Al Assad reanuda los bombardeos contra la ciudad de Homs
Unos 500 proyectiles impactaron contra el barrio de Bab Amro, un día después de la muerte de más de sesenta personas
El
ejército sirio ha reanudado este martes los bombardeos contra la ciudad central de Homs, uno de los
principales bastiones de la oposición, donde el lunes murieron más de sesenta
personas, según los grupos opositores.
La
Comisión General de la Revolución Siria
precisó que el Ejército ataca con artillería el barrio de Bab Amro, uno de
los más afectados durante el bombardeo de ayer. Está previsto que el ministro de
Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, visite Damasco para
reunirse con el presidente Bashar al
Assad.
El
grupo detalló que desde primera hora de la mañana de hoy unos 500 proyectiles impactaron en ese barrio contra casas,
mezquitas y áreas donde los ciudadanos suelen manifestarse.
El
hospital Al Maidani, el único centro sanitario de la zona,
también ha sido objeto de los bombardeos, que han causado un número
indeterminado de víctimas entre su personal.
Además,
no hay material médico ni medicinas para atender a los heridos, y los alimentos
escasean. La Comisión agregó que no es posible salir a la calle porque hay
francotiradores apostados en las azoteas que disparan contra todo lo que se
mueve.
El
Gobierno sirio insiste en que ha practicado «el autocontrol a pesar de las
demandas de las familias sirias y dio varias oportunidades a los terroristas
para volver al camino correcto» pero que finalmente «tuvo que intervenir» en
Homs «para restaurar la seguridad» ante el incremento de los «ataques
terroristas instigados por grupos extranjeros».
Así,
el Ejecutivo sirio ha denunciado una escalada de agresiones y actos criminales de estos «grupos
terroristas», entre los que ha enumerado la toma de edificios privados, el
secuestro de civiles y el saqueo de propiedades privadas y públicas. En este
sentido, el comunicado recoge que las autoridades sirias han perseguido a
diversos «grupos terroristas» en varios barrios de Homs, entrando en
enfrentamiento directo con ellos, motivo por el que seis miembros de las fuerzas
de seguridad han fallecido y otros once han resultado heridos.
Fuente Diario "ABC"
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Homs se convierte en una ratonera
- Los heridos abarrotan los hospitales clandestinos que se están quedando sin
suministros
- Hay cortes de luz durante horas, las líneas telefónicas e Internet no
funcionan
- Los habitantes de la ciudad cuna de la revuelta siria no tienen
escapatoria
Homs se ha convertido en una enorme jaula en la que miles de personas tratan
de seguir con vida bajo el asedio de las bombas, decenas de francotiradores en
las azoteas de los edificios y un ambiente de terror generalizado y continuo,
soportando la feroz ofensiva de los últimos días de las tropas del
Geish (ejército) de Bachar el Asad. El ataque en las zonas rebeldes
comienza habitualmente a las seis y media de la mañana y hoy durante cuatro
horas llovieron más de doscientos morteros sobre la población civil que,
refugiada dentro de casa, carece del más mínimo lugar en el que esconderse. La
muerte puede sorprenderles en el salón, en la cocina, en la puerta de casa. A
partir de las diez, los morteros caen cada diez minutos hasta que cae la
noche.
Salir a la puerta de la calle es un acto suicida. Los pocos habitantes que lo hacen aprietan el acelerador a fondo y conducen agachados, evitando las grandes avenidas y esquivando los disparos, constantes. Los francotiradores son precisos y profesionales, acertando en la mayoría de las ocasiones en la cabeza y en la nuez. Casi todos los vehículos tienen impactos de bala y solo circulan los que transportan a los enfermos o a los cadáveres y solo a primera hora de la mañana. Escasos viandantes corren a toda prisa atravesando los cruces y andan pegados a las paredes, tratando de protegerse esporádicamente en algún portal, gritando Allah u Akbar, dios es grande, para armarse de valor.
Las tropas del régimen rodean toda la ciudad, sin escapatoria posible. La brigada Al Farouk del Ejército libre está presente en el interior, pero no puede hacer nada para frenar la ofensiva, según Daniel Abu Dari, activista sirio. “La gente está muriendo, ¡necesitamos ayuda! Esto no es una guerra civil, los nuestros solo tienen kaláshnikov y RPG, y no nos están atacando por tierra, sino que lanzan bombas desde varios kilómetros de distancia con artillería pesada, ¿cómo parar el bombardeo? Es imposible, estamos desprotegidos por completo, es desesperante, nos estamos volviendo locos”, asegura.
Las furgonetas con heridos llegan a toda prisa a las puertas de uno de los hospitales clandestinos de Homs. Los sacan en volandas y entran por el estrecho pasillo esquivando tres cuerpos destrozados que yacen en el suelo, cubiertos en parte por mantas. En la sala de curas, una pequeña habitación, se acumulan una decenas de heridos, algunos acompañados de algún familiar que trata de curarles con sus propias manos. No hay doctor, solo dos enfermeros que no dan abasto. “¡Esto es lo que está haciendo Bachar, enseñadlo!” grita uno de ellos, suplicando que no mostremos su rostro. No hay medicinas ni pueden realizar operaciones y en total hay una decena de cuerpos destrozados, algunos de ellos no se han podido identificar aún.
En una de las camillas están curando a Khaled Abul Salah, conocido en todo el mundo árabe al ser el único sirio que retransmite para las cadenas en su lengua a cara descubierta explicando lo que ocurre en Homs.
Como represalia, los shabiha, las milicias del régimen, secuestraron a su hermano y lo mataron hace unas semanas. En el exterior del edificio, cubren los cadáveres con una sábana blanca atada por los extremos por una cuerda y los cargan en la parte trasera de una camioneta. “No podemos ni siquiera enterrarlos ahora, ya no hacemos funerales porque nos disparan. Lo haremos esta noche, entre dos personas, a oscuras”, explica Daniel.
La mayoría de las víctimas son civiles, habitantes que no duermen por las noches pensando en qué será de sus vidas al día siguiente. “Después del veto de Rusia y China en la ONU, El Asad tiene su permiso para matar, como a animales en una ratonera”, asegura Maryam, una profesora de primaria de 40 años. “¿Para qué? Sólo queremos libertad, solo eso”. Las familias evitan subir a las plantas más altas y se refugian en las habitaciones que consideran más seguras, alejadas de las ventanas. La gasolina para las calderas empieza a escasear y las temperaturas son muy bajas. Hay cortes de luz durante varias horas y las líneas telefónicas e Internet no funcionan.
Frente al hospital, trece personas se hacinan en una habitación donde todavía tienen calefacción. “Se está acabando, ya no tenemos más combustible”, dice un padre de familia, rodeado de tres niños pequeños. La abuela se levanta y muestra un trozo de pan, “es el último, ya no tenemos más”, se queja, lanzando proclamas a favor de la revolución y contra Bachar el Asad. La nevera y la despensa están completamente vacías. Están viendo la televisión, la cadena Orient Express, dedicada única y exclusivamente a las revueltas, mostrando en ese momento un vídeo con caricaturas de Bachar el Asad con cuerpo de jirafa, el apodo que le han dado al presidente por su largo cuello.
En las mezquitas, los altavoces emiten durante toda la mañana cánticos y rezos musulmanes. “Solo podemos rezar. Es lo único que podemos hacer, porque estamos en las manos de Alá”, dice Maryam.
Fuente Diario "EL PAÍS"
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Salir a la puerta de la calle es un acto suicida. Los pocos habitantes que lo hacen aprietan el acelerador a fondo y conducen agachados, evitando las grandes avenidas y esquivando los disparos, constantes. Los francotiradores son precisos y profesionales, acertando en la mayoría de las ocasiones en la cabeza y en la nuez. Casi todos los vehículos tienen impactos de bala y solo circulan los que transportan a los enfermos o a los cadáveres y solo a primera hora de la mañana. Escasos viandantes corren a toda prisa atravesando los cruces y andan pegados a las paredes, tratando de protegerse esporádicamente en algún portal, gritando Allah u Akbar, dios es grande, para armarse de valor.
Las tropas del régimen rodean toda la ciudad, sin escapatoria posible. La brigada Al Farouk del Ejército libre está presente en el interior, pero no puede hacer nada para frenar la ofensiva, según Daniel Abu Dari, activista sirio. “La gente está muriendo, ¡necesitamos ayuda! Esto no es una guerra civil, los nuestros solo tienen kaláshnikov y RPG, y no nos están atacando por tierra, sino que lanzan bombas desde varios kilómetros de distancia con artillería pesada, ¿cómo parar el bombardeo? Es imposible, estamos desprotegidos por completo, es desesperante, nos estamos volviendo locos”, asegura.
Las furgonetas con heridos llegan a toda prisa a las puertas de uno de los hospitales clandestinos de Homs. Los sacan en volandas y entran por el estrecho pasillo esquivando tres cuerpos destrozados que yacen en el suelo, cubiertos en parte por mantas. En la sala de curas, una pequeña habitación, se acumulan una decenas de heridos, algunos acompañados de algún familiar que trata de curarles con sus propias manos. No hay doctor, solo dos enfermeros que no dan abasto. “¡Esto es lo que está haciendo Bachar, enseñadlo!” grita uno de ellos, suplicando que no mostremos su rostro. No hay medicinas ni pueden realizar operaciones y en total hay una decena de cuerpos destrozados, algunos de ellos no se han podido identificar aún.
En una de las camillas están curando a Khaled Abul Salah, conocido en todo el mundo árabe al ser el único sirio que retransmite para las cadenas en su lengua a cara descubierta explicando lo que ocurre en Homs.
Como represalia, los shabiha, las milicias del régimen, secuestraron a su hermano y lo mataron hace unas semanas. En el exterior del edificio, cubren los cadáveres con una sábana blanca atada por los extremos por una cuerda y los cargan en la parte trasera de una camioneta. “No podemos ni siquiera enterrarlos ahora, ya no hacemos funerales porque nos disparan. Lo haremos esta noche, entre dos personas, a oscuras”, explica Daniel.
La mayoría de las víctimas son civiles, habitantes que no duermen por las noches pensando en qué será de sus vidas al día siguiente. “Después del veto de Rusia y China en la ONU, El Asad tiene su permiso para matar, como a animales en una ratonera”, asegura Maryam, una profesora de primaria de 40 años. “¿Para qué? Sólo queremos libertad, solo eso”. Las familias evitan subir a las plantas más altas y se refugian en las habitaciones que consideran más seguras, alejadas de las ventanas. La gasolina para las calderas empieza a escasear y las temperaturas son muy bajas. Hay cortes de luz durante varias horas y las líneas telefónicas e Internet no funcionan.
Frente al hospital, trece personas se hacinan en una habitación donde todavía tienen calefacción. “Se está acabando, ya no tenemos más combustible”, dice un padre de familia, rodeado de tres niños pequeños. La abuela se levanta y muestra un trozo de pan, “es el último, ya no tenemos más”, se queja, lanzando proclamas a favor de la revolución y contra Bachar el Asad. La nevera y la despensa están completamente vacías. Están viendo la televisión, la cadena Orient Express, dedicada única y exclusivamente a las revueltas, mostrando en ese momento un vídeo con caricaturas de Bachar el Asad con cuerpo de jirafa, el apodo que le han dado al presidente por su largo cuello.
En las mezquitas, los altavoces emiten durante toda la mañana cánticos y rezos musulmanes. “Solo podemos rezar. Es lo único que podemos hacer, porque estamos en las manos de Alá”, dice Maryam.
Fuente Diario "EL PAÍS"
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El Gobierno sirio seguirá persiguiendo a los 'grupos terroristas' en Homs
- Las tropas de Asad prosiguen con sus ataques contra el bastión rebelde
- El ejército se centra en atacar con artillería el barrio de Bab Amro
- El hospital Al Maidani, el único de la zona, objeto de los bombardeos
- Hay francotiradores apostados en las azoteas de la ciudad
- Llega a Damasco el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov
El Ministerio sirio del Interior ha asegurado que continuará con la
persecución de los "grupos terroristas armados" que operan en Homs,
bastión opositor que sufre desde el viernes intensos bombardeos del ejército que
han causado cientos de víctimas.
El Gobierno sirio acusó a esos "grupos terroristas" de la escalada de la violencia en las últimas semanas, e insistió en que continuará su ofensiva "hasta recuperar la seguridad y la estabilidad en la ciudad", según un comunicado difundido por la agencia oficial Sana.
El ejército sirio reanudó hoy los bombardeos contra esta céntrica ciudad, donde ayer murieron más de 60 personas, según los grupos opositores.
El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH) informó de que durante la jornada de ayer murieron cerca de cien civiles, en su mayoría en el bombardeo de esta ciudad, que está siendo duramente castigada por el régimen de Bashar Asad.
Según el balance del citado Observatorio, los muertos fueron 98, de los que 69 perdieron la vida en los bombardeos de distintos barrios de Homs y en las localidades de Rastane, Qousseir y Hula. Sólo 30 de los muertos en Homs pudieron ser enterrados a escondidas la pasada noche por sus vecinos.
El Comité General de la Revolución Siria insistió en los duros ataques con artillería del ejército contra el barrio de Bab Amro.
El hospital Al Maidani, el único centro sanitario de la zona, también ha sido objeto de los bombardeos, que han causado un número indeterminado de víctimas entre su personal.
Además, no hay material médico ni medicinas para atender a los heridos, y los alimentos escasean.
El Comité agregó que no es posible salir a la calle porque hay francotiradores apostados en las azoteas que disparan contra todo lo que se mueve.
Esa Hoja de Ruta estipula que Asad traspase sus poderes al vicepresidente y se forme un gobierno de unidad nacional.
Desde que comenzó la revuelta contra el régimen, más de 5.000 personas han perdido la vida por la represión gubernamental, según datos de la ONU, aunque los opositores señalan que las víctimas mortales superan las 7.000.
Fuente Diario "EL MUNDO"
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El Gobierno sirio acusó a esos "grupos terroristas" de la escalada de la violencia en las últimas semanas, e insistió en que continuará su ofensiva "hasta recuperar la seguridad y la estabilidad en la ciudad", según un comunicado difundido por la agencia oficial Sana.
El ejército sirio reanudó hoy los bombardeos contra esta céntrica ciudad, donde ayer murieron más de 60 personas, según los grupos opositores.
El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH) informó de que durante la jornada de ayer murieron cerca de cien civiles, en su mayoría en el bombardeo de esta ciudad, que está siendo duramente castigada por el régimen de Bashar Asad.
Según el balance del citado Observatorio, los muertos fueron 98, de los que 69 perdieron la vida en los bombardeos de distintos barrios de Homs y en las localidades de Rastane, Qousseir y Hula. Sólo 30 de los muertos en Homs pudieron ser enterrados a escondidas la pasada noche por sus vecinos.
El Comité General de la Revolución Siria insistió en los duros ataques con artillería del ejército contra el barrio de Bab Amro.
Proyectiles contra casas y hospitales
El grupo detalló que desde primera hora de la mañana de hoy, unos 500 proyectiles impactaron en ese barrio contra casas, mezquitas y áreas donde los ciudadanos suelen manifestarse.El hospital Al Maidani, el único centro sanitario de la zona, también ha sido objeto de los bombardeos, que han causado un número indeterminado de víctimas entre su personal.
Además, no hay material médico ni medicinas para atender a los heridos, y los alimentos escasean.
El Comité agregó que no es posible salir a la calle porque hay francotiradores apostados en las azoteas que disparan contra todo lo que se mueve.
El aliado ruso, 'en casa'
Paralelamente a la tragedia, el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, ha llegado esta mañana a Damasco para reunirse con el presidente Bashar Asad, después del veto de su país y de China el sábado pasado a una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que apoyaba el plan de transición de la Liga Árabe.Esa Hoja de Ruta estipula que Asad traspase sus poderes al vicepresidente y se forme un gobierno de unidad nacional.
Desde que comenzó la revuelta contra el régimen, más de 5.000 personas han perdido la vida por la represión gubernamental, según datos de la ONU, aunque los opositores señalan que las víctimas mortales superan las 7.000.
Fuente Diario "EL MUNDO"
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El Ejército sirio reanuda los bombardeos en la ciudad de Homs
El ejército sirio reanudó hoy los bombardeos contra la ciudad central de
Homs, uno de los principales bastiones de la oposición, donde ayer murieron más
de sesenta personas, según los grupos opositores.
7 Febrero 12 - El Cairo - Efe
7 Febrero 12 - El Cairo - Efe
La Comisión General de la Revolución Siria precisó que el Ejército ataca con
artillería el barrio de Bab Amro, uno de los más afectados durante el bombardeo
de ayer, donde muchos edificios han resultado dañados.
El grupo detalló que desde primera hora de la mañana de hoy unos 500 proyectiles impactaron en ese barrio contra casas, mezquitas y áreas donde los ciudadanos suelen manifestarse.
El hospital Al Maidani, el único centro sanitario de la zona, también ha sido objeto de los bombardeos, que han causado un número indeterminado de víctimas entre su personal.
Además, no hay material médico ni medicinas para atender a los heridos, y los alimentos escasean.
La Comisión agregó que no es posible salir a la calle porque hay francotiradores apostados en las azoteas que disparan contra todo lo que se mueve.
Estos sucesos ocurren después de que ayer más de sesenta personas murieran en Homs, de los que solo treinta pudieron ser enterrados a escondidas la pasada noche por los vecinos del barrio.
El pasado viernes por la noche, Homs fue escenario de una masacre perpetrada por las fuerzas leales al presidente Bachar al Asad, que causó entre 147 y 260 víctimas mortales, según distintas fuentes opositoras, la cuales destacaron que fue la peor matanza desde el inicio de la revuelta en marzo de 2011.
Está previsto que el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, visite hoy Damasco para reunirse con Al Asad, después del veto de su país y de China el sábado pasado a una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que apoyaba el plan de transición de la Liga Árabe.
Esa hoja de ruta estipula que Al Asad traspase sus poderes al vicepresidente y se forme un Gobierno de unidad nacional.
Desde que comenzó la revuelta contra el régimen, más de 5.000 personas han perdido la vida por la represión gubernamental, según datos de la ONU, aunque los opositores señalan que las víctimas mortales superan las 7.000.
El grupo detalló que desde primera hora de la mañana de hoy unos 500 proyectiles impactaron en ese barrio contra casas, mezquitas y áreas donde los ciudadanos suelen manifestarse.
El hospital Al Maidani, el único centro sanitario de la zona, también ha sido objeto de los bombardeos, que han causado un número indeterminado de víctimas entre su personal.
Además, no hay material médico ni medicinas para atender a los heridos, y los alimentos escasean.
La Comisión agregó que no es posible salir a la calle porque hay francotiradores apostados en las azoteas que disparan contra todo lo que se mueve.
Estos sucesos ocurren después de que ayer más de sesenta personas murieran en Homs, de los que solo treinta pudieron ser enterrados a escondidas la pasada noche por los vecinos del barrio.
El pasado viernes por la noche, Homs fue escenario de una masacre perpetrada por las fuerzas leales al presidente Bachar al Asad, que causó entre 147 y 260 víctimas mortales, según distintas fuentes opositoras, la cuales destacaron que fue la peor matanza desde el inicio de la revuelta en marzo de 2011.
Está previsto que el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, visite hoy Damasco para reunirse con Al Asad, después del veto de su país y de China el sábado pasado a una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que apoyaba el plan de transición de la Liga Árabe.
Esa hoja de ruta estipula que Al Asad traspase sus poderes al vicepresidente y se forme un Gobierno de unidad nacional.
Desde que comenzó la revuelta contra el régimen, más de 5.000 personas han perdido la vida por la represión gubernamental, según datos de la ONU, aunque los opositores señalan que las víctimas mortales superan las 7.000.
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