Los 500 españoles de Vara de Rey
Por
Sí, Vara de Rey fue derrotado. Pero también fue derrotado Leónidas al
frente de sus 300 espartanos. ¿Es deshonrosa acaso la derrota?¿Sólo escriben la
Historia los vencedores? Si el mérito sólo estuviera en ganar, nadie recordaría
a aquellos espartanos, ni a los numantinos, ni a Daoiz y Velarde.
Vara de Rey, y sus hombres, demostraron con la defensa de aquel lejano trozo
de España que una derrota, una vez más, puede rubricar los libros de Historia.
Eran poco más de 500 y defendieron las Lomas de San Juan contra casi 7000
yankees. Yo, cuando cuento esta historia, los llamo siempre “Los 500 de
Vara de Rey“.
Era el primero de julio 1898. Este fue un
día triste y glorioso para las armas españolas. Cerca de quinientos soldados, a
las órdenes del general don Joaquín Vara de Rey y Rubio, sostienen un
encarnizado combate en defensa del pueblo cubano de Caney, contra un ejército
norteamericano de entre 6500 y 7000 hombres, bien pertrechados, fuertemente
armados y dotados de un buen número de piezas de artillería, material del que
carecían los españoles. Bueno, tenían dos cañones de montaña, pero sin
munición.
El Sargento mayor norteamericano Herbert Howland, en
su libro “The Campaign of Santiago de Cuba” cuando habló sobre esta
batalla escribió:
…El
valor de los españoles es magnífico. Mientras las granadas estallan sobre la
aldea o explotan contra el fuerte de piedra, mientras la granizada de plomo
barría las trincheras buscando cada aspillera, cada grieta, cada esquina, los
soldados de ese incomparable Vara de Rey, tranquila y deliberadamente,
continuaron durante horas alzándose en sus trincheras y arrojando descarga tras
descarga contra los atacantes americanos. Su número decrecía y decrecía, sus
trincheras estaban llenas de muertos y heridos, pero, con una determinación y
un valor más allá de todo elogio, resistieron los ataques y, durante 8 horas,
mantuvieron a raya a más de 10 veces su número, de unas tropas americanas tan
valientes como nunca recorrieron un campo de batalla…
Y es que los yankees se equivocaron de enemigo. Los
mauser españoles segaron aquel día miles de vidas de sus ingenuos soldados que
subían en orden cerrado —una táctica militar obsoleta— con lo que cada bala
española mataba a dos hombres, al atravesar al primero.
Los nuestros cumplieron con creces su misión y dieron
un ejemplo de lo que una infantería con moral y bien adiestrada, aunque sin
material (muy típico español también), es capaz de hacer aún contra un ejército
superior. Entregaron su vida cuando cualquier otro hubiera salido corriendo,
para que luego digan que los soldados españoles en Cuba eran unos pobres
ineptos analfabetos. Aunque no supieran leer, nunca olviden que eran
soldados españoles. Solo el que ha sido, o conocido, a un soldado sabe
lo que eso significa.
Los norteamericanos tenían la orden de ocupar el
pueblo en una hora, pero, a pesar de poseer unas fuerzas diez veces superiores,
necesitaron más de 9 horas (alguna crónica dice que 12) para doblegar a
aquellos colosos.
Al final habían muerto más de 1.000 norteamericanos y
200 españoles, entre los que se encontraba su heroico general, Vara de Rey, el
cual fue alcanzado mientras era retirado en camilla tras haber sido herido en
ambas piernas. Más tarde los norteamericanos se disculparon ante los españoles
por la muerte del general, añadiendo que muy posiblemente hubieran sido
soldados mambises y no de los suyos los que ejecutaron al general herido. Es
justo saber que durante la guerra hispano-estadounidense los
oficiales yankees respetaban a los jefes españoles que capturaban.
Los norteamericanos recogieron su cadáver y le
tributaron, en señal de admiración y respeto, los honores correspondientes a su
jerarquía. Su cuerpo fue trasladado a España al finalizar la guerra, siendo
recompensado a título póstumo con la Cruz Laureada de San Fernando (Cruz de 4ª
Clase DO 180/1900).
Hace poco salió la noticia en prensa de
que el consistorio de la isla de Ibiza, lugar en el que se dice nació el
general, quiere retirar la calle que lleva su nombre porque: “Vara
de Rey fue un general derrotado y se impuso el nombre de la
calle para complacer a los poderes establecidos”
¿Qué opináis vosotros al respecto? La Historia pondrá
a Vara de Rey y estos políticos en su sitio, no os preocupéis.
Hay que saber…
Muchas vidas y no pocas energías costó a nuestro país
la defensa de Cuba y Filipinas. En 1895, con motivo de aprobarse el proyecto de
reforma para Cuba, estalló una insurrección que pretendió dominar Martínez
Campos; pero fracasado éste fué enviado D. Valeriano Weyler, que llegó a tener
bajo su mando 205.000 soldados. Simultáneamente se producía en Filipinas otra
insurrección contra la dominación española, que pareció terminar con la toma de
Cavite en 1897 por el general Polavieja.
Se envió a Cuba al general Blanco para implantar
la Constitución autonómica, mientras Primo de Rivera pactaba en
Filipinas con Emilio Aguinaldo, pero como los Estados Unidos ansiaban la guerra
con España con un pretexto —la explosión del “Maine” en aguas de La Habana el
15 de febrero de 1898—, el presidente William McKinley nos declaró la guerra,
que tras innumerables desastres finalizó en Cuba con el combate de El
Caney, donde murió el general Vara de Rey, con la destrucción de
los barcos españoles mandados por el almirante Cervera y con la rendición de la
plaza de Santiago, y en Filipinas con la destrucción de la escuadra del
almirante Montojo por la Armada del comodoro Dewey.
Los norteamericanos desembarcaron en Puerto Rico,
apoderándose de la isla y en Filipinas capituló Manila. Las hostilidades
acabaron al firmarse la paz de París, por cuyo Tratado renunciábamos a la
soberanía sobre Cuba y perdíamos las islas Filipinas y Puerto Rico.
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