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domingo, 19 de mayo de 2013

GAGOMILITARIA NOTICIAS.-SIRIA:UNA GUERRA ENTRE HERMANOS QUE SE ANEGA EN SANGRE

Bashar al Assad: 'Renunciar sería huir. El pueblo será quien decida, no EEUU'


Assad, durante la entrevista. | Efe Assad, durante la entrevista. | Efe

ELMUNDO.es | Madrid
Actualizado domingo 19/05/2013 09:07 horas
"Renunciar sería huir (...) No sé si Kerry u otro han recibido un poder del pueblo sirio para hablar en su nombre sobre quién debe irse y quién debe permanecer. Esto lo determinará el pueblo sirio en las elecciones presidenciales de 2014". Así de tajante se muestra el presidente sirio, Bashar al Assad, en una entrevista en exclusiva al diario argentino 'Clarin'.
En la entrevista, que tuvo lugar en la biblioteca del Palacio Presidencial en Damasco y que estuvo flanqueada y controlada por cinco cámaras y fotógrafos del régimen, Assad se muestra especialmente beligerante con la injerencia de EEUU en el conflicto de Siria.
Culpa de la grave situación que vive su país a la irrupción de lo que llama "terroristas internacionales sostenidos por las potencias occidentales" y también, desde la región, a través de Turquía, Qatar y Arabia Saudita. "Múltiples elementos internos y externos han contribuido a la crisis, el más importante es la intervención extranjera", afirma.
"Nosotros tenemos una iniciativa política que incluye un diálogo ... Pero en cuanto a los terroristas nadie quiere dialogar con un terrorista. El terrorismo golpeó a EEUU y Europa, sin embargo ningún gobierno dialogó con los terroristas. Uno dialoga con fuerzas políticas, pero no con un terrorista que degüella, mata y usa gases tóxicos que son armas químicas", aseguró durante la entrevista realizada por el jefe de la sección de Internacional del diario argentino, Marcelo Cantelmi.
El presidente sirio defendió la durísima ofensiva militar de sus tropas en todo el país y negó que los datos de la ONU sobre el número de muertos desde que estallara la revuelta (más de 70.000) fueran ciertos.
"Habría que preguntar sobre la credibilidad de esas fuentes. Acaso podemos obviar el hecho de que muchos de los muertos de los que hablan son extranjeros que vinieron a matar al pueblo sirio... Tampoco podemos obviar que hay muchos sirios desaparecidos. La cifra cambia constantemente porque los terroristas matan a la gente y a veces la entierran en fosas comunes".
Assad niega también con rotundidad que hayan sido las fuerzas de su régimen las que se hayan excedido en el uso de la fuerza. "¿Cómo definir la fuerza excesiva? ¿Cómo determinar si ha habido un uso de fuerza excesiva o no? ¿Cuál es la fórmula? El debate aquí no es en torno al volumen de la fuerza empleada o el tipo de armamento... El parámetro es primero la forma y volumen de terrorismo que sufrimos con el consiguiente deber de responder".
El líder sirio rechazó además, casi con ironía, según recoge el periodista, las denuncias de Israel o Estados Unidos sobre el uso de armas químicas en la guerra y llegó a atribuir su uso a los rebeldes.
"Las declaraciones sobre armas químicas cambian cada día. Las armas químicas son armas de destrucción masiva. Dicen que las usamos contra zonas residenciales. Si digo que una bomba nuclear fue arrojada sobre un suburbio y el saldo de victimas es diez o veinte personas, ¿acaso me creerían? El uso de armas químicas en zonas residenciales significa matar miles o decenas de miles de personas en cuestión de minutos. ¿Quién podría ocultar semejante cosa?", justifica.


--O--

Quseir, la madre de todas las batallas


Un soldado del ejército libre de Siria apunta a su objetivo en un barrio de Homs.| Reuters Un soldado del ejército libre de Siria apunta a su objetivo en un barrio de Homs.| Reuters

  • La brutalidad por Homs se confirma con las masacres del régimen
  • También es reflejo de ello el vídeo donde un rebelde profana un cadáver
  • Cadáveres quemados, aplastados.. los nombres de la barbarie son legión
  • Las aldeas del entorno están casi completamente cercados
Javier Espinosa (corresponsal) | Líbano
Actualizado domingo 19/05/2013 04:52 horas
Los combatientes de Abu Berry se apercibieron del fuego que surgía del pequeño casino. Pero sólo uno de los presentes comprendió lo que ocurría. El comandante de la Brigada Omar Al Faruk rememora que uno de los detenidos en la pequeña aldea de Abel había conseguido escapar cuando las milicias de los llamados Comités Populares comenzaron a arrestar a los miembros de su familia. "Nos dijo, allí está mi familia, la van a matar", dice el jefe del grupo paramilitar.

Los rebeldes se lanzaron en tromba contra las posiciones del ejército y les obligaron a replegarse. Abu Berry no olvida la escena que vio al entrar en el edificio.

"Los niños estaban acostados de lado. Les habían tapado los ojos y atado las manos a la espalda. Les cortaron el cuello. Después los quemaron. Las mujeres estaban en otra habitación. Me imagino que las violaron. Las ejecutaron de un disparo y también quemaron los cuerpos. También mataron a un viejo que iba en silla de ruedas. A otro le aplastaron la cabeza con una piedra", recuerda.
"El objetivo de Bashar es limpiar Homs de suníes. Por eso están matando a la gente con cuchillos y quemándolos"
Las imágenes de los vídeos que grabaron aquella aciaga jornada del pasado 25 de marzo muestran los restos calcinados de muchos de los integrantes de las dos familias que fueron exterminadas: los Ahmad, los Mahmoud y el clan de Abu Said. Un escenario estremecedor casi calcado del que se podía observar en la última matanza de esta larga serie, que según la oposición siria se registró en la aldea de Khirbet Souda el pasado jueves. Otras 18 víctimas mortales.

Mientras los que graban las imágenes exhiben cuerpos abrasados, uno de ellos asegura: "¡Mirad, pueblos de los países árabes, esto es lo que el régimen de Irán y Hizbulá nos están haciendo!".
Una fémina que se identifica como una de las supervivientes del suceso explica después como las milicias leales a Damasco llegaron al pequeño villorrio tras un violento bombardeo. "Les seguí para ir a la casa de mi hermana y me dijeron: Hemos quemado la casa de tu hermana, les ametrallamos y los quemamos. Pedí que llamaran a mi primo para ayudar con los heridos pero lo habían matado, a él y a sus 4 hijos. Agarraron al hijo de Adnan y le dijeron: 'Que niño más agradable'. Después le dispararon. Un trozo de cerebro se quedó empotrado en la pared. Lo vi con mis propios ojos. Un trozo de cerebro en la pared. Tenía 4 años", indica.

Ganar a cualquier precio

Cadáveres quemados, degollados, aplastados por piedras.. Los nombres de la barbarie ya son legión. Abel y Khirbet Souda forman parte de la larga serie de acciones brutales protagonizadas por las fuerzas leales a Bashar al Assad que están marcando la crucial ofensiva en torno al control de la provincia de Homs y en especial de la ciudad sureña de Al Quseir, que como dijo el propio presidente sirio el pasado mes de abril "es la principal batalla" que libran ahora sus fuerzas y que pretenden ganar "a cualquier precio".

Como escribía el diario Al Hayat parafraseando al fallecido Sadam Hussein, Homs es "la madre de todas las batallas" para el líder sirio. Damasco ha movilizado no sólo a su ejército sino a miles y miles de paramilitares, incluidos los voluntarios del partido libanés Hizbulá, cuya intervención masiva a partir de abril ha cambiado las tornas de este escenario bélico, donde los rebeldes se encuentran ahora al borde del colapso como reconocen ellos mismos.
"La guerra nos está destrozando, física y psicológicamente"
Wael Al Omar, activista de Homs
"La lógica dice que deberíamos haber perdido ya tanto Quseir como la ciudad antigua de Homs y todo el sur de la provincia, pero seguimos resistiendo. ¿Cuánto tiempo? No lo sé. Estimamos que Hizbulá tiene al menos 6.000 combatientes en Homs (el grupo shía lucha junto a facciones paramilitares aliadas) y avanzan apoyados por el uso masivo de los bombardeos aéreos y la artillería. Es una táctica muy parecida a la que utiliza Israel. Arrasar todo antes de entrar a pie", aclara Abu Eizeldin, un portavoz de la División Al Haq, una de las principales fuerzas islamistas que pelean en Homs.

Aldeas cercadas

Quseir y los 30.000 habitantes que todavía se estima residen en esa ciudad y las aldeas del entorno están casi completamente cercados desde hace varias jornadas. Tras capturar más de media docena de aldeas, al ejército leal a Bashar y sus milicias sólo le queda recuperar el aeropuerto de Al Dabaa y dos aldeas para sellar el cerco e iniciar el asedio final de esa urbe.

Al menos 13 varones han muerto este domingo en un nuevo bombardeo del Ejército de Assad sobre el bastión rebelde, según ha informado el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH). "Parece que son los prolegómenos de una operación importante", ha subrayado Abdel Rahman, director de esta organización.

La ofensiva contra Quseir y la región sur de Homs comenzó a principios de abril. La participación de las huestes de Hassan Nasrallah provocó el inmediato desbordamiento del conflicto hacia el territorio libanés, que fue bombardeado por los rebeldes. El 14 de abril varios cohetes se abatieron sobre la región libanesa de Hermel, matando a dos civiles.

Sin embargo, según Abu Berry, el jefe de la facción Omar Al Faruk, la participación de Hizbulá no es reciente. "Llegaron a Homs –dice- el año pasado, pero al principio sólo eran asesores. Apoyaban a Bashar disparando cohetes y morteros desde sus bases en el Líbano. Pero eso cambió este año".
Hassan Nasrallah visitó Irán en abril y pocas semanas después no sólo reconoció la participación de sus acólitos en la guerra sino que advirtió que incluso podría aumentar. "Los verdaderos amigos de Siria no permitirán que ese país caiga en manos de EEUU, Israel y los grupos takfiris (en referencia a los islamistas radicales)", señaló en un discurso televisado.

Para los alzados, este asalto se inscribe dentro del hipotético proyecto para establecer un estado alauí en las regiones de la costa –donde esa comunidad es mayoritaria-, que estaría vinculado a Damasco a través de Homs, donde también habita una significativa comunidad alauí.

"El objetivo de Bashar es limpiar Homs de suníes. Por eso están matando a la gente con cuchillos y quemándolos. No se trata sólo de asesinar, sino de aterrorizar. Eso también lo hicieron los israelíes con Deir Yassin (una matanza cometida por milicias judías en una aldea palestina en 1948)", añade Eizeldin.

Las recientes matanzas de Al Bayda y Ras al Nabeh, en la región costera del llamado país alauí, que costaron la vida a cientos de civiles podrían inscribirse en la dinámica de dicho plan ya que hasta uno de los responsables de tal carnicería, el miliciano turco alauita Mirhac Ural reconoció en una alocución pública que el objetivo de sus fuerzas era "limpiar y liberar" esas zonas.

Un experto militar occidental consultado por este medio opina por el contrario que Homs podría ser sólo el primer episodio de una estrategia más ambiciosa del régimen. "Controlar el centro del país para después intentar recuperar el norte", observó.

En cualquier caso, la brutal acometida en esa provincia está siendo respaldada por todo tipo de armamento. Eizeldin denuncia que en la ciudad antigua de Homs están lanzando unos nuevos cohetes que los insurrectos denominan «mini-Scud» capaces de arrasar un edificio. En un vídeo difundido el pasado día 12 por los doctores de Quseir, uno de los facultativos muestra a uno de sus pacientes con la piel del cuerpo abrasada y acusa a Damasco de utilizar «bombas incendiarias». «(Los acólitos de Bashar solían decir) ¡O Asad o quemamos el país! y ahora nos está quemando. Si tuviera una bomba nuclear seguro que la habría usado», se le escuchaba decir. Los combatientes y activistas consultados para este reportaje afirman que los uniformados gubernamentales están aplicando literalmente una política de tierra quemada, arrasando hasta las cosechas y robando o exterminando al ganado de las zonas rurales de Homs. Varios vídeos en la web documentan estas acciones con imágenes de los sembrados ardiendo. "Han conseguido que algunas aldeas suníes rechacen la presencia de los rebeldes por miedo", apunta Eizeldín, de la División Al Haq.

La crueldad desplegada por los acólitos de Bashar al Asad en Homs encontró en estos días la réplica a través de un terrorífico vídeo donde el rebelde Khalid al-Hamad, alias Abu Sakkar, aparecía arrancando y mordiendo el corazón a un uniformado gubernamental.

La grabación causó una auténtica conmoción y la condena casi general, incluso de los mandos del Ejército Libre de Siria, que se opone a Bashar. Abu Sakar admitió su acción en una entrevista con la revista Time y en una declaración que difundió el jueves dijo estar dispuesto a "responder por mis acciones si Bashar y sus shabiha (milicias) son juzgados por los crímenes que han cometido contra nuestras mujeres y niños".

Su último mensaje fue demoledor. "Le envío un mensaje al mundo: si el baño de sangre en Siria no se detiene, cada sirio se convertirá en Abu Sakkar". Homs y hasta el propio Abu Sakkar podrían ser un ejemplo de la espiral enloquecida en la que se ha sumido Siria bajo la mirada indiferente de Occidente.

Porque los compañeros de armas del militante de 27 años –antaño un simple obrero y decorador de interiores casi sin estudios de Bab al Amar, en Homs- recuerdan como fue uno de los primeros que se sumaron a las protestas pacíficas con las que comenzó la insurrección siria.

Destrucción física y psicológica

Pero todo aquello ya es historia. Sepultada por miles de muertos y devastación. Víctimas para una estadística entre las que figuran 25 miembros de la familia del propio Abu Sakkar, incluido su hermano Yahia, que cayó abatido en noviembre del 2011. "Intentó salvar a una mujer y su hija que habían sido alcanzados por un francotirador. Se colocó en medio de la calle disparando y le dieron en el pecho", refiere uno de los residentes de Bab al Amr.

Abu Sakkar tampoco debería estar vivo. La lógica decía que su hora había llegado cuando al intentar escapar de Bab al Amr cuando el ejército acabó con la resistencia de los insurrectos a finales de febrero del 2012.

"Intentó atravesar las líneas del ejército y le alcanzaron en el trasero. Se quedó tirado en el suelo y al llegar dos soldados vieron el cuerpo, con la sangre machando la nieve y pensaron que estaba muerto. Les escuchó decir: ¡rápido, tirar el cuerpo a la basura antes de que esos perros (los rebeldes) nos disparen!. Cuando se fueron los soldados, Abu Sakkar se levantó y volvió a salir corriendo", precisa uno de sus compañeros de facción.

Los camaradas de Abu Sakkar reconocen que su acción contraviene todas sus creencias, en especial las islámicas, que prohíben la profanación de cadáveres. "Pero también nuestra moral, nuestras creencias como seres humanos", dice otro de ellos sin querer ser identificado.

Sin embargo, inciden en la presión que ha sufrido el personaje y en especial al impacto que le produjo un supuesto vídeo que encontró en el teléfono móvil de la víctima que aparece en su infame grabación. "Aparecían tres mujeres. Una madre y sus dos hijas. Estaban desnudas y él se estaba riéndose. Se veía como las violaba no sólo con su miembro sino también con un palo", asevera uno de los combatientes de Omar al Faruk que accedió también a esas imágenes sobrecogedoras.
"La guerra nos está destrozando, física y psicológicamente", observa Wael Al Omar, un activista de Homs que se dio a conocer al ser herido en el citado suburbio de Bab al Amr en el mismo incidente donde murió la periodista Marie Colvin, para quien trabajaba como traductor.

Eizeldin, miembro de un grupo islamista, coincide con el rechazo al acto de Abu Sakkar. "Está prohibido por el Islam. Punto. Es deplorable e inaceptable, tanto como la hipocresía de los medios de comunicación occidentales que han otorgado una enorme cobertura a este asunto omitiendo las masacres de Banias, donde ejecutaron a cientos. Lo que hizo Abu Sakkar es una reacción a dos años de masacres y desgraciadamente si esto sigue así muy pronto tendremos miles de Abu Sakkar", acota.
El jueves, el director del influyente diario Al Quds al Arabi, Abdel Beri Atwan dedicaba su columna a esta polémica. "Sabemos que es un acto individual, pero está dañando su causa, a toda una nación y a una doctrina tolerante que se expandió por la tierra porque es justa y se basa en los valores humanos más altos", escribía.

"Lo que es más doloroso es que no vemos luz al final de este túnel sangriento, sino más víctimas y baños de sangre en el futuro", añadía.

Palabras premonitorias. Este sábado, los activistas de Homs distribuyeron otro vídeo truculento. Imágenes de carne humana reducida a piltrafa carbonizada. Un residente de Al Waer, en Homs, ejecutado por el ejército gubernamental, se explica en la grabación. En Homs, los insurrectos han colocado un cartel donde se lee: "Querido mártir, Homs te da la bienvenida. Estás a sólo dos metros del paraíso".

 

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