Corea del Norte asegura estar listo para convertir Washington en «un mar de fuego»
Día 08/03/2013 - 08.37h
Tras las sanciones acordadas por la ONU, Corea del Norte ha roto el armisticio con Corea del Sur y asegura estar preparado para la guerra
Corea del Norte aseguró hoy que anulará los acuerdos de no agresión con Corea del Sur y cortará la única línea de comunicación entre ambos países establecida en la localidad fronteriza de Panmunjom, según la agencia estatal de noticias KCNA.
Además, un general del Ejército Popular de Corea del Norte aseguró hoy que misiles nucleares capaces de alcanzar EE.UU. están listos para su lanzamiento, en una nueva amenaza tras la resolución sancionadora emitida ayer por la ONU al país comunista.
El general Kang Pyo-yong afirmó que Corea del Norte ha logrado reducir el tamaño y peso de sus ojivas atómicas norcoreanas para instalarlas en proyectiles de largo alcance para convertir en "un mar de fuego" Washington y otros centros neurálgicos de EE.UU. y sus aliados, según el diario Rodong Sinmun.
Además, aseveró que los soldados norcoreanos están preparados para la guerra y solo necesitan recibir una orden de sus líderes.
Kang indicó que Corea del Norte ha equipado sus misiles balísticos intercontinentales y otros de menor alcance con varios tipos de cabezas nucleares capaces de atacar diferentes objetivos.
Aunque Corea del Norte, en su habitual retórica belicista, ya aseguró en ocasiones anteriores que EE.UU. está al alcance de sus armas atómicas, los expertos internacionales mantienen que hasta hoy el régimen no posee tecnología suficiente para instalar ojivas nucleares en sus misiles de largo alcance.
La nueva amenaza nuclear de hoy ha llegado inmediatamente después de que Pyongyang prometiera anular los acuerdos de no agresión suscritos con Seúl al término de la Guerra de Corea (1950-53), en respuesta a la última resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.
Este organismo endureció ayer las sanciones que ya afrontaban las autoridades norcoreanas por su programa nuclear y estableció nuevas restricciones, especialmente de carácter financiero, en respuesta a la tercera prueba nuclear llevada a cabo el pasado 12 de febrero por el régimen de Kim Jong-un.
Se rompen todos los tratados
Corea del Norte «anulará todos los acuerdos de no agresión alcanzados entre el Norte y el Sur» tras la Guerra de Corea (1950-1953) el próximo lunes 11, aseguró el Comité para la Reunificación Pacífica de Corea en un comunicado divulgado por KCNA.
El comunicado de este órgano del régimen de Kim Jong-un encargado de los asuntos intercoreanos llega horas después de que el Consejo de Seguridad de la ONU aplicara nuevas sanciones al país comunista por la prueba nuclear que realizó el pasado 12 de febrero.
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Corea del Norte anula todos los pactos de no agresión con el Sur
Es la respuesta de Pyongyang a las nuevas sanciones aprobadas por el Consejo de Seguridad
Corea del Norte ha respondido de manera inmediata a las nuevas y duras sanciones aprobadas el jueves por el Consejo de Seguridad de la ONU contra el país asiático en respuesta a la prueba nuclear que llevó a cabo el mes pasado. Pyongyang ha roto este viernes todos los pactos de no agresión con el Sur, ha anulado las líneas directas de comunicación con Seúl y ha renovado sus amenazas. El jueves, había advertido que podría llevar a cabo un ataque nuclear preventivo contra Estados Unidos y Corea del Sur.
Corea del Norte “deroga todos los acuerdos de no agresión alcanzados entre el Norte y el Sur”, ha asegurado el Comité para la Reunificación Pacífica de Corea (CRPK, en sus siglas en inglés) en un comunicado difundido por la agencia oficial KCNA. Un pacto firmado en 1991 fijaba la resolución pacífica de las disputas y la prevención de escaramuzas militares accidentales. El CRPK ha afirmado que este pacto quedará sin validez el lunes, el mismo día que Pyongyang ha amenazado con anular el armisticio que puso fin a la guerra de Corea (1950-1953), pero que nunca se convirtió en un tratado de paz definitivo.
El anuncio también informa al Sur de que “cortará inmediatamente la línea de comunicación directa Norte-Sur” y cerrará el punto de intercambio de Panmunjom, en la zona desmilitarizada. La línea, que fue creada en 1971, ha sido cancelada en cinco ocasiones por Pyongyang desde entonces, la última de ellas en 2010.
La vuelta de tuerca del régimen norcoreano se produce después de que el Consejo de Seguridad aprobara, con el visto bueno de China, lo que la embajadora de Estados Unidos en la ONU, Susan Rice, calificó como “el paquete de sanciones más duro que jamás haya impuesto Naciones Unidas” por haber efectuado el 12 de febrero el tercer ensayo atómico de su historia.
Las medidas dificultan aún más las actividades comerciales de Corea del Norte, obstaculizan sus movimientos financieros, refuerzan los poderes para que otros países inspeccionen los cargamentos de los buques norcoreanos y limitan los movimientos de los diplomáticos norcoreanos en el mundo. La resolución del Consejo ha incrementado la lista de personas vetadas. Según Rice, las nuevas sanciones “incrementan el aislamiento de Corea del Norte y hacen más caro a los líderes norcoreanos desafiar a la comunidad internacional”.
El comunicado del CRPK asegura que la decisión de Naciones Unidas es una prueba de que Washington y sus “marionetas” en Seúl no quieren más que el enfrentamiento. “Las relaciones Norte-Sur han sobrepasado tanto la línea de peligro que ya no pueden ser reparadas y una situación muy peligrosa prevalece en el península coreana, donde podría estallar una guerra nuclear ahora mismo”. Y advierte que el Ejército responderá “sin piedad” a cualquier “intrusión”, “aunque sea de una pulgada”, en su territorio, ya sea por tierra, mar o aire.
Aunque la redacción del comunicado exhibe la habitual retórica del régimen norcoreano y la mayoría de los observadores califican sus amenazas de guerra de bravuconadas, hay temores de que el cóctel formado por el incremento de tensión y las maniobras que están llevando a cabo en la zona Estados Unidos y Corea del Sur y las que prevé hacer la semana que viene el Norte desemboquen en un incidente armado.
KCNA ha asegurado que el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, visitó el jueves una unidad militar emplazada en el frente de batalla que participó en el bombardeo de una isla surcoreana en 2010. Durante la inspección, Kim declaró que el Norte estaba preparado para lanzarse a la guerra y que ordenaría el ataque en todos los frentes ante cualquier provocación.
Según algunos analistas, Pyongyang ha decidido incrementar la tensión en los últimos meses para reforzar la imagen del joven Kim dentro del país y llamar la atención de la comunidad internacional, en un año especialmente importante para la península. En julio, se cumple el 60 aniversario de la firma del armisticio que puso fin a la guerra de Corea. El Norte podría estar intentando forzar la máquina para negociar un tratado de paz definitivo y la normalización de las relaciones con Washington.
Corea del Norte “deroga todos los acuerdos de no agresión alcanzados entre el Norte y el Sur”, ha asegurado el Comité para la Reunificación Pacífica de Corea (CRPK, en sus siglas en inglés) en un comunicado difundido por la agencia oficial KCNA. Un pacto firmado en 1991 fijaba la resolución pacífica de las disputas y la prevención de escaramuzas militares accidentales. El CRPK ha afirmado que este pacto quedará sin validez el lunes, el mismo día que Pyongyang ha amenazado con anular el armisticio que puso fin a la guerra de Corea (1950-1953), pero que nunca se convirtió en un tratado de paz definitivo.
El anuncio también informa al Sur de que “cortará inmediatamente la línea de comunicación directa Norte-Sur” y cerrará el punto de intercambio de Panmunjom, en la zona desmilitarizada. La línea, que fue creada en 1971, ha sido cancelada en cinco ocasiones por Pyongyang desde entonces, la última de ellas en 2010.
Las medidas dificultan aún más las actividades comerciales de Corea del Norte, obstaculizan sus movimientos financieros, refuerzan los poderes para que otros países inspeccionen los cargamentos de los buques norcoreanos y limitan los movimientos de los diplomáticos norcoreanos en el mundo. La resolución del Consejo ha incrementado la lista de personas vetadas. Según Rice, las nuevas sanciones “incrementan el aislamiento de Corea del Norte y hacen más caro a los líderes norcoreanos desafiar a la comunidad internacional”.
El comunicado del CRPK asegura que la decisión de Naciones Unidas es una prueba de que Washington y sus “marionetas” en Seúl no quieren más que el enfrentamiento. “Las relaciones Norte-Sur han sobrepasado tanto la línea de peligro que ya no pueden ser reparadas y una situación muy peligrosa prevalece en el península coreana, donde podría estallar una guerra nuclear ahora mismo”. Y advierte que el Ejército responderá “sin piedad” a cualquier “intrusión”, “aunque sea de una pulgada”, en su territorio, ya sea por tierra, mar o aire.
Aunque la redacción del comunicado exhibe la habitual retórica del régimen norcoreano y la mayoría de los observadores califican sus amenazas de guerra de bravuconadas, hay temores de que el cóctel formado por el incremento de tensión y las maniobras que están llevando a cabo en la zona Estados Unidos y Corea del Sur y las que prevé hacer la semana que viene el Norte desemboquen en un incidente armado.
KCNA ha asegurado que el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, visitó el jueves una unidad militar emplazada en el frente de batalla que participó en el bombardeo de una isla surcoreana en 2010. Durante la inspección, Kim declaró que el Norte estaba preparado para lanzarse a la guerra y que ordenaría el ataque en todos los frentes ante cualquier provocación.
Según algunos analistas, Pyongyang ha decidido incrementar la tensión en los últimos meses para reforzar la imagen del joven Kim dentro del país y llamar la atención de la comunidad internacional, en un año especialmente importante para la península. En julio, se cumple el 60 aniversario de la firma del armisticio que puso fin a la guerra de Corea. El Norte podría estar intentando forzar la máquina para negociar un tratado de paz definitivo y la normalización de las relaciones con Washington.
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