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martes, 26 de febrero de 2013

CARTA DEL GENERAL MILLÁN ASTRAY A LA MADRE DE UN TENIENTE LEGIONARIO MUERTO EN EL FRENTE




Madrid, 30 de enero de 1922.

A la señora madre del glorioso Teniente Caballero Legionario D. Horacio Pascual Lascuevas.

Muy respetada señora mía y de mi mayor cariño: Al empezar esta carta atravieso momentos del mayor dolor y angustia para decirla, señora, que nuestro queridísimo Horacio, su hijo del alma, uno de los mejores y más valientes oficiales de la Legión Extranjera, el más querido de todos sus compañeros, el más admirado por sus soldados, el que gozaba del cariño de sus jefes y el mío singularmente, pues le quería con toda mi alma y él correspondía fielmente, el 10 de enero ha encontrado la muerte más gloriosa que puede apetecer el más bravo de los soldados.

Sepa, señora, que su hijo, el teniente D. Horacio Pascual Lascuevas, murió al frente de su sección, cayó muerto entre sus legionarios, que murieron rodeando su cadáver, que cayó porque en la retirada hizo muralla con su cuerpo y el de sus hombres para que las demás tropas de la columna pudieran retirarse sin peligro ante un enemigo que atacaba ferozmente; fué al empezar a anochecer, en el día 10 de enero, y en la cabila del Ajmás. Horacio mandaba la sección de extrema retaguardia ; el enemigo cayó sobre él como un alud en un terreno fragosísimo y abrupto, en una cañada profunda con pendientes casi inaccesibles; al caer, su compañía entera acudió, y junto a él, y con igual gesto heroico, murieron a su lado los alféreces Villar y Salvador Claverías, también rodeados de sus legionarios, y aunque sea cruel en estos momentos aumentar el dolor del santo pecho de una madre, le diré, señora, como española, que Horacio quedó muerto amenazando con los puños al enemigo y mirando fijamente al que le arrebató la vida para bien de nuestra Patria y para dolor de nosotros, que no le olvidaremos jamás, jamás. Su cuerpo reposa en Ceuta, al lado de sus otros valientes camaradas; yo lo acompañé hasta el último momento, y yo, señora mía, rodeado de todos sus compañeros, lancé los vivas con que nos despedimos del que cae.

La memoria de su hijo vivirá siempre en la Legión Extranjera; el recuerdo de su nombre queda grabado en mi corazón con el mismo cariño y la misma ternura que si hubiera muerto mi propio hijo; lloro, sí, señora; lloro por él.

Ya no sé decir más en esta carta; no se olvide usted tampoco de mí, y que nos sirva de santo lazo de amistad el recuerdo de nuestro querido muerto, el más bravo, el más audaz de los tenientes legionarios, el glorioso Horacio Pascual Lascuevas.

Beso con todo respeto su mano de usted, señora.
Millán Astray.


A FONDO:  EL GENERAL MILLÁN ASTRAY FUNDADOR DE LA LEGIÓN ESPAÑOLA



José Millán-Astray y Terreros (La Coruña, España, 5 de julio de 1879 - Madrid, España, 1 de enero de 1954) fue un militar español, fundador de la Legión Española y de Radio Nacional de España. Procurador en las Cortes Españolas en las cuatro primeras legislaturas del período franquista..

Nace en La Coruña el 5 de julio de 1879, hijo de José Millán Astray (de quien tomará, uniéndolos, ambos apellidos) y de Pilar Terreros Segade. El padre, abogado de profesión y con aficiones literarias, obliga al joven José a estudiar Derecho, si bien éste aspiraba a ser militar, lo que finalmente hará.
Ingresa el 30 de agosto de 1894 en la Academia de Infantería de Toledo donde sigue el programa de estudios abreviado dispuesto por el Gobierno para atender las necesidades de oficiales de los conflictos de Ultramar (Cuba y Filipinas), graduándose con apenas diecisiete años como teniente segundo y sirviendo después en el regimiento de infantería Asturias nº 31 Madrid. El 1 de septiembre de 1896 ingresa en la Escuela Superior de Guerra, en la que interrumpe sus estudios para incorporarse voluntario a un batallón expedicionario que zarpa para Filipinas. Durante su estancia en la isla se distingue por su valor, especialmente por su actuación en la defensa, con apenas diecisiete años, de la población de San Rafael con treinta hombres contra un número muy superior de rebeldes tagalos, hecho que le vale la Cruz de María Cristina.

Carrera militar

A su regreso a España reingresa en la Escuela de Guerra obteniendo el Diploma del Estado Mayor. El 2 de marzo de 1906 se casa con Elvira Gutiérrez de la Torre, hija del general Gutiérrez Cámara. Se dice que después de la boda, ésta le informó de que había jurado mantener su castidad de por vida. A partir de entonces, en palabras del propio Millán-Astray, mantendrían una "relación fraternal". Por su parte, ella se encargaría de cuidar del general con verdadera devoción. Aunque si eso hubiera sido así, el matrimonio católico podría haber sido anulable.
Interesado en crear un cuerpo de voluntarios extranjeros a semejanza de la Legión Extranjera Francesa, va a Argelia a estudiar in situ el funcionamiento de dicho cuerpo del ejército francés. El ministro de la Guerra general José Villalba Riquelme manda fundar la Legión por orden del día 28 de enero de 1920 y le encomienda crear después el llamado Tercio de Extranjeros, siendo su primer teniente coronel jefe y contando con la colaboración de Franco. Haría famosos los lemas "¡Viva la muerte!" y "¡A mí la Legión!". También actúa como director de la Oficina de Radio, Prensa y Propaganda del Cuerpo de Mutilados de Guerra.
Durante la Guerra de Marruecos sufrió cuatro graves heridas:
  • La primera se produjo el 17 de septiembre de 1921, en el barranco de Amadí es herido en el pecho cuando estaba dando órdenes para la toma de Nador.
  • La segunda el 10 de enero de 1922 después del combate de Draa-el Asef, se estableció el bloqueo “Gómez Arteche”. Al ser relevado por el Teniente Coronel González Tablas, fue herido en una pierna mientras se retiraba.
  • La tercera fue el 26 de octubre de 1924, cuando, ascendido a Coronel y camino del Fondak de Ain Yedida para tomar el mando de la columna R´gaiga, encontró la carretera cortada por el fuego enemigo. Cuando se aproximó a primera línea para arengar a los soldados del Batallón de Burgos, recibió un disparo que le destrozó el brazo izquierdo. Dicho brazo le fue amputado al habérsele diagnosticado gangrena.
  • La cuarta herida la sufrió el 4 de marzo de 1926, cuando se encontraba al mando de una columna, entabló combate con el enemigo y consiguió tomar Loma Redonda, dando orden de fortificarla. Mientras examinaba los primeros puestos, recibió un disparo en el rostro que le destrozó el ojo derecho y le produjo desgarros en el maxilar y en la mejilla izquierda. A causa de esta herida perdió dicho ojo y sufriría de vértigo cada vez que girase la cabeza durante el resto de su vida. 


 Durante la Guerra Civil Española tuvo un papel secundario en el ejército sublevado contra la II República Española. Siendo célebre el altercado que mantuvo con Miguel de Unamuno el 12 de octubre de 1936 en el paraninfo de la Universidad de Salamanca, al que habían asistido diversas personalidades franquistas con motivo de la celebración de la Fiesta de la Raza (lo que hoy es el Día de la Hispanidad, el aniversario del descubrimiento de América): el obispo de Salamanca, Enrique Plá y Deniel, el gobernador civil, Carmen Polo Martínez-Valdés (esposa de Francisco Franco) y el propio Millán-Astray.

Lo que sucedió, según cuenta en su magna obra La guerra civil española el hispanista inglés Hugh Thomas, es lo siguiente: el profesor Francisco Maldonado, tras las formalidades iniciales y un apasionado discurso de José María Pemán, pronuncia un discurso en que ataca violentamente a Cataluña y las Vascongadas, calificando a estas regiones como "cánceres en el cuerpo de la nación. El fascismo, que es el sanador de España, sabrá cómo exterminarlas, cortando en la carne viva, como un decidido cirujano libre de falsos sentimentalismos. "

Alguien grita entonces, desde algún lugar del paraninfo, el famoso lema "¡Viva la muerte!". Millán-Astray responde con los gritos con que habitualmente se excitaba al pueblo: "¡España ..."; ".. una!", responden los asistentes.

(Algunos jóvenes estudiantes falangistas (según otros carlistas) intentan enmendar el viva la muerte con vivas a Cristo Rey y a la paz misericordiosa (...) pero son apagados por los ensordecedores gritos de ritual pseudorracionales y acaban siguiéndolos).

- "¡España ...", vuelve a exclamar Millán-Astray; ".. grande!", replica el auditorio.
- "¡España ...", finaliza el general; "... libre!", concluyen los congregados.

Después un grupo de falangistas ataviados con la camisa azul de la Falange hacen el saludo fascista, brazo derecho en alto, al retrato de Francisco Franco que colgaba en la pared. Se intenta así enmendar el incidente aunando esfuerzos de hermandad y moral (algo quebrada por el incidente) al unísono.

Miguel de Unamuno, que presidía la mesa, se levanta lentamente y dice: "Estáis esperando mis palabras. Me conocéis bien, y sabéis que soy incapaz de permanecer en silencio. A veces, quedarse callado equivale a mentir, porque el silencio puede ser interpretado como aquiescencia. Quiero hacer algunos comentarios al discurso -por llamarlo de algún modo- del profesor Maldonado, que se encuentra entre nosotros. Dejaré de lado la ofensa personal que supone su repentina explosión contra vascos y catalanes. Yo mismo, como sabéis, nací en Bilbao. El obispo , dice Unamuno señalando al obispo de Salamanca-, lo quiera o no lo quiera, es catalán, nacido en Barcelona. Pero ahora acabo de oír el necrófilo e insensato grito "¡Viva la muerte!" y yo, que he pasado mi vida componiendo paradojas que excitaban la ira de algunos que no las comprendían he de deciros, como experto en la materia, que esta ridícula paradoja me parece repelente. El general Millán-Astray es un inválido. No es preciso que digamos esto con un tono más bajo. Es un inválido de guerra. También lo fue Cervantes. Pero desgraciadamente en España hay actualmente demasiados mutilados. Y, si Dios no nos ayuda, pronto habrá muchísimos más. Me atormenta el pensar que el general Millán-Astray pudiera dictar las normas de la psicología de la masa. Un mutilado que carezca de la grandeza espiritual de Cervantes, es de esperar que encuentre un terrible alivio viendo cómo se multiplican los mutilados a su alrededor."

En ese momento Millán-Astray exclama irritado "Muera la intelectualidad traidora", "Viva la muerte", aunque por el gran alboroto del público no se percibió esa frase, que fue solo oída por la gente que estaba más cerca del general, naciendo así la leyenda de que realmente dijo: "¡Muera la inteligencia! ¡Viva la muerte!" (leyenda que nace de las declaraciones de Serrano Suñer, el cual no se encontraba en la universidad), aclamado por los asistentes. El escritor José María Pemán, en un intento de calmar los ánimos, aclara: "¡No! ¡Viva la inteligencia! ¡Mueran los malos intelectuales!".

Miguel de Unamuno, sin amedrentarse, continúa: "Éste es el templo de la inteligencia, y yo soy su sumo sacerdote. Estáis profanando su sagrado recinto. Venceréis, porque tenéis sobrada fuerza bruta. Pero no convenceréis. Para convencer hay que persuadir, y para persuadir necesitaréis algo que os falta: razón y derecho en la lucha. Me parece inútil el pediros que penséis en España. He dicho."

A continuación, el público asistente se encolerizó con Unamuno y le dirigió todo tipo de insultos por lo que, gracias a la intervención de Carmen Polo de Franco, quien le acompañó cogida del brazo, abandonó el recinto universitario y se trasladó hasta su domicilio.



Tras el final de la contienda, Millán-Astray actuará como jefe de Prensa y Propaganda de la dictadura militar. Se dice que dirigiría la oficina de prensa como un cuartel militar, obligando a los periodistas a cuadrarse y alinearse al tocar el silbato. En 1941 conoce y se enamora, durante una partida de bridge, de Rita Gasset, hija de Rafael Gasset, antiguo ministro de Fomento, y prima del filósofo José Ortega y Gasset. Cuando ésta queda embarazada, decide separarse de su esposa Elvira y marchar a Lisboa ante el temor de Francisco Franco de que se produjera un escándalo, naciendo allí, el 23 de enero de 1942, su hija Peregrina.

Muerte

Fallece, enfermo del corazón , el 1 de enero de 1954, en Madrid, siendo director general del llamado "Cuerpo de Caballeros Mutilados de Guerra por la Patria. Su médico, el Dr. Mauro-José Rodríguez Rey, amigo personal y pupilo de Millán-Astray en la Legión, se encargó de comunicárselo al mismo Franco. Fue enterrado en el cementerio de la Almudena.


Condecoraciones
Era un apasionado de la cultura japonesa; en particular del Bushidō. Millán Astray se declara traductor de su versión en castellano de la edición en inglés (The Soul of Japan. An Exposition of Japanese Thought, G. Putnam, Nueva York, 1905), aunque en el texto se menciona la "colaboración" de Luis Álvarez de Espejo. Para más referencias, véase Ernesto Giménez Caballero, Memorias de un dictador, Planeta, Barcelona.1979, p. 275: Silva, Millán Astray. cit., p. 144.

Era también caballero de la Orden Militar y Hospitalaria de San Lázaro de Jerusalén. Fundó, en colaboración con periodistas y escritores como Ruiz Albéniz, Dionisio Ridruejo y Ernesto Giménez Caballero, Radio Nacional de España, la radio oficial del bando sublevado. Como conferenciante y comentarista radiofónico durante la Guerra Civil, fue uno de los instigadores de la subida del general Franco a la Jefatura del Estado del gobierno de Burgos y uno de los creadores del mito de Franco como Caudillo.





LA LEGIÓN ESPAÑOLA



La Legión Española (conocida popularmente como «La Legión») es una fuerza militar dirigida y creada en 1920 por José Millán-Astray, encuadrada dentro de las fuerzas ligeras del Ejército de Tierra Español. Actualmente consta de los tercios «Gran Capitán», 1º de la Legión, y «Duque de Alba», 2º de la Legión, y de la brigada de la Legión «Rey Alfonso XIII», compuesta a su vez por los tercios «Don Juan de Austria», 3º de la Legión, y «Alejandro Farnesio», 4º de la Legión, más otras unidades de maniobra y de apoyo logístico. La Legión es junto con la BRIPAC una unidad de élite por excelencia en el Ejército Español.[1]
La Legión o «Tercio de Extranjeros», como se denominó en su origen, fue resultado del esfuerzo personal del entonces comandante de Infantería José Millán-Astray. El resultado desfavorable a las armas españolas en las guerras coloniales del norte de África creaba además disturbios en el país. Millán-Astray llegó a la conclusión de que España necesitaba un cuerpo de soldados profesionales, no de reemplazo, con una moral y espíritu de cuerpo que fueran equiparables a los de la Legión extranjera francesa. La Legión es la culminación de ese proyecto personal.

Tras su intervención en Marruecos y en la represión de alzamientos populares como la Revolución de Asturias de 1934, la Legión participó junto al bando sublevado en la Guerra Civil Española y en Ifni-Sáhara.
Tras una importante reestructuración en los años 1990, ha cubierto desde entonces varias misiones internacionales de mantenimiento de la paz en distintas zonas del mundo como Bosnia, Albania, Kosovo, Macedonia, Irak, Afganistán, Congo y el Líbano.








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