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viernes, 28 de marzo de 2014

DAOIZ Y VELARDE, LOS HÉROES DEL PARQUE DE MONTELEÓN

Capitanes Daoíz y Velarde, más allá del deber (1808)


Luis Daoíz y Torres, y Pedro Velarde y Santillán son dos capitanes españoles del cuartel de Monteleón (en el actual barrio de Las Maravillas, Madrid) que se unieron al levantamiento popular del 2 de mayo contra los invasores franceses.
 
Durante los sucesos del 2 de mayo de Madrid, los militares españoles permanecieron en su práctica totalidad, siguiendo órdenes del capitán general Francisco Javier Negrete, encerrados en sus cuarteles y pasivos.
 
CAPTURA DEL CUARTEL
 
Cuando se produjeron los primeros ataques de los soldados imperiales contra el pueblo madrileño, Luis Daoíz se encontraba al mando del Parque de Artillería de Monteleón, con solo 4 oficiales, 3 suboficiales y 10 soldados como única guarnición. En el cuartel se hallaba un destacamento de 80 soldados franceses enviados por Murat para comprobar que no se fabricara más munición de la habitual.
 
Por su parte el capitán Pedro Velarde había desconfiado de los franceses y estaba pendiente de sus movimientos. Ese día por la mañaba, tras una visita a sus jefes en la junta superior, y junto con algunos simpatizantes consiguió que el coronel de un cuartel de Voluntarios del Estado le entregara el mando de la 3ª compañía del 2º batallón, con 33 hombres y 2 oficiales, y acude con ellos al parque de artillería. Velarde logró poner bajo arresto a la unidad de artillería francesa que se encontraba en el parque y abrió las puertas a los paisanos que se movían por las inmediaciones, aclamándole y gritando proclamas contra los franceses.
 
DEFENSA DEL CUARTEL
 
Tras una tensa conversación entre Daoíz y Velarde, el primero se debatió entre obedecer las órdenes de acuartelarse y las demandas de su compañero de luchar contra los franceses, y ambos optaron por proveer de armas al pueblo y aprestarse a la defensa del parque.
 
Velarde organizó la defensa del parque con unos 120 paisanos y los soldados de infantería y artillería, distribuidos en secciones al mando de los oficiales que les acompañaban.
 
Daoíz se situó en la puerta del parque dirigiendo una batería de cuatro cañones, municionados con botes de metralla, y manejada por oficiales y paisanos. Gracias a la disposición de dicha batería lograron frenar las diferentes cargas de la infantería francesa, causándoles cuantiosas bajas, la cual pretendía tomar el parque por las aledañas calles de Fuencarral y San Bernardo.
 
La lucha en este cuartel duró unas tres horas. Resistiendo sus defensores frente a fuerzas diez veces superiores y las municiones empezaron a escasear.
 
Ante la obstinada resistencia de los poco numerosos, pero bravos militares españoles, apoyados por el pueblo, Murat envió al general Joseph Lagrange para vencer la resistencia del parque con tropas de caballería e infantería reforzadas con cuatro cañones, pero fueron rechazadas nuevamente por la batería de la puerta del parque y las descargas de fusilería de los soldados y los paisanos situados en los muros, dirigidos por Velarde. Lagrange necesitó reunir 2.000 infantes para el asalto definitivo al parque.
 
Pedro Velarde fue el primero en caer durante la lucha, de un balazo en el corazón, en un sacrificio más allá del cumplimiento del deber.
 
Aunque herido en un muslo, Daoíz intentó seguir con la defensa del parque.
 
En ese momento, el marqués de San Simón, que con uniforme de capitán general logró abrirse paso hasta allí, a última hora para intentar detener aquella matanza ofreciéndose a reducir a la obediencia a quienes aun resistían dentro del parque de artillería.
 
Cesan así disparos y gritos, mientras se disipa la humareda el general Lagrange exige la rendición inmediata de los que aún defendían el parque de artillería, confusos por la situación entregan las armas y son declarados prisioneros los últimos defensores del parque de Monteleón.
 
Lagrange sable en mano y apuntando con este a Daoíz le llama traidor despectivamente en Francés, Daoíz que entendía el idioma del gabacho, no toleró semejante insulto e injuria y levantándose del suelo atravesó con su sable al general Lagrange, que fue retirado por sus ayudantes para sanar las heridas. En la confusión del valiente acto del capitán español varios granaderos franceses acometen al capitán español por la espalda y lo traspasan salvajemente a bayonetazos. Después de este acto, Daoíz fue trasladado herido de gravedad a su domicilio en la calle de la Ternera, número 12, donde falleció horas más tarde.
 
Daoíz fue enterrado en la iglesia de San Martín esa misma noche junto a Velarde y otros soldados españoles, aunque sus restos serían posteriormente trasladados hasta que en 1840 se ubicaron en el monumento de los héroes del 2 de mayo.
 
HOMENAJES
 
En 1852 Sevilla colocó una placa a Luís Daoíz en la plaza de La Gavidia, donde estuvo su casa. En 1889 se erigió un monumento en su honor en dicha plaza.
Los dos leones de bronce que adornan la entrada principal del Congreso de los Diputados reciben los nombres de Daoíz y Velarde en honor a ambos militares españoles. Los leones fueron fundidos en la Maestranza de Sevilla con metal de los cañones capturados al enemigo en 1886 en la guerra de África.
 
File:Daoiz o Velarde.jpg
 
OTROS HÉROES
Otros héroes militares del cuartel de Monteleón, el 2 de mayo, fueron el teniente Jacinto Ruiz (gravemente herido y casi dado por muerto) y los alféreces de fragata Juan Van Halen (herido) y José Hezeta.
Defensa del Parque de Artillería de Monteleón y muerte de Pedro Velarde y Santillán, óleo de Joaquín Sorolla.
File:Defensa del Parque de Artillería de Monteleón.jpg
La puerta de entrada del desaparecido cuartel de Monteleón ahora forma parte de un monumento a ambos capitanes.
File:Monumento a Daoiz y Velarde.jpg

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