Si la Historia Militar o de las Fuerzas de Seguridad, te apasiona. Si la Militaría es tu afición. Si quieres conocer la Historia, sin valorar ideas ni convicciones políticas, sin tendencias, sin manipulaciones. La Historia Militar, sólo la vivida por sus principales protagonistas, los SOLDADOS que la han padecido.



¡Seguro que te gustará este Blog!


jueves, 2 de agosto de 2012

GAGOMILITARIA NOTICIAS.-EL PRESIDENTE OBAMA DA AUTORIZACIÓN A LA C.I.A PARA ASISTIR A LOS REBELDES SIRIOS


Obama autoriza la asistencia de la CIA a los rebeldes sirios

La orden no conlleva el envío de ayuda armamentística a los grupos insurgentes

El decreto fue firmado hace meses por el presidente



El presidente Obama este miércoles en Ohio. / J. WATSON (AFP)

El presidente norteamericano, Barack Obama, ha firmado una orden ejecutiva, que la Casa Blanca ha mantenido en secreto, según la cual autoriza a la CIA y otras agencias de inteligencia de Estados Unidos a asistir a los rebeldes de Siria en su intento de derrocar al régimen del presidente Bachar el Asad. Esa orden no conlleva, sin embargo, el envío de ayuda armamentística a los grupos rebeldes, que esta semana han llevado su lucha armada hasta las zonas cristianas de Damasco.

Obama firmó la orden ejecutiva [decreto] hace meses, según revelaron altos cargos de su Administración a la agencia Reuters y al canal de televisión CNN. El año pasado, el presidente norteamericano firmó una orden similar para autorizar la asistencia a los grupos opositores en Libia, que finalmente lograron derrocar al dictador Muammar el Gadafi en octubre, cuando trataba de huir a su zona natal, cerca de la localidad de Sirte.

En el caso de Siria, los servicios de inteligencia norteamericanos están encontrando notables dificultades estos días para recabar información sobre los grupos rebeldes que acosan al régimen desde hace ya 17 meses. La labor de EE UU se ha visto notablemente entorpecida por el cierre de la embajada de ese país en Damasco, en febrero. Entre los altos cargos del Departamento de Estado y la Casa Blanca han despertado recelos diversos informes de inteligencia que aseguran que diversas facciones rebeldes sirias han sido infiltradas por operativos del grupo terrorista Al Qaeda.

De momento, EE UU sólo ha entregado a los rebeldes, a través de la CIA, modestas partidas de material de espionaje, y se ha comprometido a ceder ayuda humanitaria a los civiles. El Gobierno norteamericano ha ejercido presión sobre el Consejo de Seguridad de la ONU para que apruebe una resolución de condena al régimen de El Asad, por una campaña de represión que según los activistas se ha cobrado ya 19.000 vidas. Rusia y China, sin embargo, han vetado la aprobación de una resolución en ese sentido en tres ocasiones.

Según reveló este miércoles Reuters, la orden secreta de Obama ha permitido a agentes de inteligencia de EE UU cooperar con sus aliados en la zona, desde un centro de control de operaciones establecido y coordinado por Turquía. Este último país, junto con Arabia Saudí y Catar, ha establecido una base secreta en su territorio nacional, cerca de la frontera con Siria, desde el que ayuda a los rebeldes en asuntos militares y de comunicación. El canal de televisión NBC informó este miércoles de que el Ejército Libre Sirio ha recibido, a través de Turquía, una veintena de misiles tierra-aire para responder a los ataques aéreos de las fuerzas de El Asad.

Ese tipo de órdenes ejecutivas secretas las aprueba normalmente el presidente para autorizar operaciones encubiertas en el extranjero, con el fin de lograr un objetivo que se considera crucial para la seguridad de EE UU o de sus aliados. Aparte de la de Libia, en 2009 Obama firmó un decreto similar por el que permitía las operaciones de la CIA con ‘drones’ [lanzamisiles aéreos controlados de forma remota] en Yemen, una técnica que se ha convertido en el principal medio de EE UU para combatir a Al Qaeda en la Península Arábiga.

--0--


La guerra llega a las zonas cristianas de Damasco

El miedo a las represalias obliga a los habitantes a representar una falsa normalidad



Una mujer cruza una calle de Damasco, el 31 de julio de 2012. / REUTERS

Los combates entre rebeldes y soldados del Ejército sirio han llegado por primera vez desde el inicio de la revuelta al corazón cristiano de Damasco. El fuego cruzado entre oficialistas y opositores se instaló en las inmediaciones de Bab Sharqui, una de las puertas de la ciudad vieja, según ha confirmado este miércoles una vecina del barrio. “En la madrugada hubo problemas por primera vez, pero ahora ya se ha calmado”, confirma por teléfono bajo el anonimato. El Observatorio sirio de los derechos humanos informó de que un soldado murió durante los primeros choques en el pintoresco centro de Damasco, donde las manifestaciones de apoyo al régimen han reemplazado a los turistas desde el inicio de la revolución.

La situación en Damasco es tremendamente volátil. Hay barrios en los que los combates mantienen a los vecinos encerrados en casa. Hay otros, en los que los que el fuego cruzado es intermitente y cambia según el día, y por último los hay en los que la gente acude a su puesto de trabajo, frecuenta cafés y habla del tiempo. Pero en todos el miedo que se respira es atroz y la población siente que su vida corre peligro. La diferencia la marcan los esfuerzos del régimen por ofrecer una imagen de pseudonormalidad, que en ocasiones tiende más bien a la surrealidad.

Vecinos de Damasco y antiguos residentes ahora autoexiliados describen en conversaciones telefónicas medio cifradas, cómo es la vida en la capital del país que ya ha cumplido 16 meses de un conflicto que, según los cálculos de la oposición, se ha llevado por delante la vida de 20.000 sirios.
Cuentan que hay zonas que parecen más bien un gran escenario lleno de actores que hacen como que viven una vida normal. Que salen a trabajar, que abren sus tiendas y que incluso ven a los amigos. Son la minoría y o bien tienden a asociarse con el régimen o bien sus movimientos obedecen a supuestas coacciones. La mayoría, sin embargo, sale lo justo de casa para hacer acopio de alimentos y de combustible y poco más.

Los funcionarios y trabajadores de empresas públicas se sienten obligados a salir a trabajar, aunque piensen que se la juegan a diario, camino de la oficina. No sólo temen perder el salario si se quedan en casa. Sobre todo, quieren evitar levantar sospechas ante el régimen, que acusa a los absentistas de pertenecer a la oposición o de complicidad con los rebeldes. Estas acusaciones constituyen como mínimo motivo de despido, según la nueva legislación. Como máximo, las sospechas pueden acabar en una detención y posterior desaparición.

Un habitante de Damasco, que tampoco quiere que aparezca su nombre, tiene que atravesar hasta 16 controles militares cada mañana para ir a trabajar. En los puestos, examinan su documentación. Ha nacido en Damasco y eso le medio salva. Los que en el carné indica que han nacido en alguna localidad en la que los rebeldes han avanzado posiciones, lo tienen bastante más complicado. Su hijo pequeño, no ha cruzado la puerta de su casa desde hace semanas, cuando empezaron las vacaciones escolares. A sus padres les da pavor que salga a la calle.

Los tenderos sufren coacciones parecidas. Si cierran su establecimiento, los hombres del régimen –policía y shabiha- les rompen los candados y dejan vía libre a los saqueadores. Es una manera de hacerles abrir a diario, de obligarles a desempeñar su papel de figurantes en el gran teatro de Damasco y de paso de tratar de impedir que secunden las sucesivas huelgas. Contra muchos pronósticos, los paros han tenido cierto éxito en las últimas semanas.

Entre la población cunde el miedo a los bombardeos, los ataques con coche bomba, las redadas masivas y al fuego cruzado entre rebeldes y Ejército, como el que ayer llegó hasta la ciudad vieja de Damasco. Pero también cunde el pavor a las delaciones y a los informantes del régimen, que los damascenos sienten que están por todas partes. El miedo les lleva a hablar en clave incluso con sus familiares, cuando se comunican por Skype. Están convencidos de que el Gobierno es capaz de interceptar todas las comunicaciones. “Uf, hace mucho calor”, es por ejemplo una frase típica para referirse a que la cosa se complica en el barrio. “Parece que por la tarde va a subir la temperatura”, pronostican. Ó “sí, ayer vinieron los verduleros cargados y vendieron mucho”, para explicar que llegaron los soldados y efectuaron detenciones en masa.

“Durante cuatro décadas, el régimen se ha construido sobre el miedo al otro. Sobre la idea de que sólo el partido Baaz es capaz de evitar el caos y proporcionar estabilidad”, explica desde Londres Nadim Shehadi, experto de la Chatham House. Y añade: “La mujabarat ha trabajado duro para implantar el miedo. Todo el mundo informa sobre todo el mundo. Hay mucho miedo acumulado”.

Un activista que vive en Damasco y que se hace llamar Abu Ubada se atreve a hablar porque dice que ha roto la barrera del miedo. Aun así, toma precauciones. Funciona con numerosas identidades virtuales y se comunica desde cibercafés; nunca desde su ordenador personal para no dejar huella. Su barrio, en el sur de Damasco, es de los peligrosos. Allí la gente sale a comprar de noche, camuflada entre la oscuridad de las callejuelas. “El partido [gubernamental] Baaz, tiene ojos en todas partes. Pagan a muchísima gente para que espíe y hagan listas negras. En cada edificio hay dos o tres espías”, cuenta. Los hombres entre 18 y 40 años son los que más peligro corren; pueden ser detenidos en cualquier momento.

Pero por mucho que el régimen se esfuerce por disfrazar la realidad y ofrecer una imagen de normalidad, hay síntomas más allá de las balas, que indican que el conflicto armado es una realidad innegable también en la capital. Los precios de los alimentos se han disparado y algunos productos ya escasean. El butano por ejemplo se ha convertido en un preciado tesoro. Las grandes colas ante las gasolineras y los prolongadísimos cortes de luz son también síntomas inequívocos de que Siria y su capital están en guerra.

--0--


El avance de las tropas de El Asad en Damasco causa 70 muertos

El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos afirma que muchas de las víctimas fueron torturadas y luego ejecutadas



El entierro de víctimas en Damasco este miércoles. / Anonymous (AP)

Una incursión de las fuerzas de seguridad sirias cerca de Damasco, la capital del país, ha causado la muerte a 43 personas este miércoles, muchas de las cuales fueron torturadas y ejecutadas por las tropas leales a Bachar el Asad, según ha afirmado este jueves el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos. Otras fuentes de la oposición, sin embargo, denuncian que las operaciones de las tropas del régimen para barrer a los rebeldes de la capital fueron dos y causaron la muerte a 70 personas, según la cadena británica BBC.

"Las fuerzas del régimen entraron en el distrito de Jdaidet Artuz (en el sudoeste de Damasco) el miércoles y arrestaron a alrededor de 100 personas, que fueron trasladadas a una escuela y torturadas", ha afirmado el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos en un comunicado.

El jueves por la mañana, después de la operación de las fuerzas de El Asad los cuerpos de 43 personas fueron recuperados, según precisa la organización opositora con sede en Londres. "Algunos murieron en ejecuciones sumarias", añade el comunicado.

La organización afirma que 163 personas han muerto el miércoles en todo el país como consecuencia de la violencia: 98 civiles, 20 rebeldes y 45 soldados.

--0--

El Asad levanta la moral de sus tropas

El presidente sirio se resiste a aparecer y publica un mensaje en la revista del Ejército



El presidente sirio, Bachar el Asad, en una imagen de archivo

Bachar el Asad rompió ayer su silencio para dar ánimo a sus tropas en el 67 aniversario de las Fuerzas Armadas sirias. Pero el presidente sirio lo quebró solo a medias. No tomó la palabra en público ni salió en televisión sino que publicó un mensaje en la revista del Ejército, según informó la agencia de prensa oficial (SANA).

“El Ejército libra una batalla heroica (…) y crucial”, les dijo a los militares. De esa batalla “depende el destino de nuestro pueblo y de nuestra nación porque el enemigo está hoy en día entre nosotros; utiliza a sus agentes del interior para desestabilizar a la patria, la seguridad de los ciudadanos y continuar a arruinar nuestros recursos económicos y científicos", advierte.

Concluye, sin embargo, El Asad con una nota de optimismo sobre lo que describe como "una guerra con grupos terroristas". Estos, que quisieron "impedir a los sirios diseñar su futuro", pero serán “sorprendidos por este pueblo que se ha comportado con un corazón único para hacer frente a sus conspiraciones".

El Asad, de 46 años, fue visto por última vez en televisión el 19 de julio cuando recibió, probablemente en el palacio presidencial de Damasco, al nuevo ministro de Defensa, Fahd Yasem al Freich, al que nombró tras la muerte de su predecesor, Daoud Rayha, y del viceministro Assef Shawkat, en un espectacular atentado.

Shawakat era cuñado de El Asad, pero, probablemente por razones de seguridad, el presidente no acudió al entierro que de celebró en Tartus (noroeste de Siria) ni al funeral en Damasco días después. Tampoco lo hizo su hermano pequeño Maher que manda la IV División del Ejército.
El mensaje muestra que el presidente sigue empeñado en luchar para conservar el poder, pero su actitud fue tachada de huidiza por varios gobiernos. “Creemos francamente que es una actitud cobarde por parte de un hombre que se esconde y se mantiene en un lugar seguro pero ordena a sus soldados que continuen matando a civiles en su país”, declaró, por ejemplo, ayer Patrick Ventrell, portavoz del Departamento de Estados de EE UU.

El Ejército de El Asad necesita probablemente que le levanten la moral. Apenas controla, según fuentes de la oposición, el 60% del territorio; no consigue expulsar de Alepo a los rebeldes armados y la guerra ha vuelto a Damasco.

Peor aun, si los observadores de Naciones Unidas desplegados en Siria confirmaron ayer que la fuerza aérea está siendo utilizada contra la insurgencia, también certificaron que esta última posee armas pesadas y carros de combate. Otras fuentes han aseguran que ha adquirido misiles tierra-aire para derribar helicopteros.

El Ejército Sirio Libre (ESL), que lucha contra el régimen, afirmó a principios de semana que se había apoderado de varios carros de combate del enemido tras una batalla cerca de alepo. Los cascos azules de la ONU, que estuvieron el martes en esa ciudad, los han visto con sus propios ojos. No se trató de un bulo.


--0--

Los rebeldes fusilan en Alepo a un clan de combatientes afín al régimen

Los rebeldes armados acribillan en una plazoleta al jefe y tres miembros de un clan de matones a las ordenes del régimen de Bachar el Asad



Captura del vídeo de un aficionado de una ejecución de los rebeldes.

Cuatro shabihas (matones del régimen sirio) fueron fusilados en la mañana de este miércoles por milicianos del Ejército Libre de Siria (ELS) en una plazoleta de Alepo, según un vídeo distribuido por la resistencia cuya autenticidad ha sido confirmada por diversas fuentes.



Los cuatro bajan una escalera encabezados por el que fue su patriarca, Ali Zein El Abidin Berri, apodado Zino, que lleva las manos atadas y va vestido con solo un calzoncillo. Le sigue su hermano, Hussein Berri, diputado del partido Baaz en el Parlamento sirio. Una muchedumbre de jóvenes hombres armados les insulta mientras los condenados son sentados en el suelo delante de la pared de un colegio en la que un dibujo representa a Mickey Mouse. Unos pocos milicianos les disparan entonces con metralletas. Otros sacan fotos con sus móviles. Todos gritan con frecuencia Alá u Ajbar (Alá es grande).

Zino Berri y varios de sus seguidores fueron capturados el lunes y los rebeldes armados difundieron un vídeo en el que se identificaban dando su nombre ante la cámara. Todos aparecen heridos. Muchos ellos tienen vínculos familiares. Más allá de servir al régimen del presidente Bachar el Asad amedrentando a la población, se dedicaban en Alepo, según sus detractores, al negocio de la droga con el beneplácito de las autoridades.



Bachar Al Haji, portavoz de la brigada Tawheed (Unidad) del ESL, negó, ante los medios de comunicación que lograron contactar con él y en un vídeo, que se tratase de una ejecución sumaria. “Estábamos en paz con el clan Berri, que es un clan de matones”, explicó. Pero ellos no cumplieron lo pactado y cuando el ESL “atacó una comisaría [la del barrio de Al Neirab] el clan de los Berri empezó a dispararle por la espalda”. “Mataron a 15 de los nuestros”, aseguró Al Haji. “Nos enfrentamos duramente con ellos y fuimos capaces de matar a 20 y de detener a otros 50”.



Otras fuentes locales aseguran que la intervención del clan Berri hizo fracasar el primer asalto del ESL a la comisaría. Antes de lanzar una nueva acometida contra la sede policial los rebeldes armados prefirieron atacar el barrio de Al Marjah, el bastión de los Berri. Pactaron con sus enemigos que las mujeres y los niños saliesen de allí antes de la embestida.



“A continuación organizamos un juicio de campaña” de los miembros del clan Berri, añadió el portavoz. “Tenemos a jueces y abogados que están con la oposición” al régimen del presidente Bachar el Asad, señaló. “Consideraron que siete miembros del clan Berri estaban involucrados en matanzas y decidieron ejecutarles”. “A los demás se les juzgará tras la caída del régimen”. “Custodiamos a un montón de prisioneros que serán juzgados después de la caída del régimen” porque no tienen las manos manchadas de sangre. Aquellos de los que se demuestra que sí las tienen “les matamos inmediatamente”.

Las palabras del militar de la brigada que fusiló a los Berri contradicen las de otro portavoz del ESL, de más alto rango, que el lunes afirmó en un vídeo que su organización “tratará a los presos del régimen y a los shabihas de conformidad con las leyes internacionales y concretamente del artículo 4 de la convención de Ginebra que específica el tratamiento a otorgar a los prisioneros de guerra”. “Les garantizamos un trato humano (…)”, prometió. Mostró, por último, la disposición de los rebeldes a recibir a los delegados de la Cruz Roja internacional para que visiten a los prisioneros.

Este último portavoz intervino, según explicó el mismo, “a petición de los compatriotas de la comunidad internacional siria”, es decir los exiliados, que aparentemente mostraron su disgusto por la ejecución, el 18 de julio a orillas del río Éufrates, del teniente coronel Mahmud Mohamed Ali, que mandaba un regimiento de artillería que bombardeó barrios de las ciudades de Homs y Deir el Zor. Los rebeldes de la provincia oriental de Deir el Zor grabaron un vídeo con el fusilamiento que colgaron en Internet.

Desde que estalló la rebelión en Siria, hace cerca de 17 meses, ha muerto más de 20.000 personas, la mayoría civiles indefensos.


No hay comentarios: