El ejército egipcio asalta el bastión islamista de Kerdasa
Soldados y policías entran un suburbio cerca de El Cairo. El propósito oficial es "limpiar la ciudad de terroristas"
Han intercambiado disparos y usado gases lacrimógenos, según la televisión estatal
Una vez sofocadas las protestas en El Cairo a favor del rais depuesto, Mohamed Morsi, las fuerzas de seguridad egipcias se han propuesto recuperar los bastiones islamistas declarados en rebeldía. Tres días después hacerse con la ciudada de Dalga, en la provincia de Minia, el Ejército y la policía lanzaron el jueves una ofensiva en la localidad de Kerdasa, situada a 15 km de la capital, y donde a mediados de agosto tuvo lugar un brutal ataque contra la comisaría de policía que terminó con la muerte de 11 agentes.
De madrugada, varios blindados de las fuerzas especiales de la policía y tanques del ejército se apostaron en las entradas de Kerdasa, y centenares de agentes penetraron en la ciudad con la finalidad de “purgarla de terroristas”. De momento, la operación se ha saldado con la muerte del vice director de Seguridad de la provincia de Giza, Nabil Farag, a causa de un disparo en la cabeza, y con otros diez policías heridos. Las fuerzas del orden han arrestado a 55 personas, todas ellos sospechosas de participar el mes anterior en el asesinato de los agentes.
“Las fuerzas de seguridad han llegado de madrugada, y han tomado las entradas de la ciudad, donde antes estaban los comités populares. Después se han oído muchos disparos. Ahora todo parece más tranquilo”, explica Mohamed, empleado de una gasolinera situada a las afueras de la localidad. Tras asaltar Kerdasa, las fuerzas de la seguridad han impuesto el toque de queda, y todos los vecinos se han encerrado en sus casas.
El centro de Kerdasa parece una
ciudad fantasma. Tan solo algunos curiosos se atreven a asomarse tímidamente a las ventanas o balcones de sus casa. Las calles están decoradas con eslóganes contra el general al-Sissi, y manos pintadas con el pulgar recogido sobre la inscripción de “Rabá”, el símbolo de las protestas de los Hermanos Musulmanes. Al final de su calle principal, especializada en comercios de ropa, se encuentra la comisaría de polícia, escenario de una masacre que horrorizó a Egipto.
El mismo día del sangriento desalojo de los campamentos islamistas de Rabá al Audawiya y de la plaza Nahda, una turba de centenares de personas consiguió asaltar y prender fuego a la comisaría de policía. El edificio presenta centenares de impactos de bala, y está flanqueado por media docena de coches y blindados policiales completamente calcinados, testimonios de una dura batalla que se alargó durante horas.
Varios de los agentes fueron apresados y brutalmente torturados hasta la muerte por una multitud enfervorizada, una escena grabada por algunos ciudadanos con sus móviles, y difundidas por las cadenas de televisión. Desde entonces, la ciudad se había declarado en rebeldía y estaba controlada por los comités populares, es decir, una milicia popular constituida por los movimientos islamistas.
“Aquel día fue muy triste en la ciudad. Muchas familias tenían miembros que murieron en los campamentos de Rabá al Audawiya y de la plaza Nahda. Pero yo no estuve en los hechos de la comisaría”, asegura Mohamed. Kerdasa está considerado un feudo de los grupos islamistas, y en sus afueras reside la familia de Tarek Zomor, líder prominente del exgrupo terrorista de la Gamá Islamiya, y uno de los hombres más buscados del país. Zomor fue liberado en 2011 después de haber pasado cerca de 30 años en la cárcel acusado de participar en el asesinato del ex presidente Sadat.
Al mediodía, decenas de miembros de las fuerzas especiales de policía controlaban el centro de la ciudad, y se predisponían a avanzar hacia algunos barrios periféricos donde aún había bolsas de resistencia. “El pueblo egipcio es uno solo, y no vamos a permitir que haya repúblicas islámicas que escapen a la aplicación de la ley. Esto no es una simple incursión. Hemos venido para quedarnos”, declaró a las puertas de la mezquita de Jesús el general Medhat Meshawy, que confirmó que sus hombres incautaron en la operación diversos tipos de armas, incluidas granadas.
Desde el golpe de Estado del pasado 3 de julio que depuso al presidente islamista Mohamed Morsi, Egipto atraviesa un periodo de gran tensión salpicado por continuos estallidos de violencia. La región que ha registrado un mayor número de atentados contra las fuerzas de seguridad es la península del Sinaí, convertida durante los últimos años en refugio de grupos yihadistas. Asimismo, en algunas ciudades del sur, como Dalga, se han producido ataques contra iglesias y propiedades de ciudadanos cristianos.
Tres millones de personas usan a diario el metro de El Cairo.
De madrugada, varios blindados de las fuerzas especiales de la policía y tanques del ejército se apostaron en las entradas de Kerdasa, y centenares de agentes penetraron en la ciudad con la finalidad de “purgarla de terroristas”. De momento, la operación se ha saldado con la muerte del vice director de Seguridad de la provincia de Giza, Nabil Farag, a causa de un disparo en la cabeza, y con otros diez policías heridos. Las fuerzas del orden han arrestado a 55 personas, todas ellos sospechosas de participar el mes anterior en el asesinato de los agentes.
“Las fuerzas de seguridad han llegado de madrugada, y han tomado las entradas de la ciudad, donde antes estaban los comités populares. Después se han oído muchos disparos. Ahora todo parece más tranquilo”, explica Mohamed, empleado de una gasolinera situada a las afueras de la localidad. Tras asaltar Kerdasa, las fuerzas de la seguridad han impuesto el toque de queda, y todos los vecinos se han encerrado en sus casas.
El centro de Kerdasa parece una
ciudad fantasma. Tan solo algunos curiosos se atreven a asomarse tímidamente a las ventanas o balcones de sus casa. Las calles están decoradas con eslóganes contra el general al-Sissi, y manos pintadas con el pulgar recogido sobre la inscripción de “Rabá”, el símbolo de las protestas de los Hermanos Musulmanes. Al final de su calle principal, especializada en comercios de ropa, se encuentra la comisaría de polícia, escenario de una masacre que horrorizó a Egipto.
El mismo día del sangriento desalojo de los campamentos islamistas de Rabá al Audawiya y de la plaza Nahda, una turba de centenares de personas consiguió asaltar y prender fuego a la comisaría de policía. El edificio presenta centenares de impactos de bala, y está flanqueado por media docena de coches y blindados policiales completamente calcinados, testimonios de una dura batalla que se alargó durante horas.
Varios de los agentes fueron apresados y brutalmente torturados hasta la muerte por una multitud enfervorizada, una escena grabada por algunos ciudadanos con sus móviles, y difundidas por las cadenas de televisión. Desde entonces, la ciudad se había declarado en rebeldía y estaba controlada por los comités populares, es decir, una milicia popular constituida por los movimientos islamistas.
“Aquel día fue muy triste en la ciudad. Muchas familias tenían miembros que murieron en los campamentos de Rabá al Audawiya y de la plaza Nahda. Pero yo no estuve en los hechos de la comisaría”, asegura Mohamed. Kerdasa está considerado un feudo de los grupos islamistas, y en sus afueras reside la familia de Tarek Zomor, líder prominente del exgrupo terrorista de la Gamá Islamiya, y uno de los hombres más buscados del país. Zomor fue liberado en 2011 después de haber pasado cerca de 30 años en la cárcel acusado de participar en el asesinato del ex presidente Sadat.
Al mediodía, decenas de miembros de las fuerzas especiales de policía controlaban el centro de la ciudad, y se predisponían a avanzar hacia algunos barrios periféricos donde aún había bolsas de resistencia. “El pueblo egipcio es uno solo, y no vamos a permitir que haya repúblicas islámicas que escapen a la aplicación de la ley. Esto no es una simple incursión. Hemos venido para quedarnos”, declaró a las puertas de la mezquita de Jesús el general Medhat Meshawy, que confirmó que sus hombres incautaron en la operación diversos tipos de armas, incluidas granadas.
Desde el golpe de Estado del pasado 3 de julio que depuso al presidente islamista Mohamed Morsi, Egipto atraviesa un periodo de gran tensión salpicado por continuos estallidos de violencia. La región que ha registrado un mayor número de atentados contra las fuerzas de seguridad es la península del Sinaí, convertida durante los últimos años en refugio de grupos yihadistas. Asimismo, en algunas ciudades del sur, como Dalga, se han producido ataques contra iglesias y propiedades de ciudadanos cristianos.
Halladas dos bombas en el metro
El metro de El Cairo ha quedado esta mañana casi paralizado por el hallazgo de dos bombas de fabricación artesanal colocadas sobre los raíles de una estación del sur de la capital, según ha informado la policía. Ninguno de los artefactos ha llegado a estallar. Las bombas se encontraban a unos cien metros de la estación de Helmeyet el Zaytun, en el norte de El Cairo.Tres millones de personas usan a diario el metro de El Cairo.
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