Si la Historia Militar o de las Fuerzas de Seguridad, te apasiona. Si la Militaría es tu afición. Si quieres conocer la Historia, sin valorar ideas ni convicciones políticas, sin tendencias, sin manipulaciones. La Historia Militar, sólo la vivida por sus principales protagonistas, los SOLDADOS que la han padecido.



¡Seguro que te gustará este Blog!


miércoles, 6 de febrero de 2019

EL EJÉRCITO FRANCÉS DE 1940


EJÉRCITO FRANCÉS 



¡Hola a todos!

El ejército francés de 1940, como la mayoría de los ejércitos de las grandes potencias, fue el resultado final de las circunstancias políticas, económicas, sociales y tecnológicas que habían surgido como consecuencia de la IGM, más de veinte años atrás. Si queremos comprender su doctrina militar y el estado de su armamento y fuerzas en vísperas de la guerra de mayo de 1940 es, pues, necesario examinar la evolución del pensamiento militar francés desde el final de la Gran Guerra, y su estrecha relación e influencia de las circunstancias señaladas.

Una de las circunstancias que más influencia tuvo en la evolución del pensamiento militar francés fue el enorme rechazo social general contra la guerra y los asuntos militares mostrado tras el final de la IGM. Muy pocas personas en Europa o América estaban ya interesadas en los gastos militares o en la experimentación de nuevas armas y tácticas militares. Los franceses consideraron la Gran Guerra como “la última de las últimas”, y tenían constantemente presentes sus muertos (1.400.000), sus mutilados (800.000), y la pérdida de 1/3 de la población masculina en edad de procrear [Institut de Stratégie Comparée (ISC), “La Pensée Militaire », 2001]. 


Por otra parte, la mayoría de los oficiales y soldados franceses creyeron que el éxito alcanzado en la guerra de 1914-18 contra el, entonces, mejor ejército del mundo, era la prueba más contundente de que sus tácticas y armamento no necesitaban mayores cambios, y en consecuencia se decantaron por una estrategia militar defensiva basada en su exitosa experiencia de una guerra posicional apoyada por la potencia de fuego de su armamento. A pesar de las escasas advertencias de unos cuantos militares que señalaban que una próxima guerra podía ser muy diferente a la experimentada en 1914-1918, los políticos, los militares y la sociedad francesa en general, rechazaron el riesgo de provocar otra guerra, y en este sentido el Pacto Kellogg-Briand de 1928 fue un compromiso firmado por quince naciones que limitaban el uso de la guerra a la autodefensa nacional. Durante las décadas de 1920 y 1930 hubo muchas conferencias internacionales que trataron de limitar el desarrollo de nuevas armas (aviones, barcos de guerra, tanques…) y tecnología (radar…), y los presupuestos militares se vieron naturalmente afectados. Y el crack de 1929 y la Gran Depresión que siguió fue un obstáculo más para frenar o marginar las políticas que reclamaban un mayor gasto del presupuesto militar.

Por último, otro factor más que influyó en la política militar francesa de la década de 1920 fue el Tratado de Versalles y las draconianas cláusulas con las que se castigaba la mentalidad militar expansionista alemana, limitando su ejército a un contingente de 100.000 hombres.



Sin embargo, el rápido desarrollo de nuevas tecnologías y armamento iba a dejar obsoleto gran parte del equipo francés: desde el cañón hipo-móvil de 75 mm hasta el tanque F. T., pasando por sus mejores aviones. Las voces que se levantaron contra este desfase armamentístico y que subrayaban la necesidad de aprovechar las nuevas tecnologías, desarrollar el armamento “nuevo” y adecuar la doctrina militar a estas nuevas circunstancias, fueron tratadas como “maníacos” o militares que sólo se preocupaban del “arte por el arte”.





No hay comentarios: