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sábado, 25 de octubre de 2014

EL SALVADOR DE LOS TESOROS DE LA ABADIA DE MONTECASINO...EL OFICIAL ALEMÁN JULIUS SCHENGEL

Julius Schengel, el hombre que salvó los tesoros de Montecassino

 


Un “Monument men” alemán cuyo aporte ha sido ignorado por la historia.
Julius Schlegel (nacido el 14 de agosto 1895 en Viena, † 8 de agosto 1958) fue un oficial del ejército alemán al que se considera salvador de los tesoros artísticos del monasterio de Montecassino.
 

 
Julius Schlegel, ya había servido en la Primera Guerra Mundial como oficial de vuelo. En 1939 se reincorpora como Oficial en la Luftwaffe y sirvió desde 1941 hasta 1943 en Rusia. En mayo de 1943 fue ascendido a oberstleutnant (teniente coronel) en la Panzer División Paracaidista Hermann Göring.
El pueblo de Cassino en el que su unidad fue destinada en octubre 1943, estaba en la primera línea de fuego en la Línea Gustav, y con él Montecassino y su abadía. Para los alemanes es vital la defensa de Cassino. Por allí pasa la ruta 6 ( Via Latina, también llamada Via Cassilina ), que da directamente a Roma. Y si se quiere defender Cassino y esta ruta, hay que defender Montecassino.
 
Sin embargo, aunque defienden los accesos al monte y al pueblo, los alemanes no defienden la abadía. El mariscal Kesselring, a petición de la Santa Sede, ordena que se cree un cordón de seguridad de 300 metros alrededor de la abadía. Las órdenes de Kesselring son extraordinariamente extrictas: ningún soldado alemán, ni siquiera herido, tiene permiso para cruzar esa línea de seguridad si va armado, y sólo puede ser traspasada, en condiciones normales (pero sin armas), para “servicios divinos” o en casos muy especiales.
 
Julius Schlegel entendió el motivo de aquellas instrucciones, y quedó maravillado por el contenido del monasterio. En tiempos de paz, hace años, regentaba una librería en Viena (pues era austriaco ), siendo un experto en arte, su gran pasión. Culto, educado, cristiano, e inteligente, Schlegel reconoce el valor a todos los niveles de la abadía de Montecassino. Debido a ello, pronto se autoimpondrá a sí mismo una misión casi sagrada.
 
Schlegel no se fía de que se cumplan las directrices de Kesselring por parte de los alemanes ni de que los americanos respeten el monasterio. Con ayuda de un sacerdote alemán que vivía en la abadía, Schlegel convence al abad Gregorio Diamare del riesgo y la importancia de poner a salvo el contenido de la abadía ante la proximidad del frente, y le da su palabra de que el material no será expoliado hacia Alemania.
 
Los tesoros artísticos del monasterio, entre ellos unos 1.200 libros y decenas de miles de documentos históricos, cuadros de Leonardo da Vinci, Tiziano y Rafael y los restos de Benito de Nursia se cargaron siguiendo las órdenes de Schlegel en 100 camiones del ejército y evacuados al Castel Sant’Angelo en Roma. Además se procedió a la evacuación de todo el personal religioso que así lo desease.
 

 
La tarea fue un auténtico reto logístico, requirió de la supervisión de los monjes y se enfrentó a ciertas trabas por parte de efectivos de las SS, pero contó con la cooperación del propio Kesselring, que inicialmente no había sido informado.
 
Los soldados de la unidad de Schlegel trabajaron día y noche con el máximo cuidado para hacer todo ésto, realizando trabajos especiales cuando la manipulación de ciertos objetos lo requería. El 1 de noviembre de 1943 se había finalizado el traslado.
 
El abad estaba tan agradecido a Schlegel y sus hombres que le preguntó cómo podía recompensarle por su ayuda. Schlegel respondió que con una misa, la cual fué oficiada por el mismo abad ese día. A ella asistieron los monjes y los soldados que ayudaron en la evacuación.
 
El 15 de febrero de 1944, entre las 9:25 de la mañana y las 13:30 de la tarde, 135 B-17 y 87 B-25 y B-26 arrojan 443 toneladas de bombas sobre la abadía de Montecassino, que resulta destruída. Sin embargo, se salva la cripta de San Benito, en donde se han refugiado los habitantes de la abadía. Además, Cassino y los alrededores sufren también un gran bombardeo.

 
La reconstrucción del monasterio fue posible porque Julius Schlegel también salvó todos los planos, que fueron entregados finalmente junto con todo el material al Vaticano, después de arduas negociaciones entre la República Social Italiana y el Vaticano.
 
En julio del 1944 el teniente coronel Schlegel es herido en un ataque aéreo en el área de Bolonia, perdiendo un pie en la acción. Su herida le aparta de la guerra hasta el final de la misma. En la inmediata posguerra, es acusado de ser un criminal de guerra. Sus enemigos sólo fueron capaces de acusarle de un delito: el saqueo de la abadía de Montecassino. Fue gracias a los testimonios de los monjes y sus soldados que las acusaciones fueron desbaratadas, y Schlegel fue absuelto.
 
Murió en 1958 en Viena y fue enterrado en el cementerio Döblinger con su honor impoluto y todo tipo de autoridades civiles y religiosas presentes. Existe una placa dedicada a su persona en su casa de Viena, un monumento en Wertheimstein Park, etc.
 
 

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