El Asad afirma que ya tiene armamento ruso en su poder
El presidente sirio anuncia en la televisión libanesa que Moscú sigue adelante con sus planes para armar a Damasco pese a las condenas internacionales
David Alandete Jerusalén 30 MAY 2013 - 11:33 CET1227
Israel le marcó recientemente una línea roja a Bachar El Asad, cuyo traspaso podría originar un nuevo ataque, el que sería el cuarto en lo que va de año. El presidente sirio presumió recientemente de estar a punto de traspasarla. En una entrevista con el canal televisivo del grupo libanés Hezbolá, emitida el jueves, el mandatario dijo que ya tiene en su poder grandes cantidades de armamento ruso, insinuando que en ese arsenal podría encontrarse una primera remesa de misiles antiaéreos S-300, un día después de que un alto oficial israelí dijera que su Gobierno se tomaba muy en serio la misión de que esos proyectiles no lleguen a estar operativos.
La entrevista con El Asad, grabada el martes, se emitió el jueves por la tarde en el canal Al Manar. "Todo lo que hemos acordado con Rusia se llevará a cabo; parte de los acuerdos se han cumplido recientemente, y nosotros y los rusos continuaremos implementando esos contratos", dijo El Asad. Israel y Estados Unidos ejercieron presión diplomática sobre Rusia en las pasadas semanas para que desistiera de la transferencia de esas armas. El mismo martes, el ministro de Exteriores ruso, Sergei Riabkov, dijo que su Gobierno enviaría los misiles a Damasco porque son “un factor de estabilización” frente a injerencias externas.
En la emisión televisiva, el presidente sirio no especificó claramente si entre las armas recibidas se hallaban esos misiles antiaéreos. Antes de que se emitiera esa entrevista, la cadena de televisión Al Manar había enviado a los medios un comunicado en el que decía que El Asad había dicho explícitamente que tenía los proyectiles S-300 en su poder. Esos fragmentos no se emitieron en la emisión final, sin que Al Manar explicara el motivo.
Tres han sido ya los ataques de la Fuerza Aérea de Israel contra objetivos de Damasco en lo que va de año. En las tres ocasiones, según la inteligencia norteamericana, el Ejecutivo de Benjamín Netanyahu buscó coartar el envío a la milicia libanesa Hezbolá de misiles tierra-tierra Fateh 110, de fabricación iraní. Recientemente, el asesor de Seguridad Nacional de Israel, Yaakov Amidror, detalló unos nuevos límites a El Asad, en una reunión privada con los embajadores de la Unión Europea. “No dejaremos que esos misiles lleguen a estar operativos en Siria”, dijo, según fuentes presenciales.
Los misiles S-300 son uno de los sistemas más sofisticados de defensa antiaérea del mundo, con un alcance de hasta 200 kilómetros. En las pasadas dos semanas, Netanyahu ha hablado por teléfono con varios ministros de Exteriores europeos, explicándoles que, si Siria logra tener operativos esos proyectiles, “todo el espacio aéreo de Israel se convertiría en una zona de exclusión aérea”, según las mimas fuentes diplomáticas. El aeropuerto civil de Tel Aviv, por ejemplo, estaría dentro del rango de alcance de esos misiles si las lanzaderas se colocaran en el sur de Siria.
El presidente El Asad hizo aquellas afirmaciones, además, el mismo día en que el ministro de Defensa de Israel, Moshe Yaalon, dijo en un repaso a las tropas en la base militar de Ramle: “Los envíos aún no se han puesto en marcha, eso sí lo puedo confirmar, y espero que no lo hagan. Pero si, desgraciadamente, llegan a Siria, sabremos qué hacer". Este jueves, quedaba claro que o bien las declaraciones de El Asad eran un un envite hecho para desorientar, o bien suponían un estrepitoso e inusual fallo por parte de la inteligencia israelí.
“La línea roja que Israel ha marcado es la de que esas armas estén operativas”, explica Ofer Zalzberg, analista en la organización International Crisis Group. “Que esos misiles, o parte de ellos, estén en Siria no significa que Israel vaya a actuar de forma inmediata. El instalarlas implicaría trabajo por parte de técnicos, y más tiempo del que ha transcurrido. Otro supuesto en el que Israel intervendría es si esos misiles fueran transferidos a Hezbolá”, añade. “En cierto modo, El Asad se ha arrinconado a sí mismo con esas declaraciones”.
El miércoles, el ministro de Exteriores sirio, Walid Moallem, dijo que ante un nuevo ataque de Israel, su Gobierno no se quedaría de brazos cruzados. “Responderemos inmediatamente”, dijo en una entrevista con otro canal de televisión libanés, Al Mayadin. En su entrevista, El Asad confirmó que enviará representantes a una cumbre política que EE UU y Rusia, con la asistencia de Naciones Unidas, están organizando en Ginebra el mes que viene, aunque expresó poca confianza en que esas conversaciones abran la vía a una solución pacífica al conflicto.
La entrevista con El Asad, grabada el martes, se emitió el jueves por la tarde en el canal Al Manar. "Todo lo que hemos acordado con Rusia se llevará a cabo; parte de los acuerdos se han cumplido recientemente, y nosotros y los rusos continuaremos implementando esos contratos", dijo El Asad. Israel y Estados Unidos ejercieron presión diplomática sobre Rusia en las pasadas semanas para que desistiera de la transferencia de esas armas. El mismo martes, el ministro de Exteriores ruso, Sergei Riabkov, dijo que su Gobierno enviaría los misiles a Damasco porque son “un factor de estabilización” frente a injerencias externas.
En cierto modo, El Asad se ha arrinconado a sí mismo con esas declaraciones”
Ofer Zalzberg, International Crisis Group
Tres han sido ya los ataques de la Fuerza Aérea de Israel contra objetivos de Damasco en lo que va de año. En las tres ocasiones, según la inteligencia norteamericana, el Ejecutivo de Benjamín Netanyahu buscó coartar el envío a la milicia libanesa Hezbolá de misiles tierra-tierra Fateh 110, de fabricación iraní. Recientemente, el asesor de Seguridad Nacional de Israel, Yaakov Amidror, detalló unos nuevos límites a El Asad, en una reunión privada con los embajadores de la Unión Europea. “No dejaremos que esos misiles lleguen a estar operativos en Siria”, dijo, según fuentes presenciales.
Los misiles S-300 son uno de los sistemas más sofisticados de defensa antiaérea del mundo, con un alcance de hasta 200 kilómetros. En las pasadas dos semanas, Netanyahu ha hablado por teléfono con varios ministros de Exteriores europeos, explicándoles que, si Siria logra tener operativos esos proyectiles, “todo el espacio aéreo de Israel se convertiría en una zona de exclusión aérea”, según las mimas fuentes diplomáticas. El aeropuerto civil de Tel Aviv, por ejemplo, estaría dentro del rango de alcance de esos misiles si las lanzaderas se colocaran en el sur de Siria.
El miércoles, el ministro de Exteriores sirio dijo que ante un nuevo ataque de Israel, su Gobierno no se quedaría de brazos cruzados.
“La línea roja que Israel ha marcado es la de que esas armas estén operativas”, explica Ofer Zalzberg, analista en la organización International Crisis Group. “Que esos misiles, o parte de ellos, estén en Siria no significa que Israel vaya a actuar de forma inmediata. El instalarlas implicaría trabajo por parte de técnicos, y más tiempo del que ha transcurrido. Otro supuesto en el que Israel intervendría es si esos misiles fueran transferidos a Hezbolá”, añade. “En cierto modo, El Asad se ha arrinconado a sí mismo con esas declaraciones”.
El miércoles, el ministro de Exteriores sirio, Walid Moallem, dijo que ante un nuevo ataque de Israel, su Gobierno no se quedaría de brazos cruzados. “Responderemos inmediatamente”, dijo en una entrevista con otro canal de televisión libanés, Al Mayadin. En su entrevista, El Asad confirmó que enviará representantes a una cumbre política que EE UU y Rusia, con la asistencia de Naciones Unidas, están organizando en Ginebra el mes que viene, aunque expresó poca confianza en que esas conversaciones abran la vía a una solución pacífica al conflicto.
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