Gerhard Thyben, el as olvidado, y el último combate aéreo de la guerra
Gerhard “Gerd” Thyben fue un joven as de la luftwaffe receptor de la cruz del Caballero con hojas de roble. Se considera as a todo aquel que derriba más de 5 aparatos enemigos en combate aéreo.
Gerd voló en 385 misiones de combate y es autor de 157 victorias, con 152 en el frente este que incluyen 28 II-2 Sturmoviks y cinco victorias más en el frente occidental.
22 de las misiones fueron de ataque a tierra con dos aviones y siete camiones destruidos en tierra.Nacido en 1922 en Kiel, se presenta voluntario a la luftwaffe en 1940, y consigue la licencia de vuelo en 1941.
VUELO A CAPITULACIÓN
El 7 de mayo de 1945 el escuadrón de Gerd (en ese momento de 23 años, y era el Staffelkapitan del JG54) está descansando en el puerto de Libau, Lituania. Tras enterarse de la capitulación por medio de confusas transmisiones de radio, comieron la comida que les quedaba y procedieron a quemar los documentos. Se les había ordenado volar de vuelta a Alemania, en Flensburg, cerca de la frontera danesa, donde debían entregar sus aviones a los británicos. Estaban ansiosos por partir, pues los rusos estaban muy cerca y sabían perfectamente lo que harían con ellos si les cogían prisioneros.
A las 6 de la mañana, del 8 de mayo de 194, el capitán Findensen le confirma su última misión, un vuelo a Flensburg de 2 horas y media a los mandos de su Focke Wulf FW 190. Apresuradamente, Gerd reúne a sus hombres y les ordena despegar inmediatamente ante la posibilidad de que los rusos bombardeen la pista en cualquier momento. Metieron como pudieron a cada mecánico en cada caza monoplaza, compartiendo el claustrofóbico espacio disponible en el fuselaje, y despegaron. Gerd llevaba en concreto en su cabina a su amigo y mecánico Mayers.
Hacía un día despejado, con visibilidad perfecta, divisa un convoy de 26 barcos mercantes cargados de civiles refugiados indefensos que intentaban huir de la bolsa de Kurlandia, pero no les prestó mucha atención.
Media hora después divisa a 500m por debajo de él un bombardero ligero Petlyakov Pe-2 que estaba merodeando sobre el mar Báltico en busca de barcos que atacar como los que había avistado Gerd previamente. Su compañero de ala también lo habia visto y se le acerco para hacerle señas (no tenían radios en ese momento pues las habían retirado para que pudieran meterse también los mecánicos en los cazas).
Gerd no sabía si atacar o seguir con la ruta, por un lado era el vuelo a la capitulación y llevaba a bordo a su amigo el mecánico Mayers, así que era su deber proteger su vida pero por otro lado él era un piloto de caza y tenía obligación de interceptar a la aviación enemiga en vuelo de servicio, ademas debido a una confusión en las limitadas radios, aún no sabían que Alemania también se había rendido ante los soviéticos, solo que ante los aliados occidentales, por tanto Gerd despeja sus dudas y hace un picado para ir por ese Pe-2.
Abrió fuego a una distancia un poco mayor de la indicada para estos casos, alcanzándolo en el motor derecho que de inmediato dejo de funcionar, el piloto ruso fue muy lento en reaccionar (esa era la principal diferencia con los pilotos británicos y estadounidenses que reaccionaban muy rápido) luego vió que el Pe-2 ascendió hasia un pequeño banco de nubes que se había formado aproximadamente dos kilómetros arriba. Gerd sigue al Pe-2 y antes de que alcanzara las nubes lo tiene a distancia de tiro, abre fuego con todas las armas, destrozando la cabina del artillero, mientras caía el avión siguió disparando con sus ametralladoras de 20mm y 7,92mm desintegrándolo en una nube de fragmentos. Eran las 7:54 am.
La tripulación del Pe-2 derriba estaba formada por el Starshiy Leytenant Grigoriy Davidenko, el Kapitan Aleksey Grachev y el Starshina Mikhail Murashko. Todos murieron. Sin saberlo, Gerd había salvado un convoy lleno de refugiados de una detección y hundimiento seguro por parte de las implcables fuerzas de la aviación y marina soviética.
Su compañero de ala le felicita con señas y prosiguen con su trayecto, pero esta vez avistan un Douglas Boston en servicio soviético, sorprendentemente el aparato enemigo no abre fuego, y faltos de combustible el escuadrón decide proseguir y evitar el combate.
Gerd y su grupo deciden aterrizar en Kiel, su ciudad natal, haciendo la señal de victoria sobre un enemigo agitando las alas. Nada más bajarse aparece un jeep y un soldado británico con insignia “Irish Corps” le encañona con su metralleta. El comandante británico le increpa preguntándole qué por qué ha hecho la señal de derribo si era el vuelo de capitulación, a lo que Gerd le contesta en un pobre inglés que había derribado un avión ruso, y que pronto los aliados occidentales y alemanes estarían volando juntos contra los comunistas.
El británico enrojeció de ira y le devolvió a la realidad diciéndole que los aliados occidentales no se habían unido a Alemania contra los rusos. Le dijo que estaba arrestado y que si se probaba que había derribado un avión británico o americano sería sometido a un consejo de guerra y fusilado. La guerra también había terminado en el este pero Gerd y su escuadrón no lo sabían.
Tras dos meses de aceptable internamiento británico, Gerd es liberado y se reencuentra con su padre, malviviendo en 1946 a base de tareas sencillas.
Gerd, ansioso por volver a volar en el extranjero, entra indocumentado en España, donde a pesar de no poder ser alistado en la fuerza aérea española, se le facilita salvoconducto para Argentina donde trabaja reparando automóviles.
Un buen día el veterano retirado Adolf Galland le visita contándole la posibilidad de servir como instructor para la Fuerza Aérea Colombiana, y esí dedica la mayor parte de su restante vida.
Muere en Colombia en 2006 a la edad de 84 años.
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