El Asad acusa a Gran Bretaña de querer “militarizar” el conflicto en Siria
El presidente sirio niega en una entrevista con el 'Sunday Times' que tenga intención de dimitir
David Alandete Jerusalén3 MAR 2013 - 06:47 CET
El presidente sirio en una imagen de archivo.
El presidente de Siria, Bachar El Asad, ha acusado a Reino Unido de “militarizar” la crisis en su país, dados los recientes esfuerzos del Gobierno británico por convencer a los demás países de la Unión Europea de que autoricen en envío de armas a los rebeldes levantados desde hace dos años. “No cabe esperar que un pirómano actúe como bombero”, aseguró El Asad en una entrevista concedida al rotativo británico The Sunday Times.
“Para ser honesto, Gran Bretaña ha tenido un papel célebremente poco constructivo en nuestra región, en diferentes asuntos, durante muchas décadas”, dijo El Asad. “El problema con el Gobierno de ahora es que su retórica superficial e inmadura sólo pone de relieve esa tradición de acoso y hegemonía”. En una reunión mantenida el jueves en Roma, en marco del Grupo de Amigos de Siria, las potencias occidentales, incluidos Estados Unidos y la UE, se resistieron a armar a los rebeldes.
Existen recelos en occidente por la posibilidad de que esas armas lleguen a manos de milicias yihadistas que se han infiltrado en la oposición que occidente considera legítima. En su entrevista, El Asad se refirió a esos temores, al decir que estaría dispuesto a dialogar con los rebeldes si dejan las armas, “pero no con terroristas que están dispuestos a emplear armas para aterrorizar a la población, matar civiles, atacar espacios públicos o privados y destruir el país”.
“El Gobierno británico quiere enviar ayuda militar a los grupos moderados en Siria, aún cuando sabe muy bien que esos grupos moderados no existen”, añadió El Asad. “Todos sabemos que contra quienes luchamos ahora son Al Qaeda, el Frente Al Nusra, un brote de Al Qaeda, y otros grupos de gente adoctrinada con ideologías extremas”. La inteligencia de Israel, de hecho, teme que esos grupos radicales acaben imponiéndose en la oposición y desestabilicen la zona.
“Tenemos una oposición que forma parte de las instituciones políticas y también hay terroristas armados. Estamos dispuestos a dialogar con la oposición pero no con los terroristas. Contra los terroristas luchamos”, dijo El Asad, quien añadió que, a pesar de la presión internacional para que se apee, no dejará el poder. En Siria ya han muerto más de 70.000 personas en estas revueltas, según un recuento de la Organización de Naciones Unidas. Pronto, los refugiados superarán el millón.
El Asad advirtió a Europa y a EE UU de lo que, a su entender, puede suceder si el régimen cae y se imponen los grupos yihadistas. “Europa y EE UU y otros van a pagar, tarde on temprano, el precio de la inestabilidad en la región. Aun no lo ven claro”, dijo. Añadió, además, que su marcha, que exigen los poderes internacionales, no solucionaría el conflicto: “Es absurdo, y los precedentes recientes en Libia, Yemen y Egipto dan fe de ello”.
“Para ser honesto, Gran Bretaña ha tenido un papel célebremente poco constructivo en nuestra región, en diferentes asuntos, durante muchas décadas”, dijo El Asad. “El problema con el Gobierno de ahora es que su retórica superficial e inmadura sólo pone de relieve esa tradición de acoso y hegemonía”. En una reunión mantenida el jueves en Roma, en marco del Grupo de Amigos de Siria, las potencias occidentales, incluidos Estados Unidos y la UE, se resistieron a armar a los rebeldes.
Existen recelos en occidente por la posibilidad de que esas armas lleguen a manos de milicias yihadistas que se han infiltrado en la oposición que occidente considera legítima. En su entrevista, El Asad se refirió a esos temores, al decir que estaría dispuesto a dialogar con los rebeldes si dejan las armas, “pero no con terroristas que están dispuestos a emplear armas para aterrorizar a la población, matar civiles, atacar espacios públicos o privados y destruir el país”.
“El Gobierno británico quiere enviar ayuda militar a los grupos moderados en Siria, aún cuando sabe muy bien que esos grupos moderados no existen”, añadió El Asad. “Todos sabemos que contra quienes luchamos ahora son Al Qaeda, el Frente Al Nusra, un brote de Al Qaeda, y otros grupos de gente adoctrinada con ideologías extremas”. La inteligencia de Israel, de hecho, teme que esos grupos radicales acaben imponiéndose en la oposición y desestabilicen la zona.
“Tenemos una oposición que forma parte de las instituciones políticas y también hay terroristas armados. Estamos dispuestos a dialogar con la oposición pero no con los terroristas. Contra los terroristas luchamos”, dijo El Asad, quien añadió que, a pesar de la presión internacional para que se apee, no dejará el poder. En Siria ya han muerto más de 70.000 personas en estas revueltas, según un recuento de la Organización de Naciones Unidas. Pronto, los refugiados superarán el millón.
El Asad advirtió a Europa y a EE UU de lo que, a su entender, puede suceder si el régimen cae y se imponen los grupos yihadistas. “Europa y EE UU y otros van a pagar, tarde on temprano, el precio de la inestabilidad en la región. Aun no lo ven claro”, dijo. Añadió, además, que su marcha, que exigen los poderes internacionales, no solucionaría el conflicto: “Es absurdo, y los precedentes recientes en Libia, Yemen y Egipto dan fe de ello”.
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