La guerra civil llega a Damasco
Por primera vez desde el comienzo de la revuelta siria, la capital vive una noche de combates en uno de sus principales barrios
Día 10/06/2012 - 02.58h
Treinta y siete cuerpos esperan en el interior de la morgue del hospital militar Tishreen de Damasco. Es el mayor funeral que celebra el centro sanitario más importante que tiene el Ejército en Siria desde el inicio de la revuelta -hace quince meses- y su máximo responsable, que pide mantener el anonimato por motivos de seguridad, culpa a la presencia de los observadores de Naciones Unidas.
«Desde que están ellos tenemos más bajas, espero que se vayan pronto para solucionar este problema de una vez por todas», confiesa tras una ceremonia en la que ha dado el pésame a cada familia. Los cuerpos se entregan de dos en dos, en cajas de pino cubiertas por la bandera nacional y se van metiendo en ambulancias que los llevan a sus localidades para el entierro.
«¡Maldigo a los árabes por todo esto y pido a Alá que les castigue!», comenta entre sollozos la madre de Abdul Aziz, «era un simple conductor de autobús, no hizo daño a nadie, ¿por qué lo mataron?». El régimen asegura que ha perdido a 3.500 hombres de sus fuerzas de seguridad hasta el momento, pero recuerda que tiene a sus órdenes un Ejército de 200.000 soldados.
El funeral múltiple en el patio trasero de este hospital es la consecuencia de un viernes de combates en las localidades de la periferia de Damasco y en algunos barrios de la propia capital, como Mezze. En esta zona hay varias embajadas, entre ellas la española, donde hubo disparos y explosiones hasta casi el amanecer, algo que nunca había ocurrido en la capital hasta el momento.
«Operación de limpieza» o intento de frenar el avance de la insurgencia
Hussam consulta la televisión oficial, que destaca el martirio de 57 soldados en todo el país; canales árabes, como Al Jasira, que se centran en el bombardeo del Ejército sobre Dera, al sur del país, donde al menos diecisiete personas han perdido la vida, según fuentes opositoras, y Facebook, que echa humo con la condena al ataque de Dera y a los nuevos bombardeos contra Homs, que habrían dejado más de diez muertos.
Miedo en las calles
La sensación de seguridad en la capital empieza a evaporarse y se palpa el miedo en calles y bazares como el del Hamidie, donde los comerciantes esperan cruzados de brazos a una clientela que prefiere salir lo menos posible de casa.
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