Los cosacos patrullarán Moscú para reforzar la vigilancia policial
Podrán usar el uniforme tradicional de la época zarista
Día 14/11/2012 - 02.58h
En un paso más hacia la rehabilitación de los cosacos, el Ayuntamiento de Moscú ha decidido permitir que sus unidades ayuden a la Policía a garantizar el orden en las calles de la capital. Patrullarán ataviados con su uniforme tradicional de la época zarista. Nikolái Komarovski, consejero del Comité Presidencial para los Cosacos, asegura en declaraciones al diario Izvestia que “no menos de 50 cosacos habrá en cada barrio moscovita”.
Harán su aparición en breve y el experimento comenzará en la céntrica calle Tverskaya. Su misión, según Komarovski, será “perseguir la venta ilegal en la calle y el aparcamiento en zonas prohibidas”. Irán a pie en grupos de tres o cuatro cosacos y desprovistos de sable o armas de fuego.
En febrero de 2010, el entonces presidente Dmitri Medvédev, promulgó varios decretos para la inserción de los cosacos en la sociedad rusa y, hace dos meses, el jefe del Estado Mayor, Nikolái Makárov, anunció que el Ejército ruso “tendrá en cada distrito militar como mínimo una brigada cosaca”.
Según fuentes del Comité Presidencial para los Cosacos, en Rusia hay formados diez ejércitos cosacos con un total de 700.000 efectivos. Así mismo, en todo el país funcionan 24 academias de cosacos y más de un millar de centros anexos.
Los cosacos inicialmente eran nómadas y se organizaron después en comunidades de tipo militar en la parte sur de Rusia. Se incorporaron más tarde a las tropas zaristas y su misión principal era proteger las fronteras del imperio. Perdieron sus privilegios como fuerza militar tras la Revolución Bolchevique de 1917.
Tras la desintegración de la URSS, en 1991, se reorganizaron y, tras la llegada al poder de Vladímir Putin, recibieron un importante respaldo. Sin embargo, las organizaciones de derechos humanos les acusan de xenofobia y de defender posturas ultranacionalistas. Últimamente exigen además la prohibición de determinados espectáculos o exposiciones de arte que consideran indignas
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