EE UU utiliza el petróleo para asfixiar al régimen de Maduro
Washington presiona a Caracas congelando todos los fondos de la petrolera PDVSA en Estados Unidos
Washington
La Administración de Donald Trump ha impuesto este lunes sanciones a la compañía petrolera estatal venezolana PDVSA aumentando la presión sobre el presidente Nicolás Maduro,
rechazado por la oposición, que apoya al autoproclamado presidente Juan
Guaidó. Las sanciones incluyen la congelación de todos los fondos de PDVSA
en Estados Unidos, lo que supone un fuerte golpe para el régimen de
Caracas. Las sanciones afectan a 7.000 millones de dólares en activos de
PDVSA (siglas en español), aseguró Bolton, quien pronosticó que las
medidas provocarán otros 11.000 millones de dólares en pérdidas para la
petrolera a lo largo del próximo año.
Hasta
ahora, las Administraciones de Barack Obama y Donald Trump solo habían
penalizado al Gobierno y el entorno de Nicolás Maduro, imponiendo
sanciones contra altos cargos políticos y judiciales, que tienen
bloqueados sus bienes en EE UU. Pero nunca habían tocado el lucrativo
negocio del petróleo a pesar de la retórica y amenaza de hacerlo. Las
sanciones petroleras pueden plantear otra prueba para el apoyo que la
cúpula de las Fuerzas Armadas ha expresado a Maduro, ya que los
militares controlan la producción de petróleo en el país.
En rueda de prensa desde la Casa Blanca, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin,
ha querido puntualizar, sin embargo, que la filial de PDVSA en Estados
Unidos, Citgo, podrá continuar sus operaciones, siempre que sus
ganancias se depositen en una cuenta bloqueada en Estados Unidos.
“Seguiremos utilizando todas las herramientas diplomáticas y económicas a
nuestra disposición para apoyar a Juan Guaidó",
ha afirmado el secretario del Tesoro. Mnuchin ha comparecido acompañado
de la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, y el asesor de
Seguridad Nacional, John Bolton, quien ha emplazado al Ejército
venezolano a "aceptar una transferencia pacífica del poder" y pasar el
bastón de mando a Guaidó.
Mnuchin ha dicho que Estados Unidos ha emitido
licencias temporales para garantizar que las refinerías de Estados
Unidos, el Caribe y Europa que dependen del crudo venezolano puedan
seguir comprando petróleo de PDVSA, pero ha informado de que muchas
habían tomado ya medidas para buscar otras fuentes. "Las sanciones a
PDVSA ayudarán a evitar futuros desvíos de activos de Venezuela por
Maduro y mantener esos activos para el pueblo venezolano”.
En palabras del secretario del Tesoro, la única manera de
suspender las sanciones contra PDVSA es “a través de la rápida
transferencia del control al presidente interino o un gobierno
posterior, elegido democráticamente”. Mnuchin ha insistido en que “con
efecto inmediato, en cualquier compra de petróleo venezolano, el dinero
tendrá que ir a cuentas bloqueadas”. “Lo que está haciendo Estados
Unidos es cargar la responsabilidad en los causantes del trágico declive
de Venezuela”, ha finalizado.
Estados Unidos es el primer destino de las exportaciones
petroleras de Venezuela, que es el tercer suministrador para EE UU.
Caracas vendió en 2018 de media al día 409.000 barriles de crudo a
Washington, según datos de la Administración de Información Energética
de Estados Unidos (EIA, por su sigla en inglés). El petróleo que
Venezuela vende en Estados Unidos lo hace a través de la compañía Citgo,
que PDVSA controla desde los años ochenta.
“Hemos expuesto la corrupción de Maduro y sus compinches y
la acción de hoy garantiza que no puedan seguir saqueando los bienes del
pueblo venezolano”, ha afirmado Bolton. El objetivo, han insistido, es
evitar que Maduro se lleve los activos de PDVSA. Hasta ahora Washington
había dejado a un lado el sector petrolero venezolano en lo que a
sanciones se refiere, principalmente debido a los efectos potencialmente
catastróficos para los venezolanos y los perjuicios para empresas y
consumidores estadounidenses.
Según datos de 2016, Venezuela —que posee las mayores
reservas del hidrocarburo del mundo— exportó a EE UU el 30% de su
producción y colmó el 4% de la demanda estadounidense, según la agencia
Bloomberg. El envío de barriles ha caído este año a su nivel más bajo
desde 1991 por las dificultades de producción venezolana, pero el país
mantiene una cómoda ventaja frente a México y Colombia, que son el
cuarto y quinto suministrador, respectivamente, de crudo a EE UU.
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