Cuidado con el extranjero porque puede ser un espía
Un anuncio retransmitido la televisión pública egipcia advierte a la población de que no desvelen información a los extranjeros
Día 11/06/2012 - 03.04h
Un joven extranjero entra en un café y observa a los parroquianos con aire misterioso. La generosidad innata de los egipcios propiciará que el sospechoso forastero haga amigos rápidamente y gane la confianza de incautos jóvenes que le cuentan los problemas por los que pasa Egipto. Pero en sus planes, da a entender el narrador, podría haber algo más que ganas de socializar. El extranjero podría ser un espía. «No sabes quién es o qué esconde. Ten cuidado con lo que dices. Cada palabra tiene un precio. Una palabra puede salvar una nación», advierte la voz en off.
No se trata del último taquillazo de espías, sino de un anuncio que ha retransmitido la televisión pública egipcia en los últimos días y que ha enfurecido a muchos ciudadanos, que consideran que el reclamo aviva la llama de la xenofobia en el país. Las protestas y las burlas de los telespectadores han sido tales que el propio ministro de Información egipcio ordenó este fin de semana su retirada de las ondas. «El anuncio se retiró el viernes porque nos preocupaba que estuviera siendo malinterpretado», se excusó el presidente de los canales públicos Nile Drama y Nile Cinema.
«El anuncio se retiró el viernes porque nos preocupaba que estuviera siendo malinterpretado»
Muchos han visto en el anuncio un intento de manchar la imagen de los jóvenes de la revolución «indicando que al relacionarse con periodistas extranjeros se podría estar filtrando información importante», ha señalado el portavoz del 6 de Abril, Ahmed Maher. Otros ven la mano de los servicios secretos, que en el pasado ya han intentado vincular la inestabilidad en Egipto con la acción de «espías extranjeros». No sólo la Policía ha explotado la asociación entre disturbios y «manos e intereses foráneos»; la junta militar también la ha utilizado en sus discursos, notablemente en los enfrentamientos de noviembre y diciembre del año pasado. La idea ha calado, con mayor o menor profundidad, entre muchos egipcios.
«La retransmisión de este tipo de anuncios recuerda a los medios de comunicación de Adolf Hitler, controlados por Goebbles, famoso por sus mentiras y sus maliciosos métodos para manipular la mente de las masas a través de los medios de comunicación», señala la Red Árabe para la Información de los Derechos Humanos (ANHRI), una de las ONG más activas del país.
Falta de voluntad política
El reclamo, denuncia ANHRI, demuestra la falta de voluntad política en Egipto para reformar el sector de la prensa, especialmente la pública, «y la impunidad del discurso de odio contra los extranjeros que ensalzaron algunos profesionales de los medios durante la revolución». Un discurso que tuvo graves consecuencias en octubre del año pasado cuando, tras el ataque de varios militares a una manifestación de cristianos coptos -en la que murieron 27 personas-, una presentadora de la televisión pública aseguró que «los coptos estaban atacando a los soldados», y llamó a los «egipcios de honor» a salir a las calles a proteger al Ejército, un llamamiento que desató una oleada de violencia sectaria.
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