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Rasmussen: 'No hay solución militar posible al conflicto en Libia'
El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, ha declarado que "no hay solución militar posible para el conflcto de Libia". En una entrevista que publica el magazine de 'Der Spiegel', ha indicado que lo que hay que encontrar es "una solución política".
A la pregunta de si "podemos ganar esta guerra sin enviar tropas", Rasmussen ha reconocido que "sinceramente, no existe una solución militar al conflicto. Nosotros queremos una solución política y trabajar con el pueblo libio en este sentido".
"Al final, a la ONU no le quedará más remedio que buscar una solución política para resolver esta crisis. La integridad territorial de Libia se tiene que mantener y respetar", prosigue. Pero también añade que han actuado así porque "nos centramos en la resolución 1973 de la ONU, que ordena proteger a los civiles libios. Es lo que tenemos que hacer ahora".
Rasmussen revela que el mal tiempo dificultó parte de las operaciones aéreas de la OTAN en Libia y lanzó duras acusaciones contra el líder libio Muammar al Gadafi. "Que esté utilizando escudos humanos prueba la monstruosa brutalidad del régimen", señaló. El danés no descartó por ello ver a Gadafi "respondiendo ante tribunales internacionales".
La OTAN lanzó el 31 de marzo en Libia el operativo "Protector Unificado", que asumió de manos de los aliados en el marco de la misión precedente liderada por Estados Unidos, Francia y Reino Unido.
La OTAN destruye armas y blindados de las tropas de Gadafi en la asediada Misrata
* Una delegación de la Unión Africana viaja a Trípoli y Bengasi para mediar
* Ocho rebeldes han muerto en enfrentamientos con las tropas de Gadafi
La OTAN ha centrado sus ataques de las últimas horas en la asediada ciudad de Misrata, donde los enfrentamientos entre rebeldes y fuerzas de Gadafi han dejado un auténtico reguero de sangre desde que comenzó la revuelta contra el régimen. Sólo en las últimas 24 horas han muerto 30 rebeldes, un portavoz de los insurgentes .
Los bombardeos aliados destruyeron varios vehículos blindados y depósitos de armas de gran importancia, según ha informado la Alianza en un comunicado.
Algunos de los vehículos blindados atacados habían participado en el "bombardeo indiscriminado" en esta localidad, por lo que su destrucción supone reducir la capacidad del régimen de Gadafi de atacar a la población civil.
La Alianza ha denunciado que los pilotos aliados siguen viendo cómo las fuerzas de Gadafi continúan utilizando a la población civil como "escudos humanos", al situar armamento pesado junto a personas, viviendas o incluso mezquitas. "Se ha visto a tropas esconderse detrás de mujeres y niños. Este tipo de conducta viola los principios del derecho internacional y no será tolerado", recalcó el responsable militar aliado.
Evacuado el hospital de Ajdabiya
Otras fuerzas blindadas atacadas habían participado también en bombardeos sobre Ajdabiya, más hacia el este. Precisamente durante la jornada del sábado se ha recrudecido la ofensiva de las fuerzas de leales a Gadafi en esta ciudad, lo que ha obligado a los rebeldes a ordenar la evacuación del hospital ante la intensidad del bombardeo. La ciudad se encuentra a sólo 160 kilómetros de Bengasi, la capital revolucionaria.
En medio de una desbandada general, los rebeldes decidieron evacuar el centro sanitario por la crudeza de los combates, que han obligado a las pocas familias que quedaban en este enclave estratégico del este del país árabe a huír hacia Bengasi. Los soldados de Gadafi disparaban con morteros, aunque también se escuchaban fuertes ráfagas de ametralladora que intercambiaban con las tropas rebeldes.
Los rebeldes no lograron mantener una de las líneas del frente en torno a Ajdabiya, que los gadafistas ya lograron tomar hace tres semanas, aunque luego la abandonaron por el acoso de la aviación de la coalición internacional.
Por otro lado, un helicóptero, aparentemente de combate, sobrevoló este sábado el espacio aéreo entre Bengasi y Ajdabiya, volando en dirección al frente. Su aparición causó la sorpresa en las propias filas rebeldes, ya que podría estar violando el embargo del espacio aéreo libio. La OTAN ha reiterado que no emplea helicópteros en sus operaciones.
Mientras se sucedía este combate, la televisión libia ha mostrado al coronel Gadafi visitando una escuela en Trípoli. Con sus tradicional túnica marrón y sus gafas de sol, ha llegado al colegio rodeado de guardaespaldas.
Mediación diplomática
Mientras, una delegación de la Unión Africana (UA) encabezada por el presidente sudafricano Jacob Zuma decidió viajar este domingo a Trípoli para reunirse con el coronel libio. Tanto Sudáfrica como la UA apuestan por una solución negociada al conflicto en Libia y la reunión con Gadafi cuenta con el respaldo de la OTAN.
Zuma y el resto de miembros del comité especial de la UA se reunirán este viajar a Trípoli, la delegación tiene previsto entrevistarse con el Consejo Nacional de Transición de los rebeldes en Bengasi. Entre los miembros de la delegación figuran también los presidentes de la República Democrática del Congo, Mali, Mauritania y Uganda.
Fuente Diario "EL MUNDO"
Las tropas de Gadafi recuperan terreno en zona rebelde
Las fuerzas del dictador libio intensifican el asedio a Misrata y se despliegan de nuevo a las puertas de la ciudad clave de Ajdabiya.- La OTAN admite que no hay solución militar
Estados Unidos, Francia y Reino Unido dicen apostar por las sanciones económicas y las defecciones en la camarilla de Muamar el Gadafi para provocar el colapso del régimen, la OTAN añade que "no hay solución militar" a la guerra, y Turquía persigue un acuerdo político entre los rebeldes y el coronel. Pero se requiere tiempo para que surtan efecto esas medidas de presión, y es a día de hoy impensable un pacto entre los sublevados y el dictador.
Gadafi, sin embargo, no pierde un minuto. Sus brigadas avanzan de nuevo en el este sin sufrir mortíferos ataques de la aviación de la OTAN. A mediodía de ayer, atronaron los morteros y cohetes que lanzaban sus tropas en Ajdabiya, perdida por los rebeldes a mediados de marzo y conquistada 10 días después gracias a los primeros bombardeos de los pilotos franceses. Las pocas personas de esta ciudad de 100.000 habitantes que rechazaron abandonarla semanas atrás enfilaron rumbo al norte.
Al hospital de Ajdabiya -desprovisto de equipamiento tras el saqueo de los soldados del tirano días atrás- llegaba inconsciente un hombre desde el frente. Poco después, otro, al que los médicos daban por clínicamente muerto, era sacado de un coche. Minutos más tarde: la estampida. Los responsables de este centro, sin pacientes civiles, alertaban. "Idos de aquí ya", conminaba un facultativo a los extranjeros. En la carretera, decenas de vehículos circulaban hacia Bengasi. Entre ellos, grupos de milicianos, que con frecuencia encabezan la fuga. Los hay que acuden supuestamente a combatir, pero más bien parecen buscar la fotografía y un rato de entretenimiento.
"Todos se están marchando. El bombardeo es muy intenso. Ayer dispararon algo, pero hoy ya han hundido dos casas, las de las familias Mashjur y Zauaya", explicaba Hamad Bagusha, empleado en la firma petrolera Agoco. Las columnas de humo negro provocadas por la explosión de los cohetes Grad -de hasta 40 kilómetros de alcance- eran visibles en el oeste de Ajdabiya, plaza estratégica que da entrada a la región oriental.
El dictador también ha intensificado el asedio a Misrata, cercada desde hace semanas. Ayer, los ataques de Gadafi acabaron con la vida de ocho de los rebeldes que intentan con su raquítico armamento impedir que los soldados sometan la ciudad, la tercera del país, con 300.000 habitantes. Un portavoz insurgente en Rabat elevó anoche a 30 la cifra de milicianos muertos, según Reuters. Allí, las fuerzas de la OTAN sí actuaron: en los dos últimos días han destruido 15 tanques en los alrededores de la ciudad, a los que hay que sumar otros dos en Brega.
La OTAN, impotente
Es complicado, después de las quejas de los insurgentes y las bajas por fuego amigo, aventurar si la OTAN se empleará con más contundencia en días venideros, pero un detalle sorprendió ayer. A la una del mediodía, un helicóptero que se aproximaba desde el norte sobrevoló Ajdabiya. La Alianza Atlántica ha asegurado que no utilizará helicópteros y es muy improbable que Gadafi se atreva a dar la orden de despegue. ¿Está la OTAN autorizando a los sublevados que usen los dos helicópteros que poseen, aun vigente la zona de exclusión aérea?
Los dirigentes occidentales se prodigan en la tesis de que ningún bando puede vencer en el campo de batalla. El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rassmusen, insistió en esta idea en el semanario Der Spiegel. "La respuesta sincera es que no hay solución militar. Necesitamos una solución política, y es el pueblo libio el que ha de encontrarla. Nosotros solo podemos apelar al régimen para que cese sus ataques violentos, reconozca los derechos legítimos de la gente y permita una transición pacífica hacia la democracia", añadió. Parece una empresa más difícil que la militar, porque la reconciliación entre el déspota y los insurgentes es imposible, y el Consejo Nacional ?el Gobierno de los alzados? reitera sin descanso: "No hay nada de qué negociar hasta que Gadafi y su familia abandonen el poder o el país".
Si los líderes políticos de Occidente se sienten impotentes o desconcertados para frenar la embestida de Gadafi, en el frente la situación continúa empeorando para los insurrectos. Buen lector de la coyuntura, hasta hace pocas semanas buen amigo de los Estados que ahora han decidido acorralarle, el hombre que ha gobernado Libia durante 42 años mantiene vivo el combate.
Las tropas de Gadafi se lanzan de nuevo al asalto de Ajdabiya
En medio de una desbandada general, los rebeldes deciden evacuar el hospital de la ciudad libia. -El viernes murieron al menos cinco muertos en Misrata, donde la Cruz Roja ha enviado un barco con suministros médicos
Un optimista y dinámico Muamar el Gadafi ha hecho hoy su primera aparición en televisión en cinco días, mientras sus tropas protagonizan nuevos combates con los rebeldes en el frente oriental del país. Las fuerzas de Gadafi han bombardeado las afueras de Ajdabiya, lo que ha obligado a los rebeldes a ordenar la evacuación del hospital en esa ciudad, a 160 kilómetros al suroeste de Bengasi, la capital de los rebeldes, según informa Efe.
Un corresponsal de Reuters ha escuchado los impactos de artillería y fuego de ametralladoras por alrededor de 30 minutos, procedentes de la parte occidental de la ciudad. Los rebeldes no han logrado mantener esta mañana una de las líneas del frente en torno a esta ciudad, que los leales a Gadafi lograron tomar hace tres semanas, aunque la abandonaron por el acoso de la aviación aliada.
Mientras, en Trípoli, el líder libio ha visitado una escuela, según la televisión oficial. Las imágenes mostraban al dictador exultante, ataviado con una túnica marrón y gafas de sol, rodeado de alumnos que cantaban consignas contra Occidente. Esta es la primera comparecencia en público de Gadafi desde que el pasado lunes saliera al exterior de su residencia de Bab al Aziziya, en el sur de Trípoli, para saludar a los simpatizantes congregados ante el complejo.
A pesar de los combates en el este, un barco de la Cruz Roja llevó suministros médicos a la ciudad sitiada occidental de Misrata, escenario de batallas callejeras amargo, donde las condiciones se dice a estar desesperado. Hace una semana, la agencia de ayuda humanitaria comenzó las negociaciones con funcionarios del gobierno de Libia para acceder a a la zona occidental bajo su control. El CICR ya se ha desplegado en el territorio del este poder de los rebeldes, principalmente en las ciudades de Bengasi y Tobruk.
En este ciudad, al menos cinco personas fallecieron ayer como consecuencia de los combates, según un residente identificado como Ghassan.
La fuente ha explicado que, según los médicos del hospital, otras diez personas han resultado heridas. Ghassan ha añadido que a última hora del día aún se podía oír el sonido de los combates. "Todavía podemos escuchar disparos de mortero", ha indicado.
Las tropas del régimen efectuaron este viernes un nuevo asalto sobre Misrata, el principal reducto de los rebeldes en el oeste de Libia. Los sublevados han asegurado a Reuters que han sido capaces de agruparse y repeler la agresión de las tropas gubernamentales.
Mientras, aviones de la OTAN han bombardeado depósitos de armas localizados cerca de Zintan, en el oeste del país, y que supuestamente pertenecen a las fuerzas leales a Gadafi, según ha informado un residente, identificado como Abdulrahman.
"Los depósitos están situados 15 kilómetros al sureste de Zintan", según la fuente. "Podemos ver los edificios en llamas desde lejos", ha agregado, en declaraciones telefónicas a Reuters.
Desde el vuelo del primer avión, se registraron "unas 14 explosiones". Abdulrahman ha explicado que incluso "algunas personas utilizaron prismáticos para ver los edificios ardiendo".
"Los rebeldes creen que algunos de los depósitos han sido destruidos, pero no todos. Son unas instalaciones enormes", ha destacado.
Fuente Diario "EL PAÍS"
La OTAN admite que no hay salida militar a la situación en Libia
El secretario general de la OTAN, el danés Anders Fogh Rassmusen, considera que situación actual en Libia no tiene salida militar, pese a considerar necesario el operativo que adelantan actualmente los aliados.
La respuesta sincera es que para este conflicto no hay una solución militar", dijo Rassmusen en una entrevista que publica la revista alemana "Der Spiegel" en su edición de la próxima semana, al ser interrogado acerca de si la guerra se podía ganar sin tropas de tierra.
"Necesitamos una solución política y es el pueblo libio el que tiene que encontrarla. Nosotros sólo podemos apelar al régimen para que cese sus ataques violentos, reconozca los derechos legítimos de la gente y permita una transición pacífica hacia la democracia", agregó Rassmusen.
Preguntado sobre el camino a seguir si el régimen no hacía caso de esos llamados, Rassmusen dijo que, aún en ese caso, el operativo militar tiene que limitarse a hacer cumplir la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU y velar por el cumplimiento del embargo de armas.
Por otra parte, Rassmusen rechazó acusaciones de parte de los rebeldes libios según las cuales la OTAN estaría teniendo demasiadas consideraciones en sus ataques al régimen y estaría traicionando a la resistencia al líder libio, Muamar el Gadafi.
Acusaciones injustas
"Eso no es justo. En parte, hemos tenido dificultades con el mal clima, lo que puede haber dado la impresión de que hemos reducido las operaciones. Pero no había otra solución y las cosas han cambiado otra vez. Estamos haciendo tantos bombardeos como al comienzo", dijo Rassmusen.
El dirigente aliado indicó que el hecho de que Gadafi esté escondiendo sus blindados y otro material militar de los ataques de la coalición internacional supone un éxito del operativo, puesto que así no puede usarlos tan fácilmente contra la población civil.
Por otra parte, Rassmusen calificó de una muestra más de la brutalidad del régimen libio el que las tropas de Gadafi estén utilizando a la población como escudos humanos. "Gadafi sabe que queremos y tenemos que hacer todo lo posible para evitar víctimas civiles, y eso es algo que está utilizando", dijo.
Fuente Diario "LA RAZÓN"
Miles de vecinos y rebeldes huyen de Ajdabiya ante el asedio de las tropas de Gadafi
La ciudad está medio desierta tras los últimos combates
Suena el zambombazo, se eleva la columna de humo negro al cielo y comienza la desbandada de civiles y guerrilleros de Ajdabiya. Solo un puñado de rebeldes toma posiciones para tratar de defender la ciudad. Solo unos cuantos envalentonados, arengados por un barbudo que grita por un altavoz, se echan a andar avenida adelante casi a pecho descubierto. El Ejército de Muamar Gadafi, el que ha lanzado el proyectil de artillería pesada, se acerca a la ciudad desde hace días.
Esta escena, vivida a mediodía de ayer sábado en Ajdabiya, ya alguna vez a lo largo de la semana. Las tropas leales al dictador empujan, pero no acaban de retomar el control de esta ciudad de más de 100.000 habitantes semidesierta por los combates desde meadiados de marzo. Si el Ejército consigue finalmente recuperar el control, como ya hizo a mediados de marzo, no quedarán apenas civiles que precisen de la protección de la OTAN.
«¡Alá es grande!»
Algunos jóvenes armados con kalashnikovs y lanzagranadas RPG tratan de resguardarse ante un posible nuevo ataque pegados a un muro verde cubierto de pintadas a favor de la revolución. Reina el caos mientras la humareda del bombazo se disuelve en el cielo. ¿Caerán más? La mayoría se apresura a montarse en los todoterrenos con sus armas y parten acelerados en dirección este al grito de «¡Alá es grande!».
Uno de los camiones cargado con una batería antiaérea pincha, pero sigue adelante. En pocos metros el neumático delantero derecho se desintegra, pero da igual, el vehículo avanza al ritmo del ruido metálico que hace al rozar sobre el asfalto.
Sálvese quien pueda
Las pocas familias que quedan tras la psicosis y las huidas de los últimos días se agolpan también en sus vehículos. Hacen hueco a sus vecinos si hace falta. Hombres, mujeres, niños, abuelas... Enfilan todos hacia la carretera de Bengasi, a unos 160 kilómetros, que en unos minutos se convierte en un tapón de vehículos que hacen sonar sus claxons entre el pánico de unos y las miradas desconfiadas al cielo de otros.
Guerrilleros y civiles confundidos en una especie de sálvese quien pueda desfilan a las afueras de la ciudad ante los amasijos de metal renegrido en que se convirtieron los blindados con los que el Ejército trató de tomar Bengasi a el 19 de marzo cuando fueron acribillados desde el aire en el primer día de bombardeos de la alianza internacional.
Humillados sin duda por lo que supone tener que poner los pies en polvorosa cada vez que el enemigo, mejor equipado y preparado, se echa adelante, muchos rebeldes tratan de impedir que se tomen imágenes de la huida de Ajdabiya. Algunos incluso se enfadan y lanzan amenazas a los reporteros. Pero la adrenalina que genera el lanzamiento de varios misiles hacia posiciones de los hombres leales a Muamar Gadafi hace cambiar el centro de atención.
Dejan atrás una ciudas fantasma con las calles vacías a las que se asoman de vez encuando los hombres, casi siempre jóvenes, que permanecen al ciudado de algunas de las viviendas para que no sean saqueadas. La basura y los papeles campan a su aire y algunas tuberías echan agua sin fin a lo que con el paso de los días se ha convertido en una en una pequeña laguna verde. En Ajdabiya se queda el miedo.
Fuente Diario "ABC"
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