La OTAN exige el cese de la agresión siria
El Consejo Atlántico, los embajadores de los 28 países de la OTAN, se ha reunido esta noche de forma extraordinaria y a petición de Turquía para tratar de la violación de su territorio por un disparo de artillería siria que ha costado cinco vidas turcas. Tras la cita, la Alianza manifestó estar plenamente alineada con Turquía en esta crisis y demandó a Siria “el inmediato cese de tales acciones agresivas contra un aliado”, además de instar a Damasco a acabar con sus flagrantes violaciones del Derecho Internacional”.
La reunión se ha convocado al amparo del artículo 4º del Tratado de Washington, el fundacional de la OTAN, que prevé consultas entre los aliados cuando uno de ellos se sienta amenazado. La última vez que el Consejo Atlántico mantuvo una reunión semejante fue el pasado mes de junio, también a petición de Turquía, entonces debido al derribo de uno de sus aviones por las defensa antiaéreas sirias. Aquella reunión quedó reducida a una sesión informativa, sin mayor trascendencia que el apoyo político de los aliados a su socio.
Lo mismo ocurrió este miércoles. De hecho, el comunicado con que concluyó la cita comenzaba recordando aquella ocasión, del pasado 26 de junio, y cómo los aliados siguen de cerca los acontecimientos en Siria. El bombardeo de este miércoles “es causa de la mayor de las preocupaciones y es enérgicamente condenado por todos los aliados”, señala el texto.
El representante turco acudió a la cita acicateado por la promesa de su Gobierno de tomar medidas en consonancia al “abominable ataque” sufrido, en palabras del primer ministro Recep Tayyip Erdogan, pero conformes con la legalidad internacional.
El pasado lunes, Anders Fogh Rasmussen, secretario general de la OTAN, reiteró que la Alianza sigue con suma atención la evolución de los acontecimientos en Siria. “La posición es la de siempre: no tenemos discusiones sobre operaciones militares”, aseveró. “La solución es política”.
Esta es la tercera vez que se aplica el artículo 4º del Tratado, que lo fue por primera vez en 2003, cuando Turquía reclamó asistencia de la OTAN por la escalada de tensión en Irak. La Alianza adoptó entonces una serie de medidas defensivas de prevención para garantizar la seguridad turca en caso de potencial amenaza a su territorio o población, como fueron el despliegue de aviones y defensas antimisiles de febrero a abril de aquel año.
El artículo 4º tiene menos contundencia que el artículo 5º del tratado, el crucial de la Alianza y tan tabú que solo se ha invocado una vez en las más de seis décadas de historia de la OTAN, como consecuencia de los ataques del 11 de septiembre de 2001. El 5º establece que un ataque contra cualquier aliado será considerado un ataque contra todos y que cada uno de ellos ayudará al agredido “adoptando individualmente y de acuerdo con las otras partes las medidas que juzgue necesarias, incluso el empleo de la fuerza armada”.
El 12 de septiembre de 2001, menos de 24 horas después de los ataques en Nueva York, Washington y Pensilvania los aliados apelaron al artículo 5º, aunque no fue hasta octubre, tras tener conocimiento oficial de las investigaciones realizadas, cuando consideraron que el 11-S era una acción que debía desencadenar una respuesta aliada: los aliados comenzaron a patrullar los cielos de Estados Unidos y pusieron en marcha la operación de patrulla naval en el Mediterráneo.
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