Al menos 40 soldados sirios mueren en un ataque en Irak
Los rebeldes toman el control de la mayoría de la ciudad de Raqqa, al norte
Los soldados muertos se habían entregado a Irak huyendo de
Al menos 40 soldados sirios fallecieron este lunes en un ataque contra el convoy que los transportaba de regreso a Siria, después de que hubieran huido de los avances rebeldes, según informaron fuentes del Gobierno de Irak. El viernes, un total de 65 soldados leales al régimen de Bachar el Asad se habían entregado a las autoridades iraquíes en la provincia de Nínive, después de que los rebeldes se hicieran con el control situado en la ciudad fronteriza de Al Yarbia.
Las autoridades de Irak decidieron devolver a los soldados a Siria, y para ello les estaban transportando este lunes a otro paso fronterizo en la provincia de Al Anbar, en el sur. Durante ese viaje, el convoy sufrió una emboscada, y un grupo armado mató a los 40 soldados. De momento, ningún grupo armado ha asumido la responsabilidad del ataque.
Los rebeldes sirios tomaron el control, también este lunes, de la mayoría de la ciudad norteña de Raqqa, después de varios días de combates con el Ejército del régimen, según anunciaron los grupos opositores. Los milicianos asaltaron la plaza central de la ciudad, capital de la provincia del mismo nombre, y tumbaron una estatua de Hafez El Asad, padre y predecesor del actual presidente. Raqqa es la primera capital de provincia que capturan los rebeldes, y un punto estratégico en el río Éufrates.
Los opositores atacaron también el palacio del Gobernador de Raqqa, según informaron los Comités de Coordinación Local, una red de activistas contrarios al régimen. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos dijo que, tras la toma de la ciudad, las milicias afiliadas al partido Baath, del presidente El Asad, aún se enfrentaron con los rebeldes, especialmente con los yihadistas del Frente Al Nusra. “Decenas de combatientes han resultado muertos y heridos en la ciudad”, dijo ese grupo opositor en un comunicado.
La provincia iraquí de Al Anbar, donde murieron los 40 soldados sirios, es uno de los bastiones de la insurgencia suní en Irak. La mayoría de los rebeldes que operan en Siria son también suníes, que luchan contra el régimen de El Asad, afiliado al alauismo, una rama del chiismo. Algunos son yihadistas que ya se opusieron militarmente al contingente norteamericano desplegado en Irak entre 2003 y 2011 y que en los pasados meses han cruzado la frontera para unirse a las milicias que luchan por derrocar al régimen sirio.
El levantamiento contra El Asad comenzó hace dos años. Desde entonces han muerto en Siria 70.000 personas, según un recuento de la Organización de Naciones Unidas. El conflicto amenaza, además, con extenderse más allá de las fronteras de Siria, desestabilizando a países vecinos como el propio Irak o como Israel, en cuyo territorio ocupado en los Altos del Golán cayeron el sábado cuatro proyectiles de mortero.
Esta es la primera ocasión en la que soldados leales a El Asad mueren en un ataque dentro de suelo iraquí. Ha habido, además, numerosos heridos, tanto sirios como iraquíes, que viajaban en un autobús y dos vehículos blindados, a los que los atacantes prendieron fuego. El Gobierno iraquí ha dicho por vías oficiales que ha iniciado una investigación sobre el ataque y que ha puesto en busca y captura a los responsables.
Las autoridades de Irak decidieron devolver a los soldados a Siria, y para ello les estaban transportando este lunes a otro paso fronterizo en la provincia de Al Anbar, en el sur. Durante ese viaje, el convoy sufrió una emboscada, y un grupo armado mató a los 40 soldados. De momento, ningún grupo armado ha asumido la responsabilidad del ataque.
Los rebeldes sirios tomaron el control, también este lunes, de la mayoría de la ciudad norteña de Raqqa, después de varios días de combates con el Ejército del régimen, según anunciaron los grupos opositores. Los milicianos asaltaron la plaza central de la ciudad, capital de la provincia del mismo nombre, y tumbaron una estatua de Hafez El Asad, padre y predecesor del actual presidente. Raqqa es la primera capital de provincia que capturan los rebeldes, y un punto estratégico en el río Éufrates.
Los opositores atacaron también el palacio del Gobernador de Raqqa, según informaron los Comités de Coordinación Local, una red de activistas contrarios al régimen. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos dijo que, tras la toma de la ciudad, las milicias afiliadas al partido Baath, del presidente El Asad, aún se enfrentaron con los rebeldes, especialmente con los yihadistas del Frente Al Nusra. “Decenas de combatientes han resultado muertos y heridos en la ciudad”, dijo ese grupo opositor en un comunicado.
La provincia iraquí de Al Anbar, donde murieron los 40 soldados sirios, es uno de los bastiones de la insurgencia suní en Irak. La mayoría de los rebeldes que operan en Siria son también suníes, que luchan contra el régimen de El Asad, afiliado al alauismo, una rama del chiismo. Algunos son yihadistas que ya se opusieron militarmente al contingente norteamericano desplegado en Irak entre 2003 y 2011 y que en los pasados meses han cruzado la frontera para unirse a las milicias que luchan por derrocar al régimen sirio.
El levantamiento contra El Asad comenzó hace dos años. Desde entonces han muerto en Siria 70.000 personas, según un recuento de la Organización de Naciones Unidas. El conflicto amenaza, además, con extenderse más allá de las fronteras de Siria, desestabilizando a países vecinos como el propio Irak o como Israel, en cuyo territorio ocupado en los Altos del Golán cayeron el sábado cuatro proyectiles de mortero.
Esta es la primera ocasión en la que soldados leales a El Asad mueren en un ataque dentro de suelo iraquí. Ha habido, además, numerosos heridos, tanto sirios como iraquíes, que viajaban en un autobús y dos vehículos blindados, a los que los atacantes prendieron fuego. El Gobierno iraquí ha dicho por vías oficiales que ha iniciado una investigación sobre el ataque y que ha puesto en busca y captura a los responsables.
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