«La Guardia Civil está pasando de ser la Benemérita a ser la recaudatoria»
Están en boga por las investigaciones internas en torno al envío de una nota de prensa a los medios respecto a una operación. «Queríamos que la OPC pusiera en valor el trabajo de los guardias que están en la calle, contra su filosofía de presentar sólo denuncias y denuncias y denuncias, cuando los guardias hacen otras muchas cosas». AUGC sigue en movimiento
miguel ángel zamora | león 17/03/2013
—Además de velar por los leoneses, últimamente también tienen que informarles a través de los medios...
— Sabemos que hacerlo ha servido para que ahora se envíen más notas y se comuniquen todas las noticias, no solo aquellas en las que intervienen determinadas personas y no otras.
—¿Hay favoritismos?
—Es que curiosamente buscan quién filtró la noticia, como que fuera algo perjudicial, y luego proponen a varios compañeros para que se les felicitara ¡por la amplia difusión que la noticia tuvo en los medios informativos! ¡Eso nos lo tendrían que agradecer a nosotros!
—¿Eso baja la moral?
—Si yo trabajo y al día siguiente voy al bar del pueblo, y la gente me felicita porque han visto en el periódico la operación que he resuelto, eso me llena y me satisface. Que luego las felicitaciones oficiales solamente se las van a dar a los colegas, ya lo sabemos todos. Creen que AUGC es un peligro para la Guardia Civil y lo único que hacemos es luchar por el servicio y por las condiciones de los guardias. Pero es que resulta que eso por lo que nosotros peleamos, también les beneficia a ellos, desde el general hasta el último guardia. Eso sí, ninguno de ellos ha renunciado a derechos que les hemos conseguido.
—¿Cómo es la relación con el general Díez Cubelos?
—Nula. Salvo la bienvenida no hemos vuelto a saber nada. Su nivel es autonómico y nosotros también tenemos una representación autonómica. El lunes (por mañana) tendremos una reunión pero no creo que nos quiera conocer.
—¿Cuáles son las reivindicaciones más urgentes?
—Todas, porque todo sigue igual. No hay un catálogo de puestos de trabajo ni una organización territorial. El jefe de la Comandancia es como un señor feudal, que tiene unas huestes distribuidas por toda la provincia y puede disponer de ellas en cualquier momento y a cualquier hora. Estar adscrito a un puesto no significa que lo tengas ahí siempre. Y el problema es que encima tienes que ir gratis, porque en cualquier otro cuerpo se tiene que gratificar. Aquí no. Deberían regular esto un poco más. Es cuestión política y depende solo de los políticos, con lo cual no me genera ninguna confianza. Solo lo arreglan si les interesa y esto no les interesa porque creen que nosotros tenemos que seguir militarizados porque podríamos ser el soporte para mantener el orden constitucional a la vista de las enfermedades del Rey. Desconfían de la Policía Nacional porque tienen sindicatos y pueden convocar huelgas y quieren mantener un cuerpo siempre fiel, por lo que pueda pasar.
—¿Qué tal van en materia de afiliaciones?
—Hemos caído en número y yo creo que son motivos económicos. No hay más motivación. El miedo está ahí siempre y de los 900 que estamos afiliados solo puedes contar con cien para dar la cara. Te ven como una empresa de servicios y solamente te llaman cuando tienen algún problema. Pero eso pasa con la Policía, con los sindicatos de clase y con todo el mundo. Los funcionarios tampoco salen y la gente está muy cómoda. Vete tú, arréglalo y si lo solucionas nos aprovechamos todos.
—Los tiempos cambian...
—Lo que sí hay es una normalización de la asociación entre los guardias. Antes era algo casi clandestino y ahora se habla sin pudor en el cuartel o en la Comandancia. Incluso se puede colgar el calendario de AUGC en la pared del despacho. Ya tenemos horas sindicales, que son seis días al mes para resolver los problemas de 900 personas, pero algo es algo. Te dan días para hacer una representación sindical y luego te prohiben ejercerla...
—El aumento de la presión en las multas ¿es político, es militar, es recaudatorio...?
—De todo un poco. Políticamente se presiona para recaudar y de forma interna se han perdido unos valores que en Tráfico por ejemplo no tienen nada que ver con los de ahora. Te enseñaron que tu misión es vigilar, prevenir, auxiliar y denunciar, por ese orden. Y que en caso de confluir cuatro denuncias, solamente se cursara la más grave. Ahora te dicen que si hay cuatro las pongas todas, aunque sean tres. Nos pedían conciencia porque hacen daño a la economía de los ciudadanos, pero eso ha cambiado. Hay una presión indirecta o directa que hace que si no cumples objetivos de 50 denuncias al mes, no cobras la productividad porque en la estadística la provincia va a estar entre las últimas y no se dan cuenta de que siempre alguien tiene que ser el último. Eso perjudica a la imagen de la institución, al servicio y al ciudadano, porque muchas de esas denuncias son injustas.
—¿Y a nivel judicial?
—Los recursos contra la eliminación de la productividad por no cumplir el número de multas, las estamos ganando todas. Lo que aún no ha llegado es una denuncia por prevaricación, porque si los jueces te están diciendo que es ilegal y o sigues haciendo, están cometiendo un delito. Es muy significativo que un juez de León te diga que la Guardia Civil no es una unidad de recaudación. Por una asistencia en carretera tienes 0,50 puntos. Por poner una denuncia, te dan 4. ¿Qué te interesa más, ayudar a ocho conductores o poner una multa, cuando los créditos son los mismos? Es perverso.
—¿Decepcionado?
— La Guardia Civil era Benemérita por eso y están acabando con ello. Hay que poner dos denuncias por servicio y da igual lo demás. Hubo una unidad en León donde les pidieron un esfuerzo para aumentar las multas un 15%. Los compañeros se esforzaron de más y aumentaron un 35%. Y a continuación les dijeron: ‘Vale, ahora hay que mantenerlo”. Los radares los están afinando a tope. Los de 50 los han puesto a 61, los paneles saltan a 128 y eso es recaudatorio y no depende del guardia, sino de la Jefatura Provincial. Hace falta dinero.
—Además de velar por los leoneses, últimamente también tienen que informarles a través de los medios...
— Sabemos que hacerlo ha servido para que ahora se envíen más notas y se comuniquen todas las noticias, no solo aquellas en las que intervienen determinadas personas y no otras.
—¿Hay favoritismos?
—Es que curiosamente buscan quién filtró la noticia, como que fuera algo perjudicial, y luego proponen a varios compañeros para que se les felicitara ¡por la amplia difusión que la noticia tuvo en los medios informativos! ¡Eso nos lo tendrían que agradecer a nosotros!
—¿Eso baja la moral?
—Si yo trabajo y al día siguiente voy al bar del pueblo, y la gente me felicita porque han visto en el periódico la operación que he resuelto, eso me llena y me satisface. Que luego las felicitaciones oficiales solamente se las van a dar a los colegas, ya lo sabemos todos. Creen que AUGC es un peligro para la Guardia Civil y lo único que hacemos es luchar por el servicio y por las condiciones de los guardias. Pero es que resulta que eso por lo que nosotros peleamos, también les beneficia a ellos, desde el general hasta el último guardia. Eso sí, ninguno de ellos ha renunciado a derechos que les hemos conseguido.
—¿Cómo es la relación con el general Díez Cubelos?
—Nula. Salvo la bienvenida no hemos vuelto a saber nada. Su nivel es autonómico y nosotros también tenemos una representación autonómica. El lunes (por mañana) tendremos una reunión pero no creo que nos quiera conocer.
—¿Cuáles son las reivindicaciones más urgentes?
—Todas, porque todo sigue igual. No hay un catálogo de puestos de trabajo ni una organización territorial. El jefe de la Comandancia es como un señor feudal, que tiene unas huestes distribuidas por toda la provincia y puede disponer de ellas en cualquier momento y a cualquier hora. Estar adscrito a un puesto no significa que lo tengas ahí siempre. Y el problema es que encima tienes que ir gratis, porque en cualquier otro cuerpo se tiene que gratificar. Aquí no. Deberían regular esto un poco más. Es cuestión política y depende solo de los políticos, con lo cual no me genera ninguna confianza. Solo lo arreglan si les interesa y esto no les interesa porque creen que nosotros tenemos que seguir militarizados porque podríamos ser el soporte para mantener el orden constitucional a la vista de las enfermedades del Rey. Desconfían de la Policía Nacional porque tienen sindicatos y pueden convocar huelgas y quieren mantener un cuerpo siempre fiel, por lo que pueda pasar.
—¿Qué tal van en materia de afiliaciones?
—Hemos caído en número y yo creo que son motivos económicos. No hay más motivación. El miedo está ahí siempre y de los 900 que estamos afiliados solo puedes contar con cien para dar la cara. Te ven como una empresa de servicios y solamente te llaman cuando tienen algún problema. Pero eso pasa con la Policía, con los sindicatos de clase y con todo el mundo. Los funcionarios tampoco salen y la gente está muy cómoda. Vete tú, arréglalo y si lo solucionas nos aprovechamos todos.
—Los tiempos cambian...
—Lo que sí hay es una normalización de la asociación entre los guardias. Antes era algo casi clandestino y ahora se habla sin pudor en el cuartel o en la Comandancia. Incluso se puede colgar el calendario de AUGC en la pared del despacho. Ya tenemos horas sindicales, que son seis días al mes para resolver los problemas de 900 personas, pero algo es algo. Te dan días para hacer una representación sindical y luego te prohiben ejercerla...
—El aumento de la presión en las multas ¿es político, es militar, es recaudatorio...?
—De todo un poco. Políticamente se presiona para recaudar y de forma interna se han perdido unos valores que en Tráfico por ejemplo no tienen nada que ver con los de ahora. Te enseñaron que tu misión es vigilar, prevenir, auxiliar y denunciar, por ese orden. Y que en caso de confluir cuatro denuncias, solamente se cursara la más grave. Ahora te dicen que si hay cuatro las pongas todas, aunque sean tres. Nos pedían conciencia porque hacen daño a la economía de los ciudadanos, pero eso ha cambiado. Hay una presión indirecta o directa que hace que si no cumples objetivos de 50 denuncias al mes, no cobras la productividad porque en la estadística la provincia va a estar entre las últimas y no se dan cuenta de que siempre alguien tiene que ser el último. Eso perjudica a la imagen de la institución, al servicio y al ciudadano, porque muchas de esas denuncias son injustas.
—¿Y a nivel judicial?
—Los recursos contra la eliminación de la productividad por no cumplir el número de multas, las estamos ganando todas. Lo que aún no ha llegado es una denuncia por prevaricación, porque si los jueces te están diciendo que es ilegal y o sigues haciendo, están cometiendo un delito. Es muy significativo que un juez de León te diga que la Guardia Civil no es una unidad de recaudación. Por una asistencia en carretera tienes 0,50 puntos. Por poner una denuncia, te dan 4. ¿Qué te interesa más, ayudar a ocho conductores o poner una multa, cuando los créditos son los mismos? Es perverso.
—¿Decepcionado?
— La Guardia Civil era Benemérita por eso y están acabando con ello. Hay que poner dos denuncias por servicio y da igual lo demás. Hubo una unidad en León donde les pidieron un esfuerzo para aumentar las multas un 15%. Los compañeros se esforzaron de más y aumentaron un 35%. Y a continuación les dijeron: ‘Vale, ahora hay que mantenerlo”. Los radares los están afinando a tope. Los de 50 los han puesto a 61, los paneles saltan a 128 y eso es recaudatorio y no depende del guardia, sino de la Jefatura Provincial. Hace falta dinero.
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