La Mona Lisa en Chambord
A principios de 1938 se desencadenan toda una serie de acontecimientos que hacen que los responsables de la Dirección de los Museos Nacionales Franceses empiecen a diseñar planes para poner a salvo las obras de arte antes de que caigan en manos del ejército alemán. Así pues, a medida que se empieza a temer la posibilidad de una pronta invasión se toma la decisión de evacuar las obras de arte del Louvre hacia zonas de la Francia central, en un intento de protegerlas de posibles ataques a objetivos militares que puedan dañarlas. Jacques Jaujard, director de Museos Nacionales Franceses ordena evacuar la Mona Lisa del Louvre (junto a otras obras importantes como la Venus de Milo), empezando un periplo que la llevaría a estar en 5 localizaciones distintas: El Castillo de Chambord, Louvigny, La Abadía de Loc Dieu, el Museo de Montauban y Montal. El día 28 de Agosto de 1939, la Mona Lisa abandona su lugar en el Louvre en medio de un gran hermetismo: Es empaquetada para su protección, montada encima de una camilla de ambulancia y alojada en la parte trasera de un camión durante la noche. La caja del camión iba sellada con el objeto de preservar una atmósfera lo más neutra posible para evitar dañar la pintura, aunque no viajaba sola: iba acompañada de una persona cuya misión era la de velar porque la tela sufriera lo menos posible durante el viaje. Lo que no había previsto Jacques Jaujard era que por culpa de la atmósfera cerrada, dicho cuidador llegó casi inconsciente a su destino. Durante todo el tiempo que estuvo fuera del Louvre, la Mona Lisa tuvo un trato preferencial, ya que estuvo acompañada durante todo el tiempo por personal de museos que incluso llegaban a dormir en la misma habitación que la pintura.
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