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sábado, 15 de enero de 2011
LA BRIGADA DEL DIABLO (DEVIL´S BRIGADE), 1ª BRIGADA DE OPERACIONES ESPECIALES.
“La misión ha de acometerse con tropas especialmente entrenadas para la cacería, que sean capaces de instaurar un reinado de terror...dejando tras de sí un rastro de cadáveres de alemanes".
Con estas palabras expresaba el Primer Ministro británico, Sir Winston Churcill, la necesidad de disponer de una fuerza militar especialmente entrenada y capacitada para llevar a cabo operaciones ofensivas contra las fuerzas de ocupación alemanas.
Europa estaba bajo el yugo del III Reich y los Aliados, y en especial el pueblo británico, necesitaba de victorias más o menos simbólicas contra los hasta el momento invencibles germanos.
Y es que desde el año 1939 los Aliados habían encadenado derrota tras derrota y habían sido forzados a retirarse de todos los frentes. La caída de Francia, presa de un Estado Mayor anquilosado en las viejas tácticas estáticas de la 1ª Guerra Mundial, ante los blindados alemanes y la derrota y posterior huída milagrosa del Cuerpo Expedicionario Británico en Dunkerque habían calado hondo en la siempre orgullosa y patriótica sociedad inglesa.
Con este orden de sucesos, fue germinándose la idea formar una fuerza operativa capaz de llevar la guerra más allá de las líneas enemigas. Los británicos gestaron su fuerza de commandos mientras que en EEUU nacía la idea de formar un cuerpo especial participado por Canadá.
Tras muchos problemas iníciales, finalmente se autorizó la creación de la “Fuerza” que escogería a sus miembros de entre personal militar norteamericano y canadiense que se presentase voluntario.
Fue activada oficialmente el 9 de julio de 1942 en Fuerte Harrison (Montana), siéndole asignado su mando al Lt. Colonel Robert T.Frederick, mientras que del lado canadiense el oficial de mayor rango era un condecorado veterano de la Gran Guerra, el Major General George Pearkes.
La selección de los candidatos (todos voluntarios) fue especialmente dura ya que el programa preveía que los hombres recibieran un entrenamiento de infantería mucho más riguroso que el que habitualmente recibían los infantes del Ejército o la Marina (los ejercicios con abundante fuego real fueron bastante comunes). El total de efectivos reclutados por la 1ª Fuerza de Servicios Especiales fue de alrededor de dos mil seiscientos hombres de los cuales aproximadamente un tercio eran canadienses, organizados en tres regimientos con dos batallones cada uno (con unos trescientos hombres cada uno). Los batallones a su vez se componían de dos compañías, cada una con tres secciones (platoons) compuestas respectivamente por dos pelotones (sections).
La idea del Alto Mando Aliado era emplear a la 1ª FSE para destruir objetivos primarios en territorio enemigo, tales como plantas eléctricas, gaseoductos, etc… de manera que obstaculizasen la logística enemiga allí donde no podían llegar los bombarderos.
Así el Alto Mando Aliado ordenó a la 1ª FSE la destrucción de una planta hidroeléctrica en Noruega (Project Plough), para lo que habría de saltar en paracaídas sobre territorio enemigo, sabotear las instalaciones y finalmente alcanzar una frontera neutral para volver a casa.
Sin embargo, al verse comprometida la seguridad de la operación, el Mando Aliado la canceló por lo que la “Fuerza” tuvo un debut operacional mucho menos importante ya que fue utilizada como fuerza de desembarco en las islas Aleutianas, como parte del contingente norteamericano que desembarcó en Kiska en el mes de agosto de 1943 (territorio perteneciente a Alaska bajo control de la Fuerza Especial de Desembarco Nº 3 y de los infantes de marina japoneses desde junio de 1942 y que suponía una dura afrenta al orgullo nacional de EEUU).
La invasión se saldó con una clara victoria Aliada ya que la guarnición nipona había huido previamente, para sorpresa de los atacantes; pero para la 1ª FSE supuso sus primera bajas, la mayoría de ellas a causa del llamado “fuego amigo”, aunque también por las minas y las trampas dejadas atrás por los japoneses. Sin embargo ello sirvió para que obtuviesen su bautismo de fuego y así como enseñanzas de vital importancia para lo que se avecinaba.
Conscientes de lo que estaba en juego (el futuro operacional de la unidad) los hombres de Frederick se prepararon para actuar en la nieve, recibiendo entrenamiento como esquiadores además de cualificarse como paracaidistas. Además perfeccionaron sus habilidades en demolición, combate cuerpo a cuerpo y alpinismo. Igualmente fueron instruidos para la ejecución de operaciones anfibias.
Sin embargo la operación fue cancelada aunque la “Fuerza” no permaneció ociosa, su nuevo destino: Italia.
En efecto, la "Fuerza" fue enviada a Italia en noviembre de 1943 donde combatió con distinción durante cerca de un año. Su primera acción tuvo lugar el 3 de diciembre, en Monte La Difensa, la férrea Línea de Defensa de Invierno alemana bajo el mando del experto Mariscal Kesselring.
En esta acción los comandos limpiaron una posición estratégica alemana situada en la cima de una montaña rodeada de riscos. La 1ª F.S.E logró en dos horas lo que varias Divisiones habían intentado sin éxito durante dos semanas aunque sufriendo graves pérdidas. El dificultoso combate por las montañas continuó en lugares como Monte La Remetanea, Monte Sammucro, Radicosa, Monte Majo y Monte Vischiataro; y después de un breve período de descanso, la cabeza de playa de Anzio.
Precisamente en Anzio (Operation Shingle) los comandos adquirirían definitivamente un carácter mítico. Los alemanes sufrieron sus continuas incursiones nocturnas en las que de la nada aparecían sombras tiznadas de negro que no tenían piedad con centinelas y soldados incautos. Por ello los apodaron "Die Schwartze Teufeln” (los Diablos Negros), quienes vengarían la masacre de Caserta donde los rangers fueron aniquilados por los alemanes.
El peso de casi un cuarto de la cabeza de playa de Anzio recayó sobre la 1ª F.S.E, acumulando sus efectivos casi cien días de combate hasta ser relevados. Además, la 1ª FSE puso en práctica, con gran éxito, el terror psicológico.
iones, los comandos portaban carteles con la divisa de la unidad y en los que se podía leer en alemán: "Das Dicke Ende kommt noch," (“Lo peor está por llegar”) destinados a ponerlos sobre los cadáveres de los centinelas y otros objetivos eliminados así como sobre instalaciones y maquinaria que supuestamente estaba fuera del alcance de los Aliados. El efecto sobre los alemanes no pudo ser más devastador, la efectiva y enconada defensa que la “brigada del Diablo” hizo en la zona del Canal Mussolini hizo creer a los alemanes que se enfrentaban a efectivos de mucha mayor envergadura.
Tras una lucha intensa y cruel, finalmente en la primavera de 1944 se despejó el camino hacia Roma y la 1ª FSE fue la primera unidad en entrar en la capital italiana, participando seguidamente en la invasión del sur de Francia junto con el 7º Ejército y combatió hacia el este hasta diciembre de 1944.
Es de destacar que durante su participación en la toma del sur de Francia (“Operation Dragoon”) alrededor de unos mil ochocientos comandos de la 1ª FSE abatieron casi doce mil enemigos y capturaron aproximadamente unos siete mil.
estas alturas de la contienda mundial, las necesidades del Alto Mando Aliado se tornaron hacia se unidades de comando más pequeñas por lo que la 1ª F.S.E, que había soportado unas pérdidas humanas terribles (prácticamente irremplazables a estas alturas de la guerra) se disolvió el 5 de septiembre de ése mismo año al estimarse innecesaria como tal. Sus integrantes fueron destinados a otras unidades.
En el historial de la 1ª Fuerza de Servicios Especiales: que jamás retrocedió ni fracasó en lograr su objetivo, algo que no había logrado ninguna otra unidad.
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