Francisco clama: «Parad la guerra»
Día 27/07/2014 - 21.46h
El Papa realiza durante el rezo del Ángelus un emocionado llamamiento a la paz y recuerda a los «niños que no saben sonreir» por culpa de los conflictos que sufren
«¡Parad, por favor! Os lo pido con todo el corazón. Es la hora de parar, ¡parad, por favor!», es el grito que lanzó ayer el Papa al mundo desde el Palacio Apostólico al concluir el rezo del Ángelus. Volvió a entonar el «¡nunca más la guerra!» y recordó especialmente tres focos: Oriente Medio, Irak y Ucrania. «Os pido que os sigáis uniendo a mi oración para que el Señor conceda, a las poblaciones y a las autoridades de estas zonas, la sabiduría y la fuerza necesarias para avanzar con determinación por el camino de la paz», dijo Francisco.
En Irak la situación preocupa al Papa por los tintes tan salvajes que está adoptando, donde el Estado Islámico está llevando a cabo una auténtica limpieza étnica contra los cristianos. En cuanto a Ucrania, Francisco apela al diálogo para poner fin al conflicto casi semanalmente desde que se iniciaron las hostilidades.
No hay ganadores
La Santa Sede explicó ante la asamblea de ONU su postura frente a la nueva ola de violencia árabe-israelí: «No puede haber ganadores en esta tragedia», aseguró monseñor Silvano Tomasi al mismo tiempo de calificó de «intolerable» la cifra de civiles muertos. Precisamente ayer el Papa hizo hincapié en la tragedia de los civiles víctimas de las guerras. Con la voz entrecortada pero firme, exclamó en San Pedro: «¡Nunca más la guerra!, ¡nunca la guerra! Pienso, sobre todo, en los niños a los que se les ha quitado la esperanza de una vida digna, de un futuro».
En vísperas del centenario de la I Guerra Mundial, también recordó a Benedicto XV, el Papa que consagró su pontificado a poner fin a la «inútil masacre». Ni el mundo ni la historia le escucharon pero, proféticamente, aseguró que los acuerdos de paz deben ser justos porque, de lo contrario, no son más que la semilla de otras guerras. Y así sucedió con la I y la II Guerra Mundial. Por eso, ayer Francisco pidió que «no se repitan los errores del pasado y que se tengan presentes las lecciones de la historia».
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