Internacional / nuevo escándalo de cibervigilancia
La inteligencia británica tiene «pinchada» la red global de cables de fibra óptica
Día 21/06/2013 - 21.25h
Según «The Guardian», pueden escuchar 600 millones de llamadas cada día y almacenar durante 30 días el contenido de los correos electrónicos que circulan por más de 200 cables digitales, las «autopistas» por las que discurre internet
La inteligencia británica ha logrado «pinchar» los cables de fibra óptica por los que circulan las comunicaciones telefónicas globales y el tráfico por Internet, lo que les confiere capacidades de espionaje de las comunicaciones globales mayores que las de la Agencia de Seguridad de EE.UU. (NSA) y cualquier otro servicio de seguridad del mundo, de ser ciertas las nuevas revelaciones publicadas este viernes por el diario británico «The Guardian». El Cuartel General de las Comunicaciones británico (GCHQ por sus siglas en inglés) tiene la capacidad, según desvelarían nuevos documentos aportados por el exanalista de la CIA, Edward Snowden, de espiar 600 millones de llamadas telefónicas cada día.
El programa Tempora está en marcha desde hace 18 meses, según «The Guardian»
Gracias a un programa en marcha desde hace 18 meses, denominado Tempora, los espías británicos pueden «pinchar» el contenido de hasta 46 cables a la vez y almacenar la información obtenida durante 30 días, que comparten con la inteligencia estadounidense. En ese tiempo, 300 analistas del GCHQ y 250 del NSA –según datos relativos a mayo del año pasado, tal y como cita «The Guardian»– revisan esas comunicaciones no filtradas, en busca de pautas o elementos que puedan estar relacionados con amenazas a la seguridad.
Snowden: «El GCHQ es peor que EE.UU.»
«La capacidad técnica de Gran Bretaña de pinchar los cables que transportan las comunicaciones globales hacen del GCHQ una superpotencia de la inteligencia», cree el diario londinense. Estas nuevas revelaciones llevan a un nuevo nivel las sospechas de cibervigilancia generalizada de las comunicaciones por teléfono en EE.UU. y de Internet a nivel global, según han desvelado esta semana «The Washington Post» y «The Guardian».
El general Keith Alexander, director del NSA, ha limitado esta semana las escuchas telefónicas a 300 números el año pasado, y asegura que la cibervigilancia habría evitado más de 50 atentados terroristas contra EE.UU., según explicó en su comparecencia este martes ante el Senado de EE.UU. Del testimonio de un alto cargo del FBI han trascendido algunos ejemplos, como el un hombre de San Diego que intentó enviar ayuda financiera a un grupo terrorista somalí y que fue identificado a través de su registro de llamadas.
«El problema no es solo EE.UU.», explica Snowden al diario londinense. «El Reino Unido tiene mucho que decir, el GCHQ es peor que EE.UU.», asegura. El joven, que se encuentra huido en Hong Kong, podría haber solicitado asilo político en Islandia con ayuda de Wikileaks, según ha explicado el propio Julian Assange.
Según los documentos a los que ha accedido «The Guardian», el GCHQ puso en marcha ya en 2007 un proyecto experimental denominado –gráficamente– «Dominar Internet» («Mastering the Internet» en inglés). Pero, en 2009, los responsables de la inteligencia británica se quejaban de la necesidad de tener mayores capacidades tecnológicas para hacer su trabajo. «Le es cada vez más difícil al GCHQ adquirir las fuentes ricas de tráfico necesarias para apoyar a nuestros socios en el gobierno, las Fuerzas Armadas y en el extranjero», escribieron dos altos cargos de inteligencia en un documento, según «The Guardian».
Los avances tecnológicos en los últimos años han ido abaratando y agilizando la capacidad de procesar e incluso de almacenar enormes cantidades de datos. Se estima que el programa que les permite monitorizar más de 200 cables de fibra implica una capacidad de almacenamiento de 21,5 millones de gigabytes diarios. Lo que convierte a la inteligencia británica, al menos desde 2010, en los campeones de la red de inteligencia global que componen Australia, Nueva Zelanda, Canadá, EE.UU. y Reino Unido, conocida como «los cinco ojos».
Así, los agentes británicos alardean de poder producir «más cantidad de metada que el NSA», en referencia a la información básica de las comunicaciones, como las páginas web visitadas, el origen y destinatario de una llamada, las horas de los mensajes o la duración de las llamadas. En general, según la información que ha ido trascendiendo esta semana, las agencias de inteligencia tienen la capacidad técnica para analizar y almacenar de forma masiva toda esa información. De esos barridos electrónicos quedaría excluido el contenido de las llamadas o de los emails, para lo cual sigue siendo necesario que obtengan una autorización judicial específica.
Las actividades del GCHQ estarían amparadas por órdenes judiciales dictadas bajo una interpretación amplia –excesiva para algunos– de los poderes de vigilancia pasiva de las comunicaciones y de espionaje en el extranjero que contempla la legislación británica. The «Guardian» cree que, además de los agentes del GCHQ, unos 850.000 empleados y subcontratados por el NSA en EE.UU. tienen acceso a las bases de datos de la inteligencia británica.
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