El comité de revisión de la NSA propone limites a su capacidad de espionaje
El equipo propuesto por Obama este verano plantea cambios en la dirección y en la estructura y mayores restricciones para recopilar datos
Eva Saiz Washington 13 DIC 2013 - 18:39 CET3
El equipo de expertos para revisar las actividades de vigilancia de la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos (NSA) ha concluido un informe que remitirá a la Casa Blanca este fin de semana y que prevé limitaciones a la capacidad de espionaje de la entidad y cambios en su organización, de acuerdo con un borrador al que han tenido acceso The New York Times y The Wall Street Journal. La presidencia -que aún no ha recibido oficialmente el documento-, sin embargo, no se plantea imponer restricciones significativas, según The Washington Post.
El presidente de EE UU, Barack Obama, ordenó constituir ese grupo este verano, como reacción a la controversia provocada por las filtraciones de Edward Snowden. El informe elaborado por el equipo reconoce que las prácticas de la NSA son legales pero propone un incremento de los requisitos para autorizar la recopilación de datos y otras medidas para garantizar la transparencia y la seguridad interna. Entre las propuestas se plantea que sean altos funcionarios de la Casa Blanca, entre ellos el propio presidente, quienes revisen personalmente el listado de los líderes extranjeros cuyas comunicaciones son objeto de vigilancia -las revelaciones de Snowden sobre este particular han supuesto un serio contratiempo para las relaciones internacionales de EE UU, hasta el punto de y obligar a Obama a disculparse con algunos de los mandatarios espiados-.
El equipo de expertos también propone que la dirección de la NSA sea ocupada por un civil -ha estado liderada por militares desde que se fundó en 1952- y que se escinda de la misma el Cibercomando, un organismo creado en 2009 integrado por hackers del Ejército. Si la primera iniciativa cuenta con el apoyo de James Clapper, el director Nacional de Inteligencia, la separación del Cibercomando de la agencia es algo que la Casa Blanca no se plantea, de acuerdo con un correo remitido por la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Caitlin Hayden, al Post.
“La Administración ha decidido que mantener juntas la dirección de la NSA y del Cibercomando, es lo mejor para la eficacia de las dos agencias”, cita el diario. Las recomendaciones del equipo de expertos no son vinculantes para la Casa Blanca, que ya ha advertido que las tendría en cuenta a la hora de elaborar las conclusiones de su propia revisión de las políticas y programas de vigilancia de la Administración.
Las medidas del equipo contemplan que sea una compañía telefónica o una organización independiente quien albergue la base de datos de las llamadas telefónicas recopiladas por la NSA, una disposición a la que la dirección de la agencia se ha mostrado reacia por considerar que tener que acudir a un tercero a solicitar los datos le restaría rapidez y efectividad. El miércoles pasado, durante una audiencia ante el Senado, el director de la NSA, el general Keith Alexander, sostuvo que el programa de seguimiento de llamadas era “un buen modelo, no sólo para EE UU sino para el resto del mundo”.
El equipo también recomienda que se cree un grupo de abogados que puedan confrontar las alegaciones de la fiscalía en el Tribunal de Supervisión de Inteligencia Extranjera, una medida a la que el presidente parece inclinado, y que sea una organización sin ánimo de lucro la que se encargue de controlar los antecedentes de los analistas que, como Snowden, trabajaban para la NSA. Entre las propuestas también se contempla que se tengan en consideración las preocupaciones de la Unión Europea sobre los programas de recopilación de datos de los ciudadanos europeos.
El grupo de expertos está integrado por miembros de larga experiencia en las agencias de inteligencia estadounidenses, como el ex subdirector de la CIA, Michael Morell, Richard Clark, antiguo jefe de Antiterrorismo, Peter Swire, exfuncionario experto en temas de privacidad, y los académicos, Geoffrey Stone, profesor de Derecho Constitucional en la universidad de Chicago y Cass Sunstein,
profesor de Derecho.
El presidente de EE UU, Barack Obama, ordenó constituir ese grupo este verano, como reacción a la controversia provocada por las filtraciones de Edward Snowden. El informe elaborado por el equipo reconoce que las prácticas de la NSA son legales pero propone un incremento de los requisitos para autorizar la recopilación de datos y otras medidas para garantizar la transparencia y la seguridad interna. Entre las propuestas se plantea que sean altos funcionarios de la Casa Blanca, entre ellos el propio presidente, quienes revisen personalmente el listado de los líderes extranjeros cuyas comunicaciones son objeto de vigilancia -las revelaciones de Snowden sobre este particular han supuesto un serio contratiempo para las relaciones internacionales de EE UU, hasta el punto de y obligar a Obama a disculparse con algunos de los mandatarios espiados-.
El equipo de expertos también propone que la dirección de la NSA sea ocupada por un civil -ha estado liderada por militares desde que se fundó en 1952- y que se escinda de la misma el Cibercomando, un organismo creado en 2009 integrado por hackers del Ejército. Si la primera iniciativa cuenta con el apoyo de James Clapper, el director Nacional de Inteligencia, la separación del Cibercomando de la agencia es algo que la Casa Blanca no se plantea, de acuerdo con un correo remitido por la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Caitlin Hayden, al Post.
“La Administración ha decidido que mantener juntas la dirección de la NSA y del Cibercomando, es lo mejor para la eficacia de las dos agencias”, cita el diario. Las recomendaciones del equipo de expertos no son vinculantes para la Casa Blanca, que ya ha advertido que las tendría en cuenta a la hora de elaborar las conclusiones de su propia revisión de las políticas y programas de vigilancia de la Administración.
Las medidas del equipo contemplan que sea una compañía telefónica o una organización independiente quien albergue la base de datos de las llamadas telefónicas recopiladas por la NSA, una disposición a la que la dirección de la agencia se ha mostrado reacia por considerar que tener que acudir a un tercero a solicitar los datos le restaría rapidez y efectividad. El miércoles pasado, durante una audiencia ante el Senado, el director de la NSA, el general Keith Alexander, sostuvo que el programa de seguimiento de llamadas era “un buen modelo, no sólo para EE UU sino para el resto del mundo”.
El equipo también recomienda que se cree un grupo de abogados que puedan confrontar las alegaciones de la fiscalía en el Tribunal de Supervisión de Inteligencia Extranjera, una medida a la que el presidente parece inclinado, y que sea una organización sin ánimo de lucro la que se encargue de controlar los antecedentes de los analistas que, como Snowden, trabajaban para la NSA. Entre las propuestas también se contempla que se tengan en consideración las preocupaciones de la Unión Europea sobre los programas de recopilación de datos de los ciudadanos europeos.
El grupo de expertos está integrado por miembros de larga experiencia en las agencias de inteligencia estadounidenses, como el ex subdirector de la CIA, Michael Morell, Richard Clark, antiguo jefe de Antiterrorismo, Peter Swire, exfuncionario experto en temas de privacidad, y los académicos, Geoffrey Stone, profesor de Derecho Constitucional en la universidad de Chicago y Cass Sunstein,
profesor de Derecho.
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