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domingo, 6 de enero de 2013

GAGOMILITARIA NOTICIAS.-UNA BOMBA DE LA II GUERRA MUNDIAL, DETONADA POR LOS ARTIFICIEROS EN HANOVER


Artificieros detonan en Hanover una bomba de la II Guerra Mundial

Día 06/01/2013 - 22.25h

Ha sido necesaria una larga operación que incluía la evacuación previa de más de 25.000 vecinos situados en el radio de acción

Equipos de artificieros han detonado este domingo una bomba de la II Guerra Mundial hallada en la ciudad alemana de Hanover tras una larga operación que ha necesitado de la evacuación previa de más de 25.000 residentes que se encontraban en el radio de acción del artefacto.

La bomba, de fabricación británica y más de 500 kilos de peso, fue encontrada en el marco de una operación de rastreo por toda la ciudad junto a otro proyectil que no ofrecía peligro, corroído por el paso del tiempo.

Sin embargo, el primer artefacto presentaba uno de sus dos fusibles detonadores en perfecto estado, por lo que las autoridades ordenaron la evacuación preventiva de todos los habitantes en un kilómetro a la redonda, en los barrios de Vahrenheide, Sahlkamp y Bothfeld, antes de proceder con la detonación controlada, que no causó daños importantes.

Más de 1.000 efectivos, entre bomberos, policía y personal médico participaron en la operación, según informó el «Hannoversche Allemaigne».





A FONDO: BOMBARDEOS ESTRATÉGICOS ALIADOS SOBRE ALEMANIA


Algunas de la imágenes de esta entrada son bastante duras. Esta redacción cree que el mensaje de la realidad y crudeza de la guerra es superior a cualquier imagen, pero si que estas ilustran los hechos y nos hace ver la magnitud de la tragedia. Discúlpenos si dichas imágenes hieren su sensibilidad.

J.M.G Redacción de GAGOMILTARIA
Berlín 1945

Enero 1943, en Casablanca se reunieron Franklin Delano Roosevelt, Winston Churchill, Charles de Gaulle y Henri Giraud. Los estados mayores de los ejércitos de U.S.A y G.B se reuniron para hacer más intensa la ofensiva aérea sobre Alemania.

Se debían atacar objetivos bélicos y económicos: astilleros de submarinos, nudos de transporte y comunicaciones refinerías ...Algunos generales como Arthur Harris(jefe de bombarderos británicos) y William Mitchell(general americano).

Contra esto los alemanes orginazaron una potente artillería antiaéreay una defensa pasiva, la Luftwaffe se encargó de manejar los Flak(cañones antiaéreos).

Al contrario de lo que mucha gente piensa, los bombardeos aliados fueron un fiasco militarmente y economicamente, y moralmente una barbarie.Los bombardeos de 1942 y 1943 perdieron muchas tripulaciones y eso no podía seguir así, no ganaron la guerra por ese motivo y la excusa empleada fue la de las atrocidades nazis(que no se conocieron hasta 1945), por ejemplo en 1944 con los bombardeos aliados muy activos los alemanes lograron aumentar su producción y en 1945 en el cenit tambien.

En definitiva, esos bombardeos "que ganaron la guerra" solo hizo mas matanzas sin acortar la guerra perdiendo vidas tanto aliadas como alemanas...

Las conclusiones que podamos alcanzar son suficientemente contundentes como para poder afirmar de que los bombardeos indiscriminados se valieron de esfuerzos y recursos con resultados francamente pobres (militarmente hablando....). Es decir, si con esta estrategia el pensamiento general era quebrantar la moral enemiga, se producía el efecto contrario: la firme obstinación por resistir a la voluntad del adversario.

Sírvase también de ejemplo una de las batallas aéreas más sangrientas y afortunadas de la IIGM en la noche del 30 al 31 de marzo de 1944, cuando el personal de vuelo de la primera unidad de caza de la Luftwaffe, la (NJG 1 ó Ala de Caza Nocturna), libró un combate sobre gran parte de Alemania Occidental contra lo más selecto del Mando de Bombardeo de la RAF enviado a Nuremberg (centro espiritual del Reich). La NJG 1 contribuyó a la destrucción de 100 aviones británicos (aprox)... Pese a todo, para la RAF la incursión de Nuremberg había sido un costoso fracaso. Aunque el 84% de los aviones enviados habían logrado bombardear el objetivo, los resultados fueron pobres.

En Nuremberg, solamente una fábrica sufrió fuertes daños, y otras tres fueron alcanzadas de menor consideración. En términos de aviones perdidos era desperanzador para la RAF. Noventa y cinco aparatos derribados, 10 destruídos al aterrizar y 70 dañados de diversa índole. Aún así el Mando del Bombardeo decía haber derribado 2 Fw 190, un Bf 110, cuatro Ju 88 y tres Bf 109. Los alemanes admitieron tres aviadores fallecidos, ocho desaparecidos y uno herido.

La RAF por el contrario había perdido 545 tripulantes. La "victoria" de la caza nocturna alemana, en especial de la NJG 1, fué de una enorme satisfacción moral para los alemanes.....


Localización de las Ciudades Alemana victimas de los Bombardeos Aliados

Bombardeo de Colonia (Köln)


La Ciudad Alemana de Colonia después de los Bombardeos Aliados

Mensaje por mario machado el Lun 28 Feb 2011

Durante la Segunda Guerra Mundial la ciudad de Colonia fue bombardeada por los aliados en 262 ataques aéreos distintos. Las alarmas sonaron en el invierno / primavera de 1940 cuando bombarderos enemigos sobrevolaban. Sin embargo, el bombardeo real tuvo lugar el 12 de mayo de 1940. El ataque más notable sobre Colonia fue el 30/31 de mayo de 1942, siendo el primer raid aéreo de los aliados en involucrar 1000 bombarderos.

La primera incursión de la RAF con 1000 bombarderos fue llamada Operación Milenio, la ciudad de Colonia fue elegida como el blanco y el ataque tuvo lugar en la noche del 30/31 de mayo de 1942. El ataque se puso en marcha por varias razones:

-Se esperaba que la devastación de tales ataques podrían ser suficientes para que Alemania abandonara la guerra o al menos causar un grave daño a la moral alemana.

- Los raids fueron una propaganda útil para los aliados y en particular para Sir Arthur Harris y el concepto de un “bombardeo estratégico ofensivo”. El mal desempeño del Comando de Bombarderos en cuanto a la precisión de sus ataques en 1941, había dado lugar a peticiones de que la fuerza que se dividiera y se desviara a otros teatros de urgencia, como la Batalla del Atlántico. Un fuerte y comentado ataque aéreo sobre Alemania era la vía para que Arthur "Bomber " Harris, del Mando de Bombarderos ,demostrara al Gabinete de Guerra que, dada la inversión en números y tecnología, el Bomber Command podría hacer una contribución vital a la victoria.

Bombardeo sobre Colonia

En esta etapa de la guerra el “RAF Bomber Command” sólo tenía una fuerza regular de alrededor de 400 aeronaves, y estaban en el proceso de transición del bombardero bimotor mediano de los años anteriores a la guerra a los más nuevos y efectivos "pesados” de cuatro motores . Mediante el uso de bombarderos y hombres de las unidades operativas de formación (Operational Training Units, UTO), 250 de la RAF Coastal Command y del Comando de Entrenamiento de Vuelo, Harris podría fácilmente llegar a las 1000 aeronaves. Sin embargo, justo antes que el raid se llevara a cabo, la Marina Real se negó a permitir que las aeronaves del Comando Costero participaran en el ataque.

El Almirantazgo entendía que los motivos de propaganda eran demasiado débies como argumento frente a la amenaza real y apremiante de los submarinos en la Segunda Batalla del Atlántico. Harris prosiguió sus esfuerzos y compuso las tripulaciones de 49 aviones más con alumnos e instructores como pilotos. Finalmente 1.047 bombarderos participaron en el ataque, dos veces y media más que cualquier incursión anterior de la Royal Air Force. Además de los bombarderos atacantes de Colonia, otros 113 aviones realizaron incursiones de hostigamiento sobre los aeropuertos alemanes de combate nocturno.

Colonia no era la meta elegida sino Hamburgo, pero el mal tiempo cambió la opción hacia Colonia, el objetivo secundario.

Esta fue la primera vez que la táctica “bomber stream” (algo así como “torrente o corriente de bombardeo”) fue utilizada y la mayoría de las tácticas utilizadas en este ataque llegaron a ser el estándar para las operaciones del Comando Bombardero para los próximos dos años y algunos elementos se mantuvieron en uso hasta el final de la guerra. Se esperaba que un número tan grande de bombarderos volando de esa manera a través de la línea Kammhuber aplastaría a los cazas nocturnos alemanes, manteniendo el número de derribos en una proporción aceptable.

La reciente introducción del GEE (generalized estimating equation , un GPS de esas épocas) permitió a los bombarderos volar en una ruta, un momento y una altura determinados. La campaña de bombardeos nocturnos británicos había estado en funcionamiento durante algunos meses, y se podía hacer una estimación estadística de la cantidad probable de pérdidas por cazas nocturnos y fuego antiaéreo enemigo y cuántos por colisiones.

Minimizar eso exigía un flujo denso, ya que los controladores de caza nocturna volando hacia una formación defensiva en "caja", sólo podían dirigir un máximo de seis intercepciones potenciales por hora y los artilleros antiaéreos no podían concentrarse en todos los blancos disponibles a la vez. A principios de la guerra cuatro horas eran consideradas aceptables para una misión; para este ataque todos los bombarderos pasaron sobre Colonia y la bombardearon en una ventana de 90 minutos, el primero llegó a las 00:47 del 31 de mayo. Estaba previsto que tal concentración de bombardeos durante un período tan corto desbordaría a los cuerpos de bomberos de Colonia y causaría incendios similares a los infligidos a Londres por la Luftwaffe durante el Blitz


Escuadrilla de Bombarderos Británicos

En el raid, 868 aviones bombardearon el objetivo principal y 15 aviones otros objetivos. El tonelaje total de bombas lanzadas fue de 1.455 , dos tercios de las cuales eran incendiarias. Se iniciaron 2.500 incendios diferentes, 1.700 de los cuales clasificados como “grandes” por las brigadas de bomberos alemanes. La acción de los bomberos y la anchura de las calles detuvieron los incendios. La mayoría de los daños se debieron más al fuego generado que a las propias explosiones.

.330 edificios no residenciales fueron destruidos, 2.090 seriamente dañados y 7,420 ligeramente dañados, haciendo un total de 12.840 edificios, de los que 2.560 eran edificios industriales o comerciales. Entre los edificios clasificados como totalmente destruidas estaban: 7 de la administración oficial, 14 edificios públicos, 7 bancos, 9 hospitales, 17 iglesias, 16 escuelas, 4 edificios universitarios, 10 edificios de correos y ferrocarriles, 10 edificios de interés histórico, 2 oficinas de periódico, 4 hoteles, 2 salas de cine y 6 grandes almacenes. La única instalación militar dañada fue el cuartel antiaéreo. El daño a viviendas de civiles, la mayoría apartamentos en grandes edificios, fue considerable: 13.010 destruidas, 6.360 seriamente dañadas, 22.270 ligeramente dañadas.

La cifra reportada de muertos fue entre 469 y 486, de los cuales 411 eran civiles y 58 militares. 5.027 personas figuraban como heridos y 45.132 como "bombardeada". Se ha estimado que unos 135.000 a 150.000 pobladores de Colonia, de cerca de 700.000, huyeron de la ciudad después del raid. La RAF perdió 43 aviones (la propaganda alemana exige 44) , el 3,9% de los 1.103 bombarderos enviados. 22 aviones se perdieron sobre o cerca de Colonia, 16 derribados por fuego antiaéreo, 4 por cazas nocturnos, dos en una colisión y 2 bombarderos ligeros Bristol Blenheim durante los ataques contra campos de aviación de combate nocturno. A título póstumo la Cruz Victoria le fue otorgada al Oficial del vuelo Leslie Thomas Manser.

El bombardeo de Dresde (Dresden)



Mensaje por mario machado el Sáb 12 Mar 2011, 


EL BOMBARDEO DE DRESDE (DRESDEN)

El bombardeo de Dresde se llevó a cabo hacia el final de la Segunda Guerra Mundial por parte de la Royal Air Force británica (RAF) y las Fuerzas Aéreas del Ejército de los Estados Unidos (USAAF). Con este nombre se suele hacer referencia a los cuatro ataques aéreos consecutivos que se realizaron entre el 13 y el 15 de febrero de 1945, aproximadamente doce semanas antes de la capitulación de la Alemania nazi. Durante los mismos, entraron en acción más de mil bombarderos pesados, que dejaron caer sobre la «Florencia del Elba» cerca de 4.000 toneladas de bombas altamente explosivas y dispositivos incendiarios, arrasando gran parte de la ciudad y desencadenando una tormenta de fuego que consumió el centro histórico de la misma.

Las verdaderas razones para justificar tal operación son difíciles de asimilar. La ciudad de Dresde no tenía ningún valor militar. No había fuerzas destacadas en esa ciudad. No existían industrias bélicas y no constituía ningún obstáculo para el avance de las fuerzas aliadas.

A principios del año 1945 el Ejército Rojo avanzaba hacia Alemania desde el Este en dirección a Berlín, empujando no sólo al ejército germano, sino también a decenas de miles de civiles alemanes que huían hacia Dresde (en alemán Dresden) creyendo que allí estarían a salvo del salvaje comportamiento de los soldados rusos, que se dedicaban a la rapiña, la extorsión, el asesinato y las violaciones, enloquecidos por el triunfo, la sangre y la bebida. El número de habitantes de la ciudad sajona aumentó de 600.000 a más de un millón.

Conferencia de Yalta

En la Conferencia de Yalta, que tuvo lugar del 4 al 11 de febrero de 1945, los Aliados, a petición de los soviéticos, acordaron llevar a cabo nuevos ataques aéreos en la zona oriental y, por lo tanto, sobre Dresde. Tenían que acabar con un nudo de comunicaciones y un centro productivo de primer orden situado en la retaguardia del Frente Oriental para impedir en lo posible la reubicación de tropas y la llegada de refuerzos a la vanguardia. Al mismo tiempo, los bombardeos tenían el propósito de evitar que el Ejército Rojo sufriese contraataques que ralentizasen su avance, consiguiendo así en última instancia adelantar el final de la guerra.

Para los líderes aliados la operación no era sólo una muestra de solidaridad con los soviéticos sino además tenía que ser una demostración de eficiencia y del inmenso poder de destrucción que tenían.

También parece ser, que Churchill tuvo mucho interés en aplicar la “Operación Trueno”, nombre clave de todos los bombardeos, que daba el Gobierno británico en su proyecto de bombardear zona por zona, lo cual era el mejor modo de terminar la guerra. Como se iba a celebrar la Conferencia de Yalta, el primer ministro británico estaba ansioso de demostrar a Stalin lo valiosas que las fuerzas aéreas aliadas podían resultar para ayudar a la ofensiva soviética.


Churchill envió urgentemente una nota a sir Archibald Sinclair, secretario de Estado para la Aviación, la cual provocó resultados inmediatos, y el mariscal del Aire, sir Arthur T. Harris recibió la orden de atacar ciudades tales como Berlín, Dresde y Chemnitz lo más pronto posible, ya que en ellas “un duro ataque no sólo provocaría trastornos en la evacuación del Este, sino que entorpecería el movimiento de las tropas alemanas del Oeste”. El ayudante de Harris, el mariscal del Aire sir Robert Saundby, tenía algunas discrepancias al respecto, y al leer la orden se preguntó la razón de que se incluyera a Dresde en el ataque, ya que consideraba que la ciudad no tenía tanta importancia como se le daba. Aunque era un centro ferroviario de algún interés, no era un gran núcleo industrial, ni se empleaba en movimientos de tropas. Así pues, pidió al ministro del Aire que excluyese a Dresde como blanco de la operación. Saundby tuvo que esperar varios días antes de recibir la confirmación de que Dresde debía ser bombardeada. La demora, parece ser, fue debida al interés personal de Churchill en la “Operación Trueno”, encontrándose ya el primer ministro en esos momentos en la conferencia de Yalta.

Civiles Alemanes

Dresde era un centro de reunión de refugiados, de heridos y enfermos y donde se encontraban más de 26.000 prisioneros de guerra aliados, entre británicos y norteamericanos. Es decir, una ciudad de desvalidos. Lejos estaban los años cuando Dresde fue un centro de producción de fina porcelana.

Ya a comienzos de 1945, Alemania había dejado de ser una potencia militar, pues en su mayor parte estaba reducida a escombros y su capacidad industrial se hallaba colapsada por falta de materias primas. Además últimamente, la mayoría de países le habían declarado la guerra o en el caso de sus proveedores de materias primas habían dejado de embarcarles los productos debido a la presión de los aliados. En realidad el país no constituía ninguna amenaza para las fuerzas aliadas en ninguno de los frentes. Si seguían combatiendo era simplemente porque existía la amenaza de la rendición sin condiciones y, en especial en el Este, la venganza de los soviéticos que estaban decididos a arrasar al país.

Aunque Dresde no era una ciudad abierta, sólo había experimentado dos ataques aéreos de pequeña importancia. Uno, el 7/10/1944, cuando treinta bombarderos norteamericanos atacaron sus nudos ferroviarios, matando a 435 personas. El otro bombardeo se produjo el 16/01/1945, y fue a cargo de 133 aviones ‘Liberator’ que bombardearon el mismo objetivo, dando muerte a 376 personas. En la ciudad había un convencimiento de que se había hecho un convenio secreto con los aliados: si los alemanes no atacaban Oxford, los aliados tampoco lo harían con Dresde.
Dresden Antes de la Guerra

 Después de todo, la ciudad poseía escaso valor militar, y sus numerosos museos, iglesias y otros edificios de estilo barroco, estaban reconocidos mundialmente como un tesoro arquitectónico. Ello proporcionó una gran tranquilidad a los 630.000 habitantes de la ciudad, la cual, a pesar de los desastres del Frente Oriental, tenía casi un aire festivo en aquella noche del 13 de febrero. Ello se debía a que era un martes ‘Faching’, una de las fiestas favoritas de los germanos.

¿Cuál era la importancia de Dresde?

1) En cuanto a lo industrial y las comunicaciones.

Al comenzar la Segunda Guerra Mundial Dresde tenía 642.143 habitantes y era la séptima ciudad del país. En la primavera de 1944, Dresde y Breslau eran las dos últimas ciudades del Imperio alemán que no habían sufrido bombardeos. Según la RAF, era el área urbana más grande que aún no había sufrido la acción de las bombas.

En 1945 Dresde era el tercer nudo ferroviario de transbordo más importante del Reich. En ella se cruzaban las líneas Berlín-Praga-Viena, Múnich-Breslau-Varsovia y la que venía a Leipzig desde Hamburgo. Según un informe de la USAF, dos de las rutas que transcurrían por Dresde eran de especial importancia militar: el eje norte-sur que unía Alemania con Checoslovaquia y el este-oeste, a lo largo de las tierras altas centroeuropeas.

Debido a que las vías de otras ciudades habían resultado seriamente dañadas, a partir de 1944 la mayor parte de la circulación ferroviaria del triángulo Leipzig-Berlín-Dresde pasaba por las estaciones de Dresde-Friedrichstadt, Dresde-Neustadt y Dresde-Hauptbahnhof. Además, estas instalaciones daban servicio a la industria de Freital, la región minera del Erzgebirge y todas las fábricas de las cercanas localidades de Pirna, Heidenau, Radebeul, Coswig, Bautzen y Görlitz. Las principales industrias de Dresde estaban unidas mediante un ferrocarril carbonero con el Alberthafen, importante puerto fluvial de la ciudad y uno de los más grandes de Alemania, y a través de una estación de mercancías con la Neustadt de Leipzig.

Dresde era la sede desde la que se gestionaba el funcionamiento de los ferrocarriles de la mayor parte de Sajonia y la parte noroccidental de los Sudetes. La Deutsche Reichsbahn disponía en Dresde de un taller de reparación y uno de fabricación. El gobierno utilizaba los túneles y los tramos con poca carga de tráfico de los alrededores para estacionar locomotoras y vagones procedentes de otras zonas de Alemania donde corrían peligro.

Tanto el transporte de prisioneros a los campos de exterminio como el de las tropas y su equipo se desviaron de modo que también pasaban por Dresde. Desde el este, millones de refugiados intentaban llegar al centro de Alemania. A finales de 1944, cada vez mayor cantidad de personas huía del avance soviético y Dresde se convirtió para ellos en una estación de paso, ya que imperaba la prohibición de asentarse en la capital sajona.
Dreseden era la Sede  desde la que se gestionaba el funcionamiento de los ferrocarriles de la mayor parte de Sajonia y la parte noroccidental de los Sudetes

Según la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, en febrero de 1945 había por lo menos 110 fábricas y empresas asentadas en Dresde que constituían un «objetivo militar legítimo». El número de obreros empleados en la industria militar de la zona se estima entre 50.000 y 70.000, incluyendo fábricas de componentes para los talleres aeronáuticos de Dresde-Klotzsche.

Los documentos del Archivo Estatal de Dresde permiten hacerse una idea de la importancia económica de la industria del área metropolitana de Dresde, hasta el momento respetada por los bombardeos enemigos y con la ventaja extra de estar provista abundante mano de obra forzosa. Entre otras, se mencionan 44 entidades financieras, 29 fábricas de maquinaria pesada, 13 de material electrónico, 12 plantas de la industria alimentaria y 6 empresas de mecánica de precisión y óptica. Muchas de ellas habían reorientado su producción al campo bélico. Entre 1939 y 1944, la práctica totalidad de la actividad industrial había virado hacia la armamentística.

Especialmente relevantes desde el punto de vista estratégico-militar eran: la industria química de Niedersedlitz incluyendo la Chemische Fabrik Goye & Co., que producía gas venenoso; la armería Lehmann en Friedrichstadt; la industria óptica, especialmente la Zeiss-Ikon en el centro de la ciudad y la Emil Wünsche en Reick; la acería Kelle & Hildebrandt en Großluga; la fábrica de transformadores y aparatos de rayos X Koch & Sterzel AG, en Mickte;] la fábrica de electrónica Hnos. Bassler; y la fábrica de electrónica de radiofrecuencia Radio-Mende. En Leuben fabricaban piezas de maquinaria las empresas Avus, MIAG y Sachsenwerk (esta última especializada en engranajes y diferenciales). En la localidad de Zschachwitz, hoy un barrio de Dresde llamado Sporbitz, MIAG-Mühlenbau fabricaba blindajes.

Varias empresas de Dresde-Löbtau y alrededores meridionales (Erzgebirge) fabricaban granadas. La fabrica de armamento Universelle-Werke J. C. Müller & Co. estaba asentada en el barrio de Südvorstadt y utilizaba a prisioneros de guerra como mano de obra, los cuales se alojaban en barracones dispuestos en los terrenos de MIAG-Mühlenbau en Leuben y en otros puntos de la ciudad. La industria de la región utilizó también mano de obra procedente de, al menos, los campos de concentración de Flossenbürg y Auschwitz-Birkenau. Estos prisioneros realizaron trabajos forzosos en las fábricas de municiones Goehle-Werke, así como para Osram GmbH, Bernsdorf & Co. y la Reichsbahn (compañía que gestionaba los ferrocarriles).

Curiosamente, las principales zonas industriales de la periferia, que tenían una extensión enorme, no fueron bombardeadas. De acuerdo con Donald Miller, «el trastorno económico habría sido mucho mayor si el Comando de Bombarderos se hubiese fijado como objetivo las áreas del extrarradio donde se concentraba la mayor parte de la capacidad industrial de Dresde». Otros académicos sostienen que, en cualquier caso, «las plantas industriales de Dresde ya no desempeñaban un papel significativo en la industria militar alemana en esta fase de la guerra». En la misma línea, el punto de vista revisionista reconoce la existencia de cierta industria en la ciudad, pero considera que gran parte de ella estaba alejada de la zona que fue bombardeada y que no constituía de ningún modo un objetivo «industrial, estratégico o militar de primer orden».


El informe que la RAF distribuyó a sus pilotos la noche del ataque decía lo siguiente:
“Dresde, la séptima ciudad más grande de Alemania y no mucho menor que Mánchester, es también el área urbanizada sin bombardear más extensa que tiene el enemigo. En pleno invierno, con refugiados desplazándose en masa hacia el oeste y tropas que necesitan descanso, los tejados escasean, no sólo para dar cobijo a trabajadores, refugiados y tropas por igual, sino para albergar los servicios administrativos que se han desplazado desde otras zonas. Antaño famosa por sus porcelanas, Dresde se ha convertido en una ciudad industrial de importancia prioritaria. Las intenciones del ataque son golpear al enemigo donde más lo sienta, en la retaguardia de un frente a punto de desmoronarse y enseñar a los rusos cuando lleguen de lo que es capaz el Comando de Bombarderos de la RAF.”

2) En cuanto a lo militar.



Dresde era en febrero de 1945 la última plaza militar en la retaguardia del Frente Oriental que no había sido atacada. En Dresde existían destacamentos militares ya desde el siglo XIX: el barrio septentrional de Albertstadt fue en sus orígenes un acuartelamiento, de los más grandes de Europa. Albertstadt comprendía un amplio complejo de cuarteles e instalaciones de aprovisionamiento con conexión ferroviaria propia, con almacenes, rampas de carga, panaderías militares, herrerías, manufacturas y otros talleres de oficios como guarnicioneros y sastres. Además, esta zona estaba provista de explanadas para maniobras, campos de tiro de artillería, una iglesia y una escuela de formación de oficiales.

A comienzos de la década de 1930 comenzó la construcción del aeródromo de Klotzsche. En 1936 se asentó en dicho barrio la primera escuela de aviación militar del imperio, un complejo de 60 edificios ubicados en la Hermann-Göring-Straße (hoy llamada Zur Wetterwarte). Desde 1940, el uso del aeropuerto se circunscribiría exclusivamente al ámbito militar. Tras el mismo ascenso al poder de los nazis y hasta 1939, la ciudad sufrió una profunda militarización y se convirtió en sede de un Wehrbereichskommando (alto mando de un Wehrbereich, nombre de las zonas militares en que se dividía el territorio nacional). En Strehlen, cerca del centro, se encontraba el Luftgaukommando IV, desde donde se gestionaba todo el espacio aéreo del Gau. Más al sur, en Nickern, se construyó otro gran acuartelamiento de la Luftwaffe.

El ejército alemán, primero en Stalingrado y después en Königsberg, había aprendido que el ataque a corta distancia con granadas y bombas podía ser perfectamente efectivo contra los carros de combate soviéticos. Por dicho motivo, a partir de noviembre de 1944 había diez batallones del Volkssturm en Dresde, entre ellos varias unidades antitanque, de construcción de trincheras, del servicio de información y de transporte de tropas; estas últimas incluían todos los camiones de Dresde y sus respectivos conductores. Algunas de ellas fueron desviadas en enero de 1945 al Frente Oriental, pero la mayor parte de los aproximadamente 20.000 hombres del Volkssturm, entre ellos miembros de las Juventudes Hitlerianas, permanecieron acuartelados en Dresde. Parte de estas tropas recibieron instrucción militar; no obstante, dadas las necesidades que tenían tanto el ejército como la SS y la policía, no pudieron ser armadas adecuadamente por lo que quedaron atrincheradas como reserva.
El Generaloberst Heinz Guderian había dado el 1 de diciembre de 1944 la orden, en un principio secreta, de que se creara la «región de defensa Dresde-Riesa». En torno a la ciudad se dispusieron barricadas, dientes de dragón, fosas antitanque, nidos de artillería y campos de minas. Asimismo, las autoridades civiles de la ciudad quedaban inmediatamente subordinadas a las militares.


El bombardeo

A las 22:09 del día 13 de Febrero, las emisoras de radio alemanas reemplazan sus emisiones regulares por el toque del péndulo que se usaba para anunciar un ataque aéreo.
Los primeros 9 aviones Mosquito, ingleses, llegaron con gran precisión al lugar guiados por el nuevo sistema Loran. La exactitud era vital, para cumplir con el objetivo de impresionar a los soviéticos y no cometer una embarazosa equivocación bombardeando otra ciudad o tal vez hasta una zona ya ocupada por los soviéticos. Los 9 aviones tranquilamente se encargaron de marcar con indicadores rojos los límites de la ciudad y con bengalas iluminaron toda la urbe que aparecía impotente ante los pilotos ingleses.

A las 22:15 comenzaron a llover las bombas sobre Dresde de la primera oleada de 245 bombarderos ‘Lancaster’. El único avión derribado fue por la explosión de una de las bombas lanzadas por encima del mismo, tal era la concentración de aviones sobre la ciudad. Enormes bombas explosivas de 2 y 4 toneladas, estaban destinadas a romper las ventanas y arrancar los techos de los edificios muy combustibles de la ‘ciudad vieja’ de Dresde, algunos de los cuales tenían más de mil años. El grupo de ataque transportaba alrededor de unas 75 bombas incendiarias. 524 bombas blockbusters, con capacidad de destrucción cada una de una manzana de calles completa, más 1800 bombas explosivas fueron lanzadas en aquel primer ataque. La idea era primero destruir ventanas y techos con explosivos y luego hacer llover las bombas incendiarias para llevar el fuego a las casas tocadas produciendo tempestades de chispas que se filtrarían por las ventanas y techos destrozados, prendiendo fuego a las cortinas, tapices, muebles, vigas, etc.

En menos de 20 minutos, la RAF había incendiado unas tres cuartas partes de la Altstadt de Dresde. Con este ataque nocturno no pretendía ni tampoco hubiera podido destruir lugares o edificios puntuales; al contrario, más bien se pretendía destruir completamente el centro de la ciudad mediante un ataque denominado bombardeo en alfombra.

A las 22:30 finalizaba lo que hubiera sido suficiente para cualquier objetivo militar. Decenas de miles de casas, hospitales, escuelas y estaciones de ferrocarril convertidas en centros de refugiados quedaron sin techo, puertas, ventanas, las calles destrozadas e inundadas por la rotura de las tuberías de suministro de agua, postes de teléfono y de alumbrado público tumbados. Posteriormente, los pilotos aliados manifestaron que el humo y el fuego se veían desde 150 Km de distancia. 

La primera ola de ataque reemprende la ruta de regreso, siendo cubierta por nuevas fuerzas (segunda oleada) que abrieron fuego sobre Dresde a la 1:30 de la madrugada, con 529 aviones ‘Lancaster’ a cuya cabeza avanzaban los ‘Blind Illuminator’ con sus bombas de retardo, cohetes luminosos y linternas de magnesio, que debían arder a 6.000 metros para iluminar el campo. Había también escuadrillas de cazas equipados para el combate nocturno. Además volaban ‘Liberators’ y ‘Fortalezas Volantes’. Cada aparato llevaba una bomba explosiva de 2 toneladas y 5 incendiarias de 325 kilos. En total transportaban 650.000 bombas incendiarias. El jefe de bombarderos, descubrió “con horror que todo el centro de la ciudad estaba engullido por las llamas, lo que impedía identificar los objetivos con precisión y la columna de humo que se elevaba de la ciudad en llamas, oscurecía toda la parte Este”. La cuestión era decidir si debían concentrar sus bombas sobre la zona que ardía o si se debía extender el incendio. El jefe de los bombarderos decidió la segunda opción.

Durante 10 minutos un ‘Lancaster’ equipado con cámaras hizo el recorrido filmando la dantesca escena para la sección cinematográfica de la RAF. Esta película ahora se conserva en el ‘Imperial War Museum’, siendo uno de los más siniestros testimonios de la II Guerra Mundial, y en el que se puede comprobar como Dresde no estaba defendida, ya que no aparece en la cinta ningún proyector y ninguna batería antiaérea.

Toma de por sorpresa no solamente a los sobrevivientes de la ciudad, sino a los socorristas que acudieron desde otras ciudades cercanas. No hubo aviso previo pues simplemente no había electricidad. Para los atacantes, esta vez no eran necesarios los aviones marcadores. La ciudad era una hoguera. Más de 550 aviones Lancaster, Liberators y B17, precedidos de los aviones iluminadores con sus bengalas de magnesio lanzadas en paracaídas, que revelaban la aterradora destrucción de la ciudad, señalaron la ruta de los que lanzarían las bombas incendiarias. Nada menos que 650 mil bombas incendiarias para una ciudad superpoblada de civiles. Esta vez, el resplandor de la ciudad en llamas era visible desde más de 300 Kms de distancia.

El segundo ataque impidió la continuación de operaciones de extinción de incendios; de este modo, los incontables incendios rápidamente se unieron en uno solo para formar una tormenta de fuego huracanada que destruyó las arterias principales de la ciudad. Las fortísimas temperaturas que se alcanzaron derritieron el vidrio y el metal. El remolino creado por el monstruoso consumo de oxígeno succionó hacia su interior a todo lo que encontraba incluyendo todo tipo de objetos y personas. Estas murieron calcinadas, de shock térmico o de sobrepresión, o bien, asfixiadas en los refugios por los gases de la combustión o la falta de oxígeno.

En los dos ataques se lanzaron un total de 1.477,7 toneladas de bombas explosivas, incluyendo 529 bombas de 2 toneladas, más una de 4 toneladas. En cuanto a las incendiarias, fueron 650 mil, con un peso de 1.181.6 toneladas. En total se emplearon 1400 aviones.

Al día siguiente, los socorristas no podían atender a los cientos de miles de heridos. No había ni agua, ni alimentos, ni medicinas suficientes. 

Dresden después del Bombardeo Aliado

Pero, no todo había terminado, apenas habían transcurrido 2 ataques en 14 horas. A las 12:12 del 14 de febrero de 1945 las bombas volvieron a diluviar sobre la ciudad sajona. Esta nueva fuerza estaba compuesta por 1.350 ‘Fortalezas Volantes’ y ‘Liberators’. A las 12:23 los 37 P-51 del 20º Grupo de Cazas se precipitaron sobre la ciudad con otros 3 Grupos de Cazas, atacando a lo largo del río Elba, a los vehículos en las carreteras que, saliendo de Dresde, estaban cubiertas de columnas de evacuados. En el alba del miércoles 14 de febrero, en Dresde apenas fue notada la aurora: la ciudad estaba oscurecida por una columna de humo amarillo de 5 Km de alto y las emanaciones que caracterizan un gran bombardeo incendiario. El color de dicha columna también provenía del enorme amontonamiento de restos humanos carbonizados y contraídos, de los escombros de edificios, de árboles y restos de la desgraciada ciudad que habían sido engullidos por el ciclón artificial y continuaban siendo aspirados por el cielo. Veinticinco minutos después del bombardeo, vientos de 240 Km por hora succionaban todo lo que encontraban hacia el centro del tornado. Debido a que las altísimas temperaturas impulsaban el aire hacia arriba a gran velocidad, la pérdida de oxígeno producía remolinos de llamas que absorbían el aire incluso de los pulmones de la gente. Una vez declarado el incendio, los bomberos que fueron enviados a Dresde, no pudieron hacer nada para dominarlo.

A las 10,15 h. del día 15 de febrero se desplomó finalmente la Iglesia de Frauenkirche, el símbolo de la ciudad. Pero aún así, aún hubo un último ataque aéreo de menor consistencia esta vez. 211 B17 estadounidenses arrojaron otras 460 bombas incendiarias más.

Aún después de aquellos días, el horror continuó, pues los incendios tardaron varios días en apagarse y los muertos se acumulaban en las calles. A la nube tóxica productos de los vapores de las bombas, el fuego, las cenizas, la falta de aire respirable, se unía el riesgo de enfermedades. El 25 de febrero, 3.865 cuerpos tuvieron que ser incinerados, sin identificar, en la actual plaza del mercado viejo. 25.000 fueron enterrados en el cementerio.

La carnicería en la Estación Central ‘Haupt-bahnhof’ de Dresde superó todo lo que pueda imaginarse. Los refugiados se apiñaban en vagones de carga, otros estaban en los corredores y túneles. Dos trenes acababan de llegar de Königsbruck con cientos de niños que habían sido evacuados al Este y ahora volvían a ser evacuados para salvarlos de las hordas rusas. Las escaleras y salidas abarrotadas de bultos y maletas. Con las primeras bombas incendiarias, los corredores y túneles se inundaron de humo letal. Con el segundo ataque concentrado sobre la estación, todas las personas perecieron asfixiados o quemados vivos. Se calcula que el 70% de las víctimas murieron por asfixia o por inhalación de gases venenosos. La intensidad del calor derretía cuerpos sobre el pavimento, o los reducía a cadáveres calcinados y encogidos, de medio metro de longitud. En palabras del periodista Phillip Knightley: “Las llamas devoraron toda la materia orgánica a su paso: todo lo que era combustible ardió. La gente murió derretida, incinerada o por asfixia. Al día siguiente llegaron aviones norteamericanos para ametrallar a los sobrevivientes que intentaban alcanzar la orilla del Elba”.

Entre 135.000 y 200.000 Alemanes murieron durante el Bombardeo de Dresden

Distintas cifras de víctimas se han barajado, pero las más plausibles son entre 135.000 y 200.000 muertos. Cabe recordar que las cifras oficiales de muertos por las bombas atómicas lanzadas por EE.UU. sobre Hiroshima y Nagasaki son, respectivamente de 83.793 y 71.370.
Los americanos lanzaron 474.5 toneladas de explosivos de alta potencia y 296.5 toneladas de incendiarias, en paquetes y racimos.

En esta oportunidad, la aviación de caza nada pudo hacer, puesto que el grupo cerca de Dresde era de caza nocturna y durante el día no estuvieron en servicio.

No hay estadísticas ni archivos de todo lo que ocurrió. Pero sí se sabe que cuando menos de la compañía de bomberos desde la ciudad de Bad Schandau no quedó un solo bombero vivo que pudiera contar lo que ocurrió.

En los días que siguieron, los grupos socorristas se encargaron de dar sepultura en fosas comunes a los cuerpos mutilados y quemados que fueron envueltos en papel periódico, en el mejor de los casos y lanzados en zanjas abiertas por buldozers. Difícilmente se pudo identificar algunas víctimas. Para el día 6 del mes siguiente apenas se había logrado identificar a menos de 40 mil cadáveres. Durante semanas y entrada la primavera, el hedor de la ciudad acordonada se percibía desde kilómetros de distancia. Algunos soldados manifestaron haber visto enormes ratas que se alimentaban entre los escombros. Incluso se dijo que animales de un circo, cuyas jaulas fueron rotas durante los bombardeos vivían entre los restos alimentándose de cadáveres.

Victimas del Bombardeo de Dresden

En sus memorias de la II Guerra Mundial, sir Winston Churchill no mostró mucha emoción al recordar el ataque a Dresde: “En el último mes realizamos un fuerte bombardeo sobre Dresde, que entonces era el centro de comunicaciones del frente oriental alemán”.

Foro1y2 GM: La Primera y Segunda Guerra Mundial

Imagenes de Archivo de GAGOMILITARIA

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