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miércoles, 25 de julio de 2012

GAGOMILITARIA NOTICIAS.-SIRIA, TURQUÍA CIERRA SUS FRONTERAS. MIENTRAS QUE LA AVIACIÓN BOMBARDEA ALEPO. LA LIGA ÁRABE PREPARA LA TRANSICIÓN



GUERRA CIVIL EN SIRIA

Turquía cierra sus fronteras con Siria pero permite la llegada de refugiados

Las autoridades cortan los tres únicos pasos fronterizos que permanecían abiertos, por "motivos de seguridad"



Refugiados sirios salen de la ciudad turca de Kilis, este domingo. / ADEM ALTAN (AFP)

Turquía mantendrá cerrados todos sus pasos fronterizos con Siria desde este miércoles por el aumento de la inseguridad en el país vecino, según ha informado este miércoles el ministro de Economía, Zafer Caglayan. La medida no afectará, sin embargo, a los refugiados sirios que huyen del conflicto armado iniciado hace más de 16 meses en el país árabe.

'Hemos recibido garantías de que la frontera va a continuar abierta. Está cerrada para todo el tráfico comercial en ambas direcciones, eso es lo que nos ha dicho el Gobierno turco', ha explicado Sybella Wilkes, una portavoz del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Caglayan ha confirmado lo adelantado esta mañana por una fuente de las autoridades turcas a la agencia France Presse. La medida tomada por "motivos de seguridad" sólo concierne a los turcos. El Gobierno seguirá permitiendo la entrada de vehículos sirios que entren en Turquía para recoger mercancías y transportarla a su país, ha explicado el ministro.
Los extranjeros podrán seguir cruzando la frontera en los dos sentidos, aunque deberán firmar un documento en el que se les informe de los peligros a los que se enfrentan en Siria.
La frontera turco-siria, que se extiende sobre 877 kilómetros, tiene siete puestos fronterizos operativos. Ankara cerrará los tres únicos que permanecen abiertos: los de Cilvegozu, Oncupinar y Karkamis.

Durante la última semana, los rebeldes que luchan para derrocar al presidente de Siria, Bachar el Asad, han tomado el control de tres puestos en el lado sirio de la frontera: Bab el Hawa, Al Salama et Jarablus.

El cierre impedirá el paso de vehículos entre Turquía y Siria. Miles de refugiados sirios han entrado en Turquía para huir del conflicto en su país y lo han hecho cruzando la frontera a través de rutas utilizadas para el contrabando.

La tensión en la frontera aumentó el mes pasado cuando los sistemas de defensa antiaérea derribaron un avión militar turco. Ankara respondió incrementando su presencia militar en la frontera, colocando misiles antiaéreos y enviando aviones a la zona cuando alguna aeronave siria se acercaba demasiado al territorio turco.

Cruzar la frontera se ha convertido en una tarea cada vez más peligrosa para los camioneros que transportan mercancías entre ambos países, ya que corren el riesgo de resultar afectados por los combates entre los bandos enfrentados en Siria.

En la toma del puesto de Bab el Hawa, unos cincuenta kilómetros al oeste de Alepo, donde se están produciendo fuertes enfrentamientos entre el Ejército y los opositores, una treintena de camiones turcos fueron saqueados y nueve fueron incendiados.

Turquía acoge a unos 44.000 refugiados sirios en una decena de campos, según ACNUR.



La aviación de El Asad bombardea Alepo

Los grupos rebeldes toman barrios de la segunda ciudad siria, corazón económico del país




Primero fue Damasco y ahora Alepo; las dos ciudades que hasta hace pocos días quedaban prácticamente al margen de los combates entre el Ejército sirio y los grupos rebeldes armados. Barrios enteros de Alepo, la segunda gran ciudad siria, en el norte del país, estaban este martes en manos del opositor Ejército Sirio Libre (ESL), según informaron diversas fuentes. El régimen habría utilizado, además, aviones de combate en la ciudad para sofocar la rebelión.

El fuego cruzado cobró intensidad en la capital comercial siria, donde comenzó la ofensiva rebelde durante el fin de semana. La revuelta que dura ya 16 meses y que aspira a derribar el eterno régimen de la familia El Asad ha tocado ya el corazón político y económico del país. Pero la apabullante superioridad militar del Ejército regular no permite, sin embargo, pronosticar una rápida victoria de los insurrectos, según coinciden los observadores. Un total de 80 personas murieron el martes en Siria —20 de ellas en Alepo—, según los opositores comités de coordinación local.

El martes hubo enfrentamientos en la ciudad vieja y en el barrio de Bab al Hadid, según informó desde Alepo el diario Le Monde. Los rebeldes habrían conseguido rodear el cuartel general de la policía en el centro de Alepo, mientras que el Ejército atacaba desde el aire, según la enviada de ese diario. La cadena británica BBC también describió bombardeos de la aviación y en concreto el uso de aviones de combate.

En las imágenes de un vídeo distribuido por la agencia France Presse se podía observar a un grupo de rebeldes, algunos vestidos de paisano, otros con chaleco de camuflaje —todos hombres, todos armados—, que al grito de Allahu Akbar (Dios es grande) celebraba el incendio de un blindado del Ejército. Otro vehículo militar y dos helicópteros fueron también derribados, según informa vía Skype Abu al-Hasan al-Hamwi, de la Organización Siria para la Defensa de los Derechos Humanos. Varios barrios periféricos fueron también escenario de enfrentamientos armados.


Fuente: elaboración propia, agencias. / EL PAÍS
La cadena Al Arabiya informó citando a activistas de que las fuerzas armadas lograron reducir un motín en la prisión central de Alepo. Los soldados mataron al menos a 15 opositores e hirieron a unos 40. “Hay fuertes combates alrededor de la prisión central entre el Ejército Sirio Libre y las fuerzas del régimen”, contó por teléfono a la cadena árabe Abu Abdulá al-Halabi, del Consejo de la Revolución de Alepo. Según el Consejo Nacional Sirio, los soldados abrieron fuego contra los reclusos para reprimir una sentada organizada por los reos.

Mientras, en Damasco la contraofensiva del Ejército pareció haber surtido efecto. Los militares controlaban de nuevo gran parte de la capital, según fuentes de los insurgentes.

Un día después de que Damasco reconociera que dispone de armas químicas y de que amenazara con utilizarlas en caso de una intervención extranjera, el ESL aseguró que el régimen ha trasladado las armas no convencionales. Según el ejército rebelde, el Gobierno del presidente Bachar el Asad habría ordenado trasladar las armas químicas a puestos fronterizos del país con la intención de incrementar la tensión en la región y de evitar cualquier incursión desde fuera del país.

El uso y destino del arsenal no convencional en poder del régimen —gas sarín y gas nervioso VX— volvió a ser objeto de una cascada de declaraciones de preocupación por parte de la comunidad internacional. Incluso Rusia advirtió a su gran aliado sirio sobre el uso de estas armas. Un comunicado del Ministerio de Exteriores ruso indicó que Moscú trabaja “bajo la asunción” de que Siria respetará sus compromisos internacionales, en concreto el protocolo internacional de 1968 que prohíbe este tipo de campañas.

El régimen de Irán, otro aliado incondicional de Damasco, advirtió de que cualquier tentación de intervención militar en Siria, sería reprimida con “golpes decisivos”, según las palabras del comandante de la Guardia Revolucionaria iraní Masud Jazayeri, citado por la agencia Fars.
Israel, el país vecino que teme que las armas sirias acaben en manos de Hezbolá, su archienemigo libanés, indicó que el armamento químico continúa en manos del régimen. El jefe de Estado mayor del Ejército israelí, Benny Gantz, aseguró ante una comisión del Parlamento que “en este momento hay control sobre este sistema [de armas químicas]… y no ha pasado a manos malignas. Pero eso no quiere decir que vaya a continuar así. Probablemente cambiará, y entonces tendremos un dilema”. Gantz estimó que un ataque contra los arsenales sirios implicaría inevitablemente una campaña militar más amplia, que, según dio a entender, afectaría a buena parte de la región.

El miedo a una nueva guerra ha vuelto a llevar a primera página de la prensa en Israel la polémica sobre las máscaras de gas. La distribución de estos artefactos ha alcanzado al 53% de la población, lo que preocupa al resto de los israelíes.


Estados Unidos trabaja a ciegas en Siria porque no ha podido meter espías

La CIA es incapaz de obtener buena información de lo que pasa en el terreno

Diversos altos funcionarios quieren saber si los opositores pueden tener lazos con Al Qaeda




Obama, durante un discurso en California, el 23 de julio. / SAUL LOEB (AFP)

Los servicios de inteligencia norteamericanos están encontrando notables dificultades estos días para entregar a la Casa Blanca un retrato fidedigno de quiénes son en realidad los grupos rebeldes que acosan al régimen de Siria desde hace ya 17 meses, incapaces de determinar si hay una considerable parte de ellos que tenga lazos estables con grupos fundamentalistas islámicos como Al Qaeda o si tras una eventual caída del Gobierno de Bachar el Asad abrirían la vía a un Gobierno de los Hermanos Musulmanes. De momento, Estados Unidos no ha canalizado armas a los rebeldes, y se ha limitado a proveerles de un modesto equipamiento de espionaje.

A la Agencia Central de Inteligencia, que tuvo una notable presencia en Libia durante la caída del régimen de Muamar el Gadafi, le ha resultado extremadamente difícil penetrar en los heterogéneos grupos opositores sirios. En el caso libio había un Consejo Nacional de Transición unificado y eficazmente organizado, algo de lo que carecen ahora los rebeldes en Siria. De momento, según diversos altos funcionarios de EE UU, la CIA ha podido conseguir información de los grupos rebeldes gracias a que les ha entregado material técnico para efectuar escuchas al régimen, que a su vez la misma agencia emplea para espiarles.

“Hay un nutrido número de grupos en Siria que participan en este movimiento de oposición. Está el Consejo Nacional Sirio, con el que nos hemos reunido varias veces. Están los grupos kurdos. Está el Ejército Libre de Siria. Y están trabajando, de forma conjunta y cada vez mejor, en un plan para una transición política”, dijo el lunes, en conferencia de prensa, la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland. “Todos están emitiendo, incluido el Ejército Libre de Siria, mensajes más positivos sobre una Siria para todos los sirios, un país democrático que proteja los derechos de la mayoría y de las minorías. Ese es el tipo de mensajes que queremos ver de su parte”.

A pesar de esas peticiones de gestos contundentes prodemocráticos a los opositores, algunos altos funcionarios de la diplomacia norteamericana han definido al Ejército Libre de Siria y otros grupos rebeldes como desorganizados y carentes de un plan concreto para el futuro del país, según han revelado recientemente medios norteamericanos como el diario The Washington Post. Los recelos se deben, en gran parte, a la falta de información fidedigna proveniente de los servicios de inteligencia. Hasta ahora, EE UU ha tenido que depender, en un alto grado, de datos obtenidos de los servicios de espionaje de países aliados como Turquía o Jordania. La CIA, es cierto, le ha cedido información a países como Qatar o Arabia Saudí, que sí han armado a los rebeldes.

En el caso de Libia, los rebeldes tomaron control del este del país con relativa rapidez, ubicando en la localidad de Bengasi su centro de resistencia. Siria es un país mucho más pequeño y mucho más poblado, en el que el Gobierno ha sabido coartar la toma de poder en centros de población por parte de los opositores con una campaña de represión que se ha cobrado 10.000 vidas, según la ONU. Como ocurrió en Libia, sin embargo, el presidente norteamericano, Barack Obama, ha autorizado a la CIA a que asista a los rebeldes cuando lo considere adecuado, siempre obteniendo autorización expresa del Despacho Oval.

La labor de la CIA la ha entorpecido el hecho de que EE UU decidiera cerrar su embajada en Damasco el pasado mes de febrero, ante las repetidas amenazas de seguridad del régimen contra su personal diplomático. Eso ha dejado a la agencia operando con solo un grupo de no más de seis agentes en la frontera con Turquía, según reveló ayer el Post, citando fuentes cercanas a la Casa Blanca. Una de las principales preocupaciones de EE UU es controlar el arsenal de armas químicas del régimen sirio, que el lunes amenazó con usarlas en caso de “agresión externa”, según el portavoz del Ministerio de Exteriores sirio, Jihad al Maqdisi.

La amenaza de emplear armas químicas -el régimen tiene arsenales de gas sarín, gas mostaza y cianuro- ha provocado la indignación en Washington. El propio presidente Obama dijo en un discurso en Nevada, el lunes, que “el mundo está vigilante” y que el régimen de El Asad “rendirá cuentas si comete el trágico error de emplear esas armas”. El Pentágono añadió, a través de su portavoz, George Little, que “el régimen de Siria es ya responsable de unos niveles de violencia deplorables e inaceptables en contra de su propia población, y no deberían pensar ni un ápice en usar armas químicas”.

Occidente y los árabes empiezan a preparar la transición en Siria

Las monarquías del Golfo y Francia instan a la oposición siria a formar ya un Gobierno en el exilio



Un sirio llora a un amigo muerto en enfrentamientos en Alepo este martes. / BULENT KILIC (AFP)

Los combates en Damasco y Alepo, la segunda ciudad del país, el atentado que el miércoles costó la vida a la cúpula del Ministerio de Defensa y el sistemático veto de Rusia en el Consejo de Seguridad de la ONU a cualquier iniciativa sobre Siria han convencido a Occidente y a buena parte de la Liga Árabe de que deben actuar por su cuenta y preparar la transición política.

Aunque aún se hacen llamamientos a Bachar el Asad para que renuncie al poder —hoy le insistió la secretaria de Estado Hillary Clinton y 48 horas antes lo hizo la Liga Árabe— la mayoría de las cancillerías occidentales están convencidas de que el presidente luchará hasta el final y no pactará una transición.

No se toman además en serio el nombramiento por El Asad, anunciado hace dos semanas al mediador de la ONU Kofi Annan, de un desconocido, Ali Haidar, como ministro de la Reconciliación encargado de negociar la transición con la oposición.

EE UU, Francia (antigua potencia colonial en Siria), el Reino Unido, Turquía, Catar y Arabia Saudí, las potencias más activas —junto con Rusia en el oro bando— en la crisis siria persiguen cuatro grandes objetivos a alcanzar cuando, dentro de unos días o unas semanas, caiga El Asad, según indica una fuente diplomática europea.

El primero es que no haya un vacío institucional y que cuanto antes las nuevas autoridades cojan las riendas del poder. El segundo es que haya una única autoridad militar y no proliferen milicias o grupos armados incontrolados como sucedió en Libia tras la caída de Moamar el Gadafi.

En cuarto lugar quieren evitar las matanzas confesionales empezando por las de la comunidad alauí (10% de la población) a la que pertenece El Asad y su clan. Se opondrán, por último, a los intentos de partición del país que tendrían consecuencias desestabilizadoras para el conjunto de Oriente Próximo.
La Liga Árabe hizo un llamamiento el lunes a la oposición y al Ejército Sirio Libre (ESL), compuesto por desertores y jóvenes voluntarios, para que formen “un Gobierno de unidad nacional” para encauzar la transición. El ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, hizo otro tanto el pasado fin de semana.

Los llamamientos parecen que no tendrán mucho eco. Pese a los consejos amistosos y a las presiones la oposición siria en el exilio no ha logrado cerrar filas desde que empezó la rebelión en Siria hace más de 16 meses.

El grueso de los exiliados, empezando por los Hermanos Musulmanes, se ha reagrupado en el Consejo Nacional Sirio (CNS), que preside el kurdo Abdel Basset Sayda. Pero ni siquiera esta institución consigue hablar con una sola voz.

George Sabra, portavoz del CNS, declaró hoy por la mañana a la agencia de prensa AFP que estaba de acuerdo para que “una personalidad del régimen” de El Asad —pero no el propio presidente— dirija el Gobierno de transición, pero por la tarde Bassma Kodmani, otra responsable del Consejo, rechazó tajantemente esa hipótesis.

Al lado del CNS conviven otros grupos de exiliados menos representativos como el Foro Democrático de la Oposición Siria, que encabeza el liberal Michel Kilo, o el Comité Nacional de Coordinación para el Cambio Democrático que capitanea Haytham Manna. Dentro del país los comités locales de coordinación son, sin embargo, los que llevan la voz cantante.

Si los opositores civiles están divididos también lo están los militares sean desertores o jóvenes voluntarios que han empuñado recientemente las armas. Sus divergencias afloran menos y, sobre todo, una rama castrense parece imponerse entre ellos: el Mando Conjunto del Ejército Sirio Libre del Interior.

Bajo su batuta combaten el grueso de los milicianos armados en diez de las catorce provincias de Siria. Solo no están desplegados en lugares sin gran importancia como la ciudad desierta de Kuneitra o la costera de Tartus, donde apenas hay población suní. Al frente de cada provincia está un coronel y todos ellos forman el Consejo Militar.

Esta institución será una pieza clave en la transición, no tanto porque de ella vaya a emanar un Gobierno sino porque, mientras permanezca unida, nada se podrán hacer sin su acuerdo.


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