EL HUNIDIMEITO DEL BALEARES
En la noche del domingo 6 de marzo de 1938, la Escuadra roja,
mandada por Luis González Ubieta, y compuesta por los cruceros “Libertad” -buque insignia- y “Méndez Núñez”, y dos flotillas de destructores, zarpa del puerto de Cartagena
con el propósito de proteger a unas falúas
(embarcaciones ligeras) que pretendían dar un audaz golpe de mano a la Base
aeronaval de Palma de Mallorca, y así acabar de un solo golpe con el mayor
número de buques nacionales. Esta operación estaba apoyada por Indalecio
Prieto y por el comisario general de la flota, Bruno Alonso.
Lancha torpedera rusa de unas 20 toneladas de desplazamiento
y un andar de 45 nudos, iba armada con torpedos o con cargas de profundidad.
La República recibió un total aproximado
de unas 32 de estas lanchas que montaron guardia frente a los más importantes
puertos del Mediterráneo.
Sin embargo, el plan, basado en la infiltración de un cierto número de
veloces lanchas torpederas soviéticas
en la citada bahía, fracasó antes de empezar, ya que los técnicos rusos
alegaron la mala mar para regresar inmediatamente a puerto. González de Ubieta no ocultó que el
verdadero motivo, en su opinión, había sido la cobardía de las tripulaciones
soviéticas, acusación a la que los rusos respondieron acusándole de derrotista
y traidor.
Dispuesto a aprovechar en lo posible los dispositivos acordados, el Jefe de
la Flota y Estado Mayor decidió salir a alta mar para tratar de dar caza al
crucero “Almirante Cervera”, que se creía
navegaba hacia Cádiz para ser
sometido a reparaciones de cierta consideración.
Mientras tanto, la flota del Bloque nacional no permanecía inactiva. La
división de cruceros abandonaba el puerto en solitario para prestar protección
a un convoy de armamento. El Capitán de Navío Francisco Moreno Fernández,
-que fue nombrado el 30 de julio de
1936 vocal de la Junta de Defensa Nacional, en representación de la Marina,
y que actuó como jefe de la flota nacional prácticamente durante toda la
contienda- permaneció en tierra, por considerar la
operación como secundaria, por lo que el Estado Mayor de la Flota y la insignia
de mando se trasladaron al crucero “Baleares” desde el “Canarias”, al mando del Contralmirante Manuel
de Vierna y Belando.
A las 00:45 del 6 de marzo de 1938, por sorpresa, las dos
flotas se encuentran en alta mar, sin sospechar ninguna de ellas la presencia
del contrario. Temeroso González Ubieta de
salir malparado en caso de una confrontación, ordena la retirada de sus buques,
y el regreso de los mismos a sus respectivas bases.
Pero poco después, el destructor rojo “Sánchez Barcaiztegui” avista de nuevo al “Baleares”, que navega acompañado de los cruceros “Canarias” y “Almirante Cervera” y de los
destructores “Velasco”, “Huesca” y “Teruel”, lanzando dos torpedos sin éxito
contra el “Baleares”, que a la vista del
enemigo, sin poder localizar a este debido a la oscuridad, decide rodear el
convoy para protegerlo en lugar de elevar la velocidad para evitar los torpedos
enemigos.
Mapa de la Batalla del Cabo de Palos:
Esquema aproximado del primer encuentro
entre las dos flotas que no tuvo consecuencias.
A las 02:05 horas, la Flota nacional decide mantener el rumbo, para
evitar acercarse a la Flota roja. Se detecta al enemigo, y el Contralmirante
Manuel de Vierna ordena el lanzamiento de proyectiles iluminantes, lo que
fue un error ya que se delató al abusar de esa señalización, así como del
excesivo uso que se hizo de las señales de los telégrafos luminosos, que fueron
vistas por la Flota gubernamental.
Estos errores cometidos no reportaron ninguna ventaja para los artilleros
del “Baleares”, y sí, en cambio para los del “Libertad” que rápidamente
ahorquillaron al buque nacional, el cual abrió un fuego descoordinado, que
solamente consiguió señalar con claridad su posición a los destructores
enemigos, los cuales lanzaron 12 torpedos, dos de los cuales hicieron blanco.
El impacto fue fulminante, volando el pañol de municiones de proa y el puente.
El “Baleares” a las 02:20 horas, se escoró rápidamente y con varios incendios a
bordo. El “Canarias”, que le seguía, esquivó los restos, y guió al “Almirante Cervera” fuera de la acción.
Por su parte los republicanos abandonaron también el combate.
El H.M.S "BOREAS"
El H.M.S "KEMPENFELT"
Mientras ambas Flotas abandonan el lugar, dos destructores de la ‘Royal Navy’,
“Boreas” y “Kempenfelt” ven los
proyectiles iluminantes y la explosión, dirigiéndose al lugar del combate a
toda máquina. A las 03:50 horas ven el crucero en llamas y a las 04:25
pueden ya ver a los hombres del “Baleares” en el agua. Inician
una operación de rescate tan audaz como arriesgada, ya que la Aviación roja,
con una formación de 9 Tupolev SB-2 “Katiuska”,
trataron de rematar al crucero nacional, que ya estaba hundido, lanzando bombas
contra los dos destructores británicos, que se dedicaban al salvamento de los
náufragos, llevándose la peor parte el “Boreas”
donde hubo un muerto y cuatro heridos. Hacia las 7:00 de la mañana, con
el amanecer, la división de cruceros nacionales da media vuelta en busca de sus
compañeros, que ya habían sido auxiliados por los marinos británicos.
En el desastre perecieron 788 hombres, entre ellos el Contralmirante Manuel de Vierna Celando,
el Comandante Capitán de Navío Isidro Fontenla Maristany, 6 jefes, 15
capitanes, 17 oficiales, 10 maquinistas, 27 auxiliares, 657 marineros, 75
soldados de Infantería de Marina, 9 flechas navales, 1 capellán, etc. Un grupo
de tripulantes se hundió cantando, brazo en alto, el himno de la Falange, el
“Cara Sol”. Fueron rescatados 435 hombres.
La pérdida del crucero, en cuanto se refiere a la parte material, fue
escasamente compensada por la incorporación del “Navarra” (ex República), remozado recientemente en El Ferrol. A partir de
marzo, la actividad de la flota nacional no decayó en lo que respecta al ataque
a las líneas de comunicación republicanas y, sin embargo, se restringió el
empleo de los cruceros en lo referente al apoyo a las operaciones del Ejército durante la batalla de Aragón y
corte de la zona roja por Vinaroz,
apreciándose un incremento notable de la eficacia de la Aviación nacional contra los mercantes atracados en puertos
enemigos
Pese al éxito gubernamental del hundimiento del “Baleares”, disminuyó la operatividad de la Flota roja, quizá debido a los continuos
bombardeos aéreos a que era sometida Cartagena;
ello permitió incluso la celebración de una revista naval en Vinaroz, presidida por Franco el 31 de mayo de 1938.
La noticia del hundimiento del crucero “Baleares” la noche del 5 al 6 de marzo de
1938 causó una gran conmoción a la sociedad mallorquina debido a la
vinculación que había tenido el crucero con la isla y a la gran magnitud de las
bajas. Pero el suceso que más impactó en la opinión pública mallorquina fue la
muerte de nueve muchachos que formaban parte de la dotación del crucero y que
pertenecían a la escuela de Flechas
Navales de Baleares.
Una fotografía emotiva y poco conocida: los Flechas Navales que murieron a bordo del “Baleares”.
Los “Flechas Navales” formaban parte de la “Legión Nacional de Flechas” que era la rama juvenil de la Falange Española de las JONS. La primera escuela de flechas navales de toda España fue creada en Baleares por las Organizaciones Juveniles de Falange Española a finales de 1936, consistía en un programa de estudios para la formación de grumetes dirigido a los miembros de la legión de Flechas con la categoría de “Vanguardistas de Primera” que tuvieran interés por el mar.
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CURIOSIDADES
DON JUAN, SE SALVÓ DE MORIR EN EL
“BALEARES”
Casualmente, Don Juan podría haber muerto en
este ataque al Baleares, pues meses antes había insistido a Franco en alistarse al
crucero. El General se lo impidió, salvándole la vida.
Extracto de la
correspondencia entre don Juan y Franco:
CARTA DE EL CONDE DE BARCELONA A FRANCO:
Excelentísimo Sr. General don Francisco Franco
“MÍ ESTIMADO GENERAL: …. YO ME INCORPORARÍA DIRECTAMENTE AL BUQUE….”
CARTA DE FRANCO AL CONDE DE BARCELONA:
A S.A.R. don Juan de Borbón
“ALTEZA: … LA SINGULARIDAD DE VUESTRA PERSONA (…) Y EL LUGAR QUE OCUPA EN
EL ORDEN DINÁSTICO (…) IMPONEN SACRIFICAR ANHELOS TAN PATRIÓTICOS…”
El Alto Mando del Ejército sublevado impidió que el hijo de Alfonso XIII se alistara en la Marina de Franco. El Conde de Barcelona quería combatir con
los nacionales, alentado por su padre, y de haber aceptado Franco se hubiera enrolado en el Baleares, ya que tenía el grado de Teniente de Navío por la Royal Navy Británica.
(Documentos Inéditos de La Gaceta)
A FONDO: EL CRUCERO BALEARES
Astillero | SECN Ferrol |
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Clase | Clase Canarias |
Tipo | Crucero pesado |
Iniciado | 15 de agosto de 1928 |
Botado | 20 de abril de 1932[1] |
Asignado | 28 de diciembre de 1936 |
Baja | 6 de marzo de 1938 |
Destino | hundido |
Características generales | |
Desplazamiento | • 10 000 t estándar • 13 283 t a.p.c. |
Eslora | 193,90 m |
Manga | 19,52 m |
Puntal | 12,57 m |
Calado | 6,51 m |
Blindaje | • Cinturón blindado: 50 mm - 110 mm • Cubierta: 25 - 110 mm • Torres: 25 mm |
Armamento | • 8 cañones SECN de 203 mm en 4 torres • 8 cañones de 120 mm, 4 por banda • 12 tubos lanzatorpedos de 533 mm, 6 por banda |
Propulsión | • 8 calderas Yarrow • 4 turbinas Parsons • 4 hélices |
Potencia | 90 000 cv |
Velocidad | 33 nudos |
Autonomía | • 8000 millas a 15 nudos • 4000 millas a 25 nudos 1235 millas a 33 nudos |
Tripulación | 800 hombres |
Equipamiento aeronaves | previstas 2 catapultas no instaladas |
Al inicio de la Guerra
Civil Española, entró en servicio aún incompleto en diciembre de 1936 y no
montó su cuarta torre de artillería hasta el verano de 1937.
Al amanecer del 25 de
mayo de 1937, mientras escoltaba a un
petrolero entre la niebla, pasó entre los dos destructores republicanos de vanguardia y el grueso
de la flota republicana, formada por dos cruceros y seis destructores, detectando sólo a los
primeros, a los que disparó sin consecuencias. El 12 de julio de 1937, frente a
Valencia, se encontró con seis
destructores republicanos que escoltaban a dos mercantes, entablándose un corto
combate.
En la mañana del 7 de
septiembre de 1937 detectó cuatro mercantes republicanos escoltados por los
cruceros Libertad y Méndez Núñez y seis
destructores, frente al cabo Cherchell, en Argelia. Se entabló un desigual combate y logró
alcanzar al Libertad, pero a su vez fue tocado por los disparos de éste,
lo que produjo un peligroso incendio en el pañol de munición de 120 mm, a pesar de lo cual
consiguió que el convoy no llegase a la España republicana.
El 6 de marzo de 1938 fue hundido por la flota republicana en la
batalla del Cabo Palos por
torpedos procedentes del destructor Lepanto. Los destructores
ingleses HMS Boreas y HMS
Kempenfelt acudieron a ayudar al salvamento de los náufragos. Rescataron
a 435 hombres; 786 desaparecieron. Durante el salvamento, aviones republicanos
bombardearon los destructores ingleses, causándoles bajas (un muerto y cuatro
heridos en el Boreas).
En Palma de Mallorca
(Islas Baleares) se
erigió un monumento en memoria de los fallecidos en el hundimiento del buque. En
la localidad vasca de Ondárroa, de donde procedían medio
centenar de tripulantes, se levantaron dos monumentos en honor de los muertos en
el hundimiento, uno sobre el puerto y otro en el cementerio.
COMPOSICIÓN Y ARCHIVO FOTOGRAFICO
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