Alassane Ouattara, reconocido por la comunidad internacional como presidente de Costa de Marfil, está dispuesto a trabajar con Laurent Gbagbo para formar un gobierno de unidad nacional si éste renuncia a la reclamación de la presidencia del país, según ha asegurado a la BBC el embajador de Costa de Marfil en las Naciones Unidas, Youssoufou Bamba, quien fue designado por Ouattara.
"Lo que estoy diciendo es que Ouattara debe ser reconocido como presidente legítimo por Gbagbo. Aún así, Gbagbo tiene partidarios, tiene buena gente en su partido. Por eso estamos dispuestos a trabajar con ellos como parte de un gobierno de unidad amplia", explicó Bamba a la emisora británica .
Ouattara podría "trabajar" con el Gbagbo, "porque él es un ciudadano de Costa de Marfil", explicó el diplomático. No obstante, Bamba agregó que todo ello parte de una premisa "clara": "la victoria de Ouattara no puede ser cuestionada." "Si Gbagbo acepta esto, podríamos negociar", que sería un "punto de partida" para las negociaciones, dijo el señor Bamba.
"Creo que a partir de ahí, todo está abierto. Está sobre la mesa", subrayó el diplomático, el primer designado por Ouattara a finales de diciembre.
Violación de los Derechos Humanos
La violencia perpetrada por los seguidores de Gbagbo no debe ser una barrera, dijo el señor Bamba. "Se han producido violaciónes masivas de los Derechos Humanos, esa es la verdad. Pero la vida política es así, estamosn condenados a vivir juntos", sostuvo el diplomático.
Los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU reconocieron la victoria del opositor Alassane Ouattara en las elecciones presidenciales celebradas en Costa de Marfil el 28 de noviembre. Su victoria en las urnas no ha sido reconocida por el régimen de Laurent Gbagbo, en el poder desde hace diez años y apoyado por el Ejército. Gbagbo ha sido amenazado con una operación militar de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) en caso de no dar el poder a Alassane Ouattara.
Mientras, Ouattara ha vivido lo acontencido en el Hotel Golf en Abidján, bajo la protección de unos 800 soldados de la ONU.
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