Arte
Un instante, una decisión
De todos los sentimientos primarios que experimenta el hombre, probablemente el del espanto sea el que deja la cicatriz más profunda, la que nunca cierra
Día 17/04/2012 - 23.41h
Desde su nacimiento en la segunda mitad del siglo XIX, la fotografía ha cautivado a la sociedad por la magia que supone detener el tiempo. Cartier-Bresson, el ojo del siglo XX, lo llamaba el “instante decisivo”.
Sin embargo, el genial fotógrafo francés caminó más por la senda de hacer el menor ruido posible para capturar ese momento mágico que por la atronadora visión de su colega y compañero no menos genial, Robert Capa, defensor de ensordecer al mundo con la realidad que gritaba desde sus negativos.
Entre estas dos visiones, entre estas dos decisiones a la hora de apretar el disparador de su cámara, han basculado –y basculan– todos los fotógrafos que les han sucedido. Massoud Hossaini, de la Agencia France-Presse, ganador del Pulitzer de fotografía de última hora, lo hizo el 6 de diciembre del pasado año cuando ante sus ojos se desangró la peor realidad de Afganistán: la de los atentados suicidas diseñados para matar al mayor número de personas, y al mayor número de inocentes.
En pocos segundos tuvo que tomar una decisión y apostó por congelar una profunda cicatriz de su país que ya nunca cerrará en su interior. Ningún mensaje tiene la fuerza de una imagen ni deja una huella más indeleble que ella. Hossaini lo sabía, y tomó una decisión de Pulitzer.
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