Éxito de público en la exposición del Ejército sobre el «Garellano» en Bilbao
Alrededor de 2.400 bilbaínos han desfilado los primeros nueve días de diciembre por la exposición «Bilbao y su regimiento Garellano. 125 juntos», un recorrido por los lazos comunes que han unido a este batallón de Infantería del Ejército y la capital vizcaína en siglo y cuarto de historia, dede 1887.
Según han trasladado los organizadores de la muestra a ABC, clausurada el domingo, se han doblado las expectativas en el número de visitantes que han aprovechado el puente de la Inmaculada para conocer más de cerca la historia militar de la villa, por lo que se han mostrado «inmensamente satisfechos» ante una acogida que ha vencido los recelos y ataques de algunos sectores antimilitaristas de la política vasca.
«Bilbao ha recibido con cariño una muestra de algo tan suyo como ha sido el regimiento del Garellano», asegura a este diario, con el sentido del deber cumplido, uno de los responsables de la exposición, que fue inaugurada el pasado día 1 por el alcalde, Iñaki Azkuna, del PNV, y por el jefe de Estado Mayor del Ejército, el general Jaime Domínguez Buj, en el centro municipal de Basurto. Azkuna, muy criticado por Bildu y por algunos miembros de su partido, el PNV, recordaba que Garellano es ya un «topónimo» vasco y que en él han hecho la mili buena parte de los ciudadanos vascos, uniendo así la memoria civil con la militar.
«Bilbao ha acogido con cariño algo tan suyo como el Garellano»
Unidos frente a las inundaciones
«Llegué al principio de los ochenta y aquí me quedé. Podía haberme ido, pero me gusta mucho el ambiente del norte. El trato ha sido bueno, también en los años más duros de ETA contra el Ejército…». Recordaba con especial cariño las muestras de gratitud de la población local cuando las inundaciones de 1983 ahogaron la gran villa bilbaína. Entonces civiles y militares unieron sus manos para combatir el barro, cuando ETA más azotaba.
«El agua nos llegaba literalmente hasta el cuello, hubo zonas donde el lodo cubrió hasta 1,80 metros. Fue un trabajo duro, pero la alegría de saber que ayudábamos a la gente a salir hacia adelante fue más fuerte», rememora el veterano militar. Destinado en el gobierno militar de Vizcaya hasta su jubilación en 2005, no se arrepiente de su destino: «Aunque entonces ya existía cierto recelo y algunos nos miraban como al enemigo, lo cierto es que en Bilbao siempre se nos apreció bastante. Si volviera a nacer volvería a hacer el mismo camino», aseguraba en conversación con ABC.
«Tan de Bilbao como el Athletic»
Lo cierto es que pese a las anécdotas de quienes han protagonizado protestas menores por la exposición, la gran mayoría de los visitantes han valorado la proyección cedida al estamento militar en suelo vasco. «El Ejército es tan de Bilbao como lo es el Athletic, por más que les pese a algunos», comentaba el fin de semana pasado un padre y su hijo, a punto de entrar a la muestra, a tan solo cien metros del estadio de fútbol de San Mamés.
«Su presencia aquí es más antigua que el PNV», incidían con suma naturalidad y totalmente fascinados ante una ametralladora MG 42. La pareja paterno-filial guarda una estrecha relación con el regimiento de Garellano debido a su afición por el tiro y el próximo día 15 de diciembre participarán en la tradicional competición que se organiza en el actual cuartel de Munguía (Vizcaya), tras el que degustarán de un «buen guisado de jabalí».
«Su presencia aquí es más antigua que el PNV»
La exposición, ordenada cronológicamente, se ha repartido en once áreas temáticas y ha incluido fotografía y uniformes originales de época, así como diverso armamento y numerosos objetos dispuestos en una docena de vitrinas. Algunos de ellos corresponden a la guerra de Cuba y de Marruecos, a la Guerra Civil o a episodios más actuales como la participación de la unidad en las contiendas de Bosnia, Kosovo y Afganistán.
«Estamos convencidos de que la muestra ha permitido a la ciudadanía conocer la historia de Bilbao unida a la historia militar», glosaba este mediodía el suboficial mayor de Garellano, convencido del «éxito» de la convocatoria en un terreno difícil.
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