Peña Nieto quiere como asesor al general colombiano Naranjo
El exdirector de la Policía de Colombia ha basado su carrera en la lucha contra el narcotráfico
El candidato priísta a la Presidencia de México, Enrique Peña Nieto, ya está pensando en el equipo que lo va a rodear en caso de proclamarse vencedor el próximo 1 de julio. Hoy ha presentado en una conferencia de prensa celebrada en un hotel de la capital mexicana al general colombiano Óscar Naranjo, que será uno de sus asesores externos en materia de seguridad si gana las elecciones.
El general Óscar Naranjo (Bogotá, 1956) tiene una amplia experiencia en la lucha contra el narcotráfico. Durante sus 36 años de carrera ha participado en el desmantelamiento de las principales organizaciones narcotraficantes de Colombia, con hitos como la muerte de Pablo Escobar o el desmantelamiento de los carteles de Medellín y Cali. En mayo de 2007 se convirtió en director de la Policía Nacional de Colombia cuando Álvaro Uribe era presidente del país y Juan Manuel Santos el ministro de Defensa. Ha ocupado ese puesto hasta el pasado martes 12 de junio. Ahora vivirá entre Washington y México DF.
De familia militar -es hijo del general Francisco José Naranjo que también fue director de la Policía Nacional colombiana- Naranjo ha dedicado la mayor parte de su carrera a la lucha contra el narcotráfico. Durante su carrera ha trabajado en colaboración con agentes antinarcóticos y de espionaje de Estados Unidos. Es miembro de la International Drug Enforcement Association, filiar de la DEA estadounidense. En 2010 fue elegido Mejor Policía del mundo para la Asociación Internacional de Jefes de Policía.
Naranjo presentó su renuncia al presidente colombiano Juan Manuel Santos el pasado 20 de abril aunque no se ha hecho efectiva hasta este martes. "Lo que ha hecho el general Naranjo en la Policía es extraordinario", aseguró Santos cuando se conoció que Naranjo había presentado su dimisión.
Durante sus cinco años al frente de la Policía colombiana también se han puesto en marcha operativos cruciales contra la guerrilla de las FARC. Entre ellos está la operación en la que fue abatido Raúl Reyes, en marzo de 2008, la que acabó con la muerte del 'Mono Jojoy', en septiembre de 2010, y el dispositivo en el que murió Alfonso Cano, el máximo jefe de las FARC. Los homicidios se redujeron en el país durante esos años a la mitad, de 60 cada 100.000 habitantes a 30.
El general Óscar Naranjo (Bogotá, 1956) tiene una amplia experiencia en la lucha contra el narcotráfico. Durante sus 36 años de carrera ha participado en el desmantelamiento de las principales organizaciones narcotraficantes de Colombia, con hitos como la muerte de Pablo Escobar o el desmantelamiento de los carteles de Medellín y Cali. En mayo de 2007 se convirtió en director de la Policía Nacional de Colombia cuando Álvaro Uribe era presidente del país y Juan Manuel Santos el ministro de Defensa. Ha ocupado ese puesto hasta el pasado martes 12 de junio. Ahora vivirá entre Washington y México DF.
De familia militar -es hijo del general Francisco José Naranjo que también fue director de la Policía Nacional colombiana- Naranjo ha dedicado la mayor parte de su carrera a la lucha contra el narcotráfico. Durante su carrera ha trabajado en colaboración con agentes antinarcóticos y de espionaje de Estados Unidos. Es miembro de la International Drug Enforcement Association, filiar de la DEA estadounidense. En 2010 fue elegido Mejor Policía del mundo para la Asociación Internacional de Jefes de Policía.
Naranjo presentó su renuncia al presidente colombiano Juan Manuel Santos el pasado 20 de abril aunque no se ha hecho efectiva hasta este martes. "Lo que ha hecho el general Naranjo en la Policía es extraordinario", aseguró Santos cuando se conoció que Naranjo había presentado su dimisión.
Durante sus cinco años al frente de la Policía colombiana también se han puesto en marcha operativos cruciales contra la guerrilla de las FARC. Entre ellos está la operación en la que fue abatido Raúl Reyes, en marzo de 2008, la que acabó con la muerte del 'Mono Jojoy', en septiembre de 2010, y el dispositivo en el que murió Alfonso Cano, el máximo jefe de las FARC. Los homicidios se redujeron en el país durante esos años a la mitad, de 60 cada 100.000 habitantes a 30.
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