Dimite un peso pesado del Ejército de Colombia por un escándalo de corrupción
Día 17/02/2014 - 22.49h
El general Rey tomó la decisión después de que una revista reveló que, parte del dinero de contratos adjudicados, se destinó a la defensa de militares envueltos en delitos de lesa humanidad
Unpeso pesado del Ejército colombiano se ha visto obligado a renunciar. Se trata del general Javier Rey, jefe del Comando Conjunto de Operaciones del Ejército, responsable de haber diseñado con éxito operaciones de asalto aéreo, como las que acabaron con la vida de «Alfonso Cano», máximo comandante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), «Mono Jojoy», comandante militar de este grupo rebelde y otros tantos guerrilleros. A Rey no le quedó otra salida este lunes que salir de la institución, después de que la última edición de la revista «Semana», la de mayor circulación en Colombia, contara con pelos y señales -y grabaciones de por medio- cómo parte del dinero de los contratos adjudicados por el Ejército en 2012 y 2013 para la compra de equipos, material de intendencia y hasta de la gasolina para los vehículos, terminó en cuentas de militares presos por violaciones a los derechos humanos.
«Son verdades a medias», aseguró el general
«Semana» basó sus denuncias en cientos de horas de grabaciones magnetofónicas a las que tuvo acceso, que reposan en la Comisión de Acusaciones del Congreso y que se remontan a los años 2012 y 2013. Allí, según «Semana», «se hacen referencias explícitas a la asignación de millonarios contratos de diferentes unidades militares, donde se habla de mordidas (sobornos) de hasta el 50 %».
Doble delito
El eje de la supuesta red es el coronel del Ejército Róbinson González del Río, detenido desde 2012 por una denuncia de ejecución extrajudicial de dos campesinos ocurrida en 2007 en el centro del país, pese a lo cual en las grabaciones aparece hablando de millonarios negocios de licitaciones de todo tipo.
En una conversación con un socio, González menciona desde la guarnición militar donde está preso, la posibilidad de vender material militar a Ecuador, de comerciar con fusiles y pistolas, de adquirir títulos mineros en el sur y suroeste de Colombia, y de repartir contratos para dotar al Ejército Nacional de gafas y morrales, entre otros materiales.
En una de las 19 grabaciones publicadas por «Semana» interviene el actual comandante de las Fuerzas Militares de Colombia, general Leonardo Barrero, que habla con González, antiguo subalterno suyo, pero no sobre compras sino sobre sus problemas judiciales y le recomienda que «hagan una mafia para denunciar fiscales».
El presidente Juan Manuel Santos, quien compite por la reelección presidencial el próximo 25 de mayo, dijo que «por ningún motivo hechos de corrupción como estos deben ser investigados por la justicia militar. Me siento indignado por el daño que esto causa a las Fuerzas Militares y al país», concluyó Santos quien precisamente fue ministro de Defensa del anterior gobierno.
«No vamos a tolerar la corrupción en ningún caso»
A Santos esta historia no le llega en un buen momento precisamente. A sólo tres meses de las elecciones necesita dar buenos balances. El Ejército, sin embargo, le está restando muchos puntos de los escasos 25% de intención de voto que tiene.
Y es que la semana pasada, sin ir muy lejos, la revista «Semana», cuyo director es Alejandro Santos, sobrino del mandatario, contó cómo los negociadores del Gobierno en el proceso de paz con las Farc en La Habana, fueron objeto de chuzadas ilegales por parte de los altos mandos militares. Aunque para las FF.AA. esto es legal, no deja de ser paradójico que mientras Santos habla de paz, al mismo tiempo sus comandos espían el proceso.
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