- Con esta víctima ya son 99 los militares españoles fallecidos en aquel país.
El sargento David Fernández Ureña ha fallecido hoy al explosionar un artefacto explosivo improvisado (IED) cuando realizaba labores de reconocimiento en la ruta OPAL, entre las localidades de Qala i Naw y Darra i Bun, en Afganistán, ha informado el Ministerio de Defensa.
El sargento Fernández Ureña, que formaba parte de un equipo de desactivación de explosivos, tenía 35 años, era natural de Bilbao, soltero y sin hijos.
Un avión de las Fuerzas Aéreas despegará hoy de Madrid hacia Afganistán para repatriar el cadáver del sargento David Fernández Ureña. A bordo del avión y para coordinar las labores de repatriación irá el general adjunto del Mando de Operaciones del Estado Mayor de la Defensa.
El sargento Fernández Ureña falleció cuando realizaba labores de reconocimiento en la ruta OPAL, entre las localidades de Qala i Naw y Darra i Bun.
Formaba parte de un equipo de desactivación de explosivos, era natural de Bilbao, soltero y sin hijos.
Era especialista en NBQ, operador de desactivación de artefactos explosivos y contaba con el curso básico de paracaidismo.
Se trata de la primera víctima mortal entre las tropas españolas desplegadas en Afganistán durante este año. La explosión, cuyas causas se están investigando, se produjo cuando su equipo de reconocimiento examinaba un tramo de la ruta OPAL donde había sido localizado un IED.
Ingresó en el Ejército en el año 2000 y desde entonces estaba destinado en el Regimiento de Pontoneros y Especialidades de Ingenieros de Zaragoza.
En el año 2009 participó en la misión de Afganistán, por lo que fue condecorado con la medalla de la OTAN-ISAF.
El sargento Fernández Ureña era especialista en NBQ, operador de desactivación de artefactos explosivos y contaba con el curso básico de paracaidismo.
La muerte del militar ha sido anunciada por la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, al comienzo de la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros.
La vicepresidenta ha trasladado, en nombre del Gobierno, el pésame, a la familia y a las Fuerzas Armadas "en estos momentos tan difíciles y tan tristes para todos".
Asimismo ha lanzado un mensaje de reconocimiento a todos los miembros del Ejército y de las Fueras Armadas por su labor al servicio de la seguridad, de la paz y la estabilidad en todo el mundo.
Ha dicho de los militares que realizan una "tarea impagable al servicio de la democracia y la defensa de los derechos y valores de los que vivimos en esa democracia".
El ataque se produjo en la madrugada del último día de 2012, cuando los militares españoles pernoctaban junto a soldados afganos en un antiguo puesto de combate avanzado italiano en la provincia de Qala-i-Naw, desde donde iban a iniciar una patrulla esa mañana.
Durante la noche, se escucharon varias explosiones a "mucha distancia"de la base y se contabilizaron hasta siete disparos de granadas RPG, de los que cuatro impactaron en el interior de la base, sin provocar daños a ningún militar, han indicado las mismas fuentes. Una de las granadas alcanzó un vehículo militar blindado RG31 que ha quedado inutilizado.
El Ejército afgano ha informado de que el ataque pudo ser obra de dos militares, miembros de un destacamento que guarnecía un puesto de observación cercano, un extremo que está investigando.
Los militares españoles --fuerzas de protección y asesores-- regresaron esa misma tarde a la base ´Ruy González de Clavijo´, en Qala-i-Naw. Desde ahí se habían desplazado para asesorar a una compañía afgana que tiene su base en el puesto avanzado de combate COP ´Monserrat´, ocupado en la actualidad únicamente por militares afganos.
El Ejército adquirió seis de estos vehículos, que operan de dos en dos, y de los que cuatro serán enviados a Afganistán para reforzar la seguridad del contingente allí presente durante su repliegue, según informa el boletín "Tierra", del Ejército.
Los "Husky" llegaron desmontados, recibiéndose a primeros de diciembre los radares de penetración terrestre para la detección de IED y una semana después los vehículos propiamente dichos.
«Lo primero es acotar la zona, establecer un perímetro de seguridad y que ningún afgano vea cómo trabajamos», asegura este almeriense que ha participado en tres misiones internacionales. Cañones de agua, explosivos, cinta aislante, detectores, vehículos con rodillo, traje EOD9 o robots como el modelo «Teodor» son algunas de las herramientas de estos especialistas que acuden en grupos de cuatro: dos especialistas en desactivación y dos en reconocimiento de área (EOR).
Bicis-bomba, burros-bomba, las clásicas minas en los caminos o cunetas (con la carga junto al plato detonador o a metros) o la utilización de personas son algunos de los procederes a los que se enfrentan los especialistas del Ejército EOD.
El sargento Fernández Ureña, que formaba parte de un equipo de desactivación de explosivos, tenía 35 años, era natural de Bilbao, soltero y sin hijos.
Un avión de las Fuerzas Aéreas despegará hoy de Madrid hacia Afganistán para repatriar el cadáver del sargento David Fernández Ureña. A bordo del avión y para coordinar las labores de repatriación irá el general adjunto del Mando de Operaciones del Estado Mayor de la Defensa.
El sargento Fernández Ureña falleció cuando realizaba labores de reconocimiento en la ruta OPAL, entre las localidades de Qala i Naw y Darra i Bun.
Formaba parte de un equipo de desactivación de explosivos, era natural de Bilbao, soltero y sin hijos.
Era especialista en NBQ, operador de desactivación de artefactos explosivos y contaba con el curso básico de paracaidismo.
Se trata de la primera víctima mortal entre las tropas españolas desplegadas en Afganistán durante este año. La explosión, cuyas causas se están investigando, se produjo cuando su equipo de reconocimiento examinaba un tramo de la ruta OPAL donde había sido localizado un IED.
Ingresó en el Ejército en el año 2000 y desde entonces estaba destinado en el Regimiento de Pontoneros y Especialidades de Ingenieros de Zaragoza.
En el año 2009 participó en la misión de Afganistán, por lo que fue condecorado con la medalla de la OTAN-ISAF.
El sargento Fernández Ureña era especialista en NBQ, operador de desactivación de artefactos explosivos y contaba con el curso básico de paracaidismo.
La muerte del militar ha sido anunciada por la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, al comienzo de la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros.
La vicepresidenta ha trasladado, en nombre del Gobierno, el pésame, a la familia y a las Fuerzas Armadas "en estos momentos tan difíciles y tan tristes para todos".
Asimismo ha lanzado un mensaje de reconocimiento a todos los miembros del Ejército y de las Fueras Armadas por su labor al servicio de la seguridad, de la paz y la estabilidad en todo el mundo.
Ha dicho de los militares que realizan una "tarea impagable al servicio de la democracia y la defensa de los derechos y valores de los que vivimos en esa democracia".
Último ataque
El último ataque contra el contingente español se había producido la pasada semana, en la madrugada del último día de 2012, cuando los militares españoles pernoctaban junto a soldados afganos en un antiguo puesto de combate avanzado italiano en la provincia de Qala-i-Naw, desde donde iban a iniciar una patrulla esa mañana. Una de las granadas lanzadas por los insurgentes alcanzó un vehículo blindado RG31, que quedó inutilizado.El ataque se produjo en la madrugada del último día de 2012, cuando los militares españoles pernoctaban junto a soldados afganos en un antiguo puesto de combate avanzado italiano en la provincia de Qala-i-Naw, desde donde iban a iniciar una patrulla esa mañana.
Durante la noche, se escucharon varias explosiones a "mucha distancia"de la base y se contabilizaron hasta siete disparos de granadas RPG, de los que cuatro impactaron en el interior de la base, sin provocar daños a ningún militar, han indicado las mismas fuentes. Una de las granadas alcanzó un vehículo militar blindado RG31 que ha quedado inutilizado.
El Ejército afgano ha informado de que el ataque pudo ser obra de dos militares, miembros de un destacamento que guarnecía un puesto de observación cercano, un extremo que está investigando.
Los militares españoles --fuerzas de protección y asesores-- regresaron esa misma tarde a la base ´Ruy González de Clavijo´, en Qala-i-Naw. Desde ahí se habían desplazado para asesorar a una compañía afgana que tiene su base en el puesto avanzado de combate COP ´Monserrat´, ocupado en la actualidad únicamente por militares afganos.
Más de un año sin víctimas mortales
La anterior víctima mortal española tuvo lugar el 6 de noviembre de 2011, cuando el también sargento Joaquín Moya, de 35 años, casado con otra militar y padre de un niño, falleció al recibir un disparo de un insurgente durante un ataque en la zona de Ludina, donde participaba en un ejercicio de instrucción del Ejército afgano. El ataque al contingente español duró pocos minutos, pero el militar español, que iba protegido con chaleco antibalas, recibió un disparo desde entre unos 600 y 800 metros de distancia que le entró por la clavícula izquierda y que se fue a alojar en el corazón. Los responsables militares sanitarios de la base achacaron a "la mala suerte" la muerte del militar, que estaba en Afganistán desde hace un mes.Más protección
Precisamente, el Ministerio de Defensa había anunciado esta semana el envío a Afganistánde vehículos "Husky", dedicados a la detección de artefactos explosivos improvisados (IED), para proteger el repliegue de las tropas españolas.El Ejército adquirió seis de estos vehículos, que operan de dos en dos, y de los que cuatro serán enviados a Afganistán para reforzar la seguridad del contingente allí presente durante su repliegue, según informa el boletín "Tierra", del Ejército.
Los "Husky" llegaron desmontados, recibiéndose a primeros de diciembre los radares de penetración terrestre para la detección de IED y una semana después los vehículos propiamente dichos.
Cuentan con un chasis delantero y otro trasero que se unen a un cuerpo central con blindaje antiminas; en él se encuentra el habitáculo para la tripulación, que en el caso del modelo elegido por España está diseñado para dos personas: un conductor y un operador.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
«Hombres tranquilos» contra bombas afganas
Día 11/01/2013 - 14.50h
Más de 700 militares perfeccionan en el campo de maniobras de San Gregorio los métodos contra minas en Afganistán
La de Afganistán es una guerra de IED contra OED. Expliquémonos: semánticamente un IED es un artefacto explosivo improvisado (Improvised Explosive Device, en sus siglas en inglés), pero en la práctica es un dispositivo cuya explosión puede activarse pisando incluso una simple caja de cerillas (hecho real acaecido en Afganistán) que, unida a un cable de transmisión, sirve como detonador de una garrafa rellena de nitrato amónico con un combustible, uno de los explosivos más utilizados. «El IED es el arma más empleada por la insurgencia afgana. Ha causado el 75 por ciento de las bajas en Afganistán», explica el brigada Jorge Prados, una de las eminencias en desactivación de bombas del Ejército de Tierra.
Para contrarrestar esos IED situados en los caminos al paso de las caravanas militares o en otras zonas estratégicas como en una moto en el puente de la ciudad de Qala i Nao (otro hecho real), los ejércitos como el de Tierra cuentan con equipos EOD.
Son los «hombres tranquilos» en el escenario afgano. Esos desactivadores-operadores de bombas que, salvando las distancias, fueron inmortalizados por Hollywood en la película «En tierra hostil». Militares formados por el Mando de Ingenieros que, con precisión, llegan, observan, aseguran, diagnostican y… desactivan la amenaza.
Uno de esto «cirujanos» es el sargento primero Leonardo Gallardo, a quien observamos cómo trata de desactivar dos granadas en el ejercicio de maniobras «Interdict 2012», que durante una semana ha reunido a 700 militares de España, EE.UU, Francia, Alemania y Austria en el campo de San Gregorio (Zaragoza) y que tuvo como observador de honor al Príncipe de Asturias.
Bombas de fácil manejo
«Cañones de agua, explosivos y cinta aislantes son algunas de las herramientas»
Los EOD son los objetivos más buscados ahora por la insurgencia afgana en este último tramo del conflicto y serán los especialistas clave durante el repliegue, donde se prevé una creciente actividad de amenazas de minas. Este tipo de artefactos se cobran la vida del 75 por ciento de las bajas.
La última estrategia de los talibanes es colocar minas-trampa (HOAX, en argot castrense) con el objetivo de abrir fuego sobre ellos o activar otras minas alrededor, de tal modo que un desactivador puede verse rodeado de una decena de explosivos que pueden ser activados con un mal paso.
«Hasta un cabrero puede activar por radio control un IED»
«Hasta un cabrero puede activar por radio control un IED cuando ve venir una caravana militar», explica el teniente Francisco Javier Cifuentes, curtido en Afganistán, donde se han desactivado hasta cincuenta IED en los últimos cuatro meses. Un número que va en aumento.
«Fuego, fuego, fuego», grita el desactivador para alertar de que va a proceder a la detonación adecuada. Esta vez, junto a un supuesto muro de una comisaría afgana de la Policía, dos granadas de mortero han sido desactivadas. Misión cumplida.
A FONDO:
ARTEFACTO EXPLOSIVO IMPROVISADO (IED)
Un artefacto
explosivo improvisado es un dispositivo explosivo usado frecuentemente en la guerra no
convencional o guerra asimétrica, por fuerzas comando,
guerrillas y terroristas. Se
le conoce también con el nombre IED (del inglés Improvised Explosive
Device) o bomba caminera, nombre usado por los medios periodísticos para referirse a
ellos.
Durante la Guerra de
Iraq los artefactos explosivos improvisados se han convertido en una de las
armas principales de la resistencia iraquí. Otro artefacto
desarrollado recientemente (2007) es el llamado en inglés Explosively Formed
Penetrator (EFP), el cual tiene propiedades de penetración de blindajes.
Los artefactos
explosivos improvisados suelen ser fabricados con distintos diseños, mecanismos
detonantes y tipos de explosivos, lo que los hace aún más peligrosos si son
detectados y deben ser desarmados. Para evitar ser detectados han sido hechos de
bidones de plástico rellenos con explosivo y esquirlas. En
otros casos son obuses o bombas aéreas a los cuales se les conecta un
detonador.
Pueden tener un
detonador activado por control remoto, rayos infrarrojos,
mecanismo temporizador con
conmutador de membrana (tipo horno de
microondas) o resortes. En algunos casos varios artefactos suelen estar
montados para obtener una explosión en cadena, por ejemplo en el ataque a un
convoy o tren.
Historia
La utilización de
trampas explosivas va ligada a la historia militar desde el comienzo del uso de
la pólvora.
En el siglo XX existen
antecedentes de su utilización en la llamada Guerra de Invierno entre Finlandia y la Unión Soviética (1939-1940).
Otro ejemplo de su uso
coordinado a gran escala fue en la llamada guerra del ferrocarril en Bielorrusia durante la Segunda
Guerra Mundial entre 1943 y 1944, en la cual fueron usados por los llamados
partisanos
para descarrilar los trenes alemanes.
Durante la Guerra de Vietnam
fueron usados por el Frente Nacional de
Liberación de Vietnam (Vietcong), utilizando material militar estadounidense abandonado o no explosionado.
En Irlanda del Norte,
el IRA
Provisional (IRA) los usó contra las tropas del Reino Unido durante la llamada Campaña del IRA
Provisional 1969–1997.
En Afganistán, los llamados muyahidines los utilizaron
entre 1978 y 1992 durante la guerra civil.
Posteriormente, en la guerra en Afganistán de
2001 han sido utilizados por los talibán.
También fueron
utilizados contra el ejército de Israel en las llamadas Intifadas (1987-1991) y (2000-2005).
En Chechenia han sido utilizados por los militantes
secesionistas contra Rusia en la Primera
Guerra Chechena (1994-1996) y desde 1999.
Detección de Artefactos Explosivos
La tecnología clásica
por excelencia es la detección de metales, orientada a la detección de elementos
detonadores fundamentalmente. Es una tecnología muy madura cuya misión real es
desviar todo objeto metálico hacia la monitorización por rayos X.Son usados para inspección de bultos, objetos
de mano, maletas, contenedores, etc. Permite detectar la presencia de masa de
explosivo. Proveen óptimos resultados a una distancia segura. Las fuerzas
militares, alrededor del mundo, operan con robots para propósitos de
inteligencia y para desactivar bombas en zonas de combate. La policía usa robots
para desechar IED en áreas urbanas, modos de transporte y ubicaciones
abarrotadas. En los últimos años, ha evolucionado considerablemente la
tecnología y se han incorporado a los equipos convencionales diferentes
versiones: tomografía computarizada (imágenes en 3D) para equipajes de bodega;
energía dual, que permite diferenciar con mayor precisión la densidad efectiva
de los materiales y, por tanto, la identificación de determinados materiales.
FOTOGRAFÍAS DEL ARCHIVO
DE
GAGOMILITARIA
No hay comentarios:
Publicar un comentario