa y delicada relación de confianza que lleva años intentando construir con siete países del Diálogo Mediterráneo (Argelia, Egipto, Israel, Jordania, Mauritania, Marruecos y Túnez) y cuatro del Golfo (Bahréin, Catar, Emiratos Árabes Unidos y Kuwait). De ahí el énfasis de Rasmussen en los contactos que mantiene para tratar de la situación con la Liga Árabe y con la Unión Africana.

En cualquier caso, los responsables militares de la OTAN han recibido instrucciones de "planificar para todas las eventualidades, para estar preparados si se nos pide una actuación", enfatizó el secretario general.

Qué enfoque dar a la crisis será debatido el jueves por los ministros de Defensa de la OTAN, el mismo día que los titulares de Exteriores de la Unión hablarán también en Bruselas sobre qué papel deben jugar los Veintisiete en el nuevo Mediterráneo meridional. Los jefes de las diplomacias europeas debatirán sobre la Asociación para la Democracia y la Prosperidad Compartida que hoy presentarán José Manuel Durão Barroso, presidente de la Comisión, y Catherine Ashton, coordinadora de la política exterior europea.

El documento propone habilitar a través del Banco Europeo de Inversiones 6.000 millones de euros en los próximos tres años y sugiere que el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo amplíe su campo de actuación de la Europa central y oriental a la orilla sur del Mediterráneo. El documento servirá de base para la discusión y posterior declaración del Consejo Europeo extraordinario del viernes.

Fuente Diario "EL PAÍS"

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