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miércoles, 12 de julio de 2017

HEINRICH SEVERLOH....ESE SOLDADO CONOCIDO POR EL TERRIBLE APODO DE "LA BESTIA DE OMHA"


Heinrich Severloh "La bestia de Omaha Beach"

Notapor abhang » 05 Oct 2015 00:51 

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INTRODUCCIÓN

Heinrich Hein Severloh ( nació el 23 de junio de 1923 en Metzingen, † el 14 de enero de 2006, en Lachendorf),fue un soldado alemán de la 352ª División de Infantería de la Wehrmacht, destacado en Normandía durante el desembarco aliado llevado a cabo el 6 de junio de 1944, que ganó notoriedad como servidor de una ametralladora MG 42 en el "Nido de Resistencia 62" (WN62 o Widerstandnest 62) en Omaha Beach, sobre el sector "Easy Red", donde mantuvo un fuego ininterrumpido desde las 6 de la mañana hasta las 15 de la tarde, con efectos devastadores sobre las tropas norteamericanas que desembarcaron en la playa francesa, acciones que le ganaron el sobrenombre de "La Bestia de Omaha".


SU COMIENZO

Severloh se incorporó al Ejército alemán, con 19 años, el 23 de julio de 1942, y en agosto de este año, fue transferido a Francia, encuadrado en el 321ª Regimiento de Artillería, 3º Batería, sirviendo como mensajero motorizado.

En noviembre, fue transferido al Frente Oriental, prestando servicio en la retaguardia, con un trineo tirado por caballos.

En marzo de 1943, y debido a sus opiniones desfavorables al curso de la guerra, fue enviado a un batallón de castigo, donde mermó su salud, debido a trabajos forzados.


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Estuvo internado en un hospital varios meses, en octubre, asistió a cursos de entrenamientos de ametralladoras, y en diciembre, siendo nuevamente transferido a Francia, en la 352ª División de Infantería, formada por los supervivientes de la 389ª División de Infantería, aniquilada por las fuertes pérdidas en el Frente ruso, siendo estacionada en mayo de 1944, en Normandía, entre Grandcamps y Arromanches, elegido el lugar por el mariscal Rommel, ya que se había convertido la división en una fuerza cohesiva con capacidad de combate notable.


LA HISTORIA, 6 de junio de 1944

Las defensas de Normandía empezaron a erigirse a pleno ritmo a comienzos de abril de 1944. El plan táctico alemán contra un ataque anfibio consistía en mantener a las fuerzas aliadas en la línea de playa hasta que llegasen las reservas móviles para terminar con ellas. Se aguantaría a las tropas con obstáculos y minas en las planicies del rompiente, con la ayuda de un eficaz fuego cruzado. La primera línea de obstáculos estáticos consistía en una serie de "elementos C", según el nombre empleado por los aliados. Eran unas estructuras de acero reforzado con soportes de hierros colocados a unos 250 m de la línea de aguas profundas. Las vigas principales de soporte tenían unos 3 m de altura y en su base había minas "Tellermine" impermeabilizadas. Entre 20 y 25 m por detrás estaba la segunda fila de obstáculos, pesados troncos clavados oblicuamente en la arena y en cuyos extremos, que apuntaban al mar, había minas. También había rampas de troncos minados.

Este día, Severloh, ya cabo (gefreiter), se encontraba en el "Nido de Resistencia 62" (WN62), un emplazamiento de búnkeres, casamatas, fortines y nidos de ametralladora, rodeado por alambre de púas y una fosa antitanque, además de un complejo de túneles fortificados, situado en Coleville-sur-Mer (uno de los muchos puntos fuertes alemanes existentes a lo largo de Omaha Beach). Su posición sobre las amplias arenas le daban una visión y una línea de fuego perfectas. Estaba a 25 metros sobre la playa, y a una distancia de 600 a 150 metros de la orilla, según la marea. En total había unos 30 hombres en el WN62, incluyendo su armamento dos cañones de 75 mm, dos ametralladoras MG 42, un cañón antitanque y dos morteros de 50 mm., de fabricación checa.

Su posición era invulnerable a las armas ligeras, únicamente temía ser rebasado por los flancos, o recibir el tiro directo de los buques de los Aliados.


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Playa de Omaha Beach


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Esquema de las defensas alemanas


A las 01.30 horas del 6 de junio, tras una alerta dada por el comandante Werner Pluskat, su sección había sido sacada de su confortable cuartel improvisado en una granja de Houtevile. Los hombres de su bunker ya habían sido alertados por el sargento (feldwebel) Pieh. Severloh insiste en que fue él quien primero vio los buques.

Cinco, posiblemente siete buques avanzando paralelamente hacia la costa y tendiendo una cortina de humo. La visión duró menos de un minuto, pero no había duda. Llamé al oberleuntnant (teniente) Bernhard Freking, un buen hombre (una vez castigó a un soldado durante 10 días a regar la hierba que camuflaba los nidos de ametralladoras por no haber ayudado a una anciana francesa con sus bolsas de la compra), quien también los vio. Todos los informes que conozco dicen que nunca vimos esos buques.

Freking ordenó a su semaforista que intentase contactar con los buques. No hubo respuesta, por lo que estaba claro que eran buques enemigos. Freking echó mano a sus prismáticos, miró por ellos y dijo: ¡Vaya, aquí están!".
Severloh lo confirmó:

Todos lo vimos. No era el mar: era una ciudad, una inmensa y enorme ciudad de metal gris con aquellos extraños globos dirigiéndose directamente hacia nosotros.

Los aviones aliados fueron asignados para bombardear la playa a las 05,00 horas de la mañana, pero debido a la poca visibilidad las bombas cayeron tierra adentro y apenas causaron daños en las defensas alemanas. A las 6,00 horas de la mañana las primeras lanchas de desembarco aparecieron frente la playa dominada por el WN62, que era el sector de Omaha Beach designado por los aliados con el nombre clave.

El teniente Bernhard Frerking, que se encargaba de coordinar por radio el fuego de las baterías del regimiento de artillería la división, le indicó a que no abriera fuego hasta que los soldados norteamericanos que desembarcaban (fundamentalmente de la 1ª División de Infantería, 16º Regimiento, más algunas compañías del 116º Regimiento de la 29ª División de Infantería que se desviaron de sus objetivos), tuvieran el agua en las rodillas y no pudieran correr rápidamente y dispersarse.

Disparé de la forma usual, de izquierda a derecha, y después contra las rampas que se abrían. Dejamos de disparar, cogí un fusil y abrí fuego contra los que nadaban en el agua. Una carnicería. No se cuantos iban en aquel lanchón, pero dudo que más de cien consiguiesen desembarcar.


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El círculo rojo de la foto, lugar donde se encontraba Severloh


Severloh abrió el fuego con la ametralladora MG 42 y permanecería en este puesto hasta casi las 15 horas de la tarde. Durante el curso del día, uno a uno los hombres del WN62 fueron heridos y evacuados, o abandonaron su puesto. En dos ocasiones, Severloh tuvo que refugiarse en el búnker fortificado debido a ataques con granadas, y en una ocasión la fuerza de una explosión lo sacó del emplazamiento. La segunda ametralladora, fue dañada por fragmentos de granada durante la mañana, por lo que manejó la única MG 42 en el sector la mayor parte del tiempo. Solamente contaba con un cañón de remplazo, por lo que mientras esperaba que los cañones de la ametralladora se enfriaran, disparaba con una carabina Mauser Kar 98k. La carabina se calentó tanto, que se dañó y tuvo que ser remplazada.

Según relata Severloh, mientras usaba la carabina se dio cuenta del horror de lo que estaba haciendo y el resto de su vida tuvo pesadillas de un soldado que mató de un tiro en la cabeza con la carabina. pero era él o ellos.

el hombre emergió del mar, buscaba un sitio donde esconderse, le disparé al pecho, pero el tiro se me fue alto y le dí en la frente, el casco se le cayó, su cuerpo se desplomó en la arena, pero qué podía hacer?, cada vez que cierro los ojos, puedo verlo.

éramos treinta hombres, cada uno con un único pensamiento: saldríamos vivos de allí? yo no quiero estar en esta guerra. Yo no quiero estar en Francia. Yo no quería disparar una ametralladora contra jóvenes de mi edad. Pero allí estábamos, servir en una guerra que ya se había perdido y obedecer las órdenes de mi teniente.

Manejando la ametralladora de izquierda a derecha barrió infinitamente su sector de balas, dejando un reguero de sangre y cuerpos sobre la arena y tiñendo la orilla de rojo. Su arma se recalentó tanto que quemó la hierba del alrededor, pero seguían viniendo, ola tras ola de cada lancha de desembarco que arribaba a la orilla.

No hubo gloria en las playas ese día, solo mucha sangre, gritos y buenos chicos muriendo , manifestó después.

Durante la última hora, sólo quedaban tres hombres en el WN62: el teniente Frerking, Severloh y un soldado desconocido que ayudaba a cargar la ametralladora y cambiar los cañones. Severloh dice que la razón por la que permaneció en su puesto hasta el final, a pesar de estar herido, no fue por fanatismo, sino por lealtad al teniente Frerking, al que no quería dejar solo y a quien describió como un oficial honorable.

Era consciente de que algunos camaradas se habían largado, pero sentía los ojos de mi teniente puestos en mi y me quedé en mi puesto.

Cerca de las 15 horas, el teniente Frerking se dio cuenta de que las tropas americanas ya estaban disparando desde los flancos y que estaban prácticamente rodeados, por lo que ordenó que se retiraran, también que los carros estadounidenses estaban ya maniobrando en la playa. Mientras corrían por un campo abierto, de cráter en cráter, detrás de los complejos de los búnkeres, esperando al teniente, pero no apareció.

Frerking, un veterano a sus 32 años, fue alcanzado en la cabeza por las balas de un soldado estadounidense que había rebasado un bunker, y cayó muerto. Severloh visitaría su tumba, diez años después. El soldado desconocido caería muerto más tarde, tierra adentro.

La ametralladora de Severloh contaba con una munición de 12.000 balas. Se ignora sí en el curso del día recibió más munición, pero es de suponer que la que aún quedaba de la segunda MG 42 que fue dañada por granadas durante la mañana, fue también utilizada. En todo caso, disparó un mínimo de 12.000 balas, pues cuando Frerking dio la orden de retirarse ya no quedaba munición para la ametralladora. También disparó unas 400 balas con las carabinas.

Los cálculos sobre las bajas causadas por él, durante estas 9 horas varían grandemente, pero aun los más conservadores le atribuyen más de 1.000 bajas aliadas, incluyendo cientos de muertos.

Otros cálculos, menos plausibles, le atribuyen haber causado hasta 2.000 bajas en los soldados americanos, algo exagerado.

Con estas acciones, se ganó el sobrenombre de la bestia de Omaha.

Severloh fue herido en la cadera, y tras una atención médica leve esa noche en el pueblo de Coleville-Sur-Mer, le fue entregado un fusil y se le dio el cargo de vigilar a unos soldados norteamericanos capturados. Intentó llegar a la retaguardia alemana, junto a los prisioneros y a algunos camaradas heridos, pero se vieron sorprendidos entre un fuego cruzado, se rindió a sus prisioneros (éstos temían, al ser capturados, que iban a ser fusilados).

No contó quien era pues no habrían mostrado piedad, no creía que si hubiera sido capturado en su puesto, hubiera sobrevivido.

Del nido de resistencia, sólo sobrevivieron dos hombres, el también cabo Franz Gockel, de 18 años, y él.

Alrededor de 2.300 americanos murieron en Omaha. Se estima que un millar fueron abatidos por Severloh y el resto por los otros 29 hombres que vigilaban el búnker 62 del Muro Atlántico. Un tributo en sangre pagado por la infantería al haberse ido a pique los tanques en el Canal.

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Estado del WN62, en la actualidad, con placa conmemorativa a los ingenieros de la 5ª Brigada de los EE.UU.


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Vista de la playa, desde la posición del WN62, en la actualidad


CAUTIVERIO

Severloh fue trasladado como prisionero de guerra al área de Boston, Estados Unidos. Se le puso a trabajar en la recogida de algodón y patatas.

Temiendo represalias, Severloh mantuvo en secreto sus acciones en el WN62 durante su cautiverio. Sólo lo comentó a su esposa, años después de estar casados. En diciembre de 1946, fue trasladado a Inglaterra (Bedforshire), donde fue sometido, junto a otros 500 prisioneros, a trabajos forzados, en la construcción de carreteras. Finalmente fue repatriado a Alemania en 1947, ya que su padre, había escrito a las autoridades británicas, manifestándoles que le necesitaban en la granja familiar, ya que él, por su edad, ya no se podía hacer cargo de las labores.

Severloh dijo que al primero que contó su historia, fue a un corresponsal inquisitivo de "ABC News", durante el 40º aniversario del "Día D", en 1984. Pero el verdadero avance se produjo cuando un historiador aficionado, llamado Helmut Konrad von Keusgen, le hizo un seguimiento.

Von Keusgen, ex buzo y artista gráfico, dijo que había escuchado de estadounidenses veteranos sobre el artillero que llamaban la "Bestia de Omaha Beach", porque había segado cientos de soldados de ese día.

Severloh confesó que era el artillero. Von Keusgen escribió las memorias de Severloh, publicadas en el 2000.

Leyendo el libro "El día más largo" de Cornelius Ryan, vio el nombre del padre David Silva, que había sido herido en el sector "Easy Red", por tres balazos, y le escribió una carta. Por casualidad, el padre Silva estaba estacionado en Alemania como capellán militar en Karlsruhe, e hicieron arreglos para encontrarse. El padre Silva le otorgó el perdón, aunque Severloh nunca se lo pidió, pero el padre Silva se lo dio, ya que era consciente de que era importante para él.

Y desde entonces permanecieron en contacto en términos amigables. Su último encuentro tuvo lugar durante las celebraciones del 60º aniversario del desembarco, en 2004, en Normandía.

Severloh sufrió pesadillas recurrentes durante el resto de su vida por sus acciones del 6 de junio de 1944.

Hein fue invitado a inspeccionar una MG42 que se exhibía en un museo de guerra. Declinó la invitación, pues dijo que le traía tristes recuerdos. De hecho se emocionó mientras veía el documental cinematográfico original de Omaha, oyendo al locutor describir el abrumador fuego de ametralladoras al que él contribuyó hace tantos años.

Dijo que no tenía orgullo de lo que hizo, pero contando su historia ha tenido una sensación de alivio.

He pensado en ello todos los días que Dios me dio , dijo, ahora, la presión que siempre he tenido, se ha ido.

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"Hein" Severloh en Normandía


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David Silva, en Normandía


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Con el padre Silva


Severloh mantuvo en secreto sus acciones en la playa "Omaha" hasta una edad avanzada, cuando un reportero de investigación le preguntó directamente si él era la llamada "Bestia de Omaha". Colaboró con el reportero, que escribió un libro sobre el WN62.

Heinrich Severloh murió en un asilo de ancianos cerca de Celle (Baja Sajonia), en el año 2006.

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