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martes, 17 de diciembre de 2013

EL RAMBO SOVIÉTICO VIKTOR LEONOV


Leonov, Viktor. El "Rambo" soviético



 Leonov, Viktor, en ruso Виктор Николаевич Леонов, nació el 21 de noviembre en la ciudad rusa de Zaraisk. Esta pequeña ciudad estaba en las cercanías de Moscú, por lo que muy pronto la ciudad comenzó a industrializarse a pasos agigantados. Muchas familias comenzaron a trabajar en las fábricas que comenzaron a ubicarse en esta pequeña ciudad. Los padres de Viktor eran humildes trabajadores de unas de estas fábricas. 
Tras terminar su educación obligatoria, estudió en la Escuela-Taller Caliber, en la ciudad de Moscú. Poco después comenzó a trabajar en una fábrica como mecánico, a la vez que desarrolló actividades políticas, convirtiéndose en Presidente del Comité de Patentes de Inventores, así como Responsable de las Juventudes Soviéticas. 

Esto debió de parecerle poco, puesto que en 1937 se enroló en la Armada Roja. Tras un breve cursillo fue enviado a la Flota del Norte, donde realizaría varios cursos en la base de Kirov, y en la base ártica de Murmansk. Se especializó en cursillos del arma submarina, por lo que su primer destino sería a bordo del submarino U-402 durante un breve espacio de tiempo.  

Con el comienzo de la 2ª Guerra Mundial, y el inicio de la Operación Barbarroja de los alemanes, Leonov se encontraba en la 181º unidad de la Flota del Mar del Norte. Dado que también durante su formación se había entrenado en cursos de submarinismo, formó parte de aquella unidad de reconocimiento, la 181º, que venía a ser una unidad de Infantería de Marina especializada en realizar incursiones en territorio enemigo, lo que vendrían a ser, salvando las distancias, los "marines" soviéticos. En esta unidad de élite realizaría unas 50 operaciones de combate en territorio controlado por el enemigo.

 

Era uno de los líderes de estos grupos de comandos. Durante sus misiones destruyó depósitos de municiones y suministros, centros de comunicación, además de hostigar a las unidades enemigas a lo largo de las costas finlandesas y rusas. Una de sus acciones más memorables tuvo lugar el 28 de julio de 1941, cuando él y sus hombres atacaron una posición alemana fuertemente protegida en el cabo de Pikshuyev. Cuando toda una compañía (entre 100 y 200 hombres) acudió en auxilio de la fortaleza, Leonov emboscó a esta unidad y luego huyó, causando unas 40 bajas enemigas. 

En noviembre de 1941, su unidad saboteó los motores de los transportes en la ciudad de Titovka, destruyendo 25 camiones, dos depósitos de combustible y un almacén de suministros, además de matar a más de 100 alemanes sin sufrir ni una sola baja.

Desde 1942 sería miembro del Partido Comunista. El 7 de marzo de 1942, en otra misión relámpago, destruyó otro depósito de municiones en la región de Zapadnaya, eliminando a más de 70 alemanes. En abril de ese año, realizaría más misiones de sabotaje, pues parecía que nada era imposible para los hombres de Leonov. En una ocasión, fueron usados como avanzadilla para asegurar una playa a bordo de lanchas rápidas. Aseguraron la playa en territorio enemigo, matando a más de 60 soldados enemigos. Tras aquello, su unidad especial comenzaría una increíble cantidad de misiones en aquel territorio: destrucción de posiciones antiaéreas, cartografiar la costa, y capturar prisioneros para posteriores interrogatorios. Todas estas misiones serían llevadas a cabo durante un mes de frenética acción en la que Leonov y sus hombres no tuvieron tiempo para descansar. Su cercanía al régimen soviético le valió en diciembre de 1942 el cargo de enlace de su unidad con el Partido Comunista, y un año más tarde, en diciembre de 1943, fue nombrado Comandante de Inteligencia para la 181ª Unidad de la Flota del Norte. En abril de 1944 sería ascendido a Teniente.
 
La acción más memorable de los "hombres del León", tuvo lugar el 12 de octubre de 1944. Aquella noche, el teniente Leonov y sus hombres desembarcaron cerca del Cabo Krestovyi. Allí, una inexpugnable fortaleza se erguía orgullosa, así como sus 4 piezas de artillería de 155 milímetros que apuntaban al mar. Con sus hombres debían silenciar las piezas alemanas y tomar la base enemiga, pues aquella artillería habría sido suficiente para destruir a los buques soviéticos que tenían intención de atacar aquella región finlandesa.

 
 
El primer objetivo fue capturar una batería de 88 milímetros que estaba cerca del objetivo principal. La lucha fue breve y sangrienta. Con una rapidez endiablada, consiguieron hacerse con la pieza enemiga y capturar a más de 20 soldados enemigos. Algunas fuentes dicen que aguantaron en aquella posición durante 2 días, y otras versiones indican que estuvieron resistiendo 2 días previamente antes de capturar la batería de 88 milímetros, aunque lo que está fuera de toda duda es que ya llevaban dos días de operaciones, cuando los alemanes contraatacaron a la pequeño enclave protegido por los hombres de Leonov la mañana de 13 de octubre de 1944. En esta ocasión, los alemanes atacaron con sus temibles fuerzas paracaidistas, tropas fuertemente entrenadas, consideradas tropas de élite. Leonov, rápidamente decidió utilizar la batería capturada en contra de los alemanes. Esta rápida decisión impidió que sus hombres fueran exterminados, y las fuerzas alemanas, incapaces de tomar la posición enemiga, se acabaron rindiendo. Los soviéticos capturaban así otros 60 soldados enemigos, después de causarles un número indeterminado de bajas. En ese momento llegaron refuerzos, pues desembarcaba un destacamento al mando del capitán Barchenko Yelmelyanova. Con los refuerzos, y tras asegurar la posición defendida por el teniente Leonov, el capitán decidió lanzar un ataque contra el objetivo principal, las baterías de 155 milímetros varias horas después. La operación fue un rotundo éxito, éxito que permitió asegurar el desembarco de tropas soviéticas en el puerto finlandés de Liinahamari. Como no podía ser de otra forma, por esta increíble acción de comandos, el teniente Leonov sería condecorado con el título de Héroe de la Unión Soviética el 5 de noviembre de 1944.
 
Con la rendición de los alemanes en el Frente Occidental, la guerra aún no había terminado para Leonov, dado que fue enviado al este junto con su unidad de élite para luchar contra los japoneses. ¿Tendría tiempo de realizar alguna operación digna de mención? Indudablemente, sí. En esta ocasión, en mayo de 1945, desembarcó con sus 140 hombres, cerca del aeródromo japonés de Puerto Vosan, donde se enfrentaría a más de 3.500 soldados enemigos. No había duda, la situación era completamente desesperada, el capitán al mando de la operación, el capitán Kulebyakin, decidió ir a parlamentar con los japoneses. El coronel japonés del aeródromo decidió aceptar la entrevista, en la que Leonov y su capitán asistieron con otros 8 hombres. El capitán… ¡solicitó la rendición inmediata de las fuerzas niponas! El coronel japonés, decidió en ese momento ordenar el arresto de los 10 soldados soviéticos y retenerles como prisioneros, pero antes de que se los llevaran, Leonov consiguió zafarse de los soldados y le dijo al coronel japonés:


 ¡No permitiremos que nos toméis como rehenes!

 ¡Moriréis todos como ratas cuando consigamos escapar de aquí!>


No se sabe muy bien si fueron las palabras de Leonov, la fiereza de su acción o su valor, pero no hay duda que su actuación fue determinante, porque el coronel japonés ordenó la rendición de todas las fuerzas japonesas poco después.

¡Y esto no fue todo! Poco después desembarcó con sus hombres en los puertos de Racine y Gendzan Seysin que capturarían. En el Puerto Coreano de Gendzan, los hombres de Leonov capturaron a nada más y nada menos que 200.000 soldados japoneses, tres baterías de artillería, 5 barcos y varios depósitos de municiones. Sí lector, has leído bien, 200.000 japoneses.
Obviamente este extraordinario acto no podía pasar desapercibido, y por ello Leonov era nombrado Héroe de la Unión Soviética y recibía su segunda Estrella de Oro, un 14 de septiembre de 1945. En la citación de su segundo título de Héroe de la Unión Soviética se podía leer lo siguiente:

 oficial que guió magistralmente las operaciones durante la batalla>.


No hay duda que aquellas palabras se quedaron demasiado cortas para detallar las extraordinarias hazañas del oficial de la Marina Soviética más condecorado de la 2ª Guerra Mundial. Los números hablan por si solos: realizó una cantidad indeterminada de misiones de combate, perdiendo solamente 9 hombres bajo su mando, de los cuales 7 morirían en la toma de Cabo Krestovyi, contra fuerzas abrumadoramente superiores.

 
Leonov continuaría en la Armada Soviética hasta su retiro, en 1956, pasando a formar parte de la reserva con el rango de Capitán. Tras su retiro se convertiría en un importante divulgador de la Historia Naval Soviética en multitud de medios de prensa y comunicación, siendo un modelo a seguir por las juventudes comunistas, aunque su importancia desapareció en el mismo momento en el que se colapsaba la Unión Soviética.
Este extraordinario luchador sería condecorado a lo largo de su carrera con dos Estrellas de Oro (dos títulos de Héroe de la Unión Soviética), la Orden de Lenin, dos órdenes de la Bandera Roja, la Orden de Alexander Kevsky, con la Orden la Gran Guerra Patriótica de Primer Grado, con una Estrella Roja y otras medallas de menor importancia. Moriría por causas naturales el 7 de octubre de 2003, siendo enterrado en el cementerio de Moscú.

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